Sunday, January 28, 2024

DAB Español, Martes 30 de Enero

Día 030, DAB Español, Martes 30 de Enero


Éxodo 10:1-12:13; Mateo 20:1-28; Salmos 25:1-11; Proverbios 6:6-11 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








     
Éxodo 10:1-12:13
Reina Valera Actualizada
Octava plaga: la langosta

10 El SEÑOR dijo a Moisés:

—Ve al faraón, porque yo he endurecido su corazón y el corazón de sus servidores para manifestar entre ellos estas señales mías, 2 y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, las señales que yo hice en medio de ellos, para que sepan que yo soy el SEÑOR.

3 Entonces Moisés y Aarón fueron al faraón y le dijeron:

—El SEÑOR, el Dios de los hebreos, ha dicho así: “¿Hasta cuándo rehusarás humillarte ante mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 4 Si rehúsas dejarlo ir, he aquí mañana yo traeré la langosta a tu territorio; 5 y cubrirá la superficie de la tierra, de modo que esta no pueda verse. Devorará el resto de lo que ha escapado, lo que les ha quedado del granizo. Devorará también todos los árboles que crecen en el campo. 6 Y llenará tus casas, las casas de tus servidores y las casas de todos los egipcios, como nunca vieron tus padres ni tus abuelos desde que existieron sobre la tierra, hasta el día de hoy”.

Moisés dio media vuelta y salió de la presencia del faraón. 7 Entonces los servidores del faraón le dijeron:

—¿Hasta cuándo ha de sernos este una trampa? Deja ir a esos hombres para que sirvan al SEÑOR su Dios. ¿Todavía no te das cuenta de que Egipto está destruido?

8 Moisés y Aarón volvieron a ser traídos ante el faraón, quien les dijo:

—Vayan y sirvan al SEÑOR vuestro Dios. ¿Quiénes son los que han de ir?

9 Moisés respondió:

—Hemos de ir con nuestros niños y con nuestros ancianos, con nuestros hijos y con nuestras hijas; hemos de ir con nuestras ovejas y con nuestras vacas, porque tendremos una fiesta del SEÑOR.

10 Y él les dijo:

—¡Sea el SEÑOR con ustedes, si yo los dejo ir a ustedes y a sus niños! ¡Vean cómo sus malas intenciones están a la vista! 11 ¡No será así! Vayan ustedes los varones y sirvan al SEÑOR, pues esto es lo que ustedes han pedido.

Y los echaron de la presencia del faraón. 12 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto, para que la langosta suba sobre la tierra de Egipto. Ella devorará toda la hierba de la tierra y todo lo que ha dejado el granizo.

13 Moisés extendió su vara sobre la tierra de Egipto, y el SEÑOR trajo un viento del oriente sobre el país, todo aquel día y toda aquella noche. Al amanecer, el viento del oriente trajo la langosta. 14 Esta subió sobre toda la tierra de Egipto y se posó muy densamente en todos los rincones del país. Nunca antes hubo tal plaga de langosta, ni la habrá después. 15 Cubrieron la superficie de toda la tierra, de modo que la tierra se oscureció[a]. Devoraron toda la hierba de la tierra y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo. En toda la tierra de Egipto no quedó nada verde ni en los árboles ni en la hierba del campo.

16 Entonces el faraón hizo llamar apresuradamente a Moisés y a Aarón, y les dijo:

—He pecado contra el SEÑOR su Dios y contra ustedes. 17 Pero ahora perdonen[b], por favor, mi pecado solo una vez más y rueguen al SEÑOR su Dios para que él aparte de mí solamente esta mortandad.

18 Moisés salió de la presencia del faraón y oró al SEÑOR. 19 El SEÑOR hizo soplar un fortísimo viento del occidente que llevó la langosta y la arrojó al mar Rojo[c]. Ni una sola langosta quedó en todo el territorio de Egipto. 20 Pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón, y este no dejó ir a los hijos de Israel.
Novena plaga: las tinieblas

21 El SEÑOR dijo a Moisés:

—Extiende tu mano hacia el cielo para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas que hasta puedan ser palpadas.

22 Moisés extendió su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas por toda la tierra de Egipto, durante tres días. 23 No se podían ver unos a otros ni nadie se movió de su lugar durante tres días. Pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas. 24 Luego el faraón hizo llamar a Moisés y le dijo:

—Vayan y sirvan al SEÑOR. Vayan también sus niños con ustedes. Solamente que sean dejadas sus ovejas y sus vacas.

25 Moisés respondió:

—Entonces tú nos tendrás que dar animales para sacrificar y ofrecer en holocausto al SEÑOR nuestro Dios. 26 ¡También nuestro ganado irá con nosotros! No quedará ni una pezuña de ellos, porque de ellos hemos de tomar para servir al SEÑOR nuestro Dios. No sabemos con qué hemos de servir al SEÑOR, hasta que lleguemos allá.

27 Pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón, y no quiso dejarlos ir. 28 Y el faraón dijo a Moisés:

—¡Retírate de mi presencia! ¡Guárdate de volver a ver mi cara; porque el día en que veas mi cara, morirás!

29 Y Moisés respondió:

—Bien has dicho. ¡Jamás volveré a ver tu cara!
Anuncio de la décima plaga

11 El SEÑOR dijo a Moisés:

—Traeré una sola plaga más sobre el faraón y sobre Egipto. Después de esto, él los dejará ir de aquí. Cuando los deje ir, él los echará de aquí por completo. 2 Habla, pues, al pueblo para que cada hombre pida a su vecino, y cada mujer a su vecina, objetos de plata y de oro.

3 El SEÑOR dio gracia al pueblo ante los ojos de los egipcios. El mismo Moisés era considerado como un gran hombre en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los servidores del faraón, como a los ojos del pueblo.

4 Entonces dijo Moisés:

—Así ha dicho el SEÑOR: “Como a la medianoche yo pasaré por en medio de Egipto. 5 Y todo primogénito en la tierra de Egipto morirá, desde el primogénito del faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino, y todo primogénito del ganado. 6 Habrá un gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca lo hubo ni lo habrá. 7 Pero entre todos los hijos de Israel ni un perro les ladrará ni a los hombres ni a los animales, para que sepan que el SEÑOR hace distinción entre los egipcios y los israelitas”. 8 Entonces vendrán a mí todos estos tus servidores, y postrados delante de mí dirán: “Sal tú, y todo el pueblo que te sigue”. Y después de esto, yo saldré.

Salió muy enojado de la presencia del faraón. 9 Y el SEÑOR dijo a Moisés:

—Faraón no los escuchará, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto.

10 Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante del faraón. Pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón, y este no dejó ir de su tierra a los hijos de Israel.
La Pascua de liberación

12 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo:

2 —Este mes será para ustedes el principio de los meses; será para ustedes el primero[d] de los meses del año. 3 Hablen a toda la congregación de Israel, diciendo que el diez de este mes cada uno tome para sí un cordero en cada casa paterna, un cordero por familia. 4 Si la familia es demasiado pequeña como para comer el cordero, entonces lo compartirán él y su vecino de la casa inmediata, de acuerdo con el número de las personas. Según la cantidad que ha de comer cada uno, repartirán el cordero. 5 El cordero será sin defecto, macho de un año; tomarán un cordero o un cabrito. 6 Lo habrán de guardar hasta el día catorce de este mes, cuando lo degollará toda la congregación del pueblo de Israel al atardecer. 7 Tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las puertas de las casas en donde lo han de comer. 8 Aquella misma noche comerán la carne, asada al fuego. La comerán con panes sin levadura y con hierbas amargas. 9 No comerán del cordero nada crudo ni cocido en agua; sino asado al fuego, con su cabeza, sus piernas y sus entrañas. 10 Nada dejarán de él hasta la mañana. Lo que quede hasta la mañana habrán de quemarlo en el fuego. 11 Así lo habrán de comer: con sus cintos ceñidos, puestas las sandalias en sus pies y con su bastón en la mano. Lo comerán apresuradamente; es la Pascua del SEÑOR.

12 »La misma noche yo pasaré por la tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de los hombres como del ganado. Así ejecutaré actos justicieros contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR.

13 »La sangre les servirá de señal en las casas donde estén. Yo veré la sangre y en cuanto a ustedes pasaré de largo y cuando castigue la tierra de Egipto, no habrá en ustedes ninguna plaga para destruirlos.
Footnotes

Éxodo 10:15 LXX tiene quedó devastada; cf. Vulgata.
Éxodo 10:17 Según vers. antiguas; heb., perdona.
Éxodo 10:19 Heb., Yam Suf, o sea, mar de Cañas; así también en 13:18, etc.
Éxodo 12:2 Es decir, Nisán; aprox. mar.-abr.


Mateo 20:1-28
Reina Valera Actualizada
Parábola de los obreros de la viña

20 »Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, dueño de un campo, que salió al amanecer a contratar obreros para su viña. 2 Habiendo convenido con los obreros en un salario por día, los envió a su viña. 3 Salió también como a las nueve de la mañana y vio que otros estaban en la plaza desocupados, 4 y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña y les daré lo que sea justo”. Y ellos fueron. 5 Salió otra vez como al medio día y a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. 6 También alrededor de las cinco de la tarde salió y halló que otros estaban allí, y les dijo: “¿Por qué están aquí todo el día desocupados?”. 7 Le dijeron: “Porque nadie nos ha contratado”. Les dijo: “Vayan también ustedes a la viña”.

8 »Al llegar la noche, dijo el señor de la viña a su mayordomo: “Llama a los obreros y págales el jornal. Comienza desde los últimos hasta los primeros”. 9 Entonces vinieron los que habían ido cerca de las cinco de la tarde y recibieron cada uno un salario. 10 Y cuando vinieron los primeros pensaron que recibirían más; pero ellos también recibieron el mismo salario cada uno. 11 Al recibirlo, murmuraban contra el dueño del campo, 12 diciendo: “Estos últimos trabajaron una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor del día”. 13 Pero él respondió y dijo a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un salario para el día? 14 Toma lo que es tuyo y vete. Pero quiero darle a este último como a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes envidia porque soy bueno?”. 16 Así, los últimos serán primeros, y los primeros últimos[a].
Jesús anuncia su muerte y victoria

17 Mientras Jesús subía a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte y les dijo en el camino:

18 —He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte. 19 Lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
Pedido de la madre de Jacobo y Juan

20 Entonces se acercó a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. 21 Él le dijo:

—¿Qué deseas?

Ella le dijo:

—Ordena que en tu reino estos dos hijos míos se sienten el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

22 Entonces respondiendo Jesús dijo:

—No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo he de beber?

Ellos le dijeron:

—Podemos.

23 Les dijo:

—A la verdad, beberán de mi copa; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que es para quienes lo ha preparado mi Padre.

24 Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. 25 Entonces Jesús los llamó y les dijo:

—Saben que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y los que son grandes ejercen autoridad sobre ellos. 26 Entre ustedes no será así. Más bien, cualquiera que anhele ser grande entre ustedes será su servidor; 27 y el que anhele ser el primero entre ustedes, será su siervo. 28 De la misma manera, el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Footnotes

Mateo 20:16 Algunos mss. antiguos incluyen porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos; ver 22:14.


Salmos 25:1-11
Reina Valera Actualizada
Plegaria en medio de la aflicción

25 [a] Salmo de David.

A ti, oh SEÑOR,
levantaré mi alma.
2
¡Dios mío, en ti confío!
No sea yo avergonzado.
No triunfen sobre mí mis enemigos.
3
Ciertamente ninguno de los que confían en ti será avergonzado.
Serán avergonzados los que se
rebelan sin causa.
4
Muéstrame, oh SEÑOR, tus caminos; enséñame tus sendas.
5
Encamíname en tu verdad
y enséñame
porque tú eres el Dios de
mi salvación.
En ti he esperado todo el día.
6
Acuérdate, oh SEÑOR,
de tu compasión y de tu misericordia que son perpetuas.
7
No te acuerdes de los pecados de
mi juventud ni de mis rebeliones. Conforme a tu misericordia
acuérdate de mí, por tu bondad,
oh SEÑOR.
8
Bueno y recto es el SEÑOR;
por eso él enseñará a los pecadores
el camino.
9
Encaminará a los humildes
en la justicia
y enseñará a los humildes su camino.
10
Todas las sendas del SEÑOR son misericordia y verdad
para con los que guardan su pacto
y sus testimonios.
11
Por amor de tu nombre, oh SEÑOR, perdona también mi iniquidad porque es grande.
Footnotes

Salmos 25:1 Salmo acróstico.


Proverbios 6:6-11
Reina Valera Actualizada
Amonestación contra la pereza

6
Ve a la hormiga, oh perezoso; observa sus caminos y sé sabio.
7
Ella no tiene jefe
ni comisario ni gobernador;
8
pero prepara su comida en el verano,
y guarda su sustento en el tiempo
de la siega.
9
Perezoso: ¿Hasta cuándo has de estar acostado?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10
Un poco de dormir, un poco de dormitar
y un poco de cruzar las manos
para reposar.
11
Así vendrá tu pobreza como
un vagabundo,
y tu escasez como un hombre armado.
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

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