Sunday, October 27, 2024

DAB Español, Lunes 28 de Octubre

Día 302, DAB Español, Lunes 28 de Octubre


Jeremías 51:54-52:34; Tito 3:1-15; Salmos 100; Proverbios 26:18-19 (Nueva Traducción Viviente (NTV))








Jeremías 51:54-52:34

Nueva Traducción Viviente

Destrucción completa de Babilonia


54

»¡Escuchen! Oigan el llanto de Babilonia,

el sonido de la gran destrucción que surge de la tierra de los babilonios.

55

Pues el Señor destruye a Babilonia;

silenciará su vozarrón.

Oleadas de enemigos golpean contra ella;

resuenan en la ciudad los ruidos de batalla.

56

Vienen contra Babilonia ejércitos destructores.

Apresan a sus hombres valientes

y sus armas se quiebran en sus manos.

Pues el Señor es Dios que da justo castigo;

él siempre le da a cada cual su merecido.

57

Haré que sus autoridades y hombres sabios se emborrachen,

junto con sus capitanes, oficiales y guerreros.

¡Caerán dormidos

y nunca más se despertarán!»,

dice el Rey, cuyo nombre es

el Señor de los Ejércitos Celestiales.


58

Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales:

«Las gruesas murallas de Babilonia serán arrasadas

y sus inmensas puertas serán quemadas.

¡Los constructores de muchos países han trabajado en vano

porque su obra será destruida por fuego!».

Mensaje de Jeremías enviado a Babilonia


59 El profeta Jeremías le dio el siguiente mensaje a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maaseías, un oficial del Estado Mayor, cuando Seraías fue a Babilonia junto con el rey Sedequías de Judá. Esto sucedió durante el cuarto año del reinado de Sedequías.[a] 60 Jeremías registró en un rollo todos los terribles desastres que pronto vendrían sobre Babilonia: todas las palabras escritas aquí. 61 Le dijo a Seraías: «Cuando llegues a Babilonia, lee en voz alta todo lo que está en este rollo. 62 Luego di: “Señor, tú has dicho que destruirás a Babilonia de manera que no quedarán personas ni animales. Ella permanecerá vacía y abandonada para siempre”. 63 Cuando hayas terminado de leer el rollo, átalo a una piedra y arrójalo al río Éufrates. 64 Luego di: “De la misma manera Babilonia y su pueblo se hundirán para no levantarse jamás a causa de los desastres que traeré sobre ella”».


Aquí terminan los mensajes de Jeremías.

Caída de Jerusalén


52 Sedequías tenía veintiún años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Hamutal y era hija de Jeremías, de Libna. 2 Sin embargo, Sedequías hizo lo malo a los ojos del Señor, igual que Joacim. 3 Estas cosas sucedieron debido al enojo que el Señor tenía contra la gente de Jerusalén y de Judá, hasta que finalmente los expulsó de su presencia y los envió al destierro.


Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4 Así que el 15 de enero,[b] durante el noveno año del reinado de Sedequías, Nabucodonosor,[c] rey de Babilonia, dirigió a todo su ejército contra Jerusalén. Rodearon la ciudad y construyeron rampas de asalto contra las murallas. 5 Jerusalén estuvo sitiada hasta el año once del reinado de Sedequías.


6 Hacia el 18 de julio del año once del reinado de Sedequías,[d] el hambre en la ciudad ya era muy intensa y se había agotado por completo lo último que quedaba de alimento. 7 Entonces abrieron una brecha en la muralla de la ciudad, y todos los soldados huyeron. Como la ciudad estaba rodeada por los babilonios,[e] esperaron hasta la caída del sol y entonces se deslizaron por la puerta que está entre las dos murallas detrás del jardín real y se dirigieron al valle del Jordán.[f]


8 Sin embargo, las tropas babilónicas[g] persiguieron al rey Sedequías y lo alcanzaron en las llanuras de Jericó, porque todos sus hombres lo habían abandonado y se habían dispersado. 9 Capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que se encontraba en Ribla, en la tierra de Hamat. Allí el rey de Babilonia dictó sentencia contra Sedequías. 10 El rey de Babilonia hizo que Sedequías observara mientras masacraba a sus hijos. También masacró a todos los funcionarios de Judá en Ribla. 11 Luego le sacó los ojos y lo ató con cadenas de bronce, y el rey de Babilonia lo llevó a Babilonia. Sedequías permaneció allí en prisión hasta el día de su muerte.

Destrucción del templo


12 El 17 de agosto de ese año,[h] que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, llegó a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia y funcionario del rey babilónico. 13 Quemó por completo el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Destruyó todos los edificios importantes[i] de la ciudad. 14 Después supervisó a todo el ejército babilónico[j] mientras derribaba por completo las murallas de Jerusalén. 15 Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, se llevó cautivos a algunos de los más pobres, al resto de las personas que quedaban en la ciudad, a los desertores que habían jurado lealtad al rey de Babilonia y al resto de los artesanos; 16 pero Nabuzaradán permitió que algunos de los más pobres se quedaran para cuidar los viñedos y los campos.


17 Los babilonios hicieron pedazos las columnas de bronce que estaban al frente del templo del Señor, las carretas de bronce para llevar agua y el enorme tazón de bronce llamado el Mar, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. 18 También se llevaron los recipientes para la ceniza, las palas, la despabiladera de las lámparas, los tazones, los platos y todos los demás objetos de bronce que se usaban para realizar los sacrificios en el templo. 19 El capitán de la guardia también se llevó los cuencos pequeños, los recipientes para quemar incienso, los tazones, los calderos, los candelabros, los cucharones y las copas utilizadas para las ofrendas líquidas, y todos los demás objetos de oro puro o de plata.


20 El peso del bronce de las dos columnas, el Mar con los doce bueyes de bronce que estaban debajo y las carretas para llevar agua era tanto que no podía calcularse. Estos objetos se habían hecho para el templo del Señor en tiempos del rey Salomón. 21 Cada columna tenía ocho metros con treinta centímetros de alto y cinco metros y medio de circunferencia.[k] Eran huecas, con un grosor de ocho centímetros.[l] 22 El capitel de bronce en la parte superior de cada columna era de dos metros con treinta centímetros[m] de alto y estaba decorado alrededor con una red de granadas hecha de bronce. 23 Había noventa y seis granadas a los lados, y un total de cien granadas en la red alrededor de la parte superior.


24 Nabuzaradán, capitán de la guardia, se llevó consigo como prisioneros al sumo sacerdote Seraías, al sacerdote de segundo rango Sofonías, y a los tres porteros principales. 25 De la gente que seguía escondida en la ciudad, se llevó a un oficial que había estado al mando del ejército judío, a siete de los consejeros personales del rey, al secretario principal del comandante del ejército, quien estaba a cargo del reclutamiento, y a otros sesenta ciudadanos. 26 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los llevó a todos ante el rey de Babilonia, que se encontraba en Ribla. 27 Allí, en Ribla, en la tierra de Hamat, el rey de Babilonia mandó que los ejecutara a todos. Así que el pueblo de Judá fue expulsado de su tierra y llevado al destierro.


28 El número de cautivos llevados a Babilonia en el séptimo año del reinado de Nabucodonosor[n] fue de tres mil veintitrés. 29 Más adelante, en el año dieciocho de Nabucodonosor,[o] se llevó a ochocientos treinta y dos más. 30 En el año veintitrés del reinado de Nabucodonosor,[p] él envió a Nabuzaradán, capitán de la guardia, quien se llevó consigo a setecientos cuarenta y cinco más, un total de cuatro mil seiscientos cautivos.

Esperanza para la descendencia real de Israel


31 En el año treinta y siete del exilio de Joaquín, rey de Judá, Evil-merodac ascendió al trono de Babilonia. El nuevo rey fue bondadoso con[q] Joaquín y lo sacó de la cárcel el 31 de marzo de ese año.[r] 32 Le habló con amabilidad y le dio una posición superior a la de los demás reyes exiliados en Babilonia. 33 Le proporcionó a Joaquín ropa nueva para reemplazar la ropa de prisionero y le permitió comer en presencia del rey por el resto de su vida. 34 Así que el rey de Babilonia le dio una ración diaria de comida mientras vivió. Esto continuó hasta el día de su muerte.

Footnotes


51:59 El cuarto año del reinado de Sedequías fue el 593 a. C.

52:4a En hebreo el décimo día del décimo mes, del antiguo calendario lunar hebreo. Varios sucesos del libro de Jeremías pueden corroborarse con las fechas que aparecen en los registros babilónicos que se han conservado, y pueden relacionarse de manera precisa con nuestro calendario moderno. Ese día fue el 15 de enero de 588 a. C.

52:4b En hebreo Nabucad-retsar, una variante de Nabucodonosor; también en 52:12, 28, 29, 30.

52:6 En hebreo Por el noveno día del cuarto mes [del año once del reinado de Sedequías]. Este día fue el 18 de julio del 586 a. C.; ver también la nota en 52:4.

52:7a O caldeos; también en 52:17.

52:7b En hebreo al Arabá.

52:8 O caldeas.

52:12 En hebreo El décimo día del quinto mes, del antiguo calendario lunar hebreo. Ese día fue el 17 de agosto del 586 a. C.; ver también la nota en 52:4.

52:13 O Destruyó las casas de la gente importante.

52:14 O caldeo.

52:21a En hebreo 18 codos [27 pies] de alto y 12 codos [18 pies] de circunferencia.

52:21b En hebreo 4 dedos [3 pulgadas] de grosor.

52:22 En hebreo 5 codos [7,5 pies].

52:28 El destierro en el séptimo año del reinado de Nabucodonosor cayó en el 597 a. C.

52:29 El destierro en el año dieciocho del reinado de Nabucodonosor cayó en el 586 a. C.

52:30 El destierro en el año veintitrés del reinado de Nabucodonosor cayó en el 581 a. C.

52:31a En hebreo Levantó la cabeza de.

52:31b En hebreo el día veinticinco del mes doce, del antiguo calendario lunar hebreo. Ese día fue el 31 de marzo del 561 a. C.; ver también la nota en 52:4.



Tito 3

Nueva Traducción Viviente

Hagan lo que es bueno


3 Recuérdales a los creyentes que se sometan al gobierno y a sus funcionarios. Tienen que ser obedientes, siempre dispuestos a hacer lo que es bueno. 2 No deben calumniar a nadie y tienen que evitar pleitos. En cambio, deben ser amables y mostrar verdadera humildad en el trato con todos.


3 En otro tiempo nosotros también éramos necios y desobedientes. Fuimos engañados y nos convertimos en esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Nuestra vida estaba llena de maldad y envidia, y nos odiábamos unos a otros. 4 Sin embargo,


Cuando Dios nuestro Salvador dio a conocer su bondad y amor, 5 él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo.[a] 6 Él derramó su Espíritu sobre nosotros en abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador. 7 Por su gracia él nos hizo justos a sus ojos y nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna.


8 Esta declaración es digna de confianza, y quiero que insistas en estas enseñanzas, para que todos los que confían en Dios se dediquen a hacer el bien. Estas enseñanzas son buenas y de beneficio para todos.


9 No te metas en discusiones necias sobre listas de linajes[b] espirituales o en riñas y peleas acerca de la obediencia a las leyes judías. Todo esto es inútil y una pérdida de tiempo. 10 Si entre ustedes hay individuos que causan divisiones, dales una primera y una segunda advertencia. Después de eso, no tengas nada más que ver con ellos. 11 Pues personas como esas se han apartado de la verdad y sus propios pecados las condenan.

Comentarios y saludos finales de Pablo


12 Tengo pensado enviarte a Artemas o a Tíquico. Tan pronto como uno de ellos llegue, haz todo lo posible para encontrarte conmigo en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno. 13 Haz todo lo que puedas para ayudar al abogado Zenas y a Apolos en su viaje. Asegúrate de que se les dé todo lo que necesiten. 14 Los nuestros tienen que aprender a hacer el bien al satisfacer las necesidades urgentes de otros; entonces no serán personas improductivas.


15 Todos aquí te envían saludos. Por favor, da mis saludos a los creyentes, a todos los que nos aman.


Que la gracia de Dios sea con todos ustedes.

Footnotes


3:5 En griego Nos salvó por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo.

3:9 O genealogías.



Salmos 100

Nueva Traducción Viviente

Salmo de agradecimiento.


100 ¡Aclamen con alegría al Señor, habitantes de toda la tierra!

2

Adoren al Señor con gozo.

Vengan ante él cantando con alegría.

3

¡Reconozcan que el Señor es Dios!

Él nos hizo, y le pertenecemos;[a]

somos su pueblo, ovejas de su prado.

4

Entren por sus puertas con acción de gracias;

vayan a sus atrios con alabanza.

Denle gracias y alaben su nombre.

5

Pues el Señor es bueno.

Su amor inagotable permanece para siempre,

y su fidelidad continúa de generación en generación.

Footnotes


100:3 Así aparece en una lectura alternativa del texto masorético; la otra alternativa y algunas versiones antiguas dicen y no nosotros mismos.



Proverbios 26:18-19

Nueva Traducción Viviente


18

Tanto daña

un loco que dispara un arma mortal

19

como el que miente a un amigo

y luego le dice: «Solo estaba bromeando».

Nueva Traducción Viviente (NTV)


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