Thursday, October 31, 2024

DAB Español, Viernes 01 de Noviembre

Día 306, DAB Español, Viernes 01 de Noviembre


Ezequiel 1:1-3:15; Hebreos 3:1-19; Salmos 104:1-23; Proverbios 26:24-26 (Nueva Traducción Viviente (NTV))








Ezequiel 1:1-3:15

Nueva Traducción Viviente

Visión de los seres vivientes


1 El 31 de julio[a] de mis treinta años de vida,[b] me encontraba con los judíos en el destierro, junto al río Quebar, en Babilonia, cuando se abrieron los cielos y tuve visiones de Dios. 2 Eso ocurrió durante el quinto año de cautividad del rey Joaquín. 3 (El Señor le dio este mensaje al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, junto al río Quebar, en la tierra de los babilonios;[c] y él sintió que la mano del Señor se apoderó de él).


4 Mientras miraba, vi una gran tormenta que venía del norte empujando una nube enorme que resplandecía con relámpagos y brillaba con una luz radiante. Dentro de la nube había fuego, y en medio del fuego resplandecía algo que parecía como de ámbar reluciente.[d] 5 Del centro de la nube salieron cuatro seres vivientes que parecían humanos, 6 solo que cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. 7 Las piernas eran rectas, y los pies tenían pezuñas como las de un becerro y brillaban como bronce bruñido. 8 Pude ver que, debajo de cada una de las cuatro alas, tenían manos humanas. Así que cada uno de los cuatro seres tenía cuatro caras y cuatro alas. 9 Las alas de cada ser viviente se tocaban con las de los seres que estaban al lado. Cada uno se movía de frente hacia adelante, en la dirección que fuera, sin darse vuelta.


10 Cada uno tenía cara humana por delante, cara de león a la derecha, cara de buey a la izquierda, y cara de águila por detrás. 11 Cada uno tenía dos pares de alas extendidas: un par se tocaba con las alas de los seres vivientes a cada lado, y el otro par le cubría el cuerpo. 12 Los seres iban en la dirección que indicara el espíritu y se movían de frente hacia delante, en la dirección que fuera, sin darse vuelta.


13 Los seres vivientes parecían carbones encendidos o antorchas brillantes, y daba la impresión de que entre ellos destellaban relámpagos. 14 Y los seres vivientes se desplazaban velozmente de un lado a otro como centellas.


15 Mientras miraba a esos seres vivientes, vi junto a ellos cuatro ruedas que tocaban el suelo; a cada uno le correspondía una rueda. 16 Las ruedas brillaban como si fueran de berilo. Las cuatro ruedas se parecían y estaban hechas de la misma manera; dentro de cada rueda había otra rueda, que giraba en forma transversal. 17 Los seres podían avanzar de frente en cualquiera de las cuatro direcciones, sin girar mientras se movían. 18 Los aros de las cuatro ruedas eran altos y aterradores, y estaban cubiertos de ojos alrededor.


19 Cuando los seres vivientes se movían, las ruedas se movían con ellos. Cuando volaban hacia arriba, las ruedas también subían. 20 El espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. Así que a donde fuera el espíritu, iban también las ruedas y los seres vivientes. 21 Cuando los seres se movían, las ruedas se movían. Cuando los seres se detenían, las ruedas se detenían. Cuando los seres volaban hacia arriba, las ruedas se elevaban, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.


22 Por encima de ellos se extendía una superficie semejante al cielo, reluciente como el cristal. 23 Por debajo de esa superficie, dos alas de cada ser viviente se extendían para tocar las alas de los otros, y cada uno tenía otras dos alas que le cubrían el cuerpo. 24 Cuando volaban, el ruido de las alas me sonaba como olas que rompen contra la costa o la voz del Todopoderoso[e] o los gritos de un potente ejército. Cuando se detuvieron, bajaron las alas. 25 Mientras permanecían de pie con las alas bajas, se oyó una voz más allá de la superficie de cristal que estaba encima de ellos.


26 Sobre esta superficie había algo semejante a un trono hecho de lapislázuli. En ese trono, en lo más alto, había una figura con apariencia de hombre. 27 De lo que parecía ser su cintura para arriba, tenía aspecto de ámbar reluciente, titilante como el fuego; y de la cintura para abajo, parecía una llama encendida resplandeciente. 28 Lo rodeaba un halo luminoso, como el arco iris que brilla entre las nubes en un día de lluvia. Así se me presentó la gloria del Señor. Cuando la vi, caí con rostro en tierra, y oí la voz de alguien que me hablaba.

Llamado y encargo de Ezequiel


2 «Levántate, hijo de hombre—dijo la voz—, quiero hablarte». 2 El Espíritu entró en mí mientras me hablaba y me puso de pie. Entonces escuché atentamente sus palabras. 3 «Hijo de hombre—me dijo—, te envío a la nación de Israel, un pueblo desobediente que se ha rebelado contra mí. Ellos y sus antepasados se han puesto en mi contra hasta el día de hoy. 4 Son un pueblo terco y duro de corazón. Ahora te envío a decirles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”. 5 Ya sea que te escuchen o se nieguen a escuchar—pues recuerda que son rebeldes—, al menos sabrán que han tenido un profeta entre ellos.


6 »Hijo de hombre, no tengas miedo ni de ellos ni de sus palabras. No temas, aunque sus amenazas te rodeen como ortigas, zarzas y escorpiones venenosos. No te desanimes por sus ceños fruncidos, por muy rebeldes que ellos sean. 7 Debes darles mis mensajes, te escuchen o no. Sin embargo, no te escucharán, ¡porque son totalmente rebeldes! 8 Hijo de hombre, presta atención a lo que te digo. No seas rebelde como ellos. Abre la boca y come lo que te doy».


9 Luego miré y vi que se me acercaba una mano que sostenía un rollo, 10 el cual él abrió. Entonces vi que estaba escrito en ambos lados con cantos fúnebres, lamentos y declaraciones de condena.


3 La voz me dijo: «Hijo de hombre, come lo que te doy, ¡cómete este rollo! Luego ve y transmite el mensaje a los israelitas». 2 Así que abrí la boca y él me dio a comer el rollo. 3 «Llénate el estómago con esto», me dijo. Al comerlo, sentí un sabor tan dulce como la miel.


4 Luego me dijo: «Hijo de hombre, ve a los israelitas y dales mis mensajes. 5 No te envío a un pueblo de extranjeros que habla un idioma que no comprendes. 6 No, no te envío a gente que habla un idioma extraño y difícil de entender. Si te enviara a esas personas, ¡ellas te escucharían! 7 ¡Pero los israelitas no te escucharán a ti como tampoco me escuchan a mí! Pues todos y cada uno de ellos son tercos y duros de corazón. 8 Sin embargo, mira, te he hecho tan obstinado y duro de corazón como ellos. 9 ¡Endurecí tu frente tanto como la roca más dura! Por lo tanto, no les tengas miedo ni te asustes con sus miradas furiosas, por muy rebeldes que sean».


10 Luego agregó: «Hijo de hombre, que todas mis palabras penetren primero en lo profundo de tu corazón. Escúchalas atentamente para tu propio bien. 11 Después ve a tus compatriotas desterrados y diles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”. Hazlo, te escuchen o no».


12 Luego el Espíritu me levantó y oí detrás de mí un fuerte ruido que retumbaba. (¡Alabada sea la gloria del Señor en su lugar!)[f]. 13 Era el sonido de las alas de los seres vivientes al rozarse unas con otras y el retumbar de las ruedas debajo de ellos.


14 El Espíritu me levantó y me sacó de allí. Salí amargado y confundido, pero era fuerte el poder del Señor sobre mí. 15 Luego llegué a la colonia de judíos desterrados en Tel-abib, junto al río Quebar. Estaba atónito y me quedé sentado entre ellos durante siete días.

Footnotes


1:1a En hebreo El quinto día del cuarto mes, del antiguo calendario lunar hebreo. Varias fechas que aparecen en Ezequiel pueden corroborarse con las fechas que aparecen en los registros babilónicos que se han conservado y pueden relacionarse de manera precisa con nuestro calendario moderno. Ese suceso ocurrió el 31 de julio del 593 a. C.

1:1b O en el año treinta.

1:3 O caldeos.

1:4 O como metal bruñido; similar en 1:27.

1:24 En hebreo Shaddai.

3:12 Otra lectura posible de este versículo sería: Luego el Espíritu me levantó, y mientras la gloria del Señor se elevaba de su lugar, oí detrás de mí un fuerte ruido que retumbaba.


DAB Español, Jueves 31 de Octubre, Esdras Nehemías 05

En esta lección vemos a Esdras, al llegar a su destino, bajo la gracia de Dios y con muchas cosas, afligirse al ver que los que habían llegado antes, se habían descarriado de la misión principal y se estaban casando con la gente pagana. Aun los líderes eran culpables. 








Lección 05                           Esdras

 

Repaso Esdras 7

 1. El segundo grupo de judíos regresa con Esdras, escriba

 2. Van totalmente cubiertos con la gracia de Dios

  a) Con dinero para comprar todo lo necesario, incluso animales para los sacrificios

  b) Con poder judicial

  c) Exentos de pagar impuestos

 3. Esdras, con toda humildad, reconoce la mano de Dios sobre ellos

 

Esdras 8

v.1-14

 1. Recuerden que el primer grupo llegó con Zorobabel

 2. La lista de los jefes de familia que acompañaron a Esdras

v.15-20

 1. No hay Levitas en el grupo, y eran necesarios para establecer una comunidad de pacto

 2. Estos 11 hombres trajeron a 220 levitas

v.21-23

 1. La primera cosa es prepararse espiritualmente para el viaje

 2. Pues que Esdras le había dicho al rey que se Dios los 

   protegería, le dio pena pedir un escolto militar

v.24-28 Ellos “Contaron” el dinero y tesoros, para ser responsables

v.29-34 - Todo fue pesado antes del viaje y después

v.35-36

 1. Ofrecieron los sacrificios

 2. Presentaron las cartas oficiales

Esdras 9 - La reforma en la Tierra

  Todo iba bien, pero, se iban olvidando de su misión principal

v.1-2

 1. Estaban haciendo exactamente lo que provocó a Dios a enviarlos a Babilonia

 2. Se casaron con los paganos, y aun los líderes

v.3-4

 1. Esdras se aflige grandemente

 2. Los líderes quienes probablemente habían llegado con Zorobabel

 

 

 


Wednesday, October 30, 2024

DAB Español, Jueves 31 de Octubre

Día 305, DAB Español, Jueves 31 de Octubre


Lamentaciones 4:1-5:22; Hebreos 2:1-18; Salmos 103; Proverbios 26:23 (Nueva Traducción Viviente (NTV))








Lamentaciones 4-5

Nueva Traducción Viviente

El enojo de Dios queda satisfecho


4 ¡Cómo perdió su brillo el oro!

Hasta el oro más preciado se volvió opaco.

¡Las piedras preciosas sagradas

yacen esparcidas en las calles!


2

Miren cómo los preciosos hijos de Jerusalén,[a]

que valen su peso en oro puro,

ahora son tratados como vasijas de barro

hechas por un alfarero común y corriente.


3

Hasta los chacales amamantan a sus cachorros,

pero mi pueblo Israel no lo hace;

ignoran los llantos de sus hijos,

como los avestruces del desierto.


4

La lengua reseca de sus pequeños

se pega al paladar a causa de la sed.

Los niños lloran por pan,

pero nadie tiene para darles.


5

Los que antes comían los manjares más ricos

ahora mendigan en las calles por cualquier cosa que puedan obtener.

Los que antes vestían ropa de la más alta calidad

ahora hurgan en los basureros buscando qué comer.


6

La culpa[b] de mi pueblo

es mayor que la de Sodoma,

donde, en un instante, cayó el desastre total

y nadie ofreció ayuda.


7

Nuestros príncipes antes rebosaban de salud,

más brillantes que la nieve, más blancos que la leche.

Sus rostros eran tan rosados como rubíes,

su aspecto como joyas preciosas.[c]


8

Pero ahora sus caras son más negras que el carbón;

nadie los reconoce en las calles.

La piel se les pega a los huesos;

está tan seca y dura como la madera.


9

Los que murieron a espada terminaron mejor

que los que mueren de hambre.

Hambrientos, se consumen

por la falta de comida de los campos.


10

Mujeres de buen corazón

han cocinado a sus propios hijos;

los comieron

para sobrevivir el sitio.


11

Pero ahora, quedó satisfecho el enojo del Señor;

su ira feroz ha sido derramada.

Prendió un fuego en Jerusalén[d]

que quemó la ciudad hasta sus cimientos.


12

Ningún rey sobre toda la tierra,

nadie en todo el mundo,

hubiera podido creer que un enemigo

lograra entrar por las puertas de Jerusalén.


13

No obstante, ocurrió a causa de los pecados de sus profetas

y de los pecados de sus sacerdotes,

que profanaron la ciudad

al derramar sangre inocente.


14

Vagaban a ciegas

por las calles,

tan contaminados por la sangre

que nadie se atrevía a tocarlos.


15

«¡Apártense!—les gritaba la gente—.

¡Ustedes están contaminados! ¡No nos toquen!».

Así que huyeron a tierras distantes

y deambularon entre naciones extranjeras,

pero nadie les permitió quedarse.


16

El Señor mismo los dispersó,

y ya no los ayuda.

La gente no tiene respeto por los sacerdotes

y ya no honra a los líderes.


17

En vano esperamos que nuestros aliados

vinieran a salvarnos,

pero buscábamos socorro en naciones

que no podían ayudarnos.


18

Era imposible andar por las calles

sin poner en peligro la vida.

Se acercaba nuestro fin; nuestros días estaban contados.

¡Estábamos condenados!


19

Nuestros enemigos fueron más veloces que las águilas en vuelo.

Si huíamos a las montañas, nos encontraban;

si nos escondíamos en el desierto,

allí estaban esperándonos.


20

Nuestro rey—el ungido del Señor, la vida misma de nuestra nación—

quedó atrapado en sus lazos.

¡Pensábamos que su sombra

nos protegería contra cualquier nación de la tierra!


21

¿Te estás alegrando en la tierra de Uz,

oh pueblo de Edom?

Tú también beberás de la copa del enojo del Señor;

tú también serás desnudada en tu borrachera.


22

Oh bella Jerusalén,[e] tu castigo tendrá fin;

pronto regresarás del destierro.

Pero Edom, tu castigo apenas comienza;

pronto serán puestos al descubierto tus muchos pecados.

Oración por restauración


5 Señor, recuerda lo que nos ha sucedido.

¡Mira cómo hemos sido deshonrados!

2

Se entregó nuestra herencia a extraños,

y nuestras casas, a extranjeros.

3

Somos huérfanos, sin padre,

y nuestras madres son viudas.

4

Tenemos que pagar por el agua que bebemos,

y hasta la leña es costosa.

5

Los que nos persiguen nos pisan los talones;

estamos agotados pero no encontramos descanso.

6

Nos sometimos a Egipto y a Asiria

para conseguir alimentos y así sobrevivir.

7

Nuestros antepasados pecaron, pero murieron,

¡y nosotros sufrimos el castigo que ellos merecían!


8

Los esclavos son ahora nuestros amos;

no ha quedado nadie para rescatarnos.

9

Buscamos comida a riesgo de nuestra vida

porque la violencia domina el campo.

10

El hambre hizo ennegrecer nuestra piel

como si hubiera sido quemada en el horno.

11

Nuestros enemigos violaron a las mujeres de Jerusalén[f]

y a las muchachas de las ciudades de Judá.

12

Cuelgan a nuestros príncipes de las manos,

y tratan a nuestros ancianos con desprecio.

13

Llevan a los jóvenes a trabajar en los molinos,

y los niños tambalean bajo pesadas cargas de leña.

14

Los ancianos ya no se sientan en las puertas de la ciudad;

los jóvenes ya no bailan ni cantan.

15

La alegría abandonó nuestro corazón;

nuestras danzas se convirtieron en luto.

16

Cayeron las guirnaldas[g] de nuestra cabeza.

Lloren por nosotros porque hemos pecado.

17

Tenemos el corazón angustiado y cansado,

y nuestros ojos se nublan por las lágrimas,

18

porque Jerusalén[h] está vacía y desolada;

es un lugar donde merodean los chacales.


19

¡Pero Señor, tú serás el mismo para siempre!

Tu trono continúa de generación en generación.

20

¿Por qué sigues olvidándonos?

¿Por qué nos has abandonado por tanto tiempo?

21

¡Restáuranos, oh Señor, y haz que regresemos a ti!

¡Devuélvenos la alegría que teníamos antes!

22

¿O acaso nos has rechazado por completo?

¿Todavía estás enojado con nosotros?

Footnotes


4:2 En hebreo de Sion.

4:6 O El castigo.

4:7 En hebreo como lapislázuli.

4:11 En hebreo en Sion.

4:22 En hebreo Oh hija de Sion.

5:11 En hebreo de Sion.

5:16 O Cayó la corona.

5:18 En hebreo porque el monte Sion.


DAB Español, Miércoles 18 de Junio

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