Día 020, DAB Español, Lunes 20 de Enero
Génesis 41:17-42:17; Mateo 13:24-46; Salmos 18:1-15; Proverbios 4:1-6 (La Biblia de las Américas (LBLA))
Génesis 41:17-42
La Biblia de las Américas
17 Entonces habló Faraón a José: En mi sueño, he aquí, yo estaba de pie a la orilla del Nilo. 18 Y vi[a] siete vacas gordas[b] y de hermoso aspecto que salieron del Nilo; y pacían en el carrizal. 19 Pero he aquí, otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas[c], de tal fealdad[d] como yo nunca había visto en toda la tierra de Egipto. 20 Y las vacas flacas y feas[e] devoraron las primeras siete vacas gordas. 21 Pero cuando las habían devorado[f], no se podía notar[g] que las hubieran devorado[h]; pues[i] su aspecto era tan feo[j] como al principio. Entonces me desperté. 22 Y he aquí, en mi sueño también vi que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña. 23 Y he aquí que siete espigas marchitas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquellas; 24 y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y se lo conté a los adivinos[k], pero no hubo quien me lo pudiera explicar.
25 Entonces José dijo a Faraón: Los dos sueños de Faraón son[l] uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que Él va a hacer. 26 Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son[m] uno. 27 Y las siete vacas flacas y feas[n] que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre. 28 Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. 29 He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto; 30 y después de ellos vendrán[o] siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará[p] la tierra. 31 Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá[q], que será muy severa. 32 Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto. 33 Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. 34 Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia. 35 Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad[r] de Faraón, y que lo protejan. 36 Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.
José gobernador de todo Egipto
37 Y la idea[s] pareció bien a[t] Faraón y a[u] todos sus siervos. 38 Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios? 39 Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú. 40 Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes[v]; solamente en el trono yo seré mayor que tú. 41 Faraón dijo también a José: Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42 Y Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano y lo puso en la mano de José; y lo vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello. 43 Lo hizo montar en su segundo carro[w], y proclamaron delante de él: ¡Doblad la rodilla[x]! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44 Entonces Faraón dijo a José: Aunque yo soy Faraón, sin embargo, nadie levantará su mano ni su pie sin tu permiso[y] en toda la tierra de Egipto. 45 Y Faraón llamó a José por el nombre de Zafnat-panea[z], y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On[aa]. Y salió José por toda la tierra de Egipto.
46 José tenía treinta años cuando se presentó ante[ab] Faraón, rey de Egipto. Y salió José de la presencia de Faraón y recorrió toda la tierra de Egipto. 47 Y produjo la tierra a manos llenas durante los siete años de abundancia. 48 Y él recogió todo el fruto[ac] de estos siete años de abundancia[ad] que hubo en la tierra de Egipto, y guardó[ae] el alimento en las ciudades; y guardó[af] en cada ciudad el fruto[ag] de sus campos circunvecinos. 49 Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medirlo[ah] porque no se podía medir[ai].
50 Y le nacieron a José dos hijos antes de que llegaran los años[aj] de hambre, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On[ak]. 51 Y al primogénito José le puso el nombre de Manasés[al], porque dijo: Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre. 52 Y al segundo le puso el nombre de Efraín[am], porque dijo: Dios me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción.
Los siete años de hambre
53 Cuando pasaron los siete años de abundancia que había habido en la tierra de Egipto, 54 y comenzaron a venir los siete años de hambre, tal como José había dicho, entonces hubo hambre en todas las tierras; pero en toda la tierra de Egipto había pan. 55 Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y Faraón dijo a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os diga. 56 Y el hambre se extendió[an] sobre toda la faz de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros[ao] y vendió a los egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto. 57 Y de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra.
Los hermanos de José van a Egipto
42 Viendo Jacob que había alimento[ap] en Egipto, dijo[aq] a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando? 2 Y dijo: He aquí, he oído que hay alimento[ar] en Egipto; descended allá, y comprad de allí un poco para nosotros, para que vivamos y no muramos. 3 Entonces diez hermanos de José descendieron para comprar grano en Egipto. 4 Pero a Benjamín, hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, porque dijo: No sea que le suceda algo malo. 5 Y fueron los hijos de Israel con los que iban a comprar grano, pues también había hambre en la tierra de Canaán. 6 Y José era el que mandaba en aquella[as] tierra; él era quien vendía a todo el pueblo de la tierra. Y llegaron los hermanos de José y se postraron ante él rostro en tierra. 7 Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Y ellos dijeron: De la tierra de Canaán para comprar alimentos.
8 José había reconocido a sus hermanos, aunque ellos no lo habían reconocido. 9 José se acordó de los sueños que había tenido[at] acerca de ellos, y les dijo: Sois espías; habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra[au]. 10 Entonces ellos le dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos han venido para comprar alimentos. 11 Todos nosotros somos hijos de un mismo padre[av]; somos hombres honrados, tus siervos no son espías. 12 Pero él les dijo: No, sino que habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra[aw]. 13 Mas ellos dijeron: Tus siervos son doce hermanos, hijos del mismo padre[ax] en la tierra de Canaán; y he aquí, el menor está hoy con nuestro padre, y el otro[ay] ya no existe. 14 Y José les dijo: Es tal como os dije[az]: sois espías. 15 En esto seréis probados; por vida de Faraón que no saldréis de este lugar a menos que vuestro hermano menor venga aquí. 16 Enviad a uno de vosotros y que traiga a vuestro hermano, mientras vosotros quedáis presos, para que sean probadas vuestras palabras, a ver si hay verdad en vosotros. Y si no, ¡por vida de Faraón!, ciertamente sois espías. 17 Y los puso a todos juntos bajo custodia por tres días.
Footnotes
Génesis 41:18 Lit., he aquí
Génesis 41:18 Lit., gordas de carne
Génesis 41:19 Lit., flacas de carne
Génesis 41:19 Lit., tan malas
Génesis 41:20 Lit., malas
Génesis 41:21 Lit., habían entrado en sus entrañas
Génesis 41:21 O, saber
Génesis 41:21 Lit., habían entrado en sus entrañas
Génesis 41:21 Lit., y
Génesis 41:21 Lit., malo
Génesis 41:24 O, sacerdotes adivinos
Génesis 41:25 Lit., El sueño...es
Génesis 41:26 Lit., el sueño es
Génesis 41:27 Lit., malas
Génesis 41:30 Lit., se levantarán
Génesis 41:30 Lit., destruirá
Génesis 41:31 Lit., seguirá
Génesis 41:35 Lit., mano
Génesis 41:37 Lit., palabra
Génesis 41:37 Lit., a los ojos de
Génesis 41:37 Lit., a los ojos de
Génesis 41:40 Lit., besará a causa de tu boca
Génesis 41:43 Lit., el segundo carro que era suyo
Génesis 41:43 Heb., abrek; i.e., atención o abrid paso
Génesis 41:44 Lit., sin ti
Génesis 41:45 Probablemente en egipcio: Dios habla; él vive
Génesis 41:45 O, Heliópolis
Génesis 41:46 O, entró al servicio de
Génesis 41:48 O, alimento
Génesis 41:48 Así en la versión gr.; el heb. omite: de abundancia
Génesis 41:48 Lit., puso
Génesis 41:48 Lit., puso
Génesis 41:48 O, alimento
Génesis 41:49 Lit., contarlo
Génesis 41:49 Lit., era sin número
Génesis 41:50 Lit., llegará el año
Génesis 41:50 O, Heliópolis
Génesis 41:51 I.e., el que hace olvidar
Génesis 41:52 I.e., fecundo
Génesis 41:56 Lit., estaba
Génesis 41:56 Lit., todo lo que había en ellos
Génesis 42:1 Lit., grano
Génesis 42:1 Lit., y dijo Jacob
Génesis 42:2 Lit., grano
Génesis 42:6 Lit., la
Génesis 42:9 Lit., soñado
Génesis 42:9 Lit., la desnudez de la tierra
Génesis 42:11 Lit., hombre
Génesis 42:12 Lit., la desnudez de la tierra
Génesis 42:13 Lit., hombre
Génesis 42:13 Lit., uno
Génesis 42:14 Lit., dije, diciendo
Mateo 13:24-46
La Biblia de las Américas
Parábola del trigo y la cizaña
24 Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a[a] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[b] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[c] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo[d], pues, tiene cizaña?». 28 Él les dijo: «Un enemigo[e] ha hecho esto». Y los siervos le dijeron*: «¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?». 29 Pero él dijo*: «No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30 Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: “Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero”».
Parábola del grano de mostaza
31 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.
Parábola de la levadura
33 Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[f] de harina hasta que todo quedó fermentado.
34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola, 35 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:
Abriré mi boca en parábolas;
hablare de cosas ocultas desde la fundación del mundo.
Explicación de la parábola del trigo y la cizaña
36 Entonces dejó a la multitud y entró en la casa. Y se le acercaron sus discípulos, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Y respondiendo Él, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, 38 y el campo es el mundo; y la buena semilla son[g] los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno; 39 y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin[h] del mundo[i], y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[j] del mundo[k]. 41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo[l] y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos[m], que oiga.
Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor
44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
45 El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.
Footnotes
Mateo 13:24 Lit., fue comparado con
Mateo 13:25 I.e., planta gramínea muy parecida al trigo
Mateo 13:26 Lit., la hierba
Mateo 13:27 Lit., De dónde
Mateo 13:28 Lit., Un hombre enemigo
Mateo 13:33 Gr., sata; un sato equivale aprox. a 13 litros
Mateo 13:38 Lit., estos son
Mateo 13:39 Lit., la consumación
Mateo 13:39 O, siglo
Mateo 13:40 Lit., la consumación
Mateo 13:40 O, siglo
Mateo 13:41 O, todo lo que ofende
Mateo 13:43 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
Salmos 18:1-15
La Biblia de las Américas
Himno de victoria
Para el director del coro. Salmo de[a] David, siervo del Señor, el cual dirigió al Señor las palabras de este cántico el día que el Señor lo libró de la mano[b] de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Y dijo:
18 Yo te amo, Señor, fortaleza mía.
2
El Señor es mi roca[c], mi baluarte y mi libertador;
mi Dios, mi roca en quien me refugio;
mi escudo y el cuerno[d] de mi salvación, mi altura inexpugnable.
3
Invoco al Señor, que es digno de ser alabado,
y soy salvo de mis enemigos.
4
Los lazos de la muerte me cercaron,
y los torrentes de iniquidad[e] me atemorizaron;
5
los lazos del Seol[f] me rodearon;
las redes de la muerte surgieron ante mí.
6
En mi angustia invoqué al Señor,
y clamé[g] a mi Dios;
desde su templo oyó mi voz,
y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos.
7
Entonces la tierra se estremeció y tembló;
los cimientos de los montes temblaron
y fueron sacudidos, porque Él se indignó.
8
Humo subió de su nariz[h],
y el fuego de su boca consumía;
carbones fueron por él encendidos.
9
También inclinó los cielos, y descendió
con densas tinieblas debajo de sus pies.
10
Cabalgó sobre un querubín, y voló;
y raudo voló sobre las alas del viento.
11
De las tinieblas hizo su escondedero, su pabellón a su alrededor;
tinieblas de las aguas, densos nubarrones.
12
Por el fulgor de su presencia se desvanecieron[i] sus densas nubes
en granizo y carbones encendidos.
13
El Señor también tronó en los cielos,
y el Altísimo dio su voz:
granizo y carbones encendidos.
14
Y envió sus saetas, y los dispersó,
y muchos relámpagos, y los confundió.
15
Entonces apareció el lecho[j] de las aguas,
y los cimientos del mundo quedaron al descubierto
a tu reprensión, oh Señor,
al soplo del aliento de tu nariz.
Footnotes
Salmos 18:1 Sal. 18:Subtítulo-50: 2 Sam. 22:1-51
Salmos 18:1 Lit., palma
Salmos 18:2 O, peñón
Salmos 18:2 O, poder
Salmos 18:4 O, destrucción; heb., Belial
Salmos 18:5 I.e., región de los muertos
Salmos 18:6 O, invoqué
Salmos 18:8 O, en su ira
Salmos 18:12 Lit., pasaron
Salmos 18:15 O, aparecieron los canales
Proverbios 4:1-6
La Biblia de las Américas
Instrucciones de un padre
4 Oíd, hijos, la instrucción de un padre,
y prestad atención para que ganéis[a] entendimiento,
2
porque os doy buena enseñanza;
no abandonéis mi instrucción[b].
3
También yo fui hijo para mi padre,
tierno y único a los ojos de mi madre,
4
y él me enseñaba y me decía:
Retenga tu corazón mis palabras,
guarda mis mandamientos y vivirás.
5
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;
no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca.
6
No la abandones y ella velará sobre ti,
ámala y ella te protegerá.
Footnotes
Proverbios 4:1 Lit., conozcáis
Proverbios 4:2 O, ley
La Biblia de las Américas (LBLA)
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