Saturday, January 6, 2024

DAB Español, Domingo 07 de Enero

Día 007, DAB Español, Domingo 07 de Enero


Génesis 16:1-18:19; Mateo 6:1-24; Salmos 7; Proverbios 2:1-5 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))




Génesis 16:1-18:19

La Palabra (Hispanoamérica)

Nacimiento de Ismael

16 Saray, la mujer de Abrán, no le había dado hijos. Pero Saray tenía una esclava egipcia, llamada Agar. 2 Y dijo Saray a Abrán:


— El Señor no me ha permitido tener hijos; acuéstate con mi esclava y quizás podamos tener familia gracias a ella.


Abrán aceptó su propuesta. 3 Diez años habían transcurrido desde que Abrán se instaló en Canaán, cuando Saray, su mujer, tomó a Agar, su esclava egipcia, y se la dio como mujer a Abrán, su marido. 4 Abrán se acostó con Agar, y ella quedó embarazada. Pero cuando Agar supo que esperaba un hijo, perdió el respeto a su señora. 5 Entonces Saray dijo a Abrán:


— ¡Tú tienes la culpa de que esta me menosprecie! Yo puse a mi esclava en tus brazos y, cuando ella ha visto que espera un hijo, me ha perdido el respeto. ¡Que el Señor actúe de juez entre nosotros!


6 Abrán respondió a Saray:


— Mira, la esclava es cosa tuya; haz con ella como mejor te parezca.


Entonces Saray empezó a tratarla tan mal que Agar tuvo que huir de ella. 7 El ángel del Señor la encontró en el desierto, junto a un manantial de agua —la fuente que hay en el camino de Sur— 8 y le preguntó:


— Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?


Ella respondió:


— Vengo huyendo de mi señora Saray.


9 Y el ángel del Señor le dijo:


— Vuelve con tu señora y sométete a su autoridad.


10 Luego añadió:


— Multiplicaré tu descendencia de suerte que nadie será capaz de contarla.


11 Y siguió diciendo:


— Estás embarazada y darás a luz un hijo a quien pondrás el nombre de Ismael, porque el Señor escuchó tu aflicción. 12 Indómito como un potro salvaje, luchará contra todos y todos lucharán contra él; y vivirá enfrentado a todos sus hermanos.


13 Agar entonces se dijo: ¿Será verdad que yo he visto aquí a aquel que me ve? Por lo que Agar invocó al Señor, que le había hablado, con el nombre de El-Roí. 14 Por eso al pozo aquel, el que se encuentra entre Cadés y Bared, lo llamó Lajay Roí —es decir, Pozo del Viviente que me ve—.


15 Agar dio un hijo a Abrán, y Abrán le puso el nombre de Ismael. 16 Abrán tenía ochenta y seis años cuando nació Ismael.


La circuncisión, señal de la alianza

17 Cuando Abrán tenía noventa y nueve años se le apareció el Señor y le dijo:


— Yo soy el Todopoderoso. Tenme presente en tu vida y vive rectamente. 2 Yo haré una alianza contigo y multiplicaré tu descendencia inmensamente.


3 Entonces Abrán cayó rostro en tierra mientras Dios continuaba diciendo:


4 — Mira, esta es la alianza que yo hago contigo: tú serás padre de una muchedumbre de pueblos. 5 No te llamarás ya Abrán, sino que tu nombre de ahora en adelante será Abrahán porque yo te hago padre de una muchedumbre de pueblos. 6 Te haré extraordinariamente fecundo; de ti surgirán naciones y reyes. 7 Establezco mi alianza contigo y, después de ti, con todas las generaciones que desciendan de ti. Será una alianza perpetua: yo seré tu Dios y el de tus descendientes. 8 A ti y a los descendientes que te sucedan les daré en posesión perpetua la tierra que ahora recorres como inmigrante, toda la tierra de Canaán. Y yo seré su Dios.


9 Y Dios añadió:


— Tú y tus descendientes, de generación en generación, habrán de guardar mi alianza. 10 Esta será la señal de la alianza que establezco con ustedes y con tu descendencia, y que deberán cumplir: circunciden a todos sus varones. 11 Circuncidarán la carne de su prepucio y esa será la señal de mi alianza con ustedes. 12 De generación en generación, todos sus varones serán circuncidados a los ocho días de nacer; también los esclavos nacidos en casa o comprados por dinero a cualquier extranjero que no sea de la raza de ustedes. 13 Todos sin excepción, tanto el esclavo nacido en casa como el comprado por dinero, deberán ser circuncidados. Así mi alianza estará marcada en la carne de ustedes como una alianza perpetua. 14 Pero el varón incircunciso, a quien no se haya cortado la carne de su prepucio, será extirpado del pueblo, porque habrá quebrantado mi alianza.


Anuncio del nacimiento de Isaac

15 Dijo Dios a Abrahán:


— A Saray, tu mujer, ya no la llamarás Saray, sino Sara. 16 Yo la bendeciré y ella te dará un hijo. La bendeciré y será madre de naciones; de ella saldrán reyes de pueblos.


17 Cayó Abrahán rostro en tierra y se puso a reír pensando para sí: “¿Cómo va un centenario a engendrar un hijo, y Sara dar a luz a los noventa?”.


18 Entonces Abrahán dijo a Dios:


— Me contento con que Ismael viva bajo tu protección.


19 Dios le replicó:


— Te digo que Sara te dará un hijo, al que llamarás Isaac. Con él y con sus descendientes mantendré perpetuamente mi alianza. 20 En cuanto a Ismael, he escuchado tu petición y voy a bendecirlo; lo haré fecundo y le daré una descendencia muy numerosa; será padre de doce príncipes y haré de él un gran pueblo. 21 Pero mi alianza será con Isaac, el hijo que te dará Sara dentro de un año por estas fechas.


22 Cuando Dios acabó de hablar con Abrahán, ascendió alejándose de su lado. 23 Aquel mismo día Abrahán tomó a su hijo Ismael y a todos los varones que estaban a su servicio —tanto los que habían nacido en su casa como los que había comprado— y circuncidó la carne de sus prepucios, tal como Dios le había ordenado. 24 Abrahán tenía noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio, 25 y su hijo Ismael tenía trece cuando fue circuncidado. 26 En el mismo día fueron circuncidados Abrahán y su hijo Ismael; 27 y fueron circuncidados con él todos los varones de su casa, tanto los nacidos en ella como los que fueron comprados a extranjeros.


La teofanía de Mambré

18 Apretaba el calor y estaba Abrahán sentado a la entrada de su tienda, cuando se le apareció el Señor en el encinar de Mambré. 2 Al alzar la vista vio a tres hombres de pie frente a él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la tienda y, postrándose en tierra, 3 dijo:


— Señor mío, será para mí un honor que aceptes la hospitalidad que este siervo tuyo te ofrece. 4 Que les traigan un poco de agua para que laven sus pies, y luego podrán descansar bajo el árbol. 5 Ya que me han honrado con su visita, permítanme que vaya a buscar algo de comer para que repongan fuerzas antes de seguir su camino.


Ellos respondieron:


— Bien, haz lo que dices.


6 Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara, y le dijo:


— ¡Rápido!, toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas.


7 Después Abrahán fue corriendo a la vacada, tomó un becerro tierno y cebado y se lo dio a su sirviente, que a toda prisa se puso a prepararlo. 8 Cuando el becerro ya estuvo a punto se lo sirvió acompañado de leche y requesón. Mientras comían, Abrahán se quedó de pie junto a ellos, debajo del árbol. 9 Ellos le preguntaron:


— ¿Dónde está Sara tu mujer?


Abrahán respondió:


— Ahí, en la tienda.


10 Uno de ellos le dijo:


— El año próximo volveré sin falta a visitarte, y para entonces Sara, tu mujer, habrá tenido un hijo.


Mientras tanto, Sara estaba escuchando a la entrada de la tienda, a espaldas del que hablaba. 11 Abrahán y Sara ya eran ancianos, entrados en años, y Sara ya no tenía sus períodos menstruales. 12 Por eso Sara no pudo contener la risa al pensar en sus adentros: “¿Ahora que ya estoy seca voy a tener placer con un marido tan viejo?”. 13 Pero el Señor dijo a Abrahán:


— ¿Cómo es que Sara se ha reído pensando que una mujer tan anciana no puede dar a luz? 14 ¿Acaso hay algo imposible para el Señor? El año que viene por estas fechas volveré a visitarte y Sara habrá tenido un hijo.


15 Sara tuvo miedo, y lo negó diciendo:


— Yo no me he reído.


Pero el Señor le replicó:


— Sí que te has reído.


Abrahán intercede por Sodoma

16 Luego aquellos hombres se levantaron y dirigieron la mirada a Sodoma. Abrahán los acompañó para despedirlos. 17 El Señor se decía: “¿Dejaré que Abrahán ignore lo que voy a hacer, 18 toda vez que se ha de convertir en un pueblo grande y poderoso, hasta el punto de que todas las naciones de la tierra serán bendecidas por él? 19 Yo lo he escogido para que enseñe a sus hijos y a su descendencia a mantenerse en el camino del Señor, haciendo lo que es justo y recto, de modo que se cumpla cuanto ha sido prometido a Abrahán”.


Mateo 6:1-24

La Palabra (Hispanoamérica)

Sobre la limosna

6 Cuídense de hacer el bien en público sólo para que la gente los vea. De otro modo, no recibirán recompensa del Padre que está en los cielos. 2 Por eso, cuando socorras a algún necesitado, no lo pregones a bombo y platillo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que la gente los alabe. Les aseguro que esos ya han recibido su recompensa. 3 Cuando socorras a un necesitado, hazlo de modo que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha. 4 Así tu buena obra quedará oculta y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.


Sobre la oración (Lc 11,2-4)

5 Cuando oren, no hagan como los hipócritas, que son muy dados a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que todo el mundo los vea. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. 6 Tú, cuando ores, métete en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está allí a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará. 7 Y al orar, no se pongan a repetir palabras y palabras; eso es lo que hacen los paganos imaginando que Dios los va a escuchar porque alargan su oración. 8 No sean iguales a ellos, pues el Padre sabe de qué tienen necesidad aun antes que le pidan nada. 9 Ustedes deben orar así:


Padre nuestro, que estás en los cielos,

santificado sea tu nombre.

10 Venga tu reino.

Hágase tu voluntad en la tierra

lo mismo que se hace en el cielo.

11 Danos hoy el pan que necesitamos.

12 Perdónanos el mal que hacemos,

como también nosotros perdonamos

a quienes nos hacen mal.

13 No nos dejes caer en tentación,

y líbranos del maligno.


14 Porque, si ustedes perdonan a los demás el mal que les hayan hecho, también les perdonará a ustedes el Padre celestial. 15 Pero, si no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará los pecados que hayan cometido.


Sobre el ayuno

16 Cuando ayunen, no anden por ahí con cara triste, como hacen los hipócritas, que ponen gesto de lástima para que todos se enteren de que están ayunando. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. 17 Tú, por el contrario, cuando quieras ayunar, lávate la cara y perfuma tus cabellos, 18 para que nadie se entere de que ayunas, excepto tu Padre que ve hasta lo más secreto. Y tu Padre, que ve hasta lo más secreto, te recompensará.


Atesorar riquezas en el cielo (Lc 12,33-34)

19 No acumulen riquezas en este mundo pues las riquezas de este mundo se apolillan y se echan a perder; además, los ladrones perforan las paredes y las roban. 20 Acumulen, más bien, riquezas en el cielo, donde no se apolillan ni se echan a perder y donde no hay ladrones que entren a robarlas. 21 Pues donde tengas tus riquezas, allí tendrás también el corazón.


Sinceridad y desprendimiento (Lc 11,34-35; 16,13)

22 Los ojos son lámparas para el cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo en ti será luz; 23 pero si tus ojos están enfermos, todo en ti será oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra será tu propia oscuridad!


24 Nadie puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro; será fiel al uno y del otro no hará caso. No pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.


Salmos 7

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 7

El Señor es un juez justo

7 Himno que David entonó al Señor a propósito de Kus, el benjaminita.

2 Señor, Dios mío, en ti me refugio,

líbrame de los que me acosan, protégeme;

3 que no me devoren como un león

que despedaza sin salvación alguna.

4 Señor, Dios mío, si algo de esto hice,

si hay maldad en mis manos,

5 si dañé al que estaba en paz conmigo,

si protegí sin motivo a mi adversario,

6 que el enemigo me persiga y me dé alcance,

que tire por tierra mi vida

y hunda mi honor en el polvo. [ Pausa]

7 Señor, decídete a actuar lleno de ira,

álzate contra la furia de mis rivales,

vela por mí, tú que estableces la justicia.

8 La asamblea de las naciones te rodea,

¡vuélvete hacia ella desde el cielo!

9 Señor, haz justicia a los pueblos;

júzgame, Señor, como mi rectitud merece,

como corresponde a mi honradez.

10 ¡Que acabe la maldad de los malvados!

Fortalece a la persona recta,

tú que sondeas el corazón y las entrañas,

tú que eres un Dios justo.

11 Dios es mi defensor,

él salva a los de corazón íntegro.

12 Dios es un juez justo,

Dios descarga su ira en todo tiempo.

13 Si no se arrepiente, afila su espada,

tensa su arco y apunta.

14 Armas mortales dispone contra el malvado,

flechas de fuego tiene preparadas

15 contra el que concibe el mal,

contra el que engendra injusticia

y hace que nazca la mentira;

16 ese que cava una fosa, ahonda en ella

y acaba cayendo en su propia trampa.

17 Su maldad se vuelve contra él,

su violencia caerá sobre él.

18 Alabaré al Señor porque es justo,

cantaré al Dios Altísimo.


Proverbios 2:1-5

La Palabra (Hispanoamérica)

La sabiduría, búsqueda y don

2 Hijo mío, si aceptas mis palabras

y guardas cual tesoro mis mandatos,

2 prestando atención a la sabiduría

y abriendo tu mente a la prudencia;

3 si invocas a la inteligencia

y llamas a la prudencia;

4 si la persigues como al dinero

y la rastreas como a un tesoro,

5 entonces comprenderás lo que es respetar al Señor

y encontrarás el conocimiento de Dios.


La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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