Tuesday, January 14, 2025

DAB Español, Miércoles 15 de Enero

Día 015, DAB Español, Miércoles 15 de Enero


Génesis 31:17-32:12; Mateo 10:27-11:6; Salmos 13; Proverbios 3:16-18 (Reina Valera Contemporánea (RVC))










  

Génesis 31:17-32:12

Reina Valera Contemporánea

Jacob huye de Labán


17 Entonces Jacob se preparó y sentó a sus hijos y sus mujeres sobre los camellos, 18 luego puso en marcha todo su ganado, y todo el ganado que había adquirido, que era su ganancia de Padán Aram, y se dispuso a volver a Isaac, su padre, en la tierra de Canaán. 19 Como Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel hurtó los ídolos de su padre. 20 Jacob, por su parte, engañó a Labán el arameo al no hacerle saber que iba a fugarse. 21 Y se fugó, llevándose todo lo que tenía. Se dispuso a cruzar el Éufrates, y se enfiló hacia el monte de Galaad. 22 Al tercer día fueron a decirle a Labán que Jacob se había fugado. 23 Entonces Labán se hizo acompañar de sus parientes, y se fue tras Jacob. Después de siete días de camino, lo alcanzó en el monte de Galaad. 24 Pero esa noche Dios se le apareció en un sueño a Labán el arameo, y le dijo: «Mucho cuidado con comenzar a hablarle a Jacob bien, y acabar mal.»


25 Labán alcanzó a Jacob cuando éste había plantado su tienda en el monte, así que Labán y sus parientes acamparon en el monte de Galaad. 26 Y Labán le dijo a Jacob:


«¿Qué es lo que has hecho? ¿Por qué me engañaste y trajiste a mis hijas como prisioneras de guerra? 27 ¿Por qué te fugaste a escondidas? ¿Por qué me engañaste, y no me dijiste nada? ¡Yo te habría despedido con alegría y con cantos, con tamborines y arpas! 28 ¡Ni siquiera me dejaste besar a mis hijos y mis hijas! ¡Lo que has hecho es una locura! 29 Yo tengo poder para hacerles daño; pero el Dios de tu padre me habló anoche y me dijo: “Mucho cuidado con comenzar a hablarle a Jacob bien, y acabar mal.” 30 Pero ya que tantas ganas tenías de irte a la casa de tu padre, ¿por qué me robaste mis dioses?»


31 Jacob le respondió así a Labán:


«Es que tuve miedo. Yo pensé que tal vez me quitarías tus hijas por la fuerza. 32 Pero al que encuentres con tus dioses en su poder, no quedará con vida. En presencia de nuestros hermanos, reconoce lo que sea tuyo y esté en mi poder, y llévatelo.»


Pero Jacob no sabía que Raquel los había hurtado. 33 Labán entró en la tienda de Jacob, luego en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, y no halló nada; entonces salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel. 34 Pero Raquel tomó los ídolos y los puso bajo la albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; así que Labán buscó en toda la tienda, y no los halló. 35 Y ella le dijo a su padre:


«No se enoje mi señor. Es que no me puedo levantar delante de ti, porque estoy con la costumbre de las mujeres.»


Y Labán buscó los ídolos, pero no los halló. 36 Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán. Le reclamó:


«¿En qué te he faltado? ¿Cuál es mi pecado, para que me persigas con tanto ardor? 37 Ya que has rebuscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí, delante de mis hermanos y de los tuyos, ¡y que juzguen entre nosotros! 38 Veinte años han sido los que he estado contigo, y nunca abortaron tus ovejas ni tus cabras, ni me comí un solo carnero de tus ovejas. 39 Nunca te traje lo que las fieras arrebataron, y si algo se robaban de día o de noche, me hacías responsable y a mí me lo cobrabas. 40 De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño se me iba. 41 Esta clase de vida he tenido en tu casa durante veinte años. Catorce te serví por tus dos hijas, y seis por tu ganado, y varias veces me has cambiado la paga. 42 Si no estuviera conmigo el Dios de mi padre, el Dios de Abrahán, el Dios a quien Isaac temía, estoy seguro que me dejarías ir ahora con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi aflicción y el trabajo de mis manos, y por eso te reprendió anoche.»


43 Labán le respondió a Jacob:


«Las hijas son mis hijas, y los hijos son mis hijos; las ovejas son mis ovejas. ¡Todo lo que aquí ves me pertenece! Pero ¿qué puedo hacerles hoy a estas hijas mías, o a los hijos que ellas han tenido? 44 Ven ahora, y hagamos un pacto tú y yo, y que éste sea un testimonio entre nosotros dos.»


45 Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó como señal. 46 Jacob les dijo a sus parientes: «Recojan piedras». Y ellos tomaron piedras e hicieron un montón, y allí sobre el montón de piedras comieron. 47 Labán lo llamó «Yegar Sadutá»,[a] y Jacob lo llamó «Galaad»[b] 48 porque Labán dijo: «Este montón de piedras es hoy testigo entre nosotros dos». Por eso se le conoce por el nombre de Galaad 49 y de Mispá,[c] pues dijo:


«Que el Señor nos vigile a ti y a mí, ahora que nos separemos el uno del otro. 50 Si acaso humillas a mis hijas, o si tomas otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros, pero Dios nos ve y es testigo entre nosotros dos.»


51 Además, Labán le dijo a Jacob:


«Mira este montón de piedras y esta señal, que he levantado entre nosotros dos. 52 Que este montón de piedras y esta señal nos sirvan de testigos, de que ni tú ni yo pasaremos más allá de este montón de piedras, ni de esta señal, para hacernos daño. 53 Que el Dios de Abrahán y el Dios de Najor, el Dios de sus padres, juzgue entre nosotros.»


Y Jacob juró por aquel que era el temor de Isaac, su padre. 54 Luego Jacob ofreció sacrificios en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan. Después de comer, pasaron la noche en el monte. 55 A la mañana siguiente Labán se levantó y besó a sus hijos y sus hijas, y los bendijo; después de eso se fue de regreso a su lugar.

Jacob se prepara para el encuentro con Esaú


32 Al seguir Jacob su camino, le salieron al encuentro ángeles de Dios. 2 Cuando Jacob los vio, dijo: «Éste es un campamento de Dios.» Así que a aquel lugar lo llamó Majanayin.[d] 3 Jacob envió delante de sí mensajeros a Esaú, su hermano, que estaba en la tierra de Seir, en el campo de Edom, 4 y les dio las siguientes instrucciones:


«Díganle a mi señor Esaú de parte de su siervo Jacob: “Hasta ahora he estado viviendo con Labán. 5 Tengo vacas, asnos y ovejas, y también siervos y siervas. Envío a decir esto a mi señor, para pedirle que me trate con bondad.”»


6 Los mensajeros volvieron a Jacob, y le dijeron:


«Fuimos a ver a tu hermano Esaú, y también él viene a recibirte. Con él vienen cuatrocientos hombres.»


7 Jacob sintió mucho miedo. En su angustia, dividió en dos campamentos a la gente que venía con él, lo mismo que a las ovejas, las vacas y los camellos; 8 y dijo: «Si Esaú viene contra un campamento, y lo ataca, el otro campamento podrá escapar.»


9 También dijo Jacob: «Señor, Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac, tú me dijiste: “Vuelve a tu tierra, con tus parientes, y yo te trataré bien.” 10 Yo soy menor que todas las misericordias y que toda la verdad con que has tratado a este siervo tuyo, pues crucé este Jordán solamente con mi cayado, y ahora he llegado a poseer dos campamentos. 11 ¡Por favor, líbrame de la mano de mi hermano Esaú, porque le temo! ¡No sea que venga y hiera a la madre junto con los hijos! 12 Tú has dicho: “Yo te trataré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, tan numerosa que no se puede contar.”»

Footnotes


Génesis 31:47 Arameo, El montón del testimonio.

Génesis 31:47 Heb. El montón del testimonio.

Génesis 31:49 Es decir, Atalaya.

Génesis 32:2 Es decir, Dos campamentos.



Mateo 10:27-11:6

Reina Valera Contemporánea


27 Lo que les digo en las tinieblas, díganlo en la luz; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas. 28 No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. 29 ¿Acaso no se venden dos pajarillos por unas cuantas monedas? Aun así, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita, 30 pues aun los cabellos de ustedes están todos contados. 31 Así que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos. 32 A cualquiera que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

Jesús, causa de división


34 »No piensen que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35 He venido para poner al hijo contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra. 36 Los enemigos del hombre serán los de su casa. 37 El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí. El que ama a su hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. 38 El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

Recompensas


40 »El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá igual recompensa que el profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, recibirá igual recompensa que el justo. 42 De cierto les digo que cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos aunque sea un vaso de agua fría, por tratarse de un discípulo, no perderá su recompensa.»

Los mensajeros de Juan el Bautista


11 Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en otras ciudades.


2 Juan, que estaba en la cárcel, se enteró de los hechos de Cristo y envió a dos de sus discípulos 3 para que le preguntaran: «¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?» 4 Jesús les respondió: «Vuelvan y cuéntenle a Juan las cosas que han visto y oído. 5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncian las buenas noticias. 6 Bienaventurado el que no tropieza por causa de mí.»



Salmos 13

Reina Valera Contemporánea

Plegaria que pide ayuda en la aflicción

Al músico principal. Salmo de David.


13 ¿Hasta cuándo, Señor?

¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?

¿Te olvidarás de mí para siempre?

2

¿Hasta cuándo debo estar angustiado,

y andar triste todo el día?

¿Hasta cuándo mi adversario me dominará?

3

Señor y Dios mío, mírame y respóndeme;

ilumina mis ojos, y manténme con vida.

4

Que no diga mi adversario que logró vencerme.

¡Se burlará de mí si acaso caigo!

5

Yo confío en tu misericordia;

mi corazón se alegra en tu salvación.

6

Te cantaré salmos, Señor,

porque tú siempre buscas mi bien.



Proverbios 3:16-18

Reina Valera Contemporánea


16

Con la mano derecha ofrece una larga vida,

y con la izquierda ofrece riquezas y honra.

17

Sus caminos son un deleite,

y en todas sus veredas hay paz.

18

La sabiduría es un árbol de vida

para los que echan mano de ella;

¡dichosos los que no la sueltan!

Reina Valera Contemporánea (RVC)


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