Sunday, May 5, 2024

DAB Español, Lunes 06 de Mayo

Día 127, DAB Español, Lunes 06 de Mayo


Rut 2:1-4:22; Juan 4:43-54; Salmos 105:16-36; Proverbios 14:26-27 (Reina Valera Contemporánea (RVC))








Rut 2-4

Reina Valera Contemporánea

Rut recoge espigas en el campo de Booz


2 Noemí tenía, por parte de su marido, un pariente que se llamaba Booz. Era un hombre muy rico, de la familia de Elimelec. 2 Un día, Rut le dijo a Noemí:


«Por favor, déjame ir al campo, a recoger espigas. Iré detrás de quien bondadosamente me deje recogerlas.»


Y Noemí le respondió:


«Ve, hija mía.»


3 Rut fue al campo y recogió espigas siguiendo a los segadores. Y resultó que aquella parte del campo era de Booz, el familiar de Elimelec. 4 De pronto, Booz llegó de Belén y saludó a los segadores. Les dijo:


«Que el Señor esté con ustedes.»


Y ellos le respondieron:


«Que el Señor te bendiga.»


5 Luego, Booz le preguntó al mayordomo de sus segadores:


«¿De quién es esa joven?»


6 Y el mayordomo le respondió:


«Es la moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab. 7 Nos pidió que la dejáramos ir tras los segadores y recoger lo que se va dejando entre las gavillas. Y desde esta mañana que entró en el campo, no ha descansado ni siquiera un momento.»


8 Entonces Booz le dijo a Rut:


«Escucha, hija mía; no te vayas de aquí, ni vayas a espigar a otro campo. Quédate aquí, con mis criadas. 9 Fíjate en qué campo van a segar, y síguelas. Ya he dado órdenes a mis criados de que no te molesten. Cuando tengas sed, ve adonde están las vasijas, y bebe del agua que saquen los criados.»


10 Rut se inclinó hasta el suelo en señal de respeto, y le preguntó:


«¿Cómo es qué me tratas con tanta bondad e interés, si yo soy una extranjera?»


11 Y Booz le respondió:


«Ya sé todo lo que has hecho en favor de tu suegra, después de que murió tu marido. Sé también que dejaste a tu padre y a tu madre, y la tierra donde naciste, para venir a un pueblo para ti desconocido. 12 ¡Que el Señor te recompense por lo que has hecho! ¡Que el Señor, bajo cuyas alas has buscado refugio, te premie por esta acción tuya!»


13 Rut le dijo:


«Señor mío, espero ser digna de tu bondad. Tus palabras me infunden consuelo, pues me hablas con el corazón, aun cuando no puedo compararme a una sola de tus criadas.»


14 A la hora de comer, Booz le dijo:


«Acércate. Toma un poco de pan, y mójalo en la salsa de vinagre, y come.»


Rut se sentó junto a los segadores, y Booz compartió con ella lo que estaba comiendo, y ella comió hasta saciarse, y aun le sobró. 15 Luego se levantó para seguir espigando. Mientras tanto, Booz les dijo a sus criados:


«Déjenla recoger espigas también de entre las gavillas, y no la incomoden. 16 Y dejen caer algo de los manojos, para que ella lo recoja, y no le digan nada en contra.»


17 Y así, Rut recogió espigas en el campo hasta el anochecer, y de todo lo que había recogido desgranó como veinte litros de cebada, 18 y lo guardó y regresó a la ciudad. Al llegar, sacó también lo que le había sobrado después de comer, y se lo dio a su suegra. Y al ver Noemí todo lo que había recogido. 19 Le preguntó:


«¿Dónde recogiste espigas hoy? ¿Dónde estuviste trabajando? ¡Bendito sea el que te ha tratado con tanta bondad!»


Rut le contó a su suegra que había estado trabajando en el campo de un hombre llamado Booz. 20 Entonces Noemí le dijo:


«¡Que el Señor lo bendiga! El Señor no nos ha retirado la bondad que mostró hacia nuestros muertos.»


Luego añadió:


«Ese hombre es pariente nuestro. Es uno de los que pueden rescatarnos.»


21 Y la moabita Rut contestó:


«Ese hombre también me dijo: “Júntate con mis criadas, hasta que se acabe la cosecha.”»


22 Noemí le dijo a Rut, su nuera:


«Es mejor, hija mía, que espigues con sus criadas, y no que te molesten en otro campo.»


23 Y Rut se quedó espigando con las criadas de Booz, hasta que terminaron de segar el trigo y la cebada. Mientras tanto, siguió viviendo con su suegra.

Rut y Booz en la era


3 Después Noemí, la suegra de Rut, le dijo:


«Hija mía, es mi obligación buscarte un hogar, para que puedas ser feliz. 2 Booz es nuestro pariente, y tú ya has estado trabajando con sus criadas. Precisamente esta noche él va a separar la paja del grano de cebada. 3 Así que báñate y perfúmate, y ponte el mejor de tus vestidos, y ve a la era; pero no te presentes ante ese hombre hasta que haya acabado de comer y de beber. 4 Y cuando se vaya a dormir, fíjate en dónde se acuesta; y ve luego y levanta el manto con que se cubre los pies. Entonces él te dirá lo que tienes que hacer.»


5 Y Rut respondió:


«Haré todo lo que tú me mandes hacer.»


6 Y Rut fue a la era e hizo todo lo que su suegra le mandó hacer. 7 Y cuando Booz terminó de comer y beber, y estaba muy contento, se retiró a dormir junto a un montón de cebada. Entonces Rut llegó sigilosamente, descubrió los pies de Booz y se acostó. 8 A eso de la medianoche, Booz despertó sobresaltado y, al darse la vuelta, se dio cuenta que había una mujer acostada a sus pies. 9 Entonces le preguntó:


«¿Quién eres?»


Y ella respondió:


«Soy Rut, tu sierva. Protege a esta sierva tuya bajo tu manto, porque tú eres mi pariente cercano.»


10 Booz le dijo:


«¡Que Dios te bendiga, hija mía, por esto que has hecho! Al final, tu bondad ha sido mayor que al principio, pues no has ido a buscar a otros más jóvenes que yo, pobres o ricos. 11 No te preocupes, hija mía. Yo haré contigo lo que tú me digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres una mujer ejemplar. 12 Pero toma en cuenta que, aunque es verdad que yo soy uno de tus parientes cercanos, hay otro aún más cercano que yo. 13 Duerme aquí esta noche; y mañana, cuando sea de día, si él te rescata, está bien; que te rescate. Pero si no te quiere rescatar, yo lo haré. Pongo al Señor como testigo. Ahora descansa, y hasta mañana.»


14 Y Rut durmió a los pies de Booz, pero al amanecer se levantó antes de que se pudieran reconocer unos a otros, pues Booz le dijo que nadie debía saber que una mujer había estado en la era. 15 Pero antes le dijo:


«Quítate el manto, y sujétalo.»


Ella lo extendió, y él echó allí seis medidas de cebada, luego se las echó al hombro, y Rut se fue a la ciudad. 16 Cuando llegó con su suegra, ésta le preguntó:


«¿Qué pasó, hija mía?»


Y Rut le contó todo lo que había sucedido con Booz. 17 Y añadió:


«Me dio estas seis medidas de cebada y me dijo: Éstas son para que no regreses con las manos vacías.»


18 Entonces Noemí dijo:


«Espera un poco, hija mía, hasta ver cómo se resuelve este asunto, porque Booz no descansará, hasta dejarlo arreglado.»

Booz se casa con Rut


4 Booz se dirigió a la entrada de la ciudad, y allí se sentó. En ese momento vio pasar al pariente del cual le había hablado a Rut, y le dijo:


«Hermano, ven y siéntate aquí conmigo.»


El pariente fue y se sentó. 2 Entonces Booz llamó a diez de los ancianos de la ciudad, y les dijo:


«Siéntense también con nosotros.»


En cuanto ellos se sentaron, 3 Booz le dijo a su pariente:


«Noemí ha vuelto de Moab, y vende una parte de las tierras que fueron de nuestro pariente Elimelec. 4 Creo conveniente que lo sepas, y te sugiero comprar sus tierras, teniendo como testigos a los aquí presentes, ancianos de mi pueblo. Si quieres comprar, compra; si no quieres comprar, dímelo, pues tengo que saberlo. Y es que nadie más puede comprar sino sólo tú, y después de ti, yo.»


Y el pariente respondió:


«Está bien. Compro el terreno.»


5 Entonces añadió Booz:


«Al comprar las tierras de Noemí, debes también tomar por mujer a Rut, la moabita que fue mujer del difunto, para que la posesión siga a nombre de su esposo muerto.»


6 Entonces el pariente respondió:


«Si es así, no puedo comprar las tierras, porque no quiero poner en riesgo mi heredad. Compra tú. Te cedo mis derechos.»


7 Desde hacía mucho tiempo, había una costumbre en Israel, que en una compra por rescate, una de las partes se quitaba su sandalia y se la daba al otro. Con este acto se confirmaba el trato ante todo Israel. 8 Así que el pariente se quitó el zapato y le dijo a Booz:


«Toma tú posesión de las tierras.»


9 Entonces Booz les dijo a los ancianos y a todo el pueblo:


«Ustedes son testigos de que hoy le compro a Noemí todo lo que fue de su esposo Elimelec, y de sus hijos Quelión y Majlón. 10 Además, tomo por esposa a la moabita Rut, que fue mujer de Majlón, para que la posesión siga a nombre de su esposo muerto, y su memoria no se borre de entre sus hermanos ni de su ciudad. Ustedes son testigos hoy de este acuerdo.»


11 El pueblo y los ancianos que estaban a la entrada de la ciudad dijeron:


«Somos testigos. Que el Señor permita que la mujer que llega a tu casa sea como Raquel y Lea, las cuales levantaron como pueblo a los israelitas. Que seas tú un hombre ilustre y distinguido en Efrata y en Belén. 12 Que el Señor te conceda tener con Rut muchos hijos, como se los concedió a Fares, el hijo de Tamar y Judá.»


13 Así fue como Booz tomó a Rut por esposa, y se allegó a ella, y el Señor le concedió quedar embarazada y dar a luz un hijo. 14 Las mujeres le decían a Noemí:


«¡Alabado sea el Señor, que te concedió tener un nieto que te rescatara! ¡Su nombre será celebrado entre los israelitas! 15 Ese niño te infundirá nuevos ánimos, y te brindará apoyo en tu vejez. Tu nuera, que te ama y dio a luz ese niño, es de más valor para ti que siete hijos.»


16 Noemí tomó al niño y lo puso en su regazo, y se encargó de criarlo. 17 Y las vecinas decían:


«Noemí ha tenido un hijo»


Y lo llamaron Obed. Éste fue el padre de Yesé, que fue padre de David.


18 Éstas son las generaciones de Fares: Fares fue padre de Jesrón; 19 Jesrón fue padre de Ram, y Ram fue padre de Aminadab. 20 Aminadab fue padre de Nasón, y Nasón fue padre de Salmón. 21 Salmón fue padre de Booz, y Booz fue padre de Obed. 22 Obed fue padre de Yesé, y Yesé fue padre de David.


Juan 4:43-54

Reina Valera Contemporánea

Jesús sana al hijo de un noble


43 Dos días después, Jesús salió de allí y fue a Galilea; 44 y es que Jesús mismo hizo constar que el profeta no tiene honra en su propia tierra. 45 Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron, pues habían visto todo lo que él había hecho durante la fiesta en Jerusalén; pues también ellos habían ido a la fiesta.


46 Jesús fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. En Cafarnaún había un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. 47 Cuando éste supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que bajara y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir. 48 Jesús le dijo: «Si ustedes no ven señales y prodigios, no creen.» 49 El oficial del rey le dijo: «Señor, ven a mi casa antes de que mi hijo muera.» 50 Jesús le dijo: «Vuelve a tu casa, que tu hijo vive.» Y ese hombre creyó en lo que Jesús le dijo, y se fue. 51 Cuando volvía a su casa, sus siervos salieron a recibirlo y le dieron la noticia: «¡Tu hijo vive!» 52 Él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: «Ayer, a las siete, lo dejó la fiebre.» 53 El padre entendió entonces que aquélla era la hora en que Jesús le había dicho «Tu hijo vive», y creyó, lo mismo que toda su familia. 54 Esta segunda señal la hizo Jesús cuando fue de Judea a Galilea.


Salmos 105:16-36

Reina Valera Contemporánea


16

Dios hizo que hubiera hambre en la tierra,

y el trigo para el pan quedó destruido.

17

Pero antes envió a uno de sus hombres;

envió a José, que fue vendido como esclavo.

18

Los egipcios le pusieron grilletes en los pies,

y lo arrojaron tras los hierros de la cárcel.

19

Pero finalmente se cumplieron sus dichos,

aunque la palabra de Dios lo puso a prueba.

20

El rey ordenó que le abrieran la cárcel;

el señor que gobierna los pueblos lo liberó.

21

Lo nombró señor de su casa

y lo puso a cargo de sus posesiones.

22

Le dio poder para frenar a los grandes,

y sabiduría para enseñar a los sabios.


23

Fue así como Israel llegó a Egipto,

como Jacob llegó a vivir en la tierra de Cam.

24

Pero el pueblo aumentó en número

y se hizo más fuerte que los egipcios.

25

El corazón de los egipcios se llenó de odio,

y decidieron hacerle mal a su pueblo.


26

Pero Dios envió a su siervo Moisés,

lo mismo que a Aarón, su escogido.

27

Dios les dio el poder de hacer señales,

y de realizar prodigios en la tierra de Cam.

28

Dejó caer sobre Egipto densa oscuridad,

pero los egipcios no acataron su palabra.

29

Convirtió las aguas en sangre,

y todos los peces murieron.

30

Vinieron entonces muchísimas ranas,

que infestaron las cámaras reales.

31

Dios habló, y vinieron enjambres de moscas,

y las casas se inundaron de piojos.

32

Dios dejó caer granizo como lluvia,

y rayos de fuego rasgaron la tierra.

33

Destrozó los viñedos, secó las higueras,

y desgajó los árboles de su país.


34

Dios habló otra vez, y vinieron langostas,

y como plaga llegó el pulgón,

35

y se comió la hierba del país

y acabó con los frutos de su tierra.

36

Hirió de muerte a todos sus primogénitos,

a las primicias de su fuerza varonil.


Proverbios 14:26-27

Reina Valera Contemporánea


26

El temor del Señor infunde plena confianza,

y da esperanza a nuestros hijos.

27

El temor del Señor es un manantial de vida,

que nos aparta de los lazos de la muerte.

Reina Valera Contemporánea (RVC)


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