Día 218, DAB Español, Lunes 05 de Agosto
Esdras 1:1-2:70; 1 Corintios 1:18-2:5; Salmos 27:8-14; Proverbios 20:22-23 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
Esdras 1-2
Nueva Traducción Viviente
Ciro permite el regreso de los desterrados
1 En el primer año de Ciro, rey de Persia,[a] el Señor cumplió la profecía que había dado por medio de Jeremías.[b] Movió el corazón de Ciro a poner por escrito el siguiente edicto y enviarlo a todo el reino:
2 «Esto dice Ciro, rey de Persia:
»“El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra. Me encargó construirle un templo en Jerusalén, que está en Judá. 3 Cualquiera que pertenezca a su pueblo puede ir a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, quien vive en Jerusalén, ¡y que su Dios esté con ustedes! 4 En el lugar que se encuentre este remanente judío, que sus vecinos los ayuden con los gastos, dándoles plata y oro, provisiones para el viaje y animales, como también una ofrenda voluntaria para el templo de Dios en Jerusalén”».
5 Luego Dios movió el corazón de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de las tribus de Judá y de Benjamín, para que fueran a Jerusalén a reconstruir el templo del Señor. 6 Todos los vecinos colaboraron, dándoles objetos de plata y de oro, provisiones para el viaje y animales. Les dieron muchos regalos valiosos además de todas las ofrendas voluntarias.
7 El propio rey Ciro sacó los objetos que el rey Nabucodonosor se había llevado del templo del Señor en Jerusalén y había colocado en el templo de sus dioses. 8 Ciro le ordenó a Mitrídates, el tesorero de Persia, que contara esos artículos y se los entregara a Sesbasar, el líder de los desterrados que regresaban a Judá.[c] 9 La siguiente es una lista de los artículos que se devolvieron:
tazones de oro 30
tazones de plata 1000
recipientes de plata para quemar incienso[d] 29
10 copas de oro 30
copas de plata 410
otros artículos 1000
11 En total eran 5400 artículos de oro y de plata. Sesbasar los llevó todos consigo cuando los desterrados se fueron de Babilonia hacia Jerusalén.
Los desterrados que regresaron con Zorobabel
2 Esta es la lista de los desterrados judíos de las provincias que regresaron de su cautiverio. El rey Nabucodonosor los había desterrado a Babilonia, pero ahora regresaron a Jerusalén y a las otras ciudades de Judá donde vivían originalmente. 2 Sus líderes fueron Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana.
Este es el total de los hombres de Israel que regresó del destierro:
3 la familia de Paros 2172
4 la familia de Sefatías 372
5 la familia de Ara 775
6 la familia de Pahat-moab (descendientes de Jesúa y Joab) 2812
7 la familia de Elam 1254
8 la familia de Zatu 945
9 la familia de Zacai 760
10 la familia de Bani 642
11 la familia de Bebai 623
12 la familia de Azgad 1222
13 la familia de Adonicam 666
14 la familia de Bigvai 2056
15 la familia de Adín 454
16 la familia de Ater (descendientes de Ezequías) 98
17 la familia de Bezai 323
18 la familia de Jora 112
19 la familia de Hasum 223
20 la familia de Gibar 95
21 la gente de Belén 123
22 la gente de Netofa 56
23 la gente de Anatot 128
24 la gente de Bet-azmavet[e] 42
25 la gente de Quiriat-jearim,[f] Cafira y Beerot 743
26 la gente de Ramá y Geba 621
27 la gente de Micmas 122
28 la gente de Betel y Hai 223
29 los ciudadanos de Nebo 52
30 los ciudadanos de Magbis 156
31 los ciudadanos de Elam occidental[g] 1254
32 los ciudadanos de Harim 320
33 los ciudadanos de Lod, Hadid y Ono 725
34 los ciudadanos de Jericó 345
35 los ciudadanos de Senaa 3630
36 Estos son los sacerdotes que regresaron del destierro:
la familia de Jedaías (por la línea genealógica de Jesúa) 973
37 la familia de Imer 1052
38 la familia de Pasur 1247
39 la familia de Harim 1017
40 Estos son los levitas que regresaron del destierro:
la familia de Jesúa y la de Cadmiel (descendientes de Hodavías) 74
41 los cantores de la familia de Asaf 128
42 los porteros de las familias de Salum, Ater, Talmón, Acub, Hatita y Sobai 139
43 Regresaron del destierro los descendientes de estos sirvientes del templo:
Ziha, Hasufa, Tabaot,
44 Queros, Siaha, Padón,
45 Lebana, Hagaba, Acub,
46 Hagab, Salmai,[h] Hanán,
47 Gidel, Gahar, Reaía,
48 Rezín, Necoda, Gazam,
49 Uza, Paseah, Besai,
50 Asena, Mehunim, Nefusim,
51 Bacbuc, Hacufa, Harhur,
52 Bazlut, Mehída, Harsa,
53 Barcos, Sísara, Tema,
54 Nezía y Hatifa.
55 Regresaron del destierro los descendientes de estos sirvientes del rey Salomón:
Sotai, Hasoferet, Peruda,
56 Jaala, Darcón, Gidel,
57 Sefatías, Hatil, Poqueret-hazebaim y Ami.
58 En total, los sirvientes del templo y los descendientes de los sirvientes de Salomón fueron trescientas noventa y dos personas.
59 Otro grupo regresó en esos días de las ciudades de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer. Sin embargo, ni ellos ni sus familias pudieron demostrar que eran descendientes de Israel. 60 Ese grupo incluía a las familias de Delaía, Tobías y Necoda: un total de seiscientas cincuenta y dos personas.
61 También regresaron tres familias de sacerdotes: Habaía, Cos y Barzilai. (Este Barzilai se había casado con una mujer que era descendiente de Barzilai de Galaad y había tomado el nombre de la familia de ella). 62 Buscaron sus nombres en los registros genealógicos pero no los encontraron, así que no calificaron para servir como sacerdotes. 63 El gobernador les dijo que no comieran de la porción de los sacrificios que correspondía a los sacerdotes hasta que un sacerdote pudiera consultar al Señor sobre ese asunto por medio del Urim y el Tumim, o sea, el sorteo sagrado.
64 Así que un total de 42.360 personas regresaron a Judá, 65 además de 7337 sirvientes y 200 cantores, tanto hombres como mujeres. 66 Llevaron consigo 736 caballos, 245 mulas, 67 435 camellos y 6720 burros.
68 Cuando llegaron al templo del Señor en Jerusalén, algunos de los jefes de familia entregaron ofrendas voluntarias para la reconstrucción del templo de Dios en su sitio original, 69 y cada jefe dio todo lo que pudo. El total de esas ofrendas fue 61.000 monedas de oro,[i] 3000 kilos[j] de plata y 100 túnicas para los sacerdotes.
70 Entonces los sacerdotes, los levitas, los cantores, los porteros, los sirvientes del templo y algunos miembros del pueblo se establecieron en aldeas cerca de Jerusalén. El resto de la gente regresó a sus respectivas ciudades por todo el territorio de Israel.
Footnotes
1:1a El primer año del reinado de Ciro en Babilonia fue el 538 a. C.
1:1b Ver Jr 25:11-12; 29:10.
1:8 En hebreo Sesbasar, príncipe de Judá.
1:9 El significado de esta palabra hebrea es incierto.
2:24 Igual que el texto paralelo en Ne 7:28; en hebreo dice Azmavet.
2:25 Así aparece en algunos manuscritos hebreos y en la versión griega (ver también Ne 7:29); en hebreo dice Quiriat-arim.
2:31 O del otro Elam.
2:46 Así aparece en una lectura alternativa del texto masorético (ver también Ne 7:48); la otra alternativa dice Samlai.
2:69a En hebreo 61.000 daricos de oro, unos 500 kilos o 1100 libras de peso.
2:69b En hebreo 5000 minas [6250 libras].
1 Corintios 1:18-2:5
Nueva Traducción Viviente
La sabiduría de Dios
18 ¡El mensaje de la cruz es una ridiculez para los que van rumbo a la destrucción! Pero nosotros, que vamos en camino a la salvación, sabemos que es el poder mismo de Dios. 19 Como dicen las Escrituras:
«Destruiré la sabiduría de los sabios
y desecharé la inteligencia de los inteligentes»[a].
20 Así que, ¿dónde deja eso a los filósofos, a los estudiosos y a los especialistas en debates de este mundo? Dios ha hecho que la sabiduría de este mundo parezca una ridiculez. 21 Ya que Dios, en su sabiduría, se aseguró de que el mundo nunca lo conociera por medio de la sabiduría humana, usó nuestra predicación «ridícula» para salvar a los que creen. 22 Es ridícula para los judíos, que piden señales del cielo. Y es ridícula para los griegos, que buscan la sabiduría humana. 23 Entonces cuando predicamos que Cristo fue crucificado, los judíos se ofenden y los gentiles[b] dicen que son puras tonterías.
24 Sin embargo, para los que Dios llamó a la salvación, tanto judíos como gentiles,[c] Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. 25 Ese plan «ridículo» de Dios es más sabio que el más sabio de los planes humanos, y la debilidad de Dios es más fuerte que la mayor fuerza humana.
26 Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos[d] cuando Dios los llamó. 27 En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. 28 Dios escogió lo despreciado por el mundo[e]—lo que se considera como nada—y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante. 29 Como resultado, nadie puede jamás jactarse en presencia de Dios.
30 Dios los ha unido a ustedes con Cristo Jesús. Dios hizo que él fuera la sabiduría misma para nuestro beneficio. Cristo nos hizo justos ante Dios; nos hizo puros y santos y nos liberó del pecado. 31 Por lo tanto, como dicen las Escrituras: «Si alguien quiere jactarse, que se jacte solamente del Señor»[f].
Pablo y su mensaje de sabiduría
2 Amados hermanos, la primera vez que los visité, no me valí de palabras elevadas ni de una sabiduría impresionante para contarles acerca del plan secreto de Dios.[g] 2 Pues decidí que, mientras estuviera con ustedes, olvidaría todo excepto a Jesucristo, el que fue crucificado. 3 Me acerqué a ustedes en debilidad: con timidez y temblor. 4 Y mi mensaje y mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos, confié solamente en el poder del Espíritu Santo. 5 Lo hice así para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios.
Footnotes
1:19 Is 29:14.
1:23 Gentil[es], que no es judío.
1:24 En griego griegos.
1:26 O de ilustre cuna.
1:28 O Dios eligió a los de cuna humilde.
1:31 Jr 9:24.
2:1 En griego del misterio de Dios; otros manuscritos dicen del testimonio de Dios.
Salmos 27:8-14
Nueva Traducción Viviente
8
Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo».
Y mi corazón responde: «Aquí vengo, Señor».
9
No me des la espalda;
no rechaces a tu siervo con enojo.
Tú siempre has sido mi ayudador.
No me dejes ahora; no me abandones,
¡oh Dios de mi salvación!
10
Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
el Señor me mantendrá cerca.
11
Enséñame cómo vivir, oh Señor.
Guíame por el camino correcto,
porque mis enemigos me esperan.
12
No permitas que caiga en sus manos.
Pues me acusan de cosas que nunca hice;
cada vez que respiran, me amenazan con violencia.
13
Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del Señor
mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes.
14
Espera con paciencia al Señor;
sé valiente y esforzado;
sí, espera al Señor con paciencia.
Proverbios 20:22-23
Nueva Traducción Viviente
22
No digas: «Me voy a vengar de este mal»;
espera a que el Señor se ocupe del asunto.
23
El Señor detesta el engaño;
no le agradan las balanzas adulteradas.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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