Wednesday, June 30, 2021

DAB Español, Jueves 01 de Julio

Día 182, DAB Español, Jueves 01 de Julio

2 Reyes 18:13-19:37; Hechos 21:1-17; Salmos 149; Proverbios 18:8 (Dios Habla Hoy (DHH))









2 Reyes 18:13-19:37

Dios Habla Hoy

Senaquerib invade Judá

 

13 En el año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó a todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó. 14 Entonces Ezequías, rey de Judá, envió un mensaje al rey de Asiria, que estaba en Laquis, en el que decía: «He cometido un error. Retírate de mi país y te pagaré el tributo que me impongas.»

 

Por lo tanto, el rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, un tributo de nueve mil novecientos kilos de plata y novecientos noventa kilos de oro. 15 Así que Ezequías le entregó toda la plata que encontró en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real. 16 En aquella misma ocasión, Ezequías quitó del templo del Señor las puertas y sus marcos, que él mismo había cubierto de oro, y se las dio al rey de Asiria.

 

17 Después el rey de Asiria envió al rey Ezequías un alto oficial, un funcionario de su confianza y otro alto oficial, al frente de un poderoso ejército, y éstos fueron de Laquis a Jerusalén, para atacarla. Cuando llegaron a Jerusalén, acamparon junto al canal del estanque de arriba, por el camino que va al campo del Lavador de Paños. 18 Luego llamaron al rey, y Eliaquim, hijo de Hilquías, que era el mayordomo de palacio, y Sebná, el cronista, y Joah, hijo de Asaf, el secretario del rey, salieron a encontrarse con ellos. 19 Allí el oficial asirio les dijo:

 

—Comuniquen a Ezequías este mensaje del gran rey, el rey de Asiria: “¿De qué te sientes tan seguro? 20 ¿Piensas acaso que las palabras bonitas valen lo mismo que la táctica y la fuerza para hacer la guerra? ¿En quién confías para rebelarte contra mí? 21 Veo que confías en el apoyo de Egipto. Pues bien, Egipto es una caña astillada, que si uno se apoya en ella, se le clava y le atraviesa la mano. Eso es el faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él. 22 Y si me dicen ustedes: Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios, ¿acaso no suprimió Ezequías los lugares de culto y los altares de ese Dios, y ordenó que la gente de Judá y Jerusalén le diera culto solamente en el altar de Jerusalén? 23 Haz un trato con mi amo, el rey de Asiria: yo te doy dos mil caballos, si consigues jinetes para ellos. 24 Tú no eres capaz de hacer huir ni al más insignificante de los oficiales asirios, ¿y esperas conseguir jinetes y caballos en Egipto? 25 Además, ¿crees que yo he venido a atacar y destruir este país sin contar con el Señor? ¡Él fue quien me ordenó atacarlo y destruirlo!”

 

26 Eliaquim, Sebná y Joah respondieron al oficial asirio:

 

—Por favor, háblenos usted en arameo, pues nosotros lo entendemos. No nos hable usted en hebreo, pues toda la gente que hay en la muralla está escuchando.

 

27 Pero el oficial asirio dijo:

 

—No fue a tu amo, ni a ustedes, a quienes el rey de Asiria me mandó que dijera esto; fue precisamente a la gente que está sobre la muralla, pues ellos, lo mismo que ustedes, tendrán que comerse su propio excremento y beberse sus propios orines.

 

28 Entonces el oficial, de pie, gritó bien fuerte en hebreo:

 

—Oigan lo que les dice el gran rey, el rey de Asiria: 29 “No se dejen engañar por Ezequías; él no puede salvarlos de mi mano.” 30 Si Ezequías quiere convencerlos de que confíen en el Señor, y les dice: “El Señor ciertamente nos salvará; él no permitirá que esta ciudad caiga en poder del rey de Asiria”, 31 no le hagan caso. El rey de Asiria me manda a decirles que hagan las paces con él, y que se rindan, y así cada uno podrá comer del producto de su viñedo y de su higuera y beber el agua de su propia cisterna. 32 Después los llevará a un país parecido al de ustedes, un país de trigales y viñedos, para hacer pan y vino, un país de aceite de oliva y miel. Entonces podrán vivir bien y no morirán. Pero no le hagan caso a Ezequías, porque los engaña al decir que el Señor los va a librar. 33 ¿Acaso alguno de los dioses de los otros pueblos pudo salvar a su país del poder del rey de Asiria? 34 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arpad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, Hená e Ivá? ¿Acaso pudieron salvar del poder de Asiria a Samaria? 35 ¿Cuál de todos los dioses de esos países pudo salvar a su nación del poder del rey de Asiria? ¿Por qué piensan que el Señor puede salvar a Jerusalén?

 

36 La gente se quedó callada y no le respondió ni una palabra, porque el rey había ordenado que no respondieran nada. 37 Entonces Eliaquim, mayordomo de palacio, Sebná, el cronista, y Joah, secretario del rey, afligidos se rasgaron la ropa y se fueron a ver a Ezequías para contarle lo que había dicho el alto oficial asirio.

Judá es librado de Senaquerib

 

19 Cuando el rey Ezequías oyó esto, se rasgó sus vestiduras, se puso ropas ásperas en señal de dolor y se fue al templo del Señor. 2 Y envió a Eliaquim, mayordomo de palacio, al cronista Sebná y a los sacerdotes más ancianos, con ropas ásperas en señal de dolor, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, 3 y a decirle de parte del rey: «Hoy estamos en una situación de angustia, castigo y humillación, como una mujer que, a punto de dar a luz, se quedara sin fuerzas. 4 Ojalá el Señor tu Dios haya oído las palabras del oficial enviado por su amo, el rey de Asiria, para insultar al Dios viviente, y ojalá lo castigue por las cosas que el Señor mismo, tu Dios, habrá oído. Ofrece, pues, una oración por los que aún quedan.»

 

5 Los funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, 6 e Isaías les encargó que respondieran a su amo: «El Señor dice: “No tengas miedo de esas palabras ofensivas que dijeron contra mí los criados del rey de Asiria. 7 Mira, yo voy a hacer que llegue a él un rumor que lo obligue a volver a su país, y allí lo haré morir asesinado.”»

 

8 El oficial asirio se enteró de que el rey de Asiria se había ido de la ciudad de Laquis. Entonces se fue de Jerusalén, y encontró al rey de Asiria atacando a Libná. 9 Allí el rey de Asiria oyó decir que el rey Tirhaca de Etiopía había emprendido una campaña militar contra él. Una vez más, el rey de Asiria envió embajadores al rey Ezequías de Judá, 10 a decirle: «Tu Dios, en el que tú confías, te asegura que Jerusalén no caerá en mi poder; pero no te dejes engañar por él. 11 Tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria con todos los países que han querido destruir. ¿Y te vas a salvar tú? 12 ¿Acaso los dioses salvaron a los otros pueblos que mis antepasados destruyeron: a Gozán, a Harán, a Résef, y a la gente de Bet-edén que vivía en Telasar? 13 ¿Dónde están los reyes de Hamat, de Arpad, de Sefarvaim, de Hená y de Ivá?»

 

14 Ezequías tomó la carta que le entregaron los embajadores, y la leyó. Luego se fue al templo y, extendiendo la carta delante del Señor, 15 oró así: «Señor, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines: tú solo eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú creaste el cielo y la tierra. 16 Pon atención, Señor, y escucha. Abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha las palabras que Senaquerib mandó decirme, palabras todas ellas ofensivas contra ti, el Dios viviente. 17 Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras, 18 y que han echado al fuego sus dioses, porque en realidad no eran dioses, sino objetos de madera o de piedra hechos por el hombre. Por eso los destruyeron. 19 Ahora pues, Señor y Dios nuestro, sálvanos de su poder, para que todas las naciones de la tierra sepan que tú, Señor, eres el único Dios.»

 

20 Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías: «Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Yo he escuchado la oración que me hiciste acerca de Senaquerib, rey de Asiria.”»

 

21 Éstas son las palabras que dijo el Señor acerca del rey de Asiria:

 

«La ciudad de Sión, como una muchacha,

se ríe de ti, Senaquerib.

Jerusalén mueve burlonamente la cabeza

cuando tú te retiras.

22

¿A quién has ofendido e insultado?

¿Contra quién alzaste la voz

y levantaste los ojos altaneramente?

¡Contra el Dios Santo de Israel!

23

Por medio de tus mensajeros insultaste al Señor.

 

»Dijiste:

 

»“Con mis innumerables carros de guerra

subí a las cumbres de los montes,

a lo más empinado del Líbano.

Corté sus cedros más altos,

sus pinos más bellos.

Llegué a sus cumbres más altas,

a sus bosques, que parecen jardines.

24

En tierras extrañas

cavé pozos y bebí de esa agua,

y con las plantas de mis pies

sequé todos los ríos de Egipto.”

25

¿Pero no sabías que soy yo, el Señor,

quien ha dispuesto todas estas cosas?

Desde tiempos antiguos lo había planeado,

y ahora lo he realizado;

por eso tú destruyes ciudades fortificadas

y las conviertes en montones de ruinas.

26

Sus habitantes, impotentes,

llenos de miedo y vergüenza,

han sido como hierba del campo,

como pasto verde,

como hierba que crece en los tejados

y que es quemada por el viento del este.

27

Yo conozco todos tus movimientos

y todas tus acciones;

yo sé que te has enfurecido contra mí.

28

Y como conozco tu furia y tu arrogancia,

voy a ponerte una argolla en la nariz,

un freno en la boca,

y te haré volver por el camino

por donde viniste.»

 

29

Isaías dijo entonces a Ezequías:

«Ésta será una señal de lo que va a suceder:

este año y el siguiente comerán ustedes

el trigo que nace por sí solo,

pero al tercer año podrán sembrar y cosechar,

plantar viñedos y comer de sus frutos.

30

Los sobrevivientes de Judá serán como plantas:

echarán raíces y producirán fruto.

31

Porque un resto quedará en Jerusalén;

en el monte Sión habrá sobrevivientes.

Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.

 

32

»Acerca del rey de Asiria dice el Señor:

“No entrará en Jerusalén,

no le disparará ni una flecha,

no la atacará con escudos

ni construirá una rampa a su alrededor.

33

Por el mismo camino por donde vino, se volverá;

no entrará en esta ciudad.

Yo, el Señor, doy mi palabra.

34

Yo protegeré esta ciudad

y la salvaré,

por consideración a mi siervo David

y a mí mismo.”»

 

35 Aquella misma noche el ángel del Señor fue y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio, y al día siguiente todos amanecieron muertos. 36 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y regresó a Nínive. 37 Y un día, cuando estaba adorando en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramélec y Sarézer fueron y lo asesinaron, y huyeron a la región de Ararat. Después reinó en su lugar su hijo Esarhadón.

Hechos 21:1-17

Dios Habla Hoy

Viaje de Pablo a Jerusalén

 

21 Cuando dejamos a los hermanos, nos embarcamos y fuimos directamente a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. 2 En Pátara encontramos un barco que iba a Fenicia, y en él nos embarcamos. 3 Al pasar, vimos la isla de Chipre, y dejándola a mano izquierda seguimos hasta Siria. Y como el barco tenía que dejar carga en el puerto de Tiro, entramos allí. 4 Encontramos a los creyentes, y nos quedamos con ellos siete días. Ellos, advertidos por el Espíritu, dijeron a Pablo que no debía ir a Jerusalén. 5 Pero pasados los siete días, salimos. Todos, con sus mujeres y niños, nos acompañaron hasta fuera de la ciudad, y allí en la playa nos arrodillamos y oramos. 6 Luego nos despedimos y subimos al barco, y ellos regresaron a sus casas.

 

7 Terminamos nuestro viaje por mar yendo de Tiro a Tolemaida, donde saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día. 8 Al día siguiente salimos y llegamos a Cesarea. Fuimos a casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete ayudantes de los apóstoles, y nos quedamos con él. 9 Felipe tenía cuatro hijas solteras, que eran profetisas. 10 Ya hacía varios días que estábamos allí, cuando llegó de Judea un profeta llamado Agabo. 11 Al llegar ante nosotros tomó el cinturón de Pablo, se sujetó con él las manos y los pies, y dijo:

 

—El Espíritu Santo dice que en Jerusalén los judíos atarán así al dueño de este cinturón, y lo entregarán en manos de los extranjeros.

 

12 Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén. 13 Pero Pablo contestó:

 

—¿Por qué lloran y me ponen triste? Yo estoy dispuesto, no solamente a ser atado sino también a morir en Jerusalén por causa del Señor Jesús.

 

14 Como no pudimos convencerlo, lo dejamos, diciendo:

 

—Que se haga la voluntad del Señor.

 

15 Después de esto, nos preparamos y nos fuimos a Jerusalén. 16 Nos acompañaron algunos creyentes de Cesarea, quienes nos llevaron a casa de un hombre de Chipre llamado Mnasón, que era creyente desde hacía mucho tiempo y que iba a darnos alojamiento.

Pablo visita a Santiago

 

17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría.

Salmos 149

Dios Habla Hoy

Dios, Creador y Rey

 

149 ¡Aleluya!

 

Canten al Señor un canto nuevo;

alábenlo en la comunidad de los fieles.

2

Alégrense los israelitas, el pueblo de Sión,

porque Dios es su Creador y Rey.

3

Alaben su nombre con danzas,

cántenle himnos al son de arpas y panderos.

4

Porque el Señor se complace en su pueblo;

da a los humildes el honor de la victoria.

5

Alégrense los fieles con el triunfo,

y aun dormidos canten de alegría.

6

Haya alabanzas a Dios en sus labios,

y en su mano una espada de dos filos

7

para vengarse de los paganos,

para castigar a las naciones,

8

para encadenar a los reyes y gente poderosa

con pesadas cadenas de hierro,

9

para cumplir en ellos la sentencia escrita.

¡Esto será una honra para todos sus fieles!

 

¡Aleluya!

Proverbios 18:8

Dios Habla Hoy

 

8

Los chismes son como golosinas,

pero calan hasta lo más profundo.

Dios Habla Hoy (DHH)

 

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

DAB Español, Domingo 28 de Abril

Día 119, DAB Español, Domingo 28 de Abril Jueces 8:17-9:21; Lucas 23:44-24:12; Salmos 99; Proverbios 14:9-10 (Traducción en lenguaje actual ...