Tuesday, October 29, 2024

DAB Español, Miércoles 30 de Octubre

Día 304, DAB Español, Miércoles 30 de Octubre


Lamentaciones 2:20-3:66; Hebreos 1:1-14; Salmos 102; Proverbios 26:21-22 (Nueva Traducción Viviente (NTV))








Lamentaciones 2:20-3:66

Nueva Traducción Viviente


20

«¡Oh Señor, piensa en esto!

¿Debieras tratar a tu propio pueblo de semejante manera?

¿Habrán de comerse las madres a sus propios hijos,

a quienes mecieron en sus rodillas?

¿Habrán de ser asesinados los sacerdotes y los profetas

dentro del templo del Señor?


21

»Mira cómo yacen en las calles,

jóvenes y viejos,

niños y niñas,

muertos por la espada del enemigo.

Los mataste en tu enojo;

los masacraste sin misericordia.


22

»Convocaste a los terrores para que vinieran de todas partes,

como si los invitaras a un día de fiesta.

En el día del enojo del Señor,

no escapó ni sobrevivió nadie.

El enemigo mató a todos los niños

que llevé en mis brazos y crie».

Esperanza en la fidelidad del Señor


3 Yo soy el que ha visto las aflicciones

que provienen de la vara del enojo del Señor.

2

Me llevó a las tinieblas,

y dejó fuera toda luz.

3

Volvió su mano contra mí

una y otra vez, todo el día.


4

Hizo que mi piel y mi carne envejecieran;

quebró mis huesos.

5

Me sitió y me rodeó

de angustia y aflicción.

6

Me enterró en un lugar oscuro,

como a los que habían muerto hace tiempo.


7

Me cercó con un muro, y no puedo escapar;

me ató con pesadas cadenas.

8

Y a pesar de que lloro y grito,

cerró sus oídos a mis oraciones.

9

Impidió mi paso con un muro de piedra;

hizo mis caminos tortuosos.


10

Se escondió como un oso o un león,

esperando atacarme.

11

Me arrastró fuera del camino, me descuartizó

y me dejó indefenso y destruido.

12

Tensó su arco

y me hizo el blanco de sus flechas.


13

Disparó sus flechas

a lo profundo de mi corazón.

14

Mi propio pueblo se ríe de mí;

todo el día repiten sus canciones burlonas.

15

Él me llenó de amargura

y me dio a beber una copa amarga de dolor.


16

Me hizo masticar piedras;

me revolcó en el polvo.

17

Me arrebató la paz

y ya no recuerdo qué es la prosperidad.

18

Yo exclamo: «¡Mi esplendor ha desaparecido!

¡Se perdió todo lo que yo esperaba del Señor!».


19

Recordar mi sufrimiento y no tener hogar

es tan amargo que no encuentro palabras.[a]

20

Siempre tengo presente este terrible tiempo

mientras me lamento por mi pérdida.

21

No obstante, aún me atrevo a tener esperanza

cuando recuerdo lo siguiente:


22

¡El fiel amor del Señor nunca se acaba[b]!

Sus misericordias jamás terminan.

23

Grande es su fidelidad;

sus misericordias son nuevas cada mañana.

24

Me digo: «El Señor es mi herencia,

por lo tanto, ¡esperaré en él!».


25

El Señor es bueno con los que dependen de él,

con aquellos que lo buscan.

26

Por eso es bueno esperar en silencio

la salvación que proviene del Señor.

27

Y es bueno que todos se sometan desde temprana edad

al yugo de su disciplina:


28

Que se queden solos en silencio

bajo las exigencias del Señor.

29

Que se postren rostro en tierra,

pues quizá por fin haya esperanza.

30

Que vuelvan la otra mejilla a aquellos que los golpean

y que acepten los insultos de sus enemigos.


31

Pues el Señor no abandona

a nadie para siempre.

32

Aunque trae dolor, también muestra compasión

debido a la grandeza de su amor inagotable.

33

Pues él no se complace en herir a la gente

o en causarles dolor.


34

Si la gente pisotea

a todos los prisioneros de la tierra,

35

si privan a otros de sus derechos,

desafiando al Altísimo,

36

si tuercen la justicia en los tribunales,

¿acaso no ve el Señor todas estas cosas?


37

¿Quién puede ordenar que algo suceda

sin permiso del Señor?

38

¿No envía el Altísimo

tanto calamidad como bien?

39

Entonces, ¿por qué nosotros, simples humanos,

habríamos de quejarnos cuando somos castigados por nuestros pecados?


40

En cambio, probemos y examinemos nuestros caminos

y volvamos al Señor.

41

Levantemos nuestro corazón y nuestras manos

al Dios del cielo y digamos:

42

«Hemos pecado y nos hemos rebelado,

y no nos has perdonado.


43

»Nos envolviste en tu enojo, nos perseguiste

y nos masacraste sin misericordia.

44

Te escondiste en una nube

para que nuestras oraciones no pudieran llegar a ti.

45

Nos desechaste como a basura y como a desperdicio

entre las naciones.


46

»Todos nuestros enemigos

se han pronunciado en contra de nosotros.

47

Estamos llenos de miedo,

porque nos encontramos atrapados, destruidos y arruinados».

48

¡Ríos de lágrimas brotan de mis ojos

por la destrucción de mi pueblo!


49

Mis lágrimas corren sin cesar;

no pararán

50

hasta que el Señor mire

desde el cielo y vea.

51

Se me destroza el corazón

por el destino de todas las mujeres de Jerusalén.


52

Mis enemigos, a quienes nunca les hice daño,

me persiguieron como a un pájaro.

53

Me arrojaron a un hoyo

y dejaron caer piedras sobre mí.

54

El agua subió hasta cubrir mi cabeza

y yo exclamé: «¡Este es el fin!».


55

Pero desde lo profundo del hoyo,

invoqué tu nombre, Señor.

56

Me oíste cuando clamé: «¡Escucha mi ruego!

¡Oye mi grito de socorro!».

57

Así fue, cuando llamé, tú viniste;

me dijiste: «No tengas miedo».


58

Señor, has venido a defenderme;

has redimido mi vida.

59

Viste el mal que me hicieron, Señor;

sé mi juez y demuestra que tengo razón.

60

Has visto los planes vengativos

que mis enemigos han tramado contra mí.


61

Señor, tú oíste los nombres repugnantes con los que me llaman

y conoces los planes que hicieron.

62

Mis enemigos susurran y hablan entre dientes

mientras conspiran contra mí todo el día.

63

¡Míralos! Estén sentados o de pie,

yo soy el objeto de sus canciones burlonas.


64

Señor, dales su merecido

por todo lo malo que han hecho.

65

¡Dales corazones duros y tercos,

y después, que tu maldición caiga sobre ellos!

66

Persíguelos en tu enojo

y destrúyelos bajo los cielos del Señor.

Footnotes


3:19 O es amargura y hiel.

3:22 Así aparece en la versión siríaca; en hebreo dice del Señor nos guarda de la destrucción.



Hebreos 1

Nueva Traducción Viviente

Jesucristo es el Hijo de Dios


1 Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. 2 Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo. 3 El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo. 4 Esto demuestra que el Hijo es muy superior a los ángeles, así como el nombre que Dios le dio es superior al nombre de ellos.

El Hijo es superior a los ángeles


5 Pues Dios nunca le dijo a ningún ángel lo que le dijo a Jesús:


«Tú eres mi Hijo.

Hoy he llegado a ser tu Padre[a]».


Dios también dijo:


«Yo seré su Padre,

y él será mi Hijo»[b].


6 Además, cuando trajo a su Hijo supremo[c] al mundo, Dios dijo:[d]


«Que lo adoren todos los ángeles de Dios»[e].


7 Pero con respecto a los ángeles, Dios dice:


«Él envía a sus ángeles como los vientos

y a sus sirvientes como llamas de fuego»[f].


8 Pero al Hijo le dice:


«Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre.

Tú gobiernas con un cetro de justicia.

9

Amas la justicia y odias la maldad.

Por eso, oh Dios, tu Dios te ha ungido

derramando el aceite de alegría sobre ti más que sobre cualquier otro»[g].


10 También le dice al Hijo:


«Señor, en el principio echaste los cimientos de la tierra

y con tus manos formaste los cielos.

11

Ellos dejarán de existir, pero tú permaneces para siempre.

Ellos se desgastarán como ropa vieja.

12

Los doblarás como un manto

y los desecharás como ropa usada.

Pero tú siempre eres el mismo;

tú vivirás para siempre»[h].


13 Además, Dios nunca le dijo a ninguno de los ángeles:


«Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,

hasta que humille a tus enemigos

y los ponga por debajo de tus pies»[i].


14 Por lo tanto, los ángeles solo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación.

Footnotes


1:5a U Hoy te doy a conocer como mi Hijo. Sal 2:7.

1:5b 2 Sm 7:14.

1:6a O primogénito.

1:6b O cuando traiga nuevamente a su Hijo supremo [o Hijo primogénito] al mundo, Dios dirá.

1:6c Dt 32:43.

1:7 Sal 104:4 (versión griega).

1:8-9 Sal 45:6-7.

1:10-12 Sal 102:25-27.

1:13 Sal 110:1.



Salmos 102

Nueva Traducción Viviente

Oración de quien está abrumado de problemas y se desahoga ante el Señor.


102 Señor, ¡oye mi oración!

¡Escucha mi ruego!

2

No te alejes de mí

en el tiempo de mi angustia.

Inclínate para escuchar

y no tardes en responderme cuando te llamo.

3

Pues mis días desaparecen como el humo,

y los huesos me arden como carbones al rojo vivo.

4

Tengo el corazón angustiado, marchito como la hierba,

y perdí el apetito.

5

Por mi gemir,

quedé reducido a piel y huesos.

6

Soy como un búho en el desierto,

como un búho pequeño en un lugar remoto y desolado.

7

Me acuesto y sigo despierto,

como un pájaro solitario en el tejado.

8

Mis enemigos se burlan de mí día tras día;

se mofan de mí y me maldicen.

9

Me alimento de cenizas;

las lágrimas corren por mis mejillas y se mezclan con mi bebida,

10

a causa de tu enojo y de tu ira,

pues me levantaste y me echaste.

11

Mi vida pasa tan rápido como las sombras de la tarde;

voy marchitándome como hierba.


12

Pero tú, oh Señor, te sentarás en tu trono para siempre;

tu fama durará por todas las generaciones.

13

Te levantarás y tendrás misericordia de Jerusalén;[a]

ya es tiempo de tener compasión de ella,

ahora es el momento en que prometiste ayudar.

14

Pues tu pueblo ama cada piedra de sus murallas

y atesora hasta el polvo de sus calles.

15

Entonces las naciones temblarán ante el Señor;

los reyes de la tierra temblarán ante su gloria.

16

Pues el Señor reconstruirá Jerusalén;

él aparecerá en su gloria.

17

Escuchará las oraciones de los desposeídos;

no rechazará sus ruegos.


18

Que esto quede registrado para las generaciones futuras,

para que un pueblo aún no nacido alabe al Señor.

19

Cuéntenles que el Señor miró hacia abajo,

desde su santuario celestial.

Desde los cielos miró la tierra

20

para escuchar los gemidos de los prisioneros,

para poner en libertad a los condenados a muerte.

21

Por eso la fama del Señor se celebrará en Sion,

y sus alabanzas en Jerusalén,

22

cuando las multitudes se reúnan

y los reinos vengan a adorar al Señor.


23

En la mitad de mi vida, me quebró las fuerzas,

y así acortó mis días.

24

Pero clamé a él: «Oh mi Dios, el que vive para siempre,

¡no me quites la vida en la flor de mi juventud!

25

Hace mucho tiempo echaste los cimientos de la tierra

y con tus manos formaste los cielos.

26

Ellos dejarán de existir, pero tú permaneces para siempre;

se desgastarán como ropa vieja.

Tú los cambiarás

y los desecharás como si fueran ropa.

27

Pero tú siempre eres el mismo;

tú vivirás para siempre.

28

Los hijos de tu pueblo

vivirán seguros;

los hijos de sus hijos

prosperarán en tu presencia».

Footnotes


102:13 En hebreo Sion; también en 102:16.



Proverbios 26:21-22

Nueva Traducción Viviente


21

El buscapleitos inicia disputas con tanta facilidad

como las brasas calientes encienden el carbón o el fuego prende la madera.


22

Los rumores son deliciosos bocaditos

que penetran en lo profundo del corazón.

Nueva Traducción Viviente (NTV)


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