Wednesday, January 31, 2024

DAB Español, Viernes 02 de Febrero

Día 033, DAB Español, Viernes 02 de Febrero


Éxodo 15:20-17:7; Mateo 22:1-32; Salmos 27:1-7; Proverbios 6:20-26 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








Éxodo 15:20-17:7

Reina Valera Actualizada


20 Entonces María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. 21 Y María las dirigía diciendo:


“¡Canten al SEÑOR,


pues se ha enaltecido grandemente! ¡Ha arrojado al mar caballos y jinetes!”.

Las aguas de Mara son hechas dulces


22 Moisés hizo que Israel partiera del mar Rojo, y ellos se dirigieron al desierto de Shur. Caminaron tres días por el desierto, sin hallar agua, 23 y llegaron a Mara. Pero no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas. Por eso pusieron al lugar el nombre de Mara[a]. 24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés diciendo:


—¿Qué hemos de beber?


25 Moisés clamó al SEÑOR, y el SEÑOR le mostró un árbol. Cuando él arrojó el árbol dentro de las aguas, las aguas se volvieron dulces. Allí dio al pueblo leyes y decretos. Allí lo probó 26 diciéndole:


—Si escuchas atentamente la voz del SEÑOR tu Dios y haces lo recto ante sus ojos; si prestas atención a sus mandamientos y guardas todas sus leyes, ninguna enfermedad de las que envié a Egipto te enviaré a ti, porque yo soy el SEÑOR tu sanador.

El SEÑOR envía codornices y maná


27 Llegaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.


16 Toda la congregación de los hijos de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día quince del mes segundo[b] después de salir de la tierra de Egipto. 2 Entonces toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto. 3 Los hijos de Israel les decían:


—¡Ojalá el SEÑOR nos hubiera hecho morir en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos! Nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.


4 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:


—He aquí, yo haré llover para ustedes pan del cielo. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día; así lo pondré a prueba, si anda en mi ley o no. 5 Pero en el sexto día prepararán lo que han de llevar, que será el doble de lo que recogen cada día.


6 Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel:


—Al atardecer sabrán que el SEÑOR los ha sacado de la tierra de Egipto. 7 Y al amanecer verán la gloria del SEÑOR, porque él ha oído sus murmuraciones contra el SEÑOR. Pues, ¿qué somos nosotros para que murmuren contra nosotros? 8 —Agregó Moisés—: El SEÑOR les dará al atardecer carne para comer y al amanecer pan hasta saciarse, porque el SEÑOR ha oído las murmuraciones de ustedes contra él. Pues, ¿qué somos nosotros? Sus murmuraciones no son contra nosotros, sino contra el SEÑOR.


9 Moisés dijo a Aarón:


—Di a toda la congregación de los hijos de Israel: “Acérquense a la presencia del SEÑOR, pues él ha oído sus murmuraciones”.


10 Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la congregación de Israel, miraron hacia el desierto; y he aquí, la gloria del SEÑOR se apareció en la nube. 11 Y el SEÑOR habló a Moisés diciendo:


12 —Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales diciendo: “Al atardecer comerán carne, y al amanecer se saciarán de pan, y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios”.


13 Al atardecer vinieron las codornices y cubrieron el campamento. Y al amanecer había una capa de rocío alrededor del campamento. 14 Cuando se evaporó la capa de rocío, he aquí que sobre la superficie del desierto había una sustancia menuda, escamosa y fina como la escarcha sobre la tierra. 15 Al verla, los hijos de Israel se preguntaron unos a otros:


—¿Qué es esto?[c].


Pues no sabían lo que era. Entonces Moisés les dijo:


—Es el pan que el SEÑOR les da para comer. 16 Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: “Recojan de ello cada uno según lo que necesite para comer: como dos kilos por persona. Cada uno recogerá según el número de las personas que están en su tienda”.


17 Así lo hicieron los hijos de Israel. Unos recogieron más, y otros menos. 18 Midieron como dos kilos, y al que recogió mucho no le sobró, y al que recogió poco no le faltó. Cada uno recogió según lo que necesitaba para comer. 19 Y Moisés les dijo:


—Ninguno guarde nada de ello hasta el día siguiente.


20 Pero no obedecieron a Moisés, sino que algunos guardaron algo para el día siguiente; pero crió gusanos y hedió. Y Moisés se enojó contra ellos. 21 Lo recogían cada mañana, cada uno según lo que necesitaba para comer; y cuando el sol calentaba, se derretía. 22 En el sexto día recogieron doble porción de comida: como cuatro kilos para cada uno. Todos los principales de la congregación fueron a Moisés y se lo hicieron saber. 23 Y él les dijo:


—Esto es lo que ha dicho el SEÑOR: “Mañana es sábado de reposo, el sábado consagrado al SEÑOR. Lo que tengan que cocer al horno, cuézanlo hoy; y lo que tengan que cocinar, cocínenlo. Y todo lo que sobre, déjenlo a un lado y guárdenlo para la mañana”.


24 Ellos lo guardaron para la mañana, según lo había mandado Moisés, y no hedió ni crió gusanos. 25 Y dijo Moisés:


—Cómanlo hoy, porque es el sábado del SEÑOR. Hoy no lo hallarán en el campo. 26 Seis días lo recogerán; pero el séptimo día es sábado, en el cual no será hallado.


27 Aconteció que algunos del pueblo salieron para recoger en el séptimo día, y no hallaron nada. 28 Y el SEÑOR dijo a Moisés:


—¿Hasta cuándo rehusarán guardar mis mandamientos y mis instrucciones? 29 Miren que el SEÑOR les ha dado el sábado, y por eso en el sexto día les da pan para dos días. Permanezca cada uno en su lugar; nadie salga de allí en el séptimo día.


30 Así reposó el pueblo el séptimo día.

El maná conservado como señal


31 La casa de Israel lo llamó “maná”[d]. Era como semilla de cilantro, blanco; y su sabor era como de galletas con miel. 32 Moisés dijo:


—Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: “Llenen como dos kilos de maná para que sea conservado para sus generaciones, a fin de que ellas vean el pan que les di a comer en el desierto, cuando los saqué de la tierra de Egipto”.


33 Moisés también dijo a Aarón:


—Toma una vasija y pon en ella como dos kilos de maná; colócala delante del SEÑOR, para que sea conservado para las generaciones de ustedes.


34 Y Aarón lo puso delante del Testimonio, para que fuera conservado, como el SEÑOR había mandado a Moisés.


35 Los hijos de Israel comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Canaán. 36 (La medida llamada “gomer” era como dos kilos, a su vez era la décima parte de la medida que llamaban “efa”).

Brota agua de la peña de Horeb


17 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin, para continuar sus etapas, según el mandato del SEÑOR; y acamparon en Refidim, donde no había agua para que el pueblo bebiera. 2 El pueblo altercó con Moisés diciendo:


—¡Danos agua para beber!


Moisés les dijo:


—¿Por qué altercan conmigo? ¿Por qué ponen a prueba al SEÑOR?


3 Así que el pueblo sediento murmuró allí contra Moisés diciendo:


—¿Por qué nos trajiste de Egipto para matarnos de sed, a nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado?


4 Moisés clamó al SEÑOR diciendo:


—¿Qué haré con este pueblo? Poco falta para que me apedreen.


5 El SEÑOR respondió a Moisés:


—Pasa delante del pueblo y toma contigo a algunos de los ancianos de Israel. Toma también en tu mano la vara con que golpeaste el Nilo, y ve. 6 He aquí, yo estaré delante de ti allí sobre la peña de Horeb. Tú golpearás la peña y saldrá de ella agua, y el pueblo beberá.


Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. 7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masá y Meriba[e], por el altercado de los hijos de Israel y porque pusieron a prueba al SEÑOR, diciendo: “¿Está el SEÑOR entre nosotros, o no?”.

Footnotes


Éxodo 15:23 Significa amarga.

Éxodo 16:1 Aprox. abr.-may.

Éxodo 16:15 Heb., man, de donde viene el vocablo maná; cf. Éxo. 16:31.

Éxodo 16:31 Cf. Éxo. 16:15.

Éxodo 17:7 Masá significa prueba; Meriba, altercado.

Tuesday, January 30, 2024

DAB Español, Jueves 01 de Febrero

Día 032, DAB Español, Jueves 01 de Febrero


Éxodo 13:18-15:19; Mateo 21:23-46; Salmos 26; Proverbios 6:16-19 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








Éxodo 13:18-15:19

Reina Valera Actualizada


18 Más bien, Dios hizo que el pueblo diera un rodeo por el camino del desierto hacia el mar Rojo[a]. Los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto armados.

Los restos de José llevados de Egipto


19 Moisés tomó también consigo los restos de José, quien había hecho jurar a los hijos de Israel diciendo: “Ciertamente Dios los visitará, y harán llevar de aquí mis restos, con ustedes”.

Dios guía a Israel de día y de noche


20 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, al borde del desierto. 21 El SEÑOR iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que pudieran caminar tanto de día como de noche. 22 La columna de nube nunca se apartó de día de delante del pueblo, ni la columna de fuego de noche.

Los israelitas cruzan el mar en seco


14 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 2 “Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen cerca de Pi-hajirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal-zefón; acamparán en el lado opuesto, junto al mar. 3 Entonces el faraón dirá de los hijos de Israel: ‘Andan errantes por la tierra; el desierto les cierra el paso’. 4 Yo endureceré el corazón del faraón para que los persiga; pero yo mostraré mi gloria en el faraón y en todo su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy el SEÑOR”.


Ellos lo hicieron así. 5 Y cuando informaron al rey de Egipto que el pueblo huía, el corazón del faraón y de sus servidores se volvió contra el pueblo. Y dijeron: “¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, y que no nos sirva?”.


6 Unció su carro y tomó consigo a su gente. 7 Tomó seiscientos carros escogidos y todos los demás carros de Egipto con los oficiales que estaban al frente de todos ellos.


8 El SEÑOR endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, y él persiguió a los hijos de Israel; pero estos salieron osadamente. 9 Los egipcios los persiguieron con toda la caballería, los carros del faraón, sus jinetes y su ejército; y los alcanzaron mientras acampaban junto al mar, al lado de Pi-hajirot, frente a Baal-zefón.


10 Cuando el faraón se había acercado, los hijos de Israel alzaron los ojos; y he aquí que los egipcios venían tras ellos. Entonces los hijos de Israel temieron muchísimo y clamaron al SEÑOR. 11 Y dijeron a Moisés:


—¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para morir en el desierto? ¿Por qué nos has hecho esto de sacarnos de Egipto? 12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto diciendo: “Déjanos solos, para que sirvamos a los egipcios”? ¡Mejor nos habría sido servir a los egipcios que morir en el desierto!


13 Y Moisés respondió al pueblo:


—¡No teman! Estén firmes y verán la liberación que el SEÑOR hará a favor de ustedes. A los egipcios que ahora ven, nunca más los volverán a ver. 14 El SEÑOR combatirá por ustedes, y ustedes se quedarán en silencio.


15 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:


—¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16 Y tú, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo para que los hijos de Israel pasen por en medio del mar, en seco. 17 Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que entren detrás de ellos, y mostraré mi gloria en el faraón y en todo su ejército, en sus carros y en sus jinetes. 18 Y los egipcios sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando yo muestre mi gloria en el faraón, en sus carros y en sus jinetes.


19 Entonces el ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se trasladó e iba detrás de ellos. Asimismo, la columna de nube que iba delante de ellos se trasladó y se puso detrás de ellos, 20 y se colocó entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel, constituyendo nube y tinieblas para aquellos, mientras que alumbraba a Israel de noche. En toda aquella noche no se acercaron los unos a los otros.


21 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el SEÑOR hizo que este se retirara con un fuerte viento del oriente que sopló toda aquella noche e hizo que el mar se secara, quedando las aguas divididas. 22 Y los hijos de Israel entraron en medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 23 Los egipcios los persiguieron, y entraron en el mar tras ellos con toda la caballería del faraón, sus carros y sus jinetes.


24 Aconteció que a eso de la vigilia de la mañana, el SEÑOR miró hacia el ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los egipcios. 25 Trabó[b] las ruedas de sus carros, de modo que se desplazaban pesadamente. Entonces los egipcios dijeron: “¡Huyamos de los israelitas, porque el SEÑOR combate por ellos contra los egipcios!”.


26 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre sus jinetes”.


27 Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, este volvió a su lecho, de modo que los egipcios chocaron contra él cuando huían. Así precipitó el SEÑOR a los egipcios en medio del mar. 28 Las aguas volvieron y cubrieron los carros y los jinetes, junto con todo el ejército del faraón que había entrado en el mar tras ellos. No quedó de ellos ni uno solo. 29 Pero los hijos de Israel caminaron en seco por en medio del mar, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 30 Así libró el SEÑOR aquel día a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31 Cuando Israel vio la gran hazaña que el SEÑOR había realizado contra los egipcios, el pueblo temió al SEÑOR, y creyó en él y en su siervo Moisés.

Cántico al SEÑOR por la liberación


15 Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al SEÑOR, diciendo:


“¡Cantaré al SEÑOR,


pues se ha enaltecido grandemente!


¡Arrojó al mar al caballo y su jinete!


2 El SEÑOR[c] es mi fortaleza y mi canción; él ha sido mi salvación.


¡Este es mi Dios! Yo lo alabaré. ¡El Dios de mi padre! A él ensalzaré.


3 “El SEÑOR es un guerrero.


¡El SEÑOR es su nombre!


4 Ha echado al mar los carros


y al ejército del faraón.


Fueron hundidos en el mar Rojo sus mejores oficiales.


5 Las aguas profundas los cubrieron; descendieron como piedra


a las profundidades.


6 “Tu diestra, oh SEÑOR,


ha sido majestuosa en poder;


tu diestra, oh SEÑOR,


ha quebrantado al enemigo.


7 Con la grandeza de tu poder has destruido a los que se opusieron a ti; desataste tu furor,


y los consumió como a hojarasca.


8 Por el soplo de tu aliento


se amontonaron las aguas;


las olas se acumularon como un dique;


las aguas profundas se congelaron


en medio del mar.


9 Dijo el enemigo: ‘Perseguiré,


tomaré prisioneros y repartiré el botín;


mi alma se saciará de ellos;


desenvainaré mi espada,


y mi mano los desalojará’.


10 Pero tú soplaste con tu aliento,


y el mar los cubrió.


Se hundieron como plomo


en las impetuosas aguas.


11 “¿Quién como tú, oh SEÑOR, entre los dioses?


¿Quién como tú,


majestuoso en santidad,


temible en hazañas dignas de alabanza, hacedor de maravillas?


12 Extendiste tu diestra,


y la tierra los tragó.


13 En tu misericordia guías a este pueblo que has redimido,


y lo llevas con tu poder


a tu santa morada.


14 “Los pueblos lo oyen y tiemblan;


la angustia se apodera de los filisteos.


15 Entonces los jefes de Edom se aterran; los poderosos de Moab son


presas del pánico;


se abaten todos los habitantes


de Canaán.


16 Sobre ellos caen terror y espanto;


ante la grandeza de tu brazo


enmudecen como la piedra, hasta que haya pasado tu pueblo,


oh SEÑOR;


hasta que haya pasado este pueblo que tú has adquirido.


17 Tú los introducirás y los plantarás


en el monte de tu heredad,


en el lugar que has preparado como tu habitación, oh SEÑOR,


en el santuario que establecieron tus manos, oh SEÑOR.


18 El SEÑOR reinará por siempre jamás”.


19 Cuando la caballería del faraón entró en el mar con sus carros y jinetes, el SEÑOR hizo volver las aguas del mar sobre ellos, mientras que los hijos de Israel caminaron en seco en medio del mar.

Footnotes


Éxodo 13:18 Heb., Yam Suf, o sea, mar de Cañas.

Éxodo 14:25 Según vers. antiguas; heb., Quitó.

Éxodo 15:2 Lit., Yah, forma abreviada del nombre de Dios YHWH, que en esta versión traducimos como “SEÑOR”.

Monday, January 29, 2024

DAB Español, Miércoles 31 de Enero

Día 031, DAB Español, Miércoles 31 de Enero


Éxodo 12:14-13:17; Mateo 20:29-21:22; Salmos 25:12-22; Proverbios 6:12-15 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








Éxodo 12:14-13:17

Reina Valera Actualizada


14 »Habrán de conmemorar este día. Lo habrán de celebrar como fiesta al SEÑOR a través de sus generaciones. Lo celebrarán como estatuto perpetuo. 15 Siete días comerán panes sin levadura. El primer día quitarán de sus casas la levadura, porque cualquiera que coma algo con levadura desde el primer día hasta el séptimo, esa persona será excluida de Israel.


16 »El primer día habrá asamblea sagrada. También en el séptimo día habrá asamblea sagrada. Ningún trabajo harán en ellos, excepto la preparación de lo que cada uno haya de comer. Solo eso podrán hacer. 17 Guardarán la fiesta de los Panes sin levadura, porque en este mismo día habré sacado sus ejércitos de la tierra de Egipto. Por tanto, guardarán este día como estatuto perpetuo a través de sus generaciones.


18 »Comerán los panes sin levadura en el mes primero, desde el día catorce del mes al atardecer, hasta el día veintiuno del mes al atardecer. 19 Durante siete días no se hallará en sus casas nada que tenga levadura. Cualquiera que coma algo con levadura, sea forastero o natural de la tierra, esa persona será excluida de la congregación de Israel. 20 No comerán ninguna cosa con levadura. En todo lugar donde habiten comerán panes sin levadura.


21 Moisés convocó a todos los ancianos de Israel y les dijo:


—Saquen y tomen del rebaño para sus familias, y sacrifiquen el cordero pascual. 22 Tomen luego un manojo de hisopo y empápenlo en la sangre que está en la vasija, y unten el dintel y los postes de la puerta con la parte de la sangre que está en la vasija. Ninguno de ustedes salga de la puerta de su casa hasta la mañana. 23 Porque el SEÑOR pasará matando a los egipcios, y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará de largo aquella puerta y no dejará entrar en sus casas al destructor para matar. 24 Guardarán estas palabras como ley para ustedes y para sus hijos, para siempre. 25 Cuando hayan entrado en la tierra que el SEÑOR les dará, como lo prometió, guardarán este rito. 26 Y cuando les pregunten sus hijos: “¿Qué significa este rito para ustedes?”, 27 ustedes les responderán: “Este es el sacrificio de la Pascua del SEÑOR, quien pasó de largo las casas de los hijos de Israel cuando mató a los egipcios y libró nuestras casas”.


Entonces el pueblo se inclinó y adoró. 28 Los hijos de Israel fueron y lo hicieron; como el SEÑOR había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.

Décima plaga: mueren los primogénitos


29 Aconteció que a la medianoche el SEÑOR mató a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito del faraón que se sentaba en el trono, hasta el primogénito del preso que estaba en la mazmorra, y todo primogénito del ganado. 30 Aquella noche se levantaron el faraón, todos sus servidores y todos los egipcios, pues había un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiera un muerto. 31 Entonces hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo:


—¡Levántense y salgan de en medio de mi pueblo, ustedes y los hijos de Israel! Vayan y sirvan al SEÑOR, como han dicho. 32 Tomen también sus ovejas y sus vacas, como han dicho, y váyanse. Y bendíganme a mí también.

Los israelitas salen de Egipto


33 Los egipcios apremiaban al pueblo, apresurándose a echarlos del país, porque decían:


—¡Todos seremos muertos!


34 La gente llevaba sobre sus hombros la masa que aún no tenía levadura y sus artesas envueltas en sus mantos. 35 Los hijos de Israel hicieron también conforme al mandato de Moisés, y pidieron a los egipcios objetos de plata, objetos de oro y vestidos. 36 El SEÑOR dio gracia al pueblo ante los ojos de los egipcios, quienes les dieron lo que pidieron. Así despojaron a los egipcios.


37 Partieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. 38 También fue con ellos una gran multitud de toda clase de gente, y sus ovejas y ganado en gran número. 39 De la masa que habían sacado de Egipto, cocieron panes sin leudar, porque no le habían puesto levadura; ya que cuando fueron echados de Egipto, no pudieron detenerse ni para preparar comida.


40 El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue de cuatrocientos treinta años. 41 Pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día salieron de la tierra de Egipto todos los escuadrones del SEÑOR. 42 Esta es noche de guardar en honor del SEÑOR, por haberlos sacado de la tierra de Egipto. Todos los hijos de Israel, a través de sus generaciones, deben guardar esta noche en honor del SEÑOR.

Los que han de participar en la Pascua


43 El SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón:


—Este es el estatuto acerca de la Pascua: Ningún extranjero comerá de ella. 44 Pero todo esclavo que alguien haya comprado por dinero comerá de ella después que lo hayas circuncidado. 45 El que es extranjero y mercenario no la comerá. 46 Será comida en una casa; no llevarás de aquella carne fuera de la casa. Tampoco quebrarán ninguno de sus huesos. 47 Toda la congregación de Israel la celebrará. 48 Si algún extranjero que reside entre ustedes quisiera celebrar la Pascua del SEÑOR, que sea circuncidado todo varón de su familia. Entonces podrá celebrarla, y será como el natural de la tierra. Pero ningún incircunciso comerá de ella. 49 La misma ley será para el natural y para el extranjero que viva entre ustedes.


50 Así lo hicieron todos los hijos de Israel. Tal como lo mandó el SEÑOR a Moisés y a Aarón, así lo hicieron. 51 Y sucedió que aquel mismo día el SEÑOR sacó de la tierra de Egipto a los hijos de Israel, por sus ejércitos.


13 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 2 —Conságrame todo primogénito; todo el que abre la matriz entre los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los animales, es mío.


3 Moisés dijo al pueblo:


—Conmemoren este día en el cual han salido de Egipto, de la casa de esclavitud; porque el SEÑOR los ha sacado de aquí con mano poderosa. Por eso no comerán nada que tenga levadura. 4 Ustedes salen hoy, en el mes de Abib[a]. 5 Y cuando el SEÑOR te haya llevado a la tierra de los cananeos, heteos, amorreos y jebuseos, la cual juró a tus padres que te daría, una tierra que fluye leche y miel, celebrarán este rito en este mes. 6 Durante siete días comerán panes sin levadura, y el séptimo día será fiesta para el SEÑOR. 7 Durante los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado ni levadura en todo tu territorio.


8 »Aquel día se lo contarás a tu hijo diciendo: “Esto se hace con motivo de lo que el SEÑOR hizo conmigo cuando salí de Egipto. 9 Esto ha de ser para ti como una señal sobre tu mano y como un recordatorio entre tus ojos, para que la ley del SEÑOR esté en tu boca, porque con mano poderosa el SEÑOR te sacó de Egipto. 10 Por tanto, guardarás esta ordenanza en el tiempo fijado, de año en año”.

Consagración de los primogénitos


11 »Cuando el SEÑOR te haya introducido en la tierra de los cananeos, y te la haya dado como te juró a ti y a tus padres, 12 apartarás para el SEÑOR todo primogénito que abre la matriz, y también todo primogénito de las crías de tus animales; los machos serán del SEÑOR. 13 Rescatarás con un cordero todo primogénito de asno; y si no lo rescatas, romperás su nuca. También rescatarás todo primogénito de entre tus hijos. 14 Y cuando mañana te pregunte tu hijo diciendo: “¿Qué es esto?”, le dirás: “Con mano poderosa el SEÑOR nos sacó de Egipto, de la casa de esclavitud. 15 Cuando el faraón se endureció para no dejarnos ir, el SEÑOR mató en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito del hombre hasta el primogénito del animal. Por esta razón yo ofrezco en sacrificio al SEÑOR todo primogénito macho que abre la matriz y rescato a todo primogénito de mis hijos”. 16 Esto ha de ser para ti como una señal sobre tu mano y como un recordatorio entre tus ojos, ya que el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano poderosa.

Elección de la ruta del mar


17 Cuando el faraón dejó ir al pueblo, Dios no lo guió por el camino de la tierra de los filisteos, aunque era más corto, porque dijo el SEÑOR: “No sea que al enfrentarse con la guerra, el pueblo cambie de parecer y se vuelva a Egipto”.

Footnotes


Éxodo 13:4 También llamado Nisán; aprox. mar.-abr.; cf. Éxo. 12:2.

DAB Español, Lunes 29 de Enero

Día 029, DAB Español, Lunes 29 de Enero


Éxodo 7:25-9:35; Mateo 19:13-30; Salmos 24; Proverbios 6:1-5 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








Éxodo 7:25-9:35

Reina Valera Actualizada

Segunda plaga: las ranas


25 Pasaron siete días después que el SEÑOR golpeó el Nilo.


8 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:


—Ve al faraón y dile que el SEÑOR ha dicho así: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 2 Y si rehúsas dejarlo ir, he aquí yo castigaré todo tu territorio con una plaga de ranas. 3 El Nilo se llenará de ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa y en tu dormitorio, y sobre tu cama. Entrarán en las casas de tus servidores y de tu pueblo. Entrarán en tus hornos y en tus artesas de amasar. 4 Las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus servidores”.


5 El SEÑOR dijo también a Moisés:


—Di a Aarón: “Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, sobre los canales y sobre los estanques; y haz subir ranas sobre la tierra de Egipto”.


6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. 7 Pero los magos hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron subir ranas sobre la tierra de Egipto. 8 Entonces el faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo:


—Rueguen al SEÑOR para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir al pueblo para que ofrezca sacrificios al SEÑOR.


9 Y Moisés dijo al faraón:


—Dígnate indicarme cuándo he de rogar por ti, por tus servidores y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y solamente queden en el Nilo.


10 Y él dijo:


—Mañana.


Y Moisés respondió:


—Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay otro como el SEÑOR nuestro Dios. 11 Las ranas se irán de ti, de tus casas, de tus servidores y de tu pueblo, y solamente quedarán en el Nilo.


12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia del faraón. Y Moisés clamó al SEÑOR por el asunto de las ranas que había mandado sobre el faraón. 13 El SEÑOR hizo conforme a la palabra de Moisés. Murieron las ranas de las casas, de los patios y de los campos. 14 Las juntaron en muchos montones, y la tierra apestaba. 15 Pero viendo el faraón que le habían dado alivio, endureció su corazón y no los escuchó, tal como el SEÑOR lo había dicho.

Tercera plaga: los piojos


16 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:


—Di a Aarón: “Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en piojos en toda la tierra de Egipto”.


17 Ellos lo hicieron así. Aarón extendió su mano con su vara y golpeó el polvo de la tierra, el cual se convirtió en piojos, tanto sobre los hombres como sobre los animales. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos, en toda la tierra de Egipto.


18 Los magos también intentaron hacer piojos con sus encantamientos, pero no pudieron. Había piojos tanto en los hombres como en los animales. 19 Entonces los magos dijeron al faraón:


—¡Esto es el dedo de Dios!


Pero el corazón del faraón se endureció, y no los escuchó, tal como el SEÑOR lo había dicho.

Cuarta plaga: las moscas


20 El SEÑOR dijo a Moisés:


—Levántate muy de mañana, preséntate ante el faraón cuando él salga al río y dile que el SEÑOR ha dicho así: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré una nube de moscas sobre ti y sobre tus servidores, sobre tu pueblo y dentro de tus casas. Y las casas de los egipcios se llenarán de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. 22 Pero el mismo día yo excluiré la tierra de Gosén, donde habita mi pueblo, para que no vaya allí la nube de moscas, a fin de que sepas que yo, el SEÑOR, estoy en medio de la tierra. 23 Yo haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Mañana tendrá lugar esta señal”.


24 El SEÑOR lo hizo así: Vino una densa nube de moscas sobre la casa del faraón, sobre las casas de sus servidores, y sobre toda la tierra de Egipto. La tierra quedó devastada a causa de ellas. 25 Entonces el faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo:


—Vayan, ofrezcan sacrificios a su Dios, dentro del país.


26 Moisés respondió:


—No conviene que lo hagamos así, porque ofreceríamos como sacrificio al SEÑOR lo que es una abominación a los egipcios. Si sacrificáramos en presencia de los egipcios lo que para ellos es una abominación, ¿no nos apedrearían? 27 Iremos a tres días de camino por el desierto y ofreceremos sacrificios al SEÑOR, según él nos diga.


28 El faraón dijo:


—Yo los dejaré ir para que ofrezcan sacrificios al SEÑOR su Dios en el desierto, con tal que no se vayan demasiado lejos. Rueguen por mí.


29 Respondió Moisés:


—He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré al SEÑOR, y él hará que mañana la nube de moscas se aparte del faraón, de sus servidores y de su pueblo, con tal que el faraón no se vuelva a burlar, no dejando ir al pueblo para ofrecer sacrificios al SEÑOR.


30 Entonces Moisés salió de la presencia del faraón y oró al SEÑOR. 31 Y el SEÑOR hizo conforme a la palabra de Moisés y apartó del faraón, de sus servidores y de su pueblo la nube de moscas, sin que quedara una sola. 32 Pero el faraón endureció también esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.

Quinta plaga: la peste


9 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:


—Ve al faraón y dile que el SEÑOR, el Dios de los hebreos, ha dicho así: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 2 Porque si rehúsas dejarlos ir y los sigues deteniendo, 3 he aquí la mano del SEÑOR traerá una terrible peste sobre tu ganado que está en el campo: caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas. 4 Pero el SEÑOR hará distinción entre el ganado de Israel y el de Egipto, de modo que no muera nada de todo lo que pertenece a los hijos de Israel”.


5 El SEÑOR fijó un plazo diciendo:


—Mañana el SEÑOR hará esto en el país.


6 Al día siguiente el SEÑOR hizo esto, y murió todo el ganado de Egipto. Pero del ganado de los hijos de Israel no murió ni un solo animal. 7 El faraón envió observadores, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto ni un solo animal. Pero el corazón del faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo.

Sexta plaga: las úlceras


8 El SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón:


—Tomen puñados de hollín de un horno, y que Moisés lo esparza hacia el cielo, en presencia del faraón. 9 Este se convertirá en polvo sobre toda la tierra de Egipto, y ocasionará sarpullido que producirá úlceras, tanto en los hombres como en los animales, en toda la tierra de Egipto.


10 Tomaron, pues, el hollín del horno y se pusieron de pie delante del faraón. Moisés lo esparció hacia el cielo, y se convirtió en sarpullido que producía úlceras, tanto en los hombres como en los animales. 11 Y los magos no podían estar en presencia de Moisés por causa de las úlceras, porque los magos tenían úlceras, como todos los egipcios.


12 Pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón. Y este no los escuchó, tal como el SEÑOR lo había dicho a Moisés.

Séptima plaga: el granizo


13 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:


—Levántate muy de mañana, preséntate delante del faraón y dile que el SEÑOR, el Dios de los hebreos, dice así: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 14 Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas sobre ti, sobre tus servidores y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra. 15 Porque hasta ahora yo podría haber extendido mi mano para herirte a ti y a tu pueblo con una plaga tal que ya habrías sido eliminado de la tierra. 16 Pero por esto mismo te he dejado con vida[a], para mostrarte mi poder y para dar a conocer mi nombre en toda la tierra. 17 ¿Todavía te insolentas contra mi pueblo para no dejarlos ir? 18 He aquí, mañana a estas horas yo haré caer granizo tan pesado, como nunca lo hubo en Egipto desde el día en que fue fundado, hasta ahora. 19 Ordena, pues, que recojan tu ganado y todo lo que tienes en el campo, en un lugar seguro; porque el granizo caerá sobre todo hombre o animal que se halle en el campo y que no haya sido recogido en casa, y morirá”.


20 De los servidores del faraón, el que temió la palabra del SEÑOR hizo que sus criados y su ganado huyeran a casa. 21 Pero los que no tomaron en serio la palabra del SEÑOR dejaron a sus criados y sus ganados en el campo.


22 El SEÑOR dijo a Moisés:


—Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga granizo sobre toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los animales y sobre toda la hierba del campo en la tierra de Egipto.


23 Moisés extendió su vara hacia el cielo, y el SEÑOR envió truenos y granizo. El fuego se descargó sobre la tierra, y el SEÑOR hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24 Hubo, pues, granizo y fuego centelleante mezclado con el granizo, y era tan pesado que nunca lo hubo como aquel en toda la tierra de Egipto desde que comenzó a ser nación. 25 El granizo destruyó en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, tanto los hombres como los animales. El granizo también arruinó toda la hierba del campo y destrozó todos los árboles del campo. 26 Solo en la tierra de Gosén, donde habitaban los hijos de Israel, no cayó granizo. 27 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo:


—He pecado esta vez. El SEÑOR es el justo; yo y mi pueblo somos los culpables. 28 Rueguen al SEÑOR para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y yo los dejaré ir, y ustedes no se detendrán más.


29 Moisés le respondió:


—Al salir yo de la ciudad, extenderé mis manos al SEÑOR, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del SEÑOR. 30 Pero yo sé que ni tú ni tus servidores temen todavía la presencia del SEÑOR Dios.


31 El lino y la cebada fueron destruidos, porque la cebada estaba en espiga y el lino en flor. 32 Pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, pues eran tardíos.


33 Después de haber salido de la presencia del faraón y de la ciudad, Moisés extendió sus manos al SEÑOR, y cesaron los truenos y el granizo; y no cayó más lluvia sobre la tierra. 34 Entonces, al ver que habían cesado la lluvia, el granizo y los truenos, el faraón volvió a pecar. Tanto él como sus servidores endurecieron su corazón. 35 El corazón del faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel, tal como el SEÑOR lo había dicho por medio de Moisés.

Footnotes


Éxodo 9:16 LXX tiene te ha levantado.


DAB Español, Domingo 28 de Abril

Día 119, DAB Español, Domingo 28 de Abril Jueces 8:17-9:21; Lucas 23:44-24:12; Salmos 99; Proverbios 14:9-10 (Traducción en lenguaje actual ...