Thursday, December 19, 2024

DAB Español, Viernes 20 de Diciembre

Día 355, DAB Español, Viernes 20 de Diciembre


Hageo 1:1-2:23; Apocalipsis 11:1-19; Salmos 139; Proverbios 30:15-16 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))








Hageo 1-2

Nueva Biblia de las Américas

Exhortación a la reedificación del templo


1 El año segundo del rey Darío, en el mes sexto, el día primero del mes, vino la palabra del Señor por medio del profeta Hageo a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac: 2 «Así dice el Señor de los ejércitos: “Este pueblo dice: ‘No ha llegado el tiempo, el tiempo de que la casa del Señor sea reedificada’”». 3 Entonces vino la palabra del Señor por medio del profeta Hageo: 4 «¿Es acaso tiempo para que ustedes habiten en sus casas artesonadas mientras esta casa está desolada?».


5 Ahora pues, así dice el Señor de los ejércitos: «¡Consideren bien sus caminos! 6 Siembran mucho, pero recogen poco; comen, pero no hay suficiente para que se sacien; beben, pero no hay suficiente para que se embriaguen; se visten, pero nadie se calienta; y el que recibe salario, recibe salario en bolsa rota».


7 Así dice el Señor de los ejércitos: «¡Consideren bien sus caminos! 8 Suban al monte, traigan madera y reedifiquen el templo, para que me agrade de él y Yo sea glorificado», dice el Señor. 9 «Esperan mucho, pero hay poco; y lo que traen a casa, Yo lo aviento. ¿Por qué?», declara el Señor de los ejércitos. «Por causa de Mi casa que está desolada, mientras cada uno de ustedes corre a su casa.


10 »Por tanto, por causa de ustedes, los cielos han retenido su rocío y la tierra ha retenido su fruto. 11 Llamé a la sequía sobre la tierra, sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino nuevo, sobre el aceite, sobre lo que produce la tierra, sobre los hombres, sobre el ganado y sobre todo el trabajo de sus manos».


12 Entonces Zorobabel, hijo de Salatiel, el sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, y todo el remanente del pueblo, obedecieron la voz del Señor su Dios y las palabras del profeta Hageo, como el Señor su Dios le había mandado. Y temió el pueblo delante del Señor. 13 Entonces Hageo, mensajero del Señor, por mandato[a] del Señor, habló al pueblo: «Yo estoy con ustedes», declara el Señor. 14 Y el Señor despertó el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, y el espíritu de todo el remanente del pueblo. Así que vinieron y comenzaron la obra en la casa del Señor de los ejércitos, su Dios, 15 el día veinticuatro del mes sexto, en el año segundo del rey Darío.

Promesa de Dios a Zorobabel


2 El día veintiuno del mes séptimo, vino la palabra del Señor por medio del profeta Hageo: 2 «Habla ahora a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, y al remanente del pueblo: 3 “¿Quién ha quedado entre ustedes que haya visto este templo en su gloria primera? ¿Y cómo lo ven ahora? Tal como está, ¿no es como nada ante sus ojos? 4 Pero ahora, esfuérzate, Zorobabel”, declara el Señor, “esfuérzate tú también, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, y esfuércense todos ustedes, pueblo de la tierra”, declara el Señor, “y trabajen, porque Yo estoy con ustedes”, declara el Señor de los ejércitos. 5 “Conforme a la promesa[b] que les hice cuando salieron de Egipto, Mi Espíritu permanece en medio de ustedes; no teman”.


6 »Porque así dice el Señor de los ejércitos: “Una vez más, dentro de poco, Yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme. 7 Y haré temblar a todas las naciones; vendrán entonces los tesoros[c] de todas las naciones, y Yo llenaré de gloria esta casa”, dice el Señor de los ejércitos. 8 “Mía es la plata y Mío es el oro”, declara el Señor de los ejércitos. 9 “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera”, dice el Señor de los ejércitos, “y en este lugar daré paz”, declara el Señor de los ejércitos».


10 El día veinticuatro del mes noveno, en el año segundo de Darío, vino la palabra del Señor al profeta Hageo: 11 «Así dice el Señor de los ejércitos: “Pide ahora instrucción[d] a los sacerdotes: 12 Si alguien lleva carne consagrada en la falda de su vestidura, y con su falda toca pan, alimento cocido, vino, aceite o cualquier otro alimento, ¿quedará este consagrado?”». Y los sacerdotes respondieron: «No». 13 Y dijo Hageo: «Si alguien, inmundo por el contacto con un cadáver, toca cualquiera de estas cosas, ¿quedará inmunda?». «Quedará inmunda», respondieron los sacerdotes. 14 Entonces volvió a hablar Hageo: «“Así es este pueblo y así es esta nación delante de Mí”, declara el Señor, “y así es toda obra de sus manos; y lo que aquí ofrecen, inmundo es.


15 ”Ahora pues, consideren bien esto de hoy en adelante: antes que se pusiera piedra sobre piedra en el templo del Señor, 16 en aquel tiempo, cuando alguien buscaba un montón de 20 medidas, solo encontraba 10; venía alguien al lagar para sacar 50 cántaros, y solo sacaba 20. 17 Los herí con viento abrasador, plaga y granizo en toda obra de sus manos; pero ninguno de ustedes se volvió a Mí”, declara el Señor. 18 “Pero consideren bien esto desde hoy en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno; desde el día en que se pusieron los cimientos del templo del Señor, consideren bien: 19 ¿Está todavía la semilla en el granero? Todavía la vid, la higuera, el granado y el olivo no han dado fruto; pero desde hoy Yo los bendeciré”».


20 La palabra del Señor vino por segunda vez a Hageo, el día veinticuatro del mes, diciendo: 21 «Habla a Zorobabel, gobernador de Judá: “Yo estremeceré los cielos y la tierra, 22 y volcaré el trono de los reinos y destruiré el poder de los reinos de las naciones; y volcaré el carro y a los que montan en él, y caerán los caballos y sus jinetes, cada uno por la espada de su hermano. 23 En aquel día”, declara el Señor de los ejércitos, “te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Salatiel, siervo Mío”, declara el Señor, “y te pondré como anillo de sellar, porque Yo te he escogido”», declara el Señor de los ejércitos.

Footnotes


Hageo 1:13 Lit. mensaje.

Hageo 2:5 Lit. palabra.

Hageo 2:7 O vendrá el deseo.

Hageo 2:11 Lit. la ley.



Apocalipsis 11

Nueva Biblia de las Américas

Los dos testigos


11 Me fue dada una caña de medir (unos 3 metros) semejante a una vara, y alguien dijo: «Levántate y mide el templo[a] de Dios y el altar, y a los que en él adoran. 2 Pero excluye[b] el patio[c] que está fuera del templo[d], no lo midas, porque ha sido entregado a las naciones, y estas pisotearán la ciudad santa por cuarenta y dos meses.


3 »Otorgaré autoridad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por 1,260 días, vestidos de cilicio[e]». 4 Estos son los dos olivos y los dos candelabros que están delante del Señor de la tierra. 5 Si alguien quiere hacerles daño, de su boca sale fuego y devora a sus enemigos. Así debe morir cualquiera que quisiera hacerles daño. 6 Ellos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva durante los días en que ellos profeticen[f]; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda suerte de plagas todas las veces que quieran.


7 Cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. 8 Sus cadáveres estarán[g] en la calle de la gran ciudad, que simbólicamente[h] se llama Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. 9 Gente de todos los pueblos, tribus, lenguas, y naciones, contemplarán[i] sus cadáveres[j] por tres días y medio, y no permitirán[k] que sus cadáveres sean sepultados. 10 Los que moran en la tierra se regocijarán[l] por[m] ellos y se alegrarán[n], y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían atormentado a los que moran en la tierra.


11 Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. 12 Entonces ellos oyeron una gran voz del cielo que les decía: «Suban acá». Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.


13 En aquella misma hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas[o] murieron en el terremoto, y los demás, aterrorizados, dieron gloria al Dios del cielo.


14 El segundo ¡ay! ha pasado; pero el tercer ¡ay! viene pronto.

La séptima trompeta


15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo[p] grandes voces en el cielo, que decían:


«El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de Su Cristo[q]. Él reinará por los siglos de los siglos». 16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios, 17 diciendo:


«Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras[r], porque has tomado Tu gran poder y has comenzado a reinar[s]. 18 Las naciones se enfurecieron, y vino Tu ira y llegó el tiempo de juzgar a los muertos y de dar la recompensa a Tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen Tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra».


19 El templo[t] de Dios que está en el cielo fue abierto; y el arca de Su pacto se veía[u] en Su templo[v], y hubo relámpagos, voces[w] y truenos, y un terremoto y una fuerte granizada[x].

Footnotes


Apocalipsis 11:1 O santuario.

Apocalipsis 11:2 Lit. echa fuera.

Apocalipsis 11:2 O el atrio.

Apocalipsis 11:2 O santuario.

Apocalipsis 11:3 I.e. vestidura áspera usada para penitencia.

Apocalipsis 11:6 Lit. los días de su profecía.

Apocalipsis 11:8 Algunos mss. antiguos dicen: Y su cadáver yacerá.

Apocalipsis 11:8 Lit. espiritualmente.

Apocalipsis 11:9 Lit. contemplan.

Apocalipsis 11:9 Lit. su cadáver.

Apocalipsis 11:9 Lit. no permiten.

Apocalipsis 11:10 Lit. regocijan.

Apocalipsis 11:10 Lit. sobre.

Apocalipsis 11:10 Lit. se alegran.

Apocalipsis 11:13 Lit. nombres de hombres, siete mil.

Apocalipsis 11:15 Lit. y sucedieron.

Apocalipsis 11:15 I.e. el Mesías.

Apocalipsis 11:17 Algunos mss. posteriores agregan: y el que has de venir.

Apocalipsis 11:17 Lit. reinaste.

Apocalipsis 11:19 O santuario.

Apocalipsis 11:19 O apareció.

Apocalipsis 11:19 O santuario.

Apocalipsis 11:19 O ruidos.

Apocalipsis 11:19 Lit. gran granizo.



Salmos 139

Nueva Biblia de las Américas

Omnipresencia y omnisciencia del Señor

Para el director del coro. Salmo de David.


139 Oh Señor, Tú me has escudriñado y conocido.

2

Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;

Desde lejos comprendes mis pensamientos.

3

Tú escudriñas mi senda y mi descanso,

Y conoces bien todos mis caminos.

4

Aun antes de que haya palabra en mi boca,

Oh Señor, Tú ya la sabes toda.

5

Por detrás y por delante me has cercado,

Y Tu mano pusiste sobre mí.

6

Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;

Es muy elevado, no lo puedo alcanzar.


7

¿Adónde me iré de Tu Espíritu,

O adónde huiré de Tu presencia?

8

Si subo a los cielos, allí estás Tú;

Si en el Seol preparo mi lecho, allí Tú estás.

9

Si tomo las alas del alba,

Y si habito en lo más remoto del mar,

10

Aun allí me guiará Tu mano,

Y me tomará Tu diestra.

11

Si digo: «Ciertamente las tinieblas me envolverán,

Y la luz a mi alrededor será noche»;

12

Ni aun las tinieblas son oscuras para Ti,

Y la noche brilla como el día.

Las tinieblas y la luz son iguales para Ti.


13

Porque Tú formaste mis entrañas;

Me hiciste en el seno de mi madre.

14

Te daré gracias, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho;

Maravillosas son Tus obras,

Y mi alma lo sabe muy bien.

15

No estaba oculto de Ti mi cuerpo,

Cuando en secreto fui formado,

Y entretejido en las profundidades de la tierra.

16

Tus ojos vieron mi embrión,

Y en Tu libro se escribieron todos

Los días que me fueron dados,

Cuando no existía ni uno solo de ellos.


17

¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, Tus pensamientos!

¡Cuán inmensa es la suma de ellos!

18

Si los contara, serían más que la arena;

Al despertar aún estoy contigo.

19

¡Oh Dios, si Tú hicieras morir al impío!

Por tanto, apártense de mí, hombres sanguinarios.

20

Porque hablan contra Ti perversamente,

Y Tus enemigos toman Tu nombre en vano.

21

¿No odio a los que te aborrecen, Señor?

¿Y no me repugnan los que se levantan contra Ti?

22

Los aborrezco con el más profundo odio;

Se han convertido en mis enemigos.


23

Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;

Pruébame y conoce mis inquietudes.

24

Y ve si hay en mí camino malo,

Y guíame en el camino eterno.


Proverbios 30:15-16

Nueva Biblia de las Américas


15

La sanguijuela tiene dos hijas, que dicen: «¡Dame!», «¡Dame!».

Hay tres cosas que no se saciarán,

Y una cuarta que no dirá: «¡Basta!».

16

El Seol[a], la matriz estéril,

La tierra que jamás se sacia de agua,

Y el fuego que nunca dice: «¡Basta!».

Footnotes


Proverbios 30:16 I.e. región de los muertos.


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