Wednesday, January 10, 2024

DAB Español, Jueves 11 de Enero

Día 011, DAB Español, Jueves 11 de Enero


Génesis 24:52-26:16; Mateo 8:18-34; Salmos 10:1-5; Proverbios 3:7-8 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))






Génesis 24:52-26:16

La Palabra (Hispanoamérica)

52 Cuando el criado de Abrahán escuchó estas palabras, se postró en tierra ante el Señor. 53 Después sacó joyas de oro y plata, además de vestidos, y se lo dio todo a Rebeca. Y también entregó regalos a su hermano y a su madre. 54 Después, el criado y sus acompañantes comieron y bebieron, y pasaron allí la noche.


A la mañana siguiente, cuando se levantaron, el criado de Abrahán dijo:


— Permítanme que regrese con mi amo.


55 Pero el hermano y la madre de Rebeca le respondieron:


— Deja que la muchacha se quede con nosotros unos diez días. Luego puede irse contigo.


56 Pero el criado insistió:


— Ya que el Señor ha dado éxito a mi viaje, no me entretengan; déjenme regresar con mi amo.


57 Ellos dijeron:


— Llamemos a la muchacha y que ella decida.


58 Así que llamaron a Rebeca y le preguntaron:


— ¿Quieres irte con este hombre?


Ella respondió:


— Sí.


59 Entonces dejaron marchar a Rebeca y a su nodriza con el criado de Abrahán y sus acompañantes. 60 Y bendijeron a Rebeca con estas palabras:


Tú eres nuestra hermana;

sé madre de miles y miles,

y que tus descendientes

conquisten las ciudades enemigas.


61 Después Rebeca y sus criadas se dispusieron para el viaje, montaron en los camellos y siguieron al hombre. Así fue como el criado de Abrahán marchó de allí llevando consigo a Rebeca.


62 Mientras tanto, Isaac había vuelto del pozo de Lajay Roí y estaba viviendo en la región del Négueb. 63 Un atardecer Isaac salió a dar un paseo por el campo y de pronto vio que se acercaba una caravana de camellos. 64 También Rebeca miró y, al ver a Isaac, bajó del camello 65 y le preguntó al criado:


— ¿Quién es ese hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?


El criado respondió:


— Es mi amo.


Entonces Rebeca se cubrió [el rostro] con un velo.


66 El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Isaac hizo entrar a Rebeca en la tienda que había sido de Sara, su madre. Tomó a Rebeca por esposa y con su amor se consoló de la muerte de su madre.


Descendientes de Abrahán y Queturá. Muerte de Abrahán (1 Cr 1,32-33)

25 Abrahán tomó después otra mujer, llamada Queturá. 2 Los hijos que tuvo con ella fueron: Zimrán, Joxán, Medán, Madián, Jisboc y Suaj. 3 Joxán engendró a Sabá y a Dedán. Los descendientes de Dedán fueron los asuríes, los litusíes y los leumíes. 4 Los hijos de Madián fueron Efá, Efer, Janoc, Abidá y Eldaá. Todos estos fueron los descendientes de Queturá.


5 Abrahán legó todos sus bienes a Isaac. 6 También hizo regalos a los hijos de sus otras concubinas, pero antes de morir, los apartó de su hijo Isaac, enviándolos hacia el este, a las tierras del oriente.


7 Abrahán vivió ciento setenta y cinco años. 8 Expiró tras una feliz vejez y, colmado de años, fue a reunirse con sus antepasados. 9 Sus hijos, Isaac e Ismael, lo enterraron en la cueva de Macpelá, en el campo de Efrón, hijo de Sojar, el hitita, enfrente de Mambré. 10 Abrahán había comprado ese campo a los hititas, y allí fueron enterrados Abrahán y Sara, su mujer. 11 Después de la muerte de Abrahán, Dios bendijo a su hijo Isaac, quien se quedó a vivir cerca del pozo de Lajay Roí.


Descendientes de Ismael (1 Cr 1,28-31)

12 Estos son los descendientes de Ismael, el hijo de Abrahán y de Agar, la esclava egipcia de Sara. 13 Los nombres de los hijos de Ismael por orden de nacimiento son: el primogénito fue Nebayot; después Quedar, Adbel, Mibsán, 14 Mismá, Dumá, Masá, 15 Adad, Temá, Jetur, Nafís y Quedmá. 16 Estos son los nombres de los doce hijos de Ismael, y con esos mismos nombres se conocieron sus propios territorios y campamentos. Cada uno era jefe de su propio clan.


17 Ismael vivió ciento treinta y siete años al cabo de los cuales expiró y fue a reunirse con sus antepasados. 18 Sus descendientes se establecieron en la región que está entre Javilá y Sur, cerca de Egipto, en la ruta de Asour. Ismael murió estando presentes todos sus hermanos.


Ciclo de Isaac (25,19—26,35)

Nacimiento de Esaú y Jacob

19 Esta es la historia de Isaac, hijo de Abrahán.


Abrahán engendró a Isaac. 20 Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, hija de Betuel, arameo de Parán Aram, y hermana de Labán, también arameo. 21 Isaac suplicó al Señor por su mujer, porque era estéril. El Señor oyó su oración y ella quedó embarazada. 22 Pero los hijos que esperaba se peleaban dentro de su vientre, así que Rebeca se dijo:


— Si esto va a seguir así, ¿para qué vivir?


Entonces fue a consultar al Señor, 23 y el Señor le respondió:


— Dos naciones hay en tu vientre;

dos pueblos separados desde tus entrañas;

uno será más fuerte que el otro,

el mayor servirá al menor.


24 Cuando llegó el momento del parto, resultó que había mellizos en su vientre. 25 Salió primero uno, pelirrojo y todo él velludo como un manto peludo; así que lo llamaron Esaú. 26 Detrás salió su hermano, agarrado con una mano al talón de Esaú. A este lo llamaron Jacob. Cuando nacieron, Isaac tenía sesenta años.


Esaú vende su primogenitura

27 Los niños crecieron y Esaú se convirtió en un diestro cazador, que prefería vivir en el campo, mientras que Jacob era un hombre tranquilo, apegado a la vida sedentaria. 28 Isaac tenía preferencia por Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba, mientras que Rebeca se inclinaba por Jacob.


29 Cierto día, Jacob estaba guisando un potaje, cuando Esaú llegó muy cansado del campo, 30 y le dijo:


— ¡Tengo hambre, dame de comer de ese guiso rojo!


(Por eso a Esaú también se le conoce como Edom).


31 Jacob respondió:


— Sólo si me vendes ahora mismo tus derechos de primogenitura.


32 Esaú dijo:


— Estoy que me muero de hambre. ¿Qué me importan a mí los derechos de primogenitura?


33 Jacob insistió:


— Júramelo antes.


Esaú se lo juró, y de ese modo le vendió a Jacob sus derechos de primogénito. 34 Entonces Jacob sirvió a Esaú pan y el potaje de lentejas. Esaú comió, bebió, se levantó y se fue. Así fue como Esaú malvendió sus derechos de primogénito.


Isaac en Guerar

26 Por aquel tiempo la región volvió a sufrir hambruna —aparte de la que había padecido anteriormente, en los días de Abrahán—. Por eso Isaac se dirigió a Guerar, donde residía Abimélec, rey de los filisteos. 2 El Señor se le apareció y le dijo:


— No bajes a Egipto. Quédate en la tierra que yo te indique. 3 Reside en esta tierra y yo estaré contigo y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia les he de dar todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que le hice a tu padre Abrahán. 4 Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo y te daré todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de tu descendencia, 5 ya que Abrahán me obedeció y guardó mis preceptos y mandamientos, mis normas y leyes.


6 Isaac se quedó a vivir en Guerar. 7 Y cuando los lugareños le preguntaban si Rebeca era su mujer, él respondía que era su hermana, pues no se atrevía a decirles que era su mujer, no fueran a matarlo por causa de la belleza de Rebeca.


8 La estancia de Isaac en aquel lugar se fue dilatando, y un día Abimélec, rey de los filisteos, mirando por la ventana vio a Isaac acariciando a Rebeca, su mujer. 9 Entonces Abimélec mandó llamar a Isaac y le dijo:


— ¡Así que Rebeca es tu mujer! ¿Por qué dijiste que era tu hermana?


Isaac le respondió:


— Yo pensé que tal vez me matarían por causa de ella.


10 Abimélec le dijo:


— ¿Cómo se te ha ocurrido hacernos esto? Poco ha faltado para que alguno del pueblo se hubiera acostado con tu mujer, y nos hicieses a todos culpables.


11 Y Abimélec ordenó a todo el pueblo:


— Quien moleste a este hombre o a su mujer, será condenado a muerte.


12 Isaac sembró en aquella tierra, y ese año cosechó el céntuplo, porque el Señor lo bendijo. 13 Así Isaac se fue enriqueciendo cada vez más, hasta que llegó a ser muy rico. 14 Llegó a tener tantas ovejas y vacas y tantos sirvientes, que los filisteos acabaron envidiándole, 15 y cegaron con tierra todos los pozos que los criados de su padre Abrahán habían cavado, cuando este aún vivía. 16 Entonces Abimélec dijo a Isaac:


— ¡Apártate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros!


Mateo 8:18-34

La Palabra (Hispanoamérica)

Seguir a Jesús (Lc 9,57-62)

18 Viendo Jesús que lo rodeaba una gran multitud, mandó que lo llevaran a la otra orilla del lago. 19 Allí se le acercó un maestro de la ley, que le dijo:


— Maestro, estoy dispuesto a seguirte adondequiera que vayas.


20 Jesús le contestó:


— Las zorras tienen guaridas y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza.


21 Otro que ya era discípulo suyo le dijo:


— Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.


22 Jesús le contestó:


— Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.


Jesús apacigua una tempestad (Mc 4,35-41; Lc 8,22-25)

23 Subió Jesús a una barca acompañado de sus discípulos, 24 cuando de pronto se levantó en el lago una tempestad tan violenta que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había quedado dormido. 25 Los discípulos se acercaron a él y lo despertaron, diciendo:


— ¡Señor, sálvanos! ¡Estamos a punto de perecer!


26 Jesús les dijo:


— ¿A qué viene ese miedo? ¿Por qué es tan débil su fe?


Entonces se levantó, increpó a los vientos y al lago y todo quedó en calma. 27 Y los discípulos se preguntaban asombrados:


— ¿Quién es este, que hasta los vientos y el lago le obedecen?


Los endemoniados de Gadara (Mc 5,1-20; Lc 8,26-39)

28 Cuando Jesús llegó a la otra orilla del lago, a la región de Gadara, salieron a su encuentro dos hombres procedentes del cementerio. Ambos estaban poseídos por demonios, y eran tan temidos por su violencia que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. 29 Se pusieron a gritar:


— ¡Déjanos en paz, Hijo de Dios! ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?


30 A cierta distancia de allí estaba paciendo una gran piara de cerdos. 31 Y los demonios le suplicaron a Jesús:


— Si nos echas afuera, envíanos a esa piara de cerdos.


32 Jesús les dijo:


— Vayan allá.


Los demonios salieron y se metieron en los cerdos y, de pronto, la piara se lanzó pendiente abajo hasta el lago, donde los cerdos se ahogaron.


33 Los que cuidaban los cerdos salieron huyendo y, al llegar al pueblo, contaron todo lo que había pasado con aquellos hombres poseídos por los demonios. 34 Entonces la gente del pueblo fue al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogó que se marchara de su comarca.


Salmos 10:1-5

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 10 (9)

Has escuchado, Señor, el deseo de los pobres

10 Señor, ¿por qué permaneces lejos

y te ocultas en tiempo de angustia?

2 Con su arrogancia el malvado acosa al débil;

¡ojalá quede atrapado en la trama que ha urdido!

3 El malvado se enorgullece de su ambición,

el codicioso blasfema e injuria al Señor.

4 El malvado, en su soberbia, de nada se preocupa:

“No hay Dios”; esto es todo lo que piensa.

5 Sus caminos siempre prosperan,

tus mandatos están lejos de él,

a todos sus enemigos desprecia.


Proverbios 3:7-8

La Palabra (Hispanoamérica)

7 No presumas de sabio,

respeta al Señor y evita el mal;

8 ello dará salud a tu cuerpo

y fortaleza a tus huesos.


La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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