Saturday, March 29, 2025

DAB Español, Domingo 30 de Marzo

Día 090, DAB Español, Domingo 30 de Marzo


Deuteronomio 13:1-15:23; Lucas 8:40-9:6; Salmos 71; Proverbios 12:5-7 (Traducción en lenguaje actual (TLA))











Deuteronomio 13-15

Traducción en lenguaje actual


13 »Si algún profeta viene y les dice que tuvo una visión, o les anuncia que algo milagroso está por suceder, 2 y el milagro realmente sucede, tengan cuidado. Si luego los invita a adorar a otros dioses desconocidos, 3 no le hagan caso. En realidad, Dios quiere ponerlos a prueba y ver si lo aman con todo lo que piensan y con todo lo que son. 4 Ustedes deben adorar únicamente a su Dios, y sólo a él deben obedecerlo y serle fieles. 5 En cuanto a ese falso profeta, deberán condenarlo a muerte, pues intentó hacer que desobedecieran a Dios. Así eliminarán el mal que haya entre ustedes. Fue nuestro Dios quien los liberó cuando ustedes eran esclavos en Egipto, así que sólo a él deben obedecerlo.


6-11 »Si alguien los invita a adorar a otros dioses, cercanos o lejanos, no acepten esa invitación. Al contrario, deberán condenar a muerte a esa persona y ser los primeros en quitarle la vida. No le tengan compasión, no importa que sea su propio hermano, su hijo o su hija, y hasta su esposa o su mejor amigo. No le perdonen la falta, sino maten a pedradas a esa persona. Eso es lo que se merece cualquiera que trate de alejarlos del Dios de Israel, que fue quien los sacó de Egipto y les dio la libertad. Así le darán un buen ejemplo a todo el pueblo, que sentirá temor y no volverá a cometer tal pecado.


12-18 »Si en alguna de las ciudades que Dios les ha dado, gente malvada hace que los habitantes adoren a dioses desconocidos, investiguen bien de qué se trata. Si la información resulta cierta, deberán matar a todos los habitantes de esa ciudad. No deberán dejar con vida a nadie, ni siquiera a sus animales. Destruirán la ciudad por completo, poniendo en la plaza central todas las pertenencias de sus habitantes. Entonces le prenderán fuego a todo en honor de nuestro Dios, y no volverán a reconstruir la ciudad, sino que la dejarán en ruinas para siempre.


»Si obedecen a Dios, él nunca se enojará con ustedes. Al contrario, los amará y los convertirá en un pueblo grande, pues así lo prometió a sus antepasados. Si cumplen los mandamientos que hoy les he dado y hacen todo lo bueno que él les ha ordenado, Dios siempre los tratará bien.


14 »Cuando estén de luto por la muerte de alguna persona, no se hagan heridas en el cuerpo ni se afeiten la cabeza. Ustedes son hijos de Dios; 2 son el pueblo que Dios eligió de entre todos los pueblos de la tierra, y le pertenecen».

Animales que se pueden comer


3-4 Moisés continuó diciendo:


«Ustedes no deben comer de los animales que Dios ha prohibido. Pueden comer de los siguientes animales:


toros,


corderos,


cabritos,


5 venados,


gacelas,


cabras monteses,


antílopes.


6 »En general, pueden comer carne de animales que sean rumiantes y tengan partidas las pezuñas. 7 Pero no deben comer ni camellos, ni conejos, ni liebres, pues no tienen partidas las pezuñas y Dios los considera impuros. 8 Tampoco deben comer carne de cerdo, pues aunque tiene partidas las pezuñas, no es rumiante. ¡Ni se les ocurra tocar un cerdo muerto!


9-10 »Pueden comer cualquier pescado que tenga escamas y aletas, pero Dios les prohíbe comer de cualquier animal que viva en el agua y no tenga aletas ni escamas, pues son animales impuros.


11 »Pueden comer cualquier tipo de ave que no sea impura. 12-18 Las aves que Dios ha prohibido comer, son las siguientes:


el águila,


el quebrantahuesos,


el águila marina,


el milano,


el avestruz,


la lechuza,


la gaviota,


el búho,


el ibis,


el cisne,


el pelícano,


el buitre,


la cigüeña,


la garza,


la abubilla,


el murciélago,


toda clase de halcones,


todo tipo de cuervos,


toda clase de gavilanes.


19 »No podrán comer insectos que tengan alas y vivan en enjambres, pues para Dios son impuros. 20 En cambio, podrán comer toda clase de grillos y saltamontes, pues son considerados puros.


21 »Si un animal se muere, no coman de su carne, pues ustedes son un pueblo que pertenece a Dios y él así lo ha ordenado. Sin embargo, pueden darle la carne a cualquier extranjero que viva entre ustedes, o venderla a un extranjero que esté de visita en el pueblo.


»Tampoco les está permitido cocinar un cabrito hirviéndolo en la leche de su madre.

El diezmo


22-23 »Cada año deberán entregarle a Dios la décima parte de todo lo que ustedes cosechen y produzcan. ¡No fallen ni una sola vez! Entregarán la décima parte del grano que cosechen, y la décima parte del vino y el aceite que preparen. También le darán a Dios todas las primeras crías que hayan tenido sus vacas y ovejas.


»Luego, en una ceremonia especial, ustedes comerán de esos productos. Por medio de esa ceremonia todos aprenderán a respetar y amar a Dios en todo momento. Celebrarán la ceremonia en el lugar que Dios elija para poner su santuario.


24 »Pero si el santuario les queda muy lejos, y no pueden llevar la décima parte de todo lo que Dios les ha dado, 25 harán lo siguiente: venderán esa parte y llevarán el dinero al santuario. 26 Cuando ustedes y sus familias lleguen allá, comprarán con ese dinero toda la comida que necesiten: vacas, ovejas, vino, cerveza, y cualquier otra cosa. Entonces celebrarán una gran fiesta en honor de nuestro Dios.

Un diezmo especial


27-29 »No se olviden de compartir sus productos con los de la tribu de Leví que viven en su ciudad, pues a ellos no se les dieron tierras para cultivar y a ustedes sí.


»Cada tres años apartarán la décima parte de todo lo que cosechen durante el año, y la guardarán en la ciudad. Así, los de la tribu de Leví tendrán el alimento que necesiten. No sólo ellos podrán tomar alimentos de allí, sino también los huérfanos, las viudas y los refugiados que vivan en la ciudad. Si obedecen estas instrucciones, Dios los bendecirá y todo les saldrá bien».

El año de liberación


15 1-5 Moisés continuó diciéndoles:


«Cada siete años, ustedes deberán perdonar lo que otros les deban. Es decir, en caso de haberle prestado algo a otro israelita, no deberán reclamar el pago de esa deuda. Dios ha ordenado que ese año se perdonen todas las deudas. Si obedecen los mandamientos de Dios, él bendecirá la tierra que les ha dado y nunca habrá gente pobre en Israel. Podrán cobrarles a los extranjeros que vivan en la ciudad, pero no a sus hermanos israelitas.


»Cuando ya vivan en el país que Dios les va a dar, 6 será tanto lo que Dios les dará, que les sobrará para prestarles a otros países. Ustedes nunca tendrán que pedir prestado; al contrario, dominarán a los demás países. ¡Así lo ha prometido Dios!


7-9 »Si acaso hay israelitas pobres en la ciudad donde ustedes vivan, no sean malos ni egoístas; más bien, sean generosos y préstenles todo lo que necesiten. No les nieguen nada. No se pongan a pensar que ya se acerca el año de liberación y que no les conviene prestar dinero. Si ellos los acusan con Dios, ustedes tendrán que responder por ese pecado. 10 Mejor ayuden siempre al pobre, y háganlo con alegría. Si lo hacen, les irá bien y Dios los bendecirá en todo lo que hagan. 11 En este mundo siempre habrá gente pobre. Por eso les ordeno que sean generosos con la gente pobre y necesitada del país.

Leyes sobre los esclavos


12-14 »Si algún israelita, hombre o mujer, se vende a sí mismo como esclavo, no se le podrá obligar a trabajar más de seis años. Cuando llegue el séptimo año se le dejará en libertad. Además, el que lo haya comprado, deberá compartir con él las bendiciones que Dios le haya dado. Para que no se vaya con las manos vacías, deberá darle parte del ganado, del trigo y del vino que tenga. 15 Jamás olviden que también ustedes fueron esclavos en Egipto, y que Dios les dio libertad. Por eso les doy esta orden.


16-17 »Si el esclavo o la esclava recibe buen trato, y por amor a su amo y a su familia no acepta su libertad, entonces el amo le hará un pequeño hueco en la oreja. Eso indicará que el esclavo o la esclava le pertenece para siempre.


18 »No se enojen cuando tengan que dejar en libertad a sus esclavos. Después de todo, ellos han trabajado para ustedes durante seis años, y ustedes les han pagado sólo la mitad de lo que gana cualquier trabajador. Cumplan con esto, y Dios los bendecirá en todo lo que hagan.

Entrega de los primeros animales en nacer


19 »Cuando sus vacas o sus ovejas tengan crías, deberán apartar para Dios todos los animales machos que nazcan primero. No deberán poner a trabajar al primer ternero de sus vacas, ni quitarle la lana al primer cordero de sus ovejas, pues esos animales le pertenecen a Dios.


20 »Cada año tomarán esos animales y los comerán durante una ceremonia especial, la cual celebrarán en el santuario junto con sus familias. 21 No le ofrezcan a Dios ningún animal que tenga un defecto físico, o esté cojo o ciego. 22 Los animales así no tendrán que llevarlos al santuario, sino que deberán comerlos en su ciudad. Aunque ustedes no estén preparados ni puros, todos podrán comer de esos animales. Harán lo mismo que cuando se trata de una gacela o de un venado. 23 Lo único que no deben comer es la sangre de esos animales; deberán dejar que se escurra sobre el suelo.»



Lucas 8:40-9:6

Traducción en lenguaje actual

Una niña muerta y una mujer enferma


40 Cuando Jesús regresó a Galilea, la gente lo recibió con mucha alegría, pues lo había estado esperando. 41 En ese momento llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Se acercó a Jesús, se inclinó hasta el suelo y le suplicó que fuera a su casa, 42 porque su única hija, que tenía doce años, se estaba muriendo.


Jesús se fue con Jairo. Mucha gente los siguió y se amontonó alrededor de Jesús. 43 Entre esa gente estaba una mujer enferma. Desde hacía doce años tenía una enfermedad que le hacía perder mucha sangre. Había gastado todo su dinero en médicos, pero ninguno había podido sanarla. 44 Ella se acercó a Jesús por detrás, tocó levemente su manto, y enseguida quedó sana. 45 Entonces Jesús le preguntó a la gente:


—¿Quién me tocó?


Como todos decían que no había sido ninguno de ellos, Pedro le dijo:


—Maestro, ¿no ves que todos se amontonan a tu alrededor y te empujan?


46 Pero Jesús volvió a decirles:


—Estoy seguro de que alguien me ha tocado, pues sentí que de mí salió poder.


47 Cuando la mujer vio que ya no podía esconderse, temblando de miedo fue y se arrodilló delante de Jesús. Luego, frente a todos los que estaban allí, contó por qué había tocado el manto de Jesús, y cómo de inmediato había quedado sana.


48 Jesús entonces le dijo a la mujer:


—Hija, fuiste sanada porque confiaste en mí. Puedes irte en paz.


49 Jesús no había terminado de hablar cuando llegó un mensajero, que venía de la casa de Jairo, y le dijo:


—Ya murió su hija. No moleste usted más al Maestro.


50 Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo:


—No tengas miedo. Confía en mí y ella se pondrá bien.


51-53 Cuando llegaron a la casa, todos lloraban y lamentaban la muerte de la niña, pero Jesús les dijo: «¡No lloren! La niña no está muerta; sólo está dormida.» La gente empezó a burlarse de Jesús, pues sabían que la niña estaba muerta. Entonces Jesús entró con Pedro, Santiago, Juan, Jairo y la madre de la niña, y no dejó que nadie más entrara. 54 Tomó de la mano a la niña y le dijo: «¡Niña, levántate!»


55 La niña volvió a vivir, y al instante se levantó. Jesús mandó entonces que le dieran a la niña algo de comer. 56 Los padres estaban muy asombrados, pero Jesús les pidió que no le contaran a nadie lo que había pasado.

Jesús envía a los doce discípulos


9 Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder para sanar enfermedades y autoridad sobre todos los demonios. 2 Luego los envió a anunciar las buenas noticias del reino de Dios y a sanar a los enfermos. 3 Jesús les dijo:


«No lleven nada para el viaje. No lleven bastón ni mochila, ni comida ni dinero. Tampoco lleven ropa de más. 4 Cuando lleguen a una casa, quédense a vivir allí hasta que se vayan del lugar. 5 Si en alguna parte no quieren recibirlos, cuando salgan de allí sacúdanse el polvo de los pies en señal de rechazo.»


6 Los discípulos salieron y fueron por todos los pueblos de la región, anunciando las buenas noticias y sanando a los enfermos.



Salmos 71

Traducción en lenguaje actual

Tú eres mi refugio

SALMO 71 (70)


71 Dios mío,

en ti he puesto mi confianza;

no me pongas jamás en vergüenza.

2

Tú eres un Dios justo;

¡rescátame y ponme a salvo!

¡Préstame atención y ayúdame!

3

¡Protégeme como una roca

donde siempre pueda refugiarme!

Da la orden, y quedaré a salvo,

pues tú eres esa roca;

¡tú eres mi fortaleza!


4-5

Dios mío,

tú eres mi esperanza;

no permitas que yo caiga

en poder de gente malvada y violenta.

Desde que era joven

puse mi confianza en ti;

6

desde antes de nacer

ya dependía de ti.

¡Fuiste tú quien me hizo nacer!

¡Por eso te alabaré siempre!

7

Muchos se asombran al verme,

pero tú eres para mí

un refugio seguro.

8

A todas horas te alabo;

todo el día anuncio tu grandeza.


9

No me desprecies

cuando llegue yo a viejo;

no me abandones

cuando ya no tenga fuerzas.

10

Mis enemigos hablan mal de mí;

me vigilan y piensan hacerme daño.

11

Hasta ordenan a su gente

que me persigan y me atrapen.

Creen que me abandonaste,

y que nadie podrá salvarme.


12

Dios mío,

¡no me dejes solo!

¡Ven pronto en mi ayuda!

13

Pon en vergüenza

a los que me acusan;

¡pon en completo ridículo

a los que buscan mi mal,

y acaba con ellos!

14

Yo, por mi parte,

siempre confiaré en ti

y te alabaré más todavía.

15

Aunque no alcanzo a entenderlo,

a todas horas diré

que eres un Dios que salva

con grandes actos de justicia.


16

Dios mío,

ahora voy a recordar

tus hechos poderosos,

y hablaré de la justicia

que sólo tú puedes hacer.

17

Desde que yo era joven

tú has sido mi maestro,

y hasta ahora sigo hablando

de las maravillas que has hecho.


18-19

Dios mío,

aunque estoy lleno de canas,

no me abandones;

todavía quiero decirles

a los que aún no han nacido

que tú eres un Dios poderoso.

Eres incomparable,

pues has hecho grandes cosas;

tu justicia llega hasta el cielo.

20

Tú me hiciste pasar

por muchos aprietos y problemas,

pero volverás a darme vida:

¡de lo profundo de la tumba

volverás a levantarme!

21

Me darás mayor poder,

y volverás a consolarme.


22

Santo Dios de Israel,

tú eres un Dios fiel.

Por eso te cantaré himnos

con música de arpas

y de otros instrumentos de cuerda.

23

Te cantaré himnos

y gritaré de alegría

porque me salvaste la vida.

24

Todo el día hablaré

de tu poder para salvar,

pues los que buscaban hacerme daño

quedaron avergonzados por completo.



Proverbios 12:5-7

Traducción en lenguaje actual


5

La gente buena hace planes justos;

la malvada sólo piensa en engañar.


6

Cuando habla la gente malvada,

tiende trampas mortales;

cuando habla la gente buena,

libra a otros de la muerte.


7

Caen los malvados,

y termina su existencia;

sólo queda con vida

toda la gente buena.

Traducción en lenguaje actual (TLA)


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