Thursday, June 10, 2021

DAB Español, Viernes 11 de Junio

Día 162, DAB Español, Viernes 11 de Junio

1 Reyes 8:1-66; Hechos 7:51-8:13; Salmos 129; Proverbios 17:1 (Nueva Traducción Viviente (NTV))









1 Reyes 8

Nueva Traducción Viviente

Traslado del arca al templo

 

8 Entonces Salomón mandó llamar a los ancianos de Israel y a todos los jefes de las tribus—los líderes de las familias patriarcales de los israelitas—para que fueran a Jerusalén. Ellos debían trasladar el arca del pacto del Señor desde su sitio en la Ciudad de David, también conocida como Sion, hasta el templo. 2 Así que todos los hombres de Israel se reunieron ante el rey Salomón durante el Festival de las Enramadas, que se celebra anualmente a comienzos del otoño, en el mes de etanim.[a]

 

3 Una vez que estaban presentes todos los ancianos de Israel, los sacerdotes levantaron el arca. 4 Los sacerdotes y los levitas trasladaron el arca del Señor, junto con la carpa especial[b] y todos los objetos sagrados que había en ella. 5 Delante del arca, el rey Salomón y toda la comunidad de Israel sacrificaron ovejas, cabras y ganado, ¡en tal cantidad que fue imposible llevar la cuenta!

 

6 Luego los sacerdotes llevaron el arca del pacto del Señor al santuario interior del templo—el Lugar Santísimo—y la colocaron bajo las alas de los querubines. 7 Los querubines extendían sus alas por encima del arca y formaban una especie de cubierta sobre el arca y las varas para transportarla. 8 Estas varas eran tan largas que los extremos podían verse desde el Lugar Santo, que está delante del Lugar Santísimo, pero no desde afuera; y allí permanecen hasta el día de hoy. 9 Lo único que había dentro del arca eran las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en el monte Sinaí,[c] donde el Señor hizo un pacto con los israelitas cuando partieron de la tierra de Egipto.

 

10 Al salir los sacerdotes del Lugar Santo, una densa nube llenó el templo del Señor. 11 Los sacerdotes no pudieron seguir con la celebración a causa de la nube, porque la gloriosa presencia del Señor llenaba el templo del Señor.

Salomón alaba al Señor

 

12 Entonces Salomón oró: «Oh Señor, tú dijiste que habitarías en una densa nube de oscuridad. 13 Ahora te he construido un templo glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre![d]».

 

14 Luego el rey se dio vuelta hacia toda la comunidad de Israel, que estaba de pie ante él, y después de bendecir al pueblo, dijo: 15 «Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien cumplió la promesa que le hizo a mi padre David; pues le dijo a mi padre: 16 “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, nunca escogí una ciudad de ninguna de las tribus de Israel como el sitio donde se construyera un templo para honrar mi nombre; pero he elegido a David para que sea rey de mi pueblo Israel”».

 

17 Después Salomón dijo: «Mi padre David quería construir este templo para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel; 18 pero el Señor le dijo: “Tú querías construir el templo para honrar mi nombre; tu intención es buena, 19 pero no serás tú quien lo haga. Será uno de tus hijos quien construirá el templo para honrarme”.

 

20 »Ahora el Señor ha cumplido la promesa que hizo, porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel, tal como el Señor lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel. 21 Además he preparado un lugar allí para el arca, la cual contiene el pacto que el Señor hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto».

Oración de dedicación de Salomón

 

22 Luego Salomón, de pie ante el altar del Señor y frente a toda la comunidad de Israel, levantó las manos al cielo 23 y oró:

 

«Oh Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón. 24 Has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre. Pronunciaste esa promesa con tu boca y hoy la has cumplido con tus propias manos.

 

25 »Ahora, oh Señor, Dios de Israel, lleva a cabo la otra promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre, cuando le dijiste: “Si tus descendientes cuidan su comportamiento y me siguen con fidelidad, así como tú lo has hecho, siempre habrá uno de ellos sentado en el trono de Israel”. 26 Ahora, oh Dios de Israel, cumple esta promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre.

 

27 »¿Pero es realmente posible que Dios habite en la tierra? Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido! 28 Sin embargo, escucha mi oración y mi súplica, oh Señor mi Dios. Oye el clamor y la oración que tu siervo te eleva hoy. 29 Que noche y día tus ojos estén sobre este templo, este lugar del cual tú has dicho: “Mi nombre estará allí”. Que siempre oigas las oraciones que elevo hacia este lugar. 30 Que atiendas las peticiones humildes y fervientes de mi parte y de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Sí, óyenos desde el cielo donde tú vives y, cuando nos escuches, perdona.

 

31 »Si alguien agravia a otra persona y se le exige que haga juramento de inocencia ante tu altar en este templo, 32 oye entonces desde el cielo y juzga entre tus siervos, entre el acusador y el acusado. Castiga al culpable según su merecido y absuelve al inocente debido a su inocencia.

 

33 »Si tu pueblo Israel cae derrotado ante sus enemigos por haber pecado contra ti, pero luego vuelve a ti y reconoce tu nombre y eleva oraciones a ti en este templo, 34 oye entonces desde el cielo y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlo volver a esta tierra que diste a sus antepasados.

 

35 »Si los cielos se cierran y no hay lluvia porque tu pueblo ha pecado contra ti, y si luego ellos oran hacia este templo y reconocen tu nombre y se apartan de sus pecados, porque tú los has castigado, 36 oye entonces desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos, tu pueblo Israel. Enséñales a seguir el camino correcto y envía lluvia sobre tu tierra, la tierra que diste a tu pueblo como su preciada posesión.

 

37 »Si hay hambre en la tierra, o pestes, o plagas en los cultivos, o ataques de langostas u orugas, o si los enemigos de tu pueblo invaden el territorio y sitian las ciudades—cualquiera sea el desastre o la enfermedad que ocurra—; 38 si luego tu pueblo Israel ora por sus dificultades con las manos levantadas hacia este templo, 39 oye entonces desde el cielo donde vives y perdona. Haz con tu pueblo según merecen sus acciones, porque solo tú conoces el corazón de cada ser humano. 40 Entonces ellos te temerán mientras vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.

 

41 »En el futuro, los extranjeros que no pertenezcan a tu pueblo Israel oirán de ti. Vendrán de tierras lejanas a causa de tu nombre, 42 porque oirán de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo poderoso. Cuando ellos oren en dirección a este templo, 43 oye entonces desde el cielo donde vives y concédeles lo que te pidan. De esa forma, todos los habitantes de la tierra llegarán a conocerte y a temerte, igual que tu pueblo Israel. También sabrán que este templo que he construido honra tu nombre.

 

44 »Si tu pueblo sale a donde tú lo envías a luchar contra sus enemigos, y si ora al Señor en dirección a esta ciudad que has escogido y hacia este templo que yo he construido para honrar tu nombre, 45 oye entonces desde el cielo sus oraciones y defiende su causa.

 

46 »Si ellos pecan contra ti (¿y quién nunca ha pecado?), tal vez te enojes con ellos y permitas que sus enemigos los conquisten y los lleven cautivos a su tierra, ya sea cerca o lejos. 47 Sin embargo, tal vez en esa tierra, donde estén desterrados, se vuelvan a ti arrepentidos y oren así: “Hemos pecado, hemos hecho lo malo y hemos actuado de manera perversa”. 48 Si ellos se vuelven a ti con todo el corazón y con toda el alma en tierra de sus enemigos, y oran en dirección a la tierra que diste a sus antepasados—hacia esta ciudad que escogiste y hacia este templo que he construido para honrar tu nombre—, 49 oye entonces sus oraciones y su petición desde el cielo donde vives, y defiende su causa. 50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti. Perdona todas las ofensas que haya cometido en tu contra. Haz que sus captores le tengan compasión, 51 porque es tu pueblo—tu posesión más preciada—que sacaste de Egipto, ese horno para fundir hierro.

 

52 »Que tus ojos estén abiertos a mis peticiones y a las peticiones de tu pueblo Israel. Que los oigas y les respondas cada vez que clamen a ti. 53 Pues cuando sacaste a nuestros antepasados de Egipto, oh Señor Soberano, le dijiste a tu siervo Moisés que habías apartado a Israel de todas las demás naciones de la tierra, para que fuera tu posesión más preciada».

Dedicación del templo

 

54 Cuando Salomón terminó de elevar estas oraciones y peticiones al Señor, se puso de pie frente al altar del Señor, donde estaba arrodillado con las manos levantadas al cielo. 55 De pie bendijo en voz alta a toda la congregación de Israel diciendo:

 

56 «Alabado sea el Señor, quien ha dado descanso a su pueblo Israel, tal como lo prometió. No ha faltado ni una sola palabra de todas las promesas maravillosas que hizo mediante su siervo Moisés. 57 Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros como estuvo con nuestros antepasados; que nunca nos deje ni nos abandone. 58 Que ponga en nosotros el deseo de hacer su voluntad en todo y de obedecer todos los mandatos, los decretos y las ordenanzas que dio a nuestros antepasados. 59 Y que esta oración que hice en la presencia del Señor esté delante de él continuamente, de día y de noche, para que el Señor nuestro Dios haga justicia conmigo y con su pueblo Israel, según las necesidades de cada día. 60 Entonces gente de todo el mundo sabrá que el Señor es el único Dios y que no hay otro. 61 Que ustedes sean totalmente fieles al Señor nuestro Dios; que siempre obedezcan sus decretos y mandatos, tal como lo están haciendo hoy».

 

62 Luego el rey y todo Israel junto con él ofrecieron sacrificios al Señor. 63 Salomón presentó al Señor una ofrenda de paz de veintidós mil cabezas de ganado y ciento veinte mil ovejas y cabras. Así el rey y todo el pueblo de Israel dedicaron el templo del Señor.

 

64 Ese mismo día, el rey consagró la parte central del atrio que está delante del templo del Señor. Allí presentó las ofrendas quemadas, las ofrendas de grano y la grasa de las ofrendas de paz, porque el altar de bronce que está en la presencia del Señor era demasiado pequeño para tantas ofrendas quemadas, ofrendas de grano y la grasa de las ofrendas de paz.

 

65 Entonces Salomón y todo Israel celebraron el Festival de las Enramadas[e] en presencia del Señor nuestro Dios. Se había reunido una gran multitud desde lugares tan lejanos como Lebo-hamat, en el norte, y el arroyo de Egipto, en el sur. La celebración continuó catorce días en total: siete días para la dedicación del altar y siete días para el Festival de las Enramadas.[f] 66 Una vez terminado el festival,[g] Salomón despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y regresaron a sus casas llenos de alegría y muy contentos, porque el Señor había sido bueno con su siervo David y con su pueblo Israel.

Footnotes

 

    8:2 En hebreo durante el festival del mes de etanim, que es el séptimo mes. El Festival de las Enramadas comenzaba el día quince del séptimo mes del antiguo calendario lunar hebreo. Ese día caía a fines de septiembre, en octubre o a principios de noviembre.

    8:4 En hebreo la carpa de reunión; es decir, la carpa mencionada en 2 Sm 6:17 y en 1 Cr 16:1.

    8:9 En hebreo en Horeb, otro nombre para Sinaí.

    8:13 Algunos textos griegos agregan la frase ¿No está esto escrito en El libro de Jaser?

    8:65a En hebreo el festival; ver nota en 8:2.

    8:65b En hebreo siete días y siete días, catorce días; comparar el texto paralelo en 2 Cr 7:8-10.

    8:66 En hebreo Al octavo día, probablemente se refiere al día después del Festival de las Enramadas, que duraba siete días; comparar el texto paralelo en 2 Cr 7:9-10.

 

Hechos 7:51-8:13

Nueva Traducción Viviente

 

51 »¡Pueblo terco! Ustedes son paganos[a] de corazón y sordos a la verdad. ¿Resistirán para siempre al Espíritu Santo? Eso es lo que hicieron sus antepasados, ¡y ustedes también! 52 ¡Mencionen a un profeta a quien sus antepasados no hayan perseguido! Hasta mataron a los que predijeron la venida del Justo, el Mesías a quien ustedes traicionaron y asesinaron. 53 Deliberadamente desobedecieron la ley de Dios, a pesar de que la recibieron de manos de ángeles.

 

54 Los líderes judíos se enfurecieron por la acusación de Esteban y con rabia le mostraban los puños;[b] 55 pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, y vio la gloria de Dios y vio a Jesús de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios. 56 Y les dijo: «¡Miren, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios!».

 

57 Entonces ellos se taparon los oídos con las manos y empezaron a gritar. Se lanzaron sobre él, 58 lo arrastraron fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Sus acusadores se quitaron las túnicas y las pusieron a los pies de un joven que se llamaba Saulo.[c]

 

59 Mientras lo apedreaban, Esteban oró: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». 60 Cayó de rodillas gritando: «¡Señor, no los culpes por este pecado!». Dicho eso, murió.

 

8 Saulo fue uno de los testigos y estuvo totalmente de acuerdo con el asesinato de Esteban.

La persecución dispersa a los creyentes

 

Ese día comenzó una gran ola de persecución que se extendió por toda la iglesia de Jerusalén; y todos los creyentes excepto los apóstoles fueron dispersados por las regiones de Judea y Samaria. 2 (Con profundo dolor, unos hombres consagrados enterraron a Esteban). 3 Y Saulo iba por todas partes con la intención de acabar con la iglesia. Iba de casa en casa y sacaba a rastras tanto a hombres como a mujeres y los metía en la cárcel.

Felipe predica en Samaria

 

4 Así que los creyentes que se esparcieron predicaban la Buena Noticia acerca de Jesús adondequiera que iban. 5 Felipe, por ejemplo, se dirigió a la ciudad de Samaria y allí le contó a la gente acerca del Mesías. 6 Las multitudes escuchaban atentamente a Felipe, porque estaban deseosas de oír el mensaje y ver las señales milagrosas que él hacía. 7 Muchos espíritus malignos[d] fueron expulsados, los cuales gritaban cuando salían de sus víctimas; y muchos que habían sido paralíticos o cojos fueron sanados. 8 Así que hubo mucha alegría en esa ciudad.

 

9 Un hombre llamado Simón, quien por muchos años había sido hechicero allí, asombraba a la gente de Samaria y decía ser alguien importante. 10 Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, a menudo se referían a él como «el Grande, el Poder de Dios». 11 Lo escuchaban con atención porque, por mucho tiempo, él los había maravillado con su magia.

 

12 Pero ahora la gente creyó el mensaje de Felipe sobre la Buena Noticia acerca del reino de Dios y del nombre de Jesucristo. Como resultado, se bautizaron muchos hombres y mujeres. 13 Luego el mismo Simón creyó y fue bautizado. Comenzó a seguir a Felipe a todos los lugares adonde él iba y estaba asombrado por las señales y los grandes milagros que Felipe hacía.

Footnotes

 

    7:51 En griego incircuncisos.

    7:54 En griego y crujían los dientes contra él.

    7:58 Saulo es posteriormente llamado Pablo; ver 13:9.

    8:7 En griego impuros.

 

Salmos 129

Nueva Traducción Viviente

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

 

129 Desde mi temprana juventud, mis enemigos me han perseguido.

    Que todo Israel repita:

2

Desde mi temprana juventud, mis enemigos me han perseguido,

    pero nunca me derrotaron.

3

Tengo la espalda cubierta de heridas,

    como si un agricultor hubiera arado largos surcos.

4

Pero el Señor es bueno;

    cortó las cuerdas con que me ataban los impíos.

 

5

Que todos los que odian a Jerusalén[a]

    retrocedan en vergonzosa derrota.

6

Que sean tan inútiles como la hierba que crece en un techo,

    que se pone amarilla a la mitad de su desarrollo,

7

que es ignorada por el cosechador

    y despreciada por el que hace los manojos.

8

Y que los que pasan por allí

    se nieguen a darles esta bendición:

«El Señor los bendiga;

    los bendecimos en el nombre del Señor».

Footnotes

 

    129:5 En hebreo Sion.

 

Proverbios 17:1

Nueva Traducción Viviente

 

17 Mejor comer pan duro donde reina la paz,

    que vivir en una casa llena de banquetes donde hay peleas.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

 

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

 

No comments:

Post a Comment

DAB Español, Sábado 11 de Mayo

Día 132, DAB Español, Sábado 11 de Mayo 1 Samuel 10:1-11:15; Juan 6:43-71; Salmos 107; Proverbios 15:1-3 (Reina Valera Contemporánea (RVC)) ...