Sunday, March 31, 2019

DAB Español, Lunes 1 de Abril

Día 91, DAB Español, Lunes 1 de Abril

Deuteronomio 18:1-20:20; Lucas 9:28-50; Salmos 73; Proverbios 12:10 (Reina Valera Contemporánea (RVC))






Deuteronomio 18-20 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Derechos de los levitas
18 »Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no recibirán en Israel ningún terreno en propiedad. Sólo participarán de las ofrendas quemadas al Señor y de lo que le pertenece. 2 No tendrán ninguna propiedad entre sus hermanos, porque su propiedad es el Señor, como ya él se lo ha dicho. 3 A lo que tendrán derecho los sacerdotes, por parte del pueblo, es a los bueyes o corderos que se ofrezcan en sacrificio, de los cuales se les dará la espaldilla, las quijadas y el cuajar. 4 También les darás las primicias de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas. 5 El Señor tu Dios los ha escogido de entre todas tus tribus, para que él y sus hijos estén siempre atentos a servir en su nombre.

6 »Cuando un levita salga de alguna de las ciudades israelitas donde haya vivido, y con todo el deseo de su alma llegue al lugar que el Señor escoja, 7 ministrará en el nombre del Señor su Dios, como lo hacen todos sus hermanos levitas que estén allí delante del Señor. 8 Además de sus patrimonios, recibirá para comer una ración igual a la que reciben los otros.

Amonestación contra costumbres paganas
9 »Cuando entres a la tierra que el Señor tu Dios te da, no cometas los mismos actos repugnantes que practican esas naciones. 10 Que no haya en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni nadie que practique la adivinación, ni sea agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni nadie que consulte a los muertos. 12 Al Señor le repugnan todos los que hacen estas cosas, y precisamente por estos actos repugnantes el Señor tu Dios va a expulsar de tu presencia a estas naciones. 13 Delante del Señor tu Dios debes ser perfecto, 14 porque las naciones de las que vas a tomar posesión prestan oído a los agoreros y a los adivinos, pero a ti el Señor tu Dios no te permite hacer eso.

Dios promete un profeta como Moisés
15 »El Señor tu Dios hará que surja en medio de ti, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él deberán escuchar, 16 tal y como le pediste al Señor tu Dios el día de la asamblea en Horeb, cuando dijiste: “No quiero volver a oír la voz del Señor mi Dios, ni tampoco quiero volver a ver tan impresionante fuego, pues no quiero morir.” 17 El Señor me dijo: “Esto que dicen está muy bien. 18 Voy a hacer que de entre sus hermanos surja un profeta como tú. Pondré mis palabras en sus labios, y él les comunicará todo lo que yo le ordene decir. 19 Pero yo le pediré cuentas a todo el que no atienda las palabras que ese profeta proclame en mi nombre. 20 Y el profeta a quien yo no le haya ordenado hablar, o que hable en nombre de otros dioses pero pretenda hablar en mi nombre, será condenado a muerte. 21 Tal vez digas en tu corazón: ‘¿Y cómo vamos a saber si esa palabra no proviene del Señor?’ 22 Tú no tengas miedo de ese profeta, que si llega a hablar en mi nombre y sus palabras no se cumplen ni se hacen realidad, eso hará ver que yo, el Señor, no he hablado, y que tal profeta habló con arrogancia.”

Las ciudades de refugio
19 »Cuando el Señor tu Dios haya destruido a las naciones cuya tierra el Señor tu Dios te da en posesión, y tú la hayas ocupado y habites en sus ciudades y en sus casas; 2 en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión apartarás tres ciudades. 3 Dividirás en tres partes la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, y arreglarás los caminos para que todo homicida pueda huir a ellas.

4 »Éstas son las reglas para el homicida que huya a ellas: vivirá el que, sin proponérselo y sin antes haber tenido enemistad con su prójimo, lo hiera de muerte. 5 Por ejemplo, si va al monte a cortar leña en compañía de su prójimo y, al soltar el golpe con el hacha para cortar algún árbol, ésta se suelta del mango y golpea a su prójimo y éste muere; entonces podrá huir a una de estas ciudades, y quedar con vida. 6 De lo contrario, si el camino es largo, el que quiera vengar al muerto podría perseguir al homicida y alcanzarlo y, enfurecido, herirlo de muerte, cuando en realidad no merecía morir porque nunca antes medió enemistad con su prójimo.

7 »Por lo tanto, yo te mando que apartes tres ciudades. 8 Y si el Señor tu Dios ensancha tu territorio, como se lo juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres, 9 entonces a estas tres ciudades añadirás tres más, siempre y cuando cumplas todos estos mandamientos que hoy te prescribo, y los pongas por obra, y ames al Señor tu Dios y vayas siempre por sus caminos. 10 Así no se derramará sangre inocente en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, ni serás culpado de derramar sangre.

11 »Pero si alguien aborrece a su prójimo y lo acecha, y se levanta contra él y le quita la vida, aunque huya a alguna de estas ciudades 12 los ancianos de su ciudad mandarán sacarlo de allí, y lo entregarán al vengador del homicidio para que lo mate. 13 No lo compadezcas, sino quita de Israel al que derrame sangre inocente. Así te irá bien.

14 »Cuando tomes posesión de la tierra que el Señor tu Dios te da, no reduzcas los linderos de la propiedad de tu prójimo, que tus antepasados fijaron.

Leyes sobre el testimonio
15 »En caso de algún delito o pecado relacionado con alguna ofensa cometida, no se tomará en cuenta contra nadie a un solo testigo. La acusación se mantendrá sólo por el testimonio de dos o tres testigos.

16 »Cuando algún testigo acuse falsamente a alguien, 17 las dos partes se presentarán delante del Señor, y delante de los sacerdotes y jueces que en esos días estén en funciones. 18 Los jueces investigarán el caso, y si el testigo resulta ser falso, y falsamente acusa a su hermano, 19 entonces se hará con él lo que él había pensado hacer con su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti, 20 y el resto de la gente se enterará y temerá, y no se volverá a cometer una maldad semejante en tu medio.

21 »No tengas compasión de nadie. Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Leyes para la guerra
20 »Cuando salgas a combatir a tus enemigos, no tengas temor de ellos, aun cuando veas que tienen caballos y carros de guerra, y que su ejército es más grande que el tuyo, porque contigo está el Señor tu Dios, el cual te sacó de la tierra de Egipto. 2 Cuando ya se dispongan a combatir, el sacerdote se pondrá de pie y arengará al pueblo. 3 Les dirá: “Oye, Israel: este día ustedes van a entrar en combate contra sus enemigos. No se descorazonen. No tengan miedo ni se espanten. No pierdan el ánimo al enfrentarse a ellos, 4 porque el Señor su Dios va con ustedes, y peleará en favor de ustedes contra sus enemigos, y les dará la victoria.” 5 Los oficiales, por su parte, dirán al pueblo: “¿Quién de ustedes ha construido una casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya de regreso a su casa, no sea que muera en batalla y algún otro la estrene. 6 ¿Quién ha plantado una viña, y aún no ha disfrutado de ella? Vaya de regreso a su casa, no sea que muera en batalla, y algún otro la disfrute. 7 ¿Y quién ésta comprometido, y aún no se ha casado? Vaya de regreso a su casa, no sea que muera en batalla, y algún otro se case con su novia.” 8 Además de esto, los oficiales dirán al pueblo: “¿Quién de ustedes tiene miedo y se acobarda? Vaya de regreso a su casa, para que no contagie a sus hermanos con su cobardía.” 9 Y en cuanto los oficiales hayan hablado con el pueblo, los capitanes del ejército tomarán el mando y se pondrán a la cabeza del ejército.

10 »Cuando te dispongas a atacar una ciudad, envíale primero un mensaje de paz. 11 Si su respuesta es también de paz, y te abre las puertas, entonces todo el pueblo que esté en ella te pagará tributo y te servirá. 12 Pero si no hace la paz contigo, y te declara la guerra, entonces sitiarás la ciudad 13 y cuando el Señor tu Dios te la haya entregado herirás a filo de espada a todos sus hombres. 14 Te quedarás sólo con las mujeres, los niños y los animales, y con todo el botín que haya en la ciudad. También te comerás el botín de tus enemigos, a los que el Señor tu Dios te entregará. 15 Esto mismo harás con todas las ciudades que estén alejadas de ti y que no sean parte de las ciudades de estas naciones. 16 Pero no dejarás con vida a nadie que sea de las ciudades de estos pueblos que el Señor tu Dios te da en posesión, 17 sino que destruirás por completo a los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, jivitas y jebuseos, tal y como el Señor tu Dios te lo ha ordenado. 18 Si no lo haces, ellos te enseñarán a cometer todos los actos repugnantes que hacen para honrar a sus dioses, y entonces pecarás contra el Señor tu Dios.

19 »Cuando sities alguna ciudad y en el ataque pases muchos días para conquistarla, no destruyas sus árboles ni los derribes a golpe de hacha, porque ellos te brindarán alimento. No los eches abajo durante el sitio, pues no son hombres y no pueden responder a tu ataque; sólo son árboles del campo. 20 Podrás destruir y derribar todo árbol que sepas que no es frutal, y construir con ellos torres de asalto y conquistar la ciudad que te hace la guerra.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Lucas 9:28-50 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La transfiguración
28 Como ocho días después de que Jesús dijo esto, subió al monte a orar, y se llevó con él a Pedro, Juan y Jacobo. 29 Y mientras oraba, cambió la apariencia de su rostro, y su vestido se hizo blanco y resplandeciente. 30 Aparecieron entonces dos hombres, y conversaban con él. Eran Moisés y Elías, 31 que rodeados de gloria hablaban de la partida de Jesús, la cual se iba a cumplir en Jerusalén. 32 Pedro y los que estaban con él tenían mucho sueño pero, como se quedaron despiertos, vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. 33 Mientras éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo: «Maestro, ¡qué bueno es para nosotros estar aquí! Vamos a hacer tres cobertizos; uno para ti, otro para Moisés, y otro para Elías.» Pero no sabía lo que decía. 34 Y mientras decía esto, una nube los cubrió, y tuvieron miedo de entrar en la nube. 35 Entonces, desde la nube se oyó una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!» 36 Cuando la voz cesó, Jesús se encontraba solo. Pero ellos mantuvieron esto en secreto y, durante aquellos días, no le dijeron a nadie lo que habían visto.

Jesús sana a un muchacho endemoniado
37 Al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud les salió al encuentro, 38 y con fuerte voz un hombre de la multitud le dijo: «Maestro, te ruego que veas a mi hijo. ¡Es el único hijo que tengo! 39 Sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente lo sacude con violencia, y lo hace gritar y echar espuma por la boca. Cuando lo atormenta, a duras penas lo deja tranquilo. 40 Yo les pedí a tus discípulos que expulsaran al espíritu, pero no pudieron.» 41 Jesús dijo entonces: «¡Ay, gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? ¡Trae acá a tu hijo!» 42 Mientras el muchacho se acercaba, el demonio lo derribó y lo sacudió con violencia, pero Jesús reprendió al espíritu impuro, sanó al muchacho, y se lo entregó a su padre. 43 Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.

Jesús anuncia otra vez su muerte
Entre el asombro que causaba todo lo que Jesús hacía, dijo él a sus discípulos: 44 «Pongan mucha atención a estas palabras: El Hijo del Hombre será entregado a los poderes de este mundo.» 45 Pero ellos no las entendieron, pues les estaban veladas para que no las entendieran, y tenían miedo de preguntarle qué querían decir.

¿Quién es el mayor?
46 En cierta ocasión, los discípulos comenzaron a discutir acerca de quién de ellos era el más importante. 47 Cuando Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, tomó a un niño y, poniéndolo junto a él, 48 les dijo: «Cualquiera que reciba a un niño así en mi nombre, me recibe a mí; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió. Porque el más insignificante entre todos ustedes, es el más grande de ustedes.»

El que no está contra nosotros, está a favor de nosotros
49 Entonces Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros.» 50 Jesús le dijo: «No se lo prohíban, porque el que no está contra nosotros, está a favor de nosotros.»

Reina Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos 73 Reina Valera Contemporánea (RVC)
LIBRO III
El destino de los malos
Salmo de Asaf.
73 ¡Ah, Dios es bueno con Israel,
con los limpios de corazón!
2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;
poco faltó para que mis pasos resbalaran.
3 Y es que tuve envidia de los arrogantes,
al ver cómo prosperaban esos malvados.
4 Ellos no se acongojan ante la muerte,
pues están llenos de vigor.
5 No se afanan ni se ven golpeados
como el resto de los mortales.
6 La soberbia es su corona,
y la violencia es su vestido.
7 Tan gordos están que los ojos se les saltan;
siempre satisfacen los apetitos de su corazón.
8 Entre burlas hacen planes malvados y violentos,
y siempre hablan con altanería.
9 Con su boca ofenden al cielo,
y con su lengua denigran a la tierra.
10 Por eso el pueblo de Dios se vuelve a ellos,
y absorben sus palabras como si bebieran agua.
11 Hasta dicen: «¿Cómo va a saberlo Dios?
¡De esto no se enterará el Altísimo!»
12 ¡Bien puede verse que estos impíos
se hacen ricos sin que nada les preocupe!

13 ¡Ah!, pero de nada me ha servido
mantener mi corazón y mis manos sin pecado,
14 pues a todas horas recibo azotes
y soy castigado todas las mañanas.
15 Si acaso llegara yo a hablar como ellos,
estaría traicionando a la generación de tus hijos.
16 Me puse a pensar en esto para entenderlo,
pero me resultó un trabajo muy difícil.
17 Sólo cuando entré en el santuario de Dios,
pude comprender en lo que ellos van a terminar.

18 ¡Ah!, pero tú vas a hacerlos resbalar;
vas a hacerlos caer en desgracia.
19 ¡En un instante acabarás con ellos!
¡Perecerán por completo, consumidos de terror!
20 Como quien despierta de un sueño,
cuando tú, Señor, despiertes, harás que se desvanezcan.

21 Yo tenía el alma llena de amargura,
y sentía que el corazón me punzaba.
22 Era yo tan torpe que no podía entenderlo;
en tu presencia, era yo como una bestia.
23 Y no obstante, siempre he estado contigo;
tú me has tomado de la mano derecha,
24 me has guiado para seguir tu consejo,
y al final me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo en los cielos? ¡Sólo a ti!
¡Sin ti, no quiero nada aquí en la tierra!
26 Aunque mi cuerpo y mi corazón desfallecen,
tú, Dios mío, eres la roca de mi corazón,
¡eres la herencia que para siempre me ha tocado!

27 Es un hecho: los que se alejan de ti perecerán;
¡tú destruirás a todos los que de ti se aparten!
28 En cuanto a mí, ¡qué bueno es estar cerca de ti!
¡En ti, Señor, he puesto mi esperanza
para proclamar todas tus obras!

Reina Valera Contemporánea (RVC)
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Proverbios 12:10 Reina Valera Contemporánea (RVC)
10 El justo sabe cuando su bestia tiene hambre,
pero los impíos son crueles de corazón.

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Saturday, March 30, 2019

DAB Español, Domingo 31 de Marzo

Día 90, DAB Español, Domingo 31 de Marzo

Deuteronomio 16:1-17:20; Lucas 9:7-27; Salmos 72; Proverbios 12:8-9 (Reina Valera Contemporánea (RVC))






Deuteronomio 16-17 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Fiestas anuales
16 »Ten presente el mes de Aviv para celebrar la pascua en honor del Señor tu Dios, porque una noche del mes de Aviv el Señor tu Dios te sacó de Egipto. 2 Para el sacrificio de la pascua en honor del Señor tu Dios, ofrecerás de tus ovejas y de tus vacas, en el lugar que el Señor escoja como residencia de su nombre. 3 Con la pascua no comerás pan con levadura, sino que durante siete días comerás pan sin levadura, pan de aflicción, para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de Egipto, y que cuando saliste de allá lo hiciste de prisa. 4 Durante siete días no deberá verse levadura en ningún lugar de todo tu territorio, y de la carne del animal sacrificado en la tarde del primer día, no deberá quedar nada para el día siguiente.

5 »No podrás sacrificar la pascua en cualquiera de las ciudades que el Señor tu Dios te da, 6 sino que la sacrificarás en el lugar que el Señor tu Dios escoja como residencia de su nombre, y lo harás por la tarde, a la puesta del sol, porque a esa hora saliste de Egipto. 7 Asarás la carne y la comerás en el lugar que el Señor tu Dios haya escogido, y por la mañana podrás volver a tu casa. 8 Durante seis días comerás pan sin levadura, y el séptimo día no trabajarás, sino que celebrarás una fiesta solemne en honor del Señor tu Dios.

9 »Siete semanas contarás a partir del día en que se comience a segar el trigo, 10 para celebrar la fiesta solemne de las semanas en honor del Señor tu Dios. Las ofrendas que presentes serán voluntarias, en la medida en que el Señor tu Dios te haya bendecido. 11 Y en el lugar que el Señor tu Dios haya escogido como residencia de su nombre se alegrarán tú y tu hijo, y tu hija, delante del Señor tu Dios, lo mismo que tu siervo y tu sierva, y el levita que viva en tus ciudades, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que vivan en tu medio. 12 Acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto, así que cumplirás al pie de la letra estos estatutos.

13 »Cuando ya hayas levantado la cosecha de trigo y hayas exprimido las uvas en tu lagar, durante siete días celebrarás la fiesta solemne de los tabernáculos. 14 Y en tus fiestas solemnes te alegrarás tú, y tu hijo y tu hija, y tu siervo y tu sierva, y el levita, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que viven en tus ciudades. 15 Durante siete días celebrarás la fiesta solemne en honor del Señor tu Dios, en el lugar que el Señor escoja, porque el Señor tu Dios te habrá bendecido en todos tus frutos, y en todos tus trabajos, y estarás verdaderamente alegre.

16 »Tres veces al año todos tus varones se presentarán delante del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja. Se presentarán en la fiesta solemne de los panes sin levadura, en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno de ellos se presentará delante del Señor con las manos vacías. 17 Cada uno presentará su ofrenda, conforme a la bendición que el Señor tu Dios le haya dado.

Impartición de la justicia
18 »En todas las ciudades que el Señor tu Dios te dará pondrás jueces y oficiales de tus tribus, los cuales impartirán justicia entre el pueblo. 19 No tuerzas el derecho. No hagas acepción de personas, ni aceptes soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. 20 Tú haz justicia, y nada más que justicia, para que vivas y tomes posesión de la tierra que el Señor tu Dios te da.

21 »No plantes ningún árbol ni te hagas ninguna imagen de Asera cerca del altar del Señor tu Dios. 22 No erijas ninguna estatua, porque eso es algo que el Señor tu Dios aborrece.

17 »No ofrecerás al Señor tu Dios, en sacrificio, ningún buey o cordero que tenga algún defecto o alguna cosa mala, pues eso le repugna al Señor tu Dios.

2 »Cuando en alguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da se halle algún hombre, o alguna mujer, que haya hecho lo malo a los ojos del Señor tu Dios y que haya faltado a su pacto 3 al ir y servir a dioses ajenos, y al inclinarse ante ellos, ya sea ante el sol o la luna, o ante todo el ejército del cielo (lo cual yo he prohibido), 4 y te llegue la noticia, y después de enterarte lo averiguas bien, y resulta que esto es realmente cierto y que se ha cometido en Israel un hecho tan aberrante, 5 sacarás de la ciudad al hombre o a la mujer que haya cometido esta maldad, y los apedrearás, y así morirán.

6 »Quien sea condenado a muerte sólo podrá morir por el testimonio de dos o de tres testigos. Nadie podrá morir por el testimonio de un solo testigo. 7 Los primeros en levantar la mano contra el condenado a muerte serán los testigos; después de ellos levantará la mano todo el pueblo. Así acabarás con el mal que haya en tu medio.

8 »Cuando en tus ciudades se te presente un caso difícil de juzgar, ya sea entre dos distintas clases de homicidio, o dos distintas clases de derecho legal, o dos distintas clases de heridas, o distintos negocios o litigios, te levantarás e irás al lugar que el Señor tu Dios haya escogido, 9 y recurrirás a los sacerdotes levitas y al juez que haya en aquellos días, y los consultarás y ellos te harán saber la justa sentencia. 10 Entonces actuarás según la sentencia que te indiquen los del lugar que el Señor haya escogido, y pondrás cuidado en hacer todo según lo que te manifiesten. 11 Procederás en conformidad con las normas que te hagan saber, y según la sentencia que dicten, sin desviarte ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te hagan saber. 12 Si alguien procede con soberbia, y no obedece al sacerdote que está allí para ministrar delante del Señor tu Dios, o al juez, será condenado a muerte. Así quitarás el mal de en medio de Israel. 13 Y todo el pueblo lo sabrá, y temerá, y no se envanecerá.

Instrucciones acerca del rey
14 »Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, tal vez digas: “Quiero tener un rey, como lo tienen todas las naciones que me rodean.” 15 Si es así, nombrarás como tu rey a quien el Señor tu Dios escoja. Pero no pondrás como rey tuyo a ningún extranjero, sino que pondrás como rey tuyo a uno de tus compatriotas. 16 Ese rey no deberá aumentar el número de sus caballos, ni hará que ustedes como pueblo vuelvan a Egipto sólo para adquirir más caballos, porque el Señor les ha dicho que nunca más vuelvan por ese camino. 17 Para que su corazón no se desvíe, tampoco deberá tomar para sí muchas mujeres, ni amontonará para sí oro y plata en abundancia. 18 Una vez que haya ocupado el trono de su reino, escribirá en un libro una copia de esta ley para sí mismo, semejante al original que está al cuidado de los sacerdotes levitas, 19 y la tendrá a la mano, y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Señor su Dios, y para que cumpla todas las palabras de esta ley y de estos estatutos, y los ponga por obra. 20 Así su corazón no se colocará por encima de sus hermanos, ni se apartará ni a diestra ni a siniestra del mandamiento, a fin de que tanto él como sus hijos prolonguen los días de su reinado en medio de Israel.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Lucas 9:7-27 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Muerte de Juan el Bautista
7 Herodes el tetrarca se enteró de todo lo que hacía Jesús, y estaba perplejo, pues algunos decían que Juan había resucitado de los muertos; 8 otros decían que Elías se había aparecido; y aún otros, que alguno de los antiguos profetas había resucitado. 9 Pero Herodes dijo: «¡Yo mandé decapitar a Juan! Entonces, ¿quién es éste, de quien oigo decir tales cosas?» Y trataba de verlo.

Alimentación de los cinco mil
10 Cuando los apóstoles regresaron, le contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Entonces él los llevó a un lugar apartado de la ciudad llamada Betsaida. 11 Pero la gente lo supo y lo siguió, y él los recibió y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser sanados. 12 Cuando el día comenzó a declinar, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos vecinos, y busquen comida y alojamiento, porque aquí no hay nada.» 13 Jesús les dijo: «Denles ustedes de comer.» Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos a comprar alimentos para toda esta multitud.» 14 Allí había como cinco mil personas. Y Jesús dijo a sus discípulos: «Hagan que la gente se siente en grupos de cincuenta personas.» 15 Los discípulos lo hicieron así, y todos se sentaron. 16 Jesús tomó entonces los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, los bendijo, los partió, y se los dio a sus discípulos para que ellos los repartieran entre la gente. 17 Y todos comieron y quedaron satisfechos; y de lo que sobró recogieron doce cestas.

La confesión de Pedro
18 Un día, mientras Jesús se apartó para orar, les preguntó a los discípulos que estaban con él: «¿Quién dice la gente que soy yo?» 19 Ellos respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros más, que eres alguno de los antiguos profetas que ha resucitado.» 20 Entonces les preguntó: «¿Y ustedes, quién dicen que soy?» Y Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo de Dios.»

Jesús anuncia su muerte
21 Jesús les mandó que de ninguna manera se lo dijeran a nadie. 22 También les dijo: «Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, que sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que muera y resucite al tercer día.»

23 Y a todos les decía: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí, la salvará. 25 Porque ¿de qué le sirve a uno ganarse todo el mundo, si se destruye o se pierde a sí mismo? 26 Porque si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria, y en la gloria del Padre y de los santos ángeles. 27 Pero en verdad les digo, que algunos de los que están aquí no morirán hasta que vean el reino de Dios.»

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Salmos 72 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El reinado de un rey justo
Para Salomón.
72 ¡Concédele, oh Dios, al rey juzgar como tú,
y concédele al hijo del rey tu justicia!
2 ¡Concédele juzgar a tu pueblo con justicia,
y con buen juicio a los afligidos de tu pueblo!
3 ¡Que los montes brinden paz al pueblo,
y las colinas ofrezcan justicia!
4 Así el rey juzgará a los afligidos del pueblo,
salvará a los hijos de los menesterosos,
y aplastará a los opresores.
5 Tu pueblo te temerá de generación en generación
mientras el sol y la luna existan.

6 Que sea el rey como la lluvia que cae sobre la hierba,
y como el rocío que empapa la tierra
7 Que haya en sus días justicia y mucha paz,
hasta que la luna deje de existir.
8 Que su dominio se extienda de mar a mar,
desde el gran río hasta los límites de la tierra.
9 Que ante él se rindan los habitantes del desierto,
y que sus enemigos muerdan el polvo.
10 Que los reyes de Tarsis y de las costas le paguen tributo,
y que los reyes de Sabá y de Sebá le ofrezcan regalos.
11 Que todos los reyes se inclinen en su presencia,
y que todas las naciones le sirvan.

12 Que salve el rey al pobre que le pida ayuda,
y al afligido que no tenga quien le socorra.
13 Que se compadezca del pobre y del menesteroso,
y que les salve la vida a los pobres.
14 Que los salve del engaño y de la violencia,
y que la sangre de ellos sea a sus ojos muy valiosa.

15 ¡Que viva el rey! ¡Que reciba el oro de Sabá!
¡Que se ore por él siempre!
¡Que a todas horas se le bendiga!
16 ¡Que sea en las cumbres de los montes
como un puñado de grano que cae en la tierra!
¡Que sea tan productivo como el monte Líbano,
y que en la ciudad haya tanta gente
como hierba hay en el campo!
17 ¡Que su nombre sea siempre recordado!
¡Que su nombre permanezca mientras el sol exista!
¡Que todas las naciones sean bendecidas por él,
y que lo llamen bienaventurado!

18 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel!
¡Sólo el Señor hace maravillas!
19 ¡Bendito sea por siempre su glorioso nombre!
¡Que toda la tierra sea llena de su gloria!
¡Amén y Amén!

20 Aquí terminan las oraciones de David hijo de Yesé.

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Proverbios 12:8-9 Reina Valera Contemporánea (RVC)
8 El hombre es alabado según su sabiduría,
pero el de corazón perverso es menospreciado.
9 Más vale un patrón despreciado
que un engreído que carece de pan.

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Friday, March 29, 2019

DAB Español, Sábado 30 de Marzo

Día 89, DAB Español, Sábado 30 de Marzo

Deuteronomio 13:1-15:23; Lucas 8:40-9:6; Salmos 71; Proverbios 12:5-7 (La Biblia de las Américas (LBLA))






Deuteronomio 13-15 La Biblia de las Américas (LBLA)
Advertencia contra falsos profetas e idólatras
13 [a]Si se levanta en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncia[b] una señal o un prodigio, 2 y la señal o el prodigio se cumple, acerca del cual él te había hablado, diciendo: “Vamos en pos de otros dioses (a los cuales no has conocido) y sirvámosles”, 3 no darás oído a las palabras de ese profeta o de ese soñador de sueños; porque el Señor tu Dios te está probando para ver si amas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. 4 En pos del Señor vuestro Dios andaréis y a El temeréis; guardaréis sus mandamientos, escucharéis su voz, le serviréis y a El os uniréis. 5 Pero a ese profeta o a ese soñador de sueños se le dará muerte, por cuanto ha aconsejado[c] rebelión contra el Señor tu[d] Dios que te[e] sacó de la tierra de Egipto y te redimió de casa de servidumbre[f], para apartarte del camino en el cual el Señor tu Dios te mandó andar. Así quitarás el mal de en medio de ti.

6 Si tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o la mujer que amas[g], o tu amigo entrañable[h], te incita en secreto, diciendo: “Vamos y sirvamos a otros dioses” (a quienes ni tú ni tus padres habéis conocido, 7 de los dioses de los pueblos que te rodean, cerca o lejos de ti, de un término de la tierra al otro), 8 no cederás ni le escucharás; y tu ojo no tendrá piedad de él, tampoco lo perdonarás ni lo encubrirás, 9 sino que ciertamente lo matarás; tu mano será la primera contra él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo. 10 Lo apedrearás hasta la muerte[i] porque él trató de apartarte del Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre[j]. 11 Entonces todo Israel oirá y temerá, y nunca volverá a hacer tal maldad en medio de ti.

12 Si oyes decir que en alguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da para habitar, 13 han salido hombres indignos[k] de en medio de ti y han seducido a los habitantes de su ciudad, diciendo: “Vamos y sirvamos a otros dioses” (a quienes no has conocido), 14 entonces inquirirás, buscarás y preguntarás con diligencia. Y si es verdad y se comprueba que se ha hecho tal abominación en medio de ti, 15 irremisiblemente herirás a filo de espada a los habitantes de esa ciudad, destruyéndola por completo[l] con todo lo que hay en ella, y también su ganado a filo de espada. 16 Entonces amontonarás todo su botín en medio de su plaza, y prenderás fuego a la ciudad con todo su botín, todo ello como ofrenda encendida al Señor tu Dios; y será montón de ruinas para siempre. Nunca será reconstruida. 17 Y nada de lo dedicado al anatema quedará en tu mano, para que el Señor se aparte del ardor de su ira y sea misericordioso contigo, tenga compasión de ti y te multiplique, tal como El juró a tus padres, 18 porque escuchas la voz del Señor tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, haciendo lo que es justo ante los ojos del Señor tu Dios.

Animales limpios e inmundos
14 Vosotros sois hijos del Señor vuestro Dios; no os sajaréis ni os rasuraréis la frente[m] a causa de un muerto. 2 Porque eres pueblo santo para el Señor tu Dios; y el Señor te ha escogido para que le seas un pueblo de su exclusiva posesión[n] de entre los pueblos que están sobre la faz de la tierra.

3 No comerás nada abominable. 4 Estos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, la cabra, 5 [o]el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés. 6 Y cualquier animal de pezuña dividida que tenga la pezuña hendida en dos mitades[p] y que rumie[q], lo podréis comer. 7 Pero éstos no comeréis de entre los que rumian o de entre los que tienen la pezuña dividida en dos[r]: el camello, el conejo[s] y el damán[t]; pues aunque rumian, no tienen la pezuña dividida; para vosotros serán inmundos. 8 Y el cerdo, aunque tiene la pezuña dividida, no rumia; será inmundo para vosotros. No comeréis de su carne ni tocaréis sus cadáveres.

9 De todo lo que vive en el agua, éstos podréis comer: todos los que tienen aletas y escamas, 10 pero no comeréis nada que no tenga aletas ni escamas; será inmundo para vosotros.

11 Toda ave limpia podréis comer. 12 Pero éstas no comeréis: el águila[u], el buitre y el buitre negro; 13 el azor, el halcón y el milano según su especie; 14 todo cuervo según su especie; 15 el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según su especie; 16 el búho, el búho real, la lechuza blanca, 17 el pelícano, el buitre, el somormujo, 18 la cigüeña y la garza según su especie; la abubilla y el murciélago. 19 Todo insecto alado será inmundo para vosotros; no se comerá. 20 Toda ave limpia podréis comer.

21 No comeréis ningún animal que se muera. Lo podrás dar al forastero que está en tus ciudades[v], para que lo coma, o lo podrás vender a un extranjero, porque tú eres un pueblo santo al Señor tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

Leyes acerca del diezmo
22 Diezmarás fielmente todo el producto de tu sementera[w], lo que rinde tu campo cada año. 23 Y comerás en la presencia del Señor tu Dios, en el lugar que El escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que aprendas a temer siempre al Señor tu Dios. 24 Mas si el camino es tan largo para ti, que seas incapaz de llevar el diezmo por estar lejos el lugar donde el Señor tu Dios escoja para poner allí su nombre, cuando el Señor tu Dios te haya bendecido, 25 entonces lo cambiarás por dinero[x], y atarás el dinero en tu mano e irás al lugar que el Señor tu Dios escoja. 26 Y podrás gastar el dinero en todo lo que tu corazón apetezca: en vacas u ovejas, en vino o sidra, o en cualquier otra cosa que tu corazón[y] desee[z]; allí comerás en presencia del Señor tu Dios, y te alegrarás tú y tu casa. 27 Tampoco desampararás al levita que habite en tus ciudades, porque él no tiene parte ni heredad contigo.

28 Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo depositarás en tus ciudades. 29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo, y el forastero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que el Señor tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga.

Año de remisión
15 Al cabo de cada siete años harás remisión de deudas. 2 Así se hará[aa] la remisión: todo acreedor[ab] hará remisión de lo que haya prestado a su prójimo; no lo exigirá de su prójimo ni de su hermano, porque se ha proclamado la remisión del Señor. 3 De un extranjero lo puedes exigir, mas tu mano perdonará[ac] cualquier cosa tuya que tu hermano tenga[ad]. 4 Y no habrá menesteroso entre vosotros, ya que el Señor de cierto te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da por heredad para poseerla, 5 si sólo escuchas fielmente la voz del Señor tu Dios, para guardar cuidadosamente todo este mandamiento que te ordeno hoy. 6 Pues el Señor tu Dios te bendecirá como te ha prometido, y tú prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; y tendrás dominio sobre muchas naciones, pero ellas no tendrán dominio sobre ti.

7 Si hay un menesteroso contigo, uno de tus hermanos, en cualquiera de tus ciudades[ae] en la tierra que el Señor tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre, 8 sino que le abrirás libremente tu mano, y con generosidad le prestarás lo que le haga falta para cubrir sus necesidades. 9 Cuídate de que no haya pensamiento perverso[af] en tu corazón, diciendo: “El séptimo año, el año de remisión, está cerca”, y mires con malos ojos a[ag] tu hermano pobre, y no le des nada; porque[ah] él podrá clamar al Señor contra ti, y esto te será pecado. 10 Con generosidad le darás, y no te dolerá el corazón cuando le des, ya que el Señor tu Dios te bendecirá por esto en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas[ai]. 11 Porque nunca faltarán pobres en tu[aj] tierra; por eso te ordeno, diciendo: “Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al[ak] necesitado y al[al] pobre en tu tierra.”

12 Si un hermano tuyo, hebreo o hebrea, te es vendido, te servirá por seis años, pero al séptimo año lo pondrás en libertad[am]. 13 Y cuando lo libertes, no lo enviarás con las manos vacías. 14 Le abastecerás liberalmente de tu rebaño, de tu era y de tu lagar; le darás conforme te haya bendecido el Señor tu Dios. 15 Y te acordarás que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te redimió; por eso te ordeno esto hoy. 16 Y sucederá que si él te dice: “No me iré de tu lado”, porque te ama a ti y a tu casa, pues le va bien contigo, 17 entonces tomarás una lezna y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre. Y lo mismo harás a tu sierva. 18 No te parezca duro cuando lo dejes en libertad[an], porque te ha dado seis años con el doble del servicio[ao] de un jornalero; y el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.

19 Todo primogénito que nazca de tu ganado y de tu rebaño consagrarás al Señor tu Dios; no trabajarás con el primogénito de tu ganado ni trasquilarás el primogénito de tu rebaño. 20 Lo comerás tú y tu casa cada año delante del Señor tu Dios en el lugar que el Señor escoja. 21 Pero si tiene algún defecto, si es cojo o ciego o con cualquier otro defecto grave, no lo sacrificarás al Señor tu Dios. 22 Lo comerás dentro de tus ciudades[ap]; el inmundo lo mismo que el limpio pueden comerlo, como se come una gacela o un ciervo. 23 Sólo que no comerás su sangre; la derramarás como agua sobre la tierra.

Footnotes:
Deuteronomio 13:1 En el texto heb., cap. 13:2
Deuteronomio 13:1 Lit., da
Deuteronomio 13:5 Lit., hablado
Deuteronomio 13:5 Lit., vuestro
Deuteronomio 13:5 Lit., os
Deuteronomio 13:5 Lit., siervos
Deuteronomio 13:6 Lit., de tu seno
Deuteronomio 13:6 Lit., que es como tu alma
Deuteronomio 13:10 Lit., con piedras, y muera
Deuteronomio 13:10 Lit., esclavos
Deuteronomio 13:13 Lit., hijos de Belial
Deuteronomio 13:15 O, dedicándola al anatema
Deuteronomio 14:1 Lit., ni haréis tonsura entre vuestros ojos
Deuteronomio 14:2 O, tesoro especial
Deuteronomio 14:5 La identidad exacta de los animales en este vers. es incierta
Deuteronomio 14:6 Lit., pezuñas
Deuteronomio 14:6 Lit., rumie entre los animales
Deuteronomio 14:7 Lit., una hendidura
Deuteronomio 14:7 O, la liebre
Deuteronomio 14:7 O, tejón
Deuteronomio 14:12 O, buitre
Deuteronomio 14:21 Lit., puertas, y así en el resto del cap.
Deuteronomio 14:22 Lit., semilla
Deuteronomio 14:25 Lit., darás en dinero
Deuteronomio 14:26 Lit., alma
Deuteronomio 14:26 Lit., te pida
Deuteronomio 15:2 Lit., Y esta es la manera de
Deuteronomio 15:2 Lit., señor que presta de su mano
Deuteronomio 15:3 O, exonerará
Deuteronomio 15:3 Lit., esté con tu hermano
Deuteronomio 15:7 Lit., puertas
Deuteronomio 15:9 Lit., palabra de Belial
Deuteronomio 15:9 Lit., tu ojo sea malo para con
Deuteronomio 15:9 Lit., y
Deuteronomio 15:10 Lit., en todo extender de tu mano
Deuteronomio 15:11 Lit., en medio de la
Deuteronomio 15:11 Lit., a tu
Deuteronomio 15:11 Lit., a tu
Deuteronomio 15:12 Lit., le libertarás de ti
Deuteronomio 15:18 Lit., le libertarás de ti
Deuteronomio 15:18 Lit., valor
Deuteronomio 15:22 Lit., puertas
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Lucas 8:40-9:6 La Biblia de las Américas (LBLA)
Jairo ruega por su hija
40 Cuando Jesús volvió, la multitud le recibió con gozo, porque todos le habían estado esperando. 41 Y he aquí, llegó un hombre llamado Jairo, que era un oficial[a] de la sinagoga; y cayendo a los pies de Jesús le rogaba que entrara a su casa; 42 porque tenía una hija única[b], como de doce años, que estaba al borde de la muerte. Pero mientras El iba, la muchedumbre le apretaba.

Jesús sana a una mujer
43 Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía[c] y no podía ser curada por nadie, 44 se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante cesó el flujo de su sangre. 45 Y Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Mientras todos lo negaban, Pedro dijo, y los que con él estaban[d]: Maestro, las multitudes te aprietan y te oprimen. 46 Pero Jesús dijo: Alguien me tocó, porque me di cuenta que de mí había salido poder. 47 Al ver la mujer que ella no había pasado inadvertida, se acercó temblando, y cayendo delante de El, declaró en presencia de todo el pueblo la razón por la cual le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48 Y El le dijo: Hija, tu fe te ha sanado[e]; vete en paz.

Jesús resucita a la hija de Jairo
49 Mientras estaba todavía hablando, vino* alguien de la casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. 50 Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada[f]. 51 Y cuando El llegó a la casa, no permitió que nadie entrara con El sino sólo Pedro, Juan y Jacobo[g], y el padre y la madre de la muchacha. 52 Todos la lloraban y se lamentaban; pero El dijo: No lloréis, porque no ha muerto, sino que duerme. 53 Y se burlaban de El, sabiendo que ella había muerto. 54 Pero El, tomándola de la mano, clamó, diciendo: ¡Niña, levántate! 55 Entonces le volvió su espíritu, y se levantó al instante, y El mandó que le dieran de comer. 56 Y sus padres estaban asombrados; pero El les encargó que no dijeran a nadie lo que había sucedido.

Misión de los doce
9 Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. 2 Y los envió a proclamar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. 3 Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja[h], ni pan, ni dinero; ni tengáis dos túnicas cada uno. 4 En cualquier casa donde entréis, quedaos allí, y sea de allí vuestra salida. 5 Y en cuanto a los que no os reciban, al salir de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. 6 Entonces salieron, e iban por las aldeas anunciando el evangelio y sanando por todas partes.

Footnotes:
Lucas 8:41 O, principal
Lucas 8:42 O, sólo una hija
Lucas 8:43 Algunos mss. antiguos no incluyen: y que había...cuanto tenía
Lucas 8:45 Algunos mss. antiguos no incluyen: y los...estaban
Lucas 8:48 Lit., salvado
Lucas 8:50 Lit., salvada
Lucas 8:51 O, Santiago
Lucas 9:3 O, mochila, o, bolsa
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Salmos 71 La Biblia de las Américas (LBLA)
Oración de un anciano
71 En ti, oh Señor, me refugio;
jamás sea yo avergonzado.
2 Líbrame en tu justicia, y rescátame;
inclina a mí tu oído, y sálvame.
3 Sé para mí una roca de refugio[a], a la cual pueda ir continuamente;
tú has dado mandamiento para salvarme,
porque tú eres mi roca[b] y mi fortaleza.
4 Dios mío, rescátame de la mano del impío,
de la mano[c] del malhechor[d] y del implacable,
5 porque tú eres mi esperanza;
oh Señor Dios[e], tú eres mi confianza desde mi juventud.
6 De[f] ti he recibido apoyo desde mi nacimiento[g];
tú eres el que me sacó del seno de mi madre;
para[h] ti es continuamente mi alabanza.

7 He llegado a ser el asombro de muchos,
porque tú eres mi refugio fuerte.
8 Llena está mi boca de tu alabanza
y de tu gloria todo el día.
9 No me rechaces en el tiempo de la vejez;
no me desampares cuando me falten las fuerzas.
10 Porque mis enemigos han hablado de mí;
y los que acechan mi vida[i] han consultado entre sí,
11 diciendo: Dios lo ha desamparado;
perseguidlo y apresadlo, pues no hay quien lo libre.

12 Oh Dios, no estés lejos de mí;
Dios mío, apresúrate a socorrerme.
13 Sean avergonzados y consumidos los enemigos de mi alma;
sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal.
14 Mas yo esperaré continuamente,
y aún te alabaré más y más[j].
15 Todo el día contará mi boca
de tu justicia y de tu salvación,
porque son innumerables[k].
16 Vendré con los hechos poderosos de Dios[l] el Señor;
haré mención de tu justicia, de la tuya sola.

17 Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud,
y hasta ahora he anunciado tus maravillas.
18 Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios,
hasta que anuncie tu poder[m] a esta generación,
tu poderío a todos los que han de venir.
19 Porque[n] tu justicia, oh Dios, alcanza hasta los cielos[o],
tú que has hecho grandes cosas;
oh Dios, ¿quién como tú?
20 Tú que me[p] has hecho ver muchas angustias y aflicciones,
me[q] volverás a dar vida,
y me[r] levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra.
21 Aumenta tú mi grandeza,
y vuelve a consolarme.

22 Y[s] yo te daré gracias con el arpa[t],
cantaré tu verdad[u], Dios mío;
a ti cantaré alabanzas con la lira,
oh Santo de Israel.
23 Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas,
y mi alma, que tú has redimido.
24 También mi lengua hablará de tu justicia todo el día,
porque han sido avergonzados, porque han sido humillados, los que procuran mi mal[v].

Footnotes:
Salmos 71:3 O, de habitación
Salmos 71:3 O, peñón
Salmos 71:4 Lit., la palma
Salmos 71:4 O, perverso
Salmos 71:5 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
Salmos 71:6 Lit., Sobre
Salmos 71:6 Lit., desde la matriz
Salmos 71:6 Lit., en
Salmos 71:10 Lit., alma
Salmos 71:14 O, añadiré a toda tu alabanza
Salmos 71:15 Lit., no sé el número de ellas
Salmos 71:16 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
Salmos 71:18 Lit., brazo
Salmos 71:19 Lit., Y
Salmos 71:19 Lit., la altura
Salmos 71:20 Otra posible lectura es: nos
Salmos 71:20 Otra posible lectura es: nos
Salmos 71:20 Otra posible lectura es: nos
Salmos 71:22 Lit., También
Salmos 71:22 Lit., un instrumento de arpa
Salmos 71:22 O, fidelidad
Salmos 71:24 O, hacerme daño
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Proverbios 12:5-7 La Biblia de las Américas (LBLA)
5 Los pensamientos de los justos son rectos,
los consejos de los impíos, engañosos.
6 Las palabras de los impíos son asechanzas sangrientas,
pero a los rectos su boca los librará.
7 Los impíos son derribados y ya no existen,
pero la casa de los justos permanecerá.

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DAB Español, Domingo 28 de Abril

Día 119, DAB Español, Domingo 28 de Abril Jueces 8:17-9:21; Lucas 23:44-24:12; Salmos 99; Proverbios 14:9-10 (Traducción en lenguaje actual ...