Wednesday, September 30, 2020

DAB Español, Jueves 01 de Octubre

Día 275, DAB Español, Jueves 01 de Octubre

Isaías 62:6-65:25; Filipenses 2:19-3:4; Salmos 73; Proverbios 24:13-14 (Nueva Traducción Viviente (NTV))







Isaías 62:6-65:25 Nueva Traducción Viviente (NTV)

6
Oh Jerusalén, yo he puesto centinelas en tus murallas;
    ellos orarán continuamente, de día y de noche.
    No descansen, ustedes que dirigen sus oraciones al Señor.
7
No le den descanso al Señor hasta que termine su obra,
    hasta que haga de Jerusalén el orgullo de toda la tierra.
8
El Señor le ha jurado a Jerusalén por su propia fuerza:
    «Nunca más te entregaré a tus enemigos;
nunca más vendrán guerreros extranjeros
    para llevarse tu grano y tu vino nuevo.
9
Ustedes cultivaron el grano, y ustedes lo comerán,
    alabando al Señor.
Dentro de los atrios del templo,
    ustedes mismos beberán el vino que prensaron».

10
¡Salgan por las puertas!
    ¡Preparen la carretera para el regreso de mi pueblo!
Emparejen el camino, saquen las rocas
    y levanten una bandera para que la vean todas las naciones.
11
El Señor ha enviado el siguiente mensaje a cada país:
    «Díganle al pueblo de Israel:[a]
“Miren, ya viene su Salvador.
    Vean, él trae consigo su recompensa”».
12
Serán llamados «El pueblo santo»
    y «El pueblo redimido por el Señor».
Y Jerusalén será conocida como «El lugar deseable»
    y «La ciudad ya no abandonada».
Juicio contra los enemigos del Señor

63 ¿Quién es este que viene desde Edom,
    desde la ciudad de Bosra
    con sus ropas teñidas de rojo?
¿Quién es este que lleva vestiduras reales
    y marcha en su gran fuerza?

«¡Soy yo, el Señor, proclamando su salvación!
    ¡Soy yo, el Señor, quien tiene el poder para salvar!».

2
¿Por qué están tan rojas tus ropas,
    como si hubieras estado pisando uvas?

3
«Estuve pisando el lagar yo solo;
    no había nadie allí para ayudarme.
En mi enojo, he pisado a mis enemigos
    como si fueran uvas.
En mi furia he pisado a mis adversarios;
    su sangre me ha manchado la ropa.
4
Ha llegado la hora de cobrar venganza por mi pueblo;
    de rescatar a mi pueblo de sus opresores.
5
Estaba asombrado al ver que nadie intervenía
    para ayudar a los oprimidos.
Así que yo mismo me interpuse para salvarlos con mi brazo fuerte,
    y mi ira me sostuvo.
6
Aplasté a las naciones en mi enojo,
    las hice tambalear y caer al suelo,
    y derramé su sangre sobre la tierra».
Alabanza por la liberación

7
Hablaré del amor inagotable del Señor;
    alabaré al Señor por todo lo que ha hecho.
Me alegraré por su gran bondad con Israel,
    que le concedió según su misericordia y su amor.
8
Él dijo: «Ellos son mi pueblo.
    Ciertamente no volverán a traicionarme».
    Y se convirtió en su Salvador.
9
Cuando ellos sufrían, él también sufrió,
    y él personalmente[b] los rescató.
En su amor y su misericordia los redimió;
    los levantó y los tomó en brazos
    a lo largo de los años.
10
Pero ellos se rebelaron contra él
    y entristecieron a su Santo Espíritu.
Así que él se convirtió en enemigo de ellos
    y peleó contra ellos.

11
Entonces recordaron los días de antaño
    cuando Moisés sacó a su pueblo de Egipto.
Clamaron: «¿Dónde está el que llevó a Israel a través del mar
    con Moisés como pastor?
¿Dónde está el que envió a su Santo Espíritu
    para que estuviera en medio de su pueblo?
12
¿Dónde está aquel que manifestó su poder
    cuando Moisés levantó su mano,
el que dividió el mar delante de ellos
    y se hizo famoso para siempre?
13
¿Dónde está el que los hizo pasar por el fondo del mar?
    Eran como magníficos sementales
    que corrían por el desierto sin tropezar.
14
Al igual que el ganado que desciende a un valle pacífico,
    el Espíritu del Señor les daba descanso.
Tú guiaste a tu pueblo, Señor,
    y te ganaste una magnífica reputación».
Oración por misericordia y perdón

15
Señor, mira desde el cielo;
    míranos desde tu santo y glorioso hogar.
¿Dónde están la pasión y el poder
    que solías manifestar a nuestro favor?
    ¿Dónde están tu misericordia y tu compasión?
16
¡Ciertamente tú sigues siendo nuestro Padre!
    Aunque Abraham y Jacob[c] nos desheredaran,
tú, Señor, seguirías siendo nuestro Padre.
    Tú eres nuestro Redentor desde hace siglos.
17
Señor, ¿por qué permitiste que nos apartáramos de tu camino?
    ¿Por qué nos diste un corazón terco para que dejáramos de temerte?
Regresa y ayúdanos, porque somos tus siervos,
    las tribus que son tu posesión más preciada.
18
Por poco tiempo tu pueblo santo poseyó tu lugar santo,
    y ahora nuestros enemigos lo han destruido.
19
Algunas veces parece como si nunca te hubiéramos pertenecido;
    es como si nunca hubiéramos sido conocidos como tu pueblo.

64 [d]¡Oh, si irrumpieras desde el cielo y descendieras!
    ¡Cómo temblarían los montes en tu presencia!
2
[e]Así como el fuego hace que arda la leña
    y que hierva el agua,
tu venida haría que las naciones temblaran.
    ¡Entonces tus enemigos se enterarían de la razón de tu fama!
3
Cuando descendiste hace mucho tiempo,
    hiciste obras temibles, por encima de nuestras mayores expectativas.
    ¡Y cómo temblaron los montes!
4
Desde el principio del mundo,
    ningún oído ha escuchado,
ni ojo ha visto a un Dios como tú,
    quien actúa a favor de los que esperan en él.
5
Tú recibes a quienes hacen el bien con gusto;
    a quienes siguen caminos de justicia.
Pero has estado muy enojado con nosotros,
    porque no somos justos.
Pecamos constantemente;
    ¿cómo es posible que personas como nosotros se salven?
6
Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros.
    Cuando mostramos nuestros actos de justicia,
    no son más que trapos sucios.
Como las hojas del otoño, nos marchitamos y caemos,
    y nuestros pecados nos arrasan como el viento.
7
Sin embargo, nadie invoca tu nombre
    ni te ruega misericordia.
Por eso tú te apartaste de nosotros
    y nos entregaste[f] a nuestros pecados.

8
Y a pesar de todo, oh Señor, eres nuestro Padre;
    nosotros somos el barro y tú, el alfarero.
    Todos somos formados por tu mano.
9
No te enojes tanto con nosotros, Señor;
    por favor, no te acuerdes de nuestros pecados para siempre.
Te pedimos que nos mires
    y veas que somos tu pueblo.
10
Tus ciudades santas están destruidas.
    Sión es un desierto;
    sí, Jerusalén no es más que una ruina desolada.
11
El templo santo y hermoso
    donde nuestros antepasados te alababan
fue incendiado
    y todas las cosas hermosas quedaron destruidas.
12
Después de todo esto, Señor, ¿aún rehusarás ayudarnos?
    ¿Permanecerás callado y nos castigarás?
Juicio y salvación final

65 El Señor dice:

«Estaba listo para responder, pero nadie me pedía ayuda;
    estaba listo para dejarme encontrar, pero nadie me buscaba.
“¡Aquí estoy, aquí estoy!”,
    dije a una nación que no invocaba mi nombre.[g]
2
Todo el día abrí mis brazos a un pueblo rebelde.[h]
    Pero ellos siguen sus malos caminos
    y sus planes torcidos.
3
Todo el día me insultan en mi propia cara
    al rendir culto a ídolos en sus huertos sagrados
    y al quemar incienso en altares paganos.
4
De noche andan entre las tumbas
    para rendir culto a los muertos.
Comen carne de cerdo
    y hacen guisos con otros alimentos prohibidos.
5
Sin embargo, se dicen unos a otros:
    “¡No te acerques demasiado, porque me contaminarás!
    ¡Yo soy más santo que tú!”.
Ese pueblo es un hedor para mi nariz;
    un olor irritante que nunca desaparece.

6
»Miren, tengo escrito mi decreto[i] delante de mí:
    no me quedaré callado;
les daré el pago que se merecen.
    Sí, les daré su merecido,
7
tanto por sus propios pecados,
    como por los de sus antepasados
    —dice el Señor—.
También quemaron incienso en los montes
    y me insultaron en las colinas.
    ¡Les daré su merecido!

8
»Pero no los destruiré a todos
    —dice el Señor—.
Tal como se encuentran uvas buenas en un racimo de uvas malas
    (y alguien dice: “¡No las tires todas;
    algunas de ellas están buenas!”),
así mismo, no destruiré a todo Israel.
    Pues aún tengo verdaderos siervos allí.
9
Conservaré un remanente del pueblo de Israel[j]
    y de Judá, para que posea mi tierra.
Aquellos a quienes yo escoja la heredarán
    y mis siervos vivirán allí.
10
La llanura de Sarón se llenará nuevamente de rebaños
    para mi pueblo que me busca,
    y el valle de Acor será lugar de pastoreo para las manadas.

11
»Pero como el resto de ustedes abandonó al Señor
    y se olvidó de su templo,
y como preparó fiestas para honrar al dios de la Fortuna
    y le ofreció vino mezclado al dios del Destino,
12
ahora yo los “destinaré” a ustedes a la espada.
    Todos ustedes se inclinarán delante del verdugo.
Pues cuando los llamé, ustedes no me respondieron;
    cuando hablé, no me escucharon.
Pecaron deliberadamente —ante mis propios ojos—
    y escogieron hacer lo que saben que yo desprecio».

13
Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano:
«Mis siervos comerán,
    pero ustedes pasarán hambre.
Mis siervos beberán,
    pero ustedes tendrán sed.
Mis siervos se alegrarán,
    pero ustedes estarán tristes y avergonzados.
14
Mis siervos cantarán de alegría,
    pero ustedes llorarán de angustia y desesperación.
15
El nombre de ustedes será una maldición entre mi pueblo,
    porque el Señor Soberano los destruirá
    y llamará a sus verdaderos siervos por otro nombre.
16
Todos los que invoquen una bendición o hagan un juramento
    lo harán por el Dios de la verdad.
Dejaré a un lado mi enojo
    y olvidaré la maldad de los tiempos pasados.

17
»¡Miren! Estoy creando cielos nuevos y una tierra nueva,
    y nadie volverá siquiera a pensar en los anteriores.
18
Alégrense; regocíjense para siempre en mi creación.
    ¡Y miren! Yo crearé una Jerusalén que será un lugar de felicidad
    y su pueblo será fuente de alegría.
19
Me gozaré por Jerusalén
    y me deleitaré en mi pueblo.
Y el sonido de los llantos y los lamentos
    jamás se oirá en ella.

20
»Los bebés ya no morirán a los pocos días de haber nacido,
    ni los adultos morirán antes de haber tenido una vida plena.
Nunca más se considerará anciano a alguien que tenga cien años;
    solamente los malditos morirán tan jóvenes.
21
En esos días, la gente habitará en las casas que construya
    y comerá del fruto de sus propios viñedos.
22
A diferencia del pasado, los invasores no les quitarán sus casas
    ni les confiscarán sus viñedos.
Pues mi pueblo vivirá tantos años como los árboles,
    y mis escogidos tendrán tiempo para disfrutar de lo adquirido con su arduo trabajo.
23
No trabajarán en vano,
    y sus hijos no estarán condenados a la desgracia,
porque son un pueblo bendecido por el Señor,
    y sus hijos también serán bendecidos.
24
Les responderé antes que me llamen.
    Cuando aún estén hablando de lo que necesiten,
    ¡me adelantaré y responderé a sus oraciones!
25
El lobo y el cordero comerán juntos.
    El león comerá heno, como el buey;
    pero las serpientes comerán polvo.
En esos días, nadie será herido ni destruido en mi monte santo.
    ¡Yo, el Señor, he hablado!».
Footnotes:

    62:11 En hebreo Díganle a la hija de Sión.
    63:9 En hebreo y el ángel de su presencia.
    63:16 En hebreo Israel. Ver nota en 14:1.
    64:1 El versículo 64:1 corresponde al 63:19 en el texto hebreo.
    64:2 Los versículos del 64:2-12 corresponden al 64:1-11 en el texto hebreo.
    64:7 Así aparece en la versión griega, en la siríaca y en la aramea; en hebreo dice nos derretiste.
    65:1 O a una nación que no llevaba mi nombre.
    65:1-2 La versión griega dice Me encontraron personas que no me buscaban. / Me mostré a los que no preguntaban por mí. / Todo el día les abrí mis brazos, / pero ellos fueron desobedientes y rebeldes. Comparar Rm 10:20-21.
    65:6 O Miren, sus pecados están escritos; en hebreo dice Miren, escrito está.

    65:9 En hebreo remanente de Jacob. Ver nota en 14:1.

Nueva Traducción Viviente (NTV)
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

Filipenses 2:19-3:4 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Pablo encomienda a Timoteo

19 Si el Señor Jesús quiere, espero enviarles pronto a Timoteo para que los visite. Así él puede animarme al traerme noticias de cómo están. 20 No cuento con nadie como Timoteo, quien se preocupa genuinamente por el bienestar de ustedes. 21 Todos los demás solo se ocupan de sí mismos y no de lo que es importante para Jesucristo, 22 pero ustedes saben cómo Timoteo ha dado muestras de lo que es. Como un hijo con su padre, él ha servido a mi lado en la predicación de la Buena Noticia. 23 Espero enviarlo a ustedes en cuanto sepa lo que me sucederá aquí, 24 y el Señor me ha dado la confianza que yo mismo iré pronto a verlos.
Pablo encomienda a Epafrodito

25 Mientras tanto, pensé que debería enviarles de vuelta a Epafrodito. Él es un verdadero hermano, colaborador y compañero de lucha. Además, fue el mensajero de ustedes para ayudarme en mi necesidad. 26 Lo envío porque, desde hace tiempo, tiene deseos de verlos y se afligió mucho cuando ustedes se enteraron de que estaba enfermo. 27 Es cierto que estuvo enfermo e incluso a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, como también la tuvo de mí, para que yo no tuviera una tristeza tras otra.

28 Así que estoy aún más ansioso por enviarlo de regreso a ustedes, porque sé que se pondrán contentos al verlo, y entonces ya no estaré tan preocupado por ustedes. 29 Recíbanlo en el amor del Señor[a] y mucha alegría, y denle el honor que una persona como él merece. 30 Pues arriesgó su vida por la obra de Cristo y estuvo al borde de la muerte mientras hacía por mí lo que ustedes no podían desde tan lejos.
El valor incalculable de conocer a Cristo

3 Mis amados hermanos, pase lo que pase, alégrense en el Señor. Nunca me canso de decirles estas cosas y lo hago para proteger su fe.

2 Cuídense de esos «perros», de esa gente que hace lo malo, esos mutiladores que les dicen que deben circuncidarse para ser salvos. 3 Pues los que adoramos por medio del Espíritu de Dios[b] somos los verdaderos circuncisos. Confiamos en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No depositamos ninguna confianza en esfuerzos humanos 4 aunque, si alguien pudiera confiar en sus propios esfuerzos, ese sería yo. De hecho, si otros tienen razones para confiar en sus propios esfuerzos, ¡yo las tengo aún más!
Footnotes:

    2:29 En griego en el Señor.
    3:3 Algunos manuscritos dicen adoramos a Dios en espíritu; uno de los manuscritos más antiguos dice adoramos en espíritu.

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Salmos 73 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Libro tercero (Salmos 73–89)
Salmo 73
Salmo de Asaf.

1
En verdad Dios es bueno con Israel,
    con los de corazón puro.
2
Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio;
    mis pies resbalaron y estuve a punto de caer,
3
porque envidiaba a los orgullosos
    cuando los veía prosperar a pesar de su maldad.
4
Pareciera que viven sin problemas;
    tienen el cuerpo tan sano y fuerte.
5
No tienen dificultades como otras personas;
    no están llenos de problemas como los demás.
6
Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas
    y se visten de crueldad.
7
¡Estos gordos ricachones tienen todo
    lo que su corazón desea!
8
Se burlan y hablan solo maldades;
    en su orgullo procuran aplastar a otros.
9
Se jactan contra los cielos mismos,
    y sus palabras se pasean presuntuosas por toda la tierra.
10
Entonces la gente se desanima y se confunde,
    al tragarse todas esas palabras.
11
«¿Y qué sabe Dios? —preguntan—.
    ¿Acaso el Altísimo sabe lo que está pasando?».
12
Miren a esos perversos:
    disfrutan de una vida fácil mientras sus riquezas se multiplican.

13
¿Conservé puro mi corazón en vano?
    ¿Me mantuve en inocencia sin ninguna razón?
14
En todo el día no consigo más que problemas;
    cada mañana me trae dolor.

15
Si yo realmente hubiera hablado a otros de esta manera,
    habría sido un traidor a tu pueblo.
16
Traté de entender por qué los malvados prosperan,
    ¡pero qué tarea tan difícil!
17
Entonces entré en tu santuario, oh Dios,
    y por fin entendí el destino de los perversos.
18
En verdad, los pones en un camino resbaladizo
    y haces que se deslicen por el precipicio hacia su ruina.
19
Al instante quedan destruidos,
    totalmente consumidos por los terrores.
20
Cuando te levantes, oh Señor,
    te reirás de sus tontas ideas
    como uno se ríe por la mañana de lo que soñó en la noche.

21
Entonces me di cuenta de que mi corazón se llenó de amargura,
    y yo estaba destrozado por dentro.
22
Fui tan necio e ignorante,
    debo haberte parecido un animal sin entendimiento.
23
Sin embargo, todavía te pertenezco;
    me tomas de la mano derecha.
24
Me guías con tu consejo
    y me conduces a un destino glorioso.
25
¿A quién tengo en el cielo sino a ti?
    Te deseo más que cualquier cosa en la tierra.
26
Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu,
    pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón;
    él es mío para siempre.

27
Los que lo abandonen, perecerán,
    porque tú destruyes a los que se alejan de ti.
28
En cuanto a mí, ¡qué bueno es estar cerca de Dios!
    Hice al Señor Soberano mi refugio,
    y a todos les contaré las maravillas que haces.

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Proverbios 24:13-14 Nueva Traducción Viviente (NTV)

13
Come miel, hijo mío, porque es buena,
    y el panal es dulce al paladar.
14
Así también, la sabiduría es dulce a tu alma.
    Si la encuentras, tendrás un futuro brillante,
    y tus esperanzas no se truncarán.

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DAB Español, Domingo 28 de Abril

Día 119, DAB Español, Domingo 28 de Abril Jueces 8:17-9:21; Lucas 23:44-24:12; Salmos 99; Proverbios 14:9-10 (Traducción en lenguaje actual ...