Friday, April 26, 2024

DAB Español, Sábado 27 de Abril

Día 118, DAB Español, Sábado 27 de Abril


Jueces 7:1-8:16; Lucas 23:11-43; Salmos 97-98; Proverbios 14:7-8 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








Jueces 7:1-8:16

Reina Valera Actualizada

Gedeón escoge trescientos guerreros


7 Jerobaal (es decir, Gedeón) se levantó muy de mañana con todo el pueblo que estaba con él, y acamparon junto al manantial de Harod. El campamento de los madianitas estaba al norte del suyo, cerca de la colina de Moré, en el valle. 2 Y el SEÑOR dijo a Gedeón:


—El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que yo entregue a los madianitas en su mano. No sea que Israel se jacte contra mí diciendo: “Mi propia mano me ha librado”. 3 Ahora pues, pregona a oídos del pueblo y di: “¡Quien tema y tiemble, que se vuelva!”.


Entonces Gedeón los probó[a], y se volvieron veintidós mil de ellos, y se quedaron diez mil. 4 Pero el SEÑOR dijo a Gedeón:


—El pueblo aún es demasiado numeroso. Hazlos descender a las aguas y allí te los probaré. Del que yo te diga: “Este irá contigo”, ese irá contigo; pero de cualquiera que yo te diga: “Este no irá contigo”, el tal no irá.


5 Entonces hizo descender el pueblo a las aguas, y el SEÑOR dijo a Gedeón:


—A todo el que lama el agua con su lengua, como lame el perro, lo pondrás aparte. Asimismo, a cualquiera que se doble sobre sus rodillas para beber.


6 El número de los hombres que lamieron el agua, llevándola a su boca con la mano, fue de trescientos. Todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber agua[b]. 7 Entonces el SEÑOR dijo a Gedeón:


—Con los trescientos hombres que lamieron el agua los libraré y entregaré a los madianitas en tu mano. El resto del pueblo, que se vaya cada uno a su lugar.


8 Tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y las cornetas. Y él despidió a todos aquellos hombres de Israel, cada uno a su morada; pero retuvo a los trescientos hombres. El campamento de Madián estaba abajo, en el valle.

Gedeón espía el campamento de Madián


9 Aconteció que aquella noche el SEÑOR le dijo:


—Levántate y desciende contra el campamento, porque yo lo he entregado en tu mano. 10 Y si tienes miedo de descender, desciende al campamento tú con tu criado Fura, 11 y oirás lo que conversan. Luego tus manos se fortalecerán, y descenderás contra el campamento.


Entonces descendió él con su criado Fura hasta uno de los puestos avanzados de la gente armada del campamento. 12 Los madianitas, los amalequitas y todos los hijos del oriente se extendían por el valle, numerosos como langostas. Sus camellos eran incontables, numerosos como la arena que está a la orilla del mar. 13 Y cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando un sueño a su compañero y decía:


—He aquí, he tenido un sueño. Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián. Llegó hasta la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó. Le dio la vuelta de arriba abajo y la tienda cayó.


14 Su compañero respondió y dijo:


—¡Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón hijo de Joás, hombre de Israel! ¡Dios ha entregado en su mano a los madianitas con todo el campamento!


15 Y aconteció que cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró. Después volvió al campamento de Israel y dijo:


—¡Levántate, porque el SEÑOR ha entregado el campamento de Madián en tu mano!

Gedeón derrota a los madianitas


16 Gedeón dividió los trescientos hombres en tres escuadrones, puso en la mano de todos ellos cornetas y cántaros vacíos con teas encendidas dentro de los cántaros, 17 y les dijo:


—Mírenme a mí y hagan lo que yo haga. Y he aquí que cuando yo llegue a las afueras del campamento, lo que yo haga, háganlo también ustedes. 18 Cuando yo toque la corneta con todos los que están conmigo, ustedes que estarán alrededor de todo el campamento también tocarán las cornetas y gritarán: “¡Por el SEÑOR[c] y por Gedeón!”.


19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo a las afueras del campamento, a media noche[d], cuando acababan de relevar los guardias. Entonces tocaron las cornetas y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 20 Los tres escuadrones tocaron las cornetas, y quebrando los cántaros tomaron las teas con su mano izquierda mientras que con la derecha tocaban las cornetas y gritaban:


—¡La espada por el SEÑOR y por Gedeón!


21 Cada uno permaneció en su lugar alrededor del campamento. Pero todo el ejército echó a correr gritando y huyendo. 22 Mientras los trescientos hombres tocaban las cornetas, el SEÑOR puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento.


El ejército huyó hasta Bet-sita, hacia Zereda[e], y hasta el límite de Abel-mejola junto a Tabat. 23 Y una vez convocados, los israelitas de Neftalí, de Aser y de todo Manasés persiguieron a los madianitas. 24 Entonces Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín, diciendo: “Desciendan al encuentro de los madianitas y tomen antes que ellos los vados hasta Bet-bara y el Jordán”.


Y convocados todos los hombres de Efraín, tomaron los vados hasta Bet-bara y el Jordán. 25 Entonces capturaron a dos jefes de los madianitas: a Oreb y a Zeeb. Mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb. Siguieron persiguiendo a los madianitas y trajeron a Gedeón las cabezas de Oreb y de Zeeb, al otro lado del Jordán.

Gedeón aplaca a los de Efraín


8 Entonces los hombres de Efraín dijeron a Gedeón:


—¿Qué es esto que has hecho con nosotros de no llamarnos cuando ibas a combatir contra Madián?


Discutieron fuertemente con él. 2 Y les respondió:


—¿Qué he hecho yo ahora comparado con ustedes? ¿No ha sido mejor el rebusco de Efraín que la vendimia de Abiezer? 3 Dios ha entregado en la mano de ustedes a Oreb y a Zeeb, jefes de Madián. ¿Qué pude yo hacer comparado con ustedes?


Después que él dijo estas palabras, se aplacó el enojo de ellos contra él.

Gedeón es afrentado en Sucot y Peniel


4 Gedeón llegó para cruzar el Jordán, él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, pero todavía persiguiendo. 5 Y dijo a los hombres de Sucot:


—Den, por favor, tortas de pan a la gente que me acompaña, porque ellos están cansados. Yo estoy persiguiendo a Zébaj y a Zalmuna, reyes de Madián.


6 Los jefes de Sucot le respondieron:


—¿Están ya las manos de Zébaj y de Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tu ejército?


7 Y Gedeón les dijo:


—Pues bien, cuando el SEÑOR haya entregado en mi mano a Zébaj y a Zalmuna, azotaré su carne con espinas y cardos del desierto.


8 De allí subió a Peniel y les dijo las mismas palabras. Pero los de Peniel le respondieron como le habían respondido los de Sucot. 9 Y él habló también a los de Peniel, diciendo:


—Cuando yo regrese en paz, derribaré esta torre.

Gedeón captura a los reyes

de Madián


10 Zébaj y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de unos quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los hijos del oriente, porque los caídos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada. 11 Entonces Gedeón subió por la ruta de los que habitan en tiendas, al este de Nóbaj y Jogbea, y atacó el campamento cuando este no estaba en guardia. 12 Zébaj y Zalmuna huyeron, pero él los persiguió. Luego capturó a Zébaj y a Zalmuna, los dos reyes de Madián, y causó pánico en todo el campamento.

Castigo de Sucot y de Peniel


13 Entonces Gedeón hijo de Joás volvió de la batalla por la cuesta de Heres. 14 Y capturó a un joven de los hombres de Sucot y lo interrogó. Él le dio por escrito los nombres de los jefes de Sucot y de sus ancianos: setenta y siete hombres. 15 Luego fue a los hombres de Sucot y dijo:


—Aquí están Zébaj y Zalmuna, acerca de los cuales me afrentaron diciendo: “¿Están ya las manos de Zébaj y de Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tus hombres cansados?”.


16 Entonces tomó a los ancianos de la ciudad, y azotó[f] con espinas y cardos del desierto a los hombres de Sucot.

Footnotes


Jueces 7:3 Cf. Targum y v. 4.

Jueces 7:6 Otra trad., según prop. Stutt. y un ms. de LXX, El número de los hombres que lamieron el agua con sus lenguas fue de trescientos. Todo el resto del pueblo dobló sus rodillas para beber agua, llevándola a la boca con las manos.

Jueces 7:18 Algunos mss. y vers. antiguas tienen ¡Por la espada, por el SEÑOR y por Gedeón! (cf. v. 20).

Jueces 7:19 Lit., el comienzo de la vigilia intermedia.

Jueces 7:22 Según muchos mss.; cf. 1 Rey. 11:26; TM, Zerera.

Jueces 8:16 Según vers. antiguas; cf. v. 7; heb., de significado oscuro.


Thursday, April 25, 2024

DAB Español, Viernes 26 de Abril

Día 117, DAB Español, Viernes 26 de Abril


Jueces 6:1-40; Lucas 22:55-23:10; Salmos 95-96; Proverbios 14:5-6 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








Jueces 6

Reina Valera Actualizada

Los madianitas oprimen a Israel


6 Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del SEÑOR. Entonces el SEÑOR los entregó en mano de Madián durante siete años, 2 y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Por causa de los madianitas los hijos de Israel se hicieron escondrijos en las montañas, y cuevas y lugares fortificados. 3 Porque sucedía que cuando Israel sembraba, subían contra él los madianitas, los amalequitas y los hijos del oriente. 4 Y acampando contra ellos, arruinaban las cosechas de la tierra hasta cerca de Gaza. No dejaban qué comer en Israel: ni ovejas ni toros ni asnos; 5 porque venían con sus ganados y con sus tiendas, siendo como langostas por su multitud. Ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla. 6 Israel era empobrecido en gran manera por causa de los madianitas. Y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR.


7 Y sucedió que cuando los hijos de Israel clamaron al SEÑOR a causa de los madianitas, 8 el SEÑOR envió a los hijos de Israel un profeta, que les dijo:


—Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Yo los hice subir de Egipto y los saqué de la casa de esclavitud. 9 Los libré de mano de los egipcios y de mano de todos los que los oprimían, a los cuales eché de delante de ustedes y les di su tierra. 10 Y les dije: ‘Yo soy el SEÑOR su Dios; no veneren a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan’. Pero no han obedecido mi voz”.

Gedeón ante el ángel del SEÑOR


11 Entonces el ángel del SEÑOR fue y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, que pertenecía a Joás el abiezerita. Su hijo Gedeón estaba desgranando el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. 12 Y se le apareció el ángel del SEÑOR, y le dijo:


—¡El SEÑOR está contigo, oh valiente guerrero!


13 Y Gedeón le respondió:


—¡Oh, señor mío! Si el SEÑOR está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado diciendo: “¿No nos sacó el SEÑOR de Egipto?”. Ahora el SEÑOR nos ha desamparado y nos ha entregado en mano de los madianitas.


14 El SEÑOR lo miró y le dijo:


—Ve con esta tu fuerza y libra a Israel de mano de los madianitas. ¿No te envío yo?


15 Entonces le respondió:


—¡Oh, Señor mío![a]. ¿Con qué podré yo librar a Israel? He aquí que mi familia es la más insignificante de Manasés, y yo soy el más pequeño en la casa de mi padre.


16 Pero el SEÑOR le dijo:


—Ciertamente yo estaré contigo, y tú derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.


17 Y él le respondió:


—Si he hallado gracia ante tus ojos, dame, por favor, una señal de que eres tú el que hablas conmigo. 18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que yo vuelva a ti y traiga mi presente y lo ponga delante de ti.


Él respondió:


—Yo me quedaré hasta que vuelvas.


19 Gedeón entró, y preparó un cabrito y panes sin levadura de veinte kilos de harina. Puso la carne en una canasta y puso el caldo en una olla; luego se los trajo y se los presentó debajo de la encina.


20 Y el ángel de Dios le dijo:


—Toma la carne y los panes sin levadura; ponlos sobre esta peña y vierte el caldo.


Él lo hizo así. 21 Entonces el ángel del SEÑOR extendió el cayado que tenía en la mano, y con la punta tocó la carne y los panes sin levadura, y subió fuego de la peña, que consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel del SEÑOR desapareció de su vista.


22 Dándose cuenta Gedeón de que era el ángel del SEÑOR, exclamó:


—¡Ay, SEÑOR Dios[b]! ¡Pues he visto cara a cara al ángel del SEÑOR!


23 El SEÑOR le dijo:


—La paz sea contigo. No temas; no morirás.


24 Entonces Gedeón edificó allí un altar al SEÑOR, y lo llamó el SEÑOR-shalom[c]. Este permanece hasta el día de hoy en Ofra de los abiezeritas.

Gedeón contiende con Baal


25 Aconteció aquella misma noche que el SEÑOR le dijo:


—Toma un toro del hato que pertenece a tu padre y un segundo toro de siete años. Luego derriba el altar de Baal que tiene tu padre, y corta el árbol ritual de Asera que está junto a él. 26 Edifica ordenadamente un altar al SEÑOR tu Dios en la cumbre de este peñasco. Luego toma el segundo toro y sacrifícalo en holocausto sobre la leña del árbol ritual de Asera que habrás cortado.


27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el SEÑOR le había dicho. Pero sucedió que temiendo hacerlo de día, por causa de la casa de su padre y de los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.


28 Cuando por la mañana se levantaron los hombres de la ciudad, he aquí que el altar de Baal había sido derribado, el árbol ritual de Asera que estaba junto a él había sido cortado, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado. 29 Entonces se preguntaban unos a otros:


—¿Quién ha hecho esto?


Cuando indagaron y buscaron, dijeron:


—Gedeón hijo de Joás ha hecho esto.


Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás:


30 —Saca fuera a tu hijo, para que muera; porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado el árbol ritual de Asera que estaba junto a él.


31 Joás respondió a todos los que estaban frente a él:


—¿Contenderán ustedes por Baal? ¿Ustedes lo defenderán? ¡El que contienda por Baal, que muera antes de mañana! Si es un dios, que contienda por sí mismo, porque alguien ha derribado su altar.


32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, que quiere decir: “Que Baal contienda con él”, por cuanto derribó su altar.

Gedeón prueba a Dios con el vellón


33 Todos los madianitas, los amalequitas y los hijos del oriente se reunieron, y cruzando el río acamparon en el valle de Jezreel. 34 Entonces Gedeón fue investido por el Espíritu del SEÑOR. Él tocó la corneta, y los de Abiezer acudieron para ir tras él. 35 Envió mensajeros por todo Manasés, y los de Manasés también acudieron para ir tras él. Asimismo, envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales subieron a su encuentro. 36 Pero Gedeón dijo a Dios:


—Si has de librar a Israel por mi mano como has dicho, 37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era. Si el rocío está solo en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi mano como has dicho.


38 Y aconteció así. Cuando se levantó muy de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, una taza llena de agua. 39 Pero Gedeón dijo a Dios:


—No se encienda tu ira contra mí; permite que hable una vez más. Solo probaré una vez más con el vellón: Por favor, que solo el vellón quede seco y que el rocío esté sobre todo el suelo.


40 Y Dios lo hizo así aquella noche. Sucedió que solo el vellón quedó seco y que el rocío estuvo sobre todo el suelo.

Footnotes


Jueces 6:15 Según algunos mss.; TM, ¡Oh, Señor!

Jueces 6:22 Lit., Señor YHWH.

Jueces 6:24 Significa el SEÑOR es paz.

DAB Español, Jueves 25 de Abril, Filipenses 02

En capítulo 2 de Filipenses, Pablo les ruega, en 4 maneras, que tengan unidad en la fe, y les da los pasos exactos, prácticos, y bíblicos, para lograrla, terminando con el ejemplo de Jesús, que no sólo se humilló para hacerse hombre, sino también, se humilló aún más al morir en la cruz por nosotros.









Wednesday, April 24, 2024

DAB Español, Jueves 25 de Abril

Día 116, DAB Español, Jueves 25 de Abril


Jueces 4:1-5:31; Lucas 22:35-54; Salmos 94; Proverbios 14:3-4 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








Jueces 4-5

Reina Valera Actualizada

Débora, juez en Israel


4 Después de la muerte de Ehud, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR. 2 Entonces el SEÑOR los abandonó en mano de Jabín, rey de Canaán, el cual reinaba en Hazor. El jefe de su ejército era Sísara, y habitaba en Haroset-goím.


3 Los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, porque aquel tenía novecientos carros de hierro y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel durante veinte años.


4 En aquel tiempo gobernaba a Israel Débora, profetisa, esposa de Lapidot. 5 Ella solía sentarse debajo de la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín. Y los hijos de Israel acudían a ella para juicio.


6 Entonces ella mandó llamar a Barac hijo de Abinoam, de Quedes de Neftalí, y le dijo:


—¿No te ha mandado el SEÑOR Dios de Israel, diciendo: “Ve, toma contigo a diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón, reúnelos en el monte Tabor, 7 y yo atraeré hacia ti, al arroyo de Quisón, a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carros y su multitud, y lo entregaré en tu mano”?


8 Barac le respondió:


—Si tú vas conmigo, yo iré. Pero si no vas conmigo, no iré.


9 Ella le dijo:


—¡Ciertamente iré contigo! Solo que no será tuya la gloria, por la manera en que te comportas; porque en manos de una mujer entregará el SEÑOR a Sísara.


Débora se levantó y fue con Barac a Quedes. 10 Entonces Barac convocó a Zabulón y a Neftalí en Quedes, y lo siguieron diez mil hombres. Y Débora fue con él.


11 Heber el queneo se había apartado de los queneos descendientes de Hobab, suegro de Moisés, y había ido instalando sus tiendas hasta la encina de Zaananim, que está junto a Quedes.

La derrota del ejército de Sísara


12 Cuando comunicaron a Sísara que Barac hijo de Abinoam había subido al monte Tabor, 13 Sísara reunió todos sus carros, novecientos carros de hierro, con todo el pueblo que estaba con él, desde Haroset-goím hasta el arroyo de Quisón.


14 Entonces Débora dijo a Barac:


—¡Levántate, porque este es el día en que el SEÑOR ha entregado a Sísara en tu mano! ¿No ha salido el SEÑOR delante de ti?


Barac descendió del monte Tabor con los diez mil hombres detrás de él. 15 Y el SEÑOR desbarató a filo de espada a Sísara con todos sus carros y todo su ejército, delante de Barac. Sísara mismo se bajó del carro y huyó a pie. 16 Entonces Barac persiguió los carros y al ejército hasta Haroset-goím. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno.

La muerte de Sísara


17 Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el queneo, porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el queneo. 18 Jael salió para recibir a Sísara y le dijo:


—¡Ven, señor mío! Ven a mí; no tengas temor.


Él entró en la tienda con ella, y ella lo cubrió con una manta. 19 Y él le dijo:


—Por favor, dame un poco de agua, porque tengo sed.


Ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y lo volvió a cubrir. 20 Entonces él le dijo:


—Quédate a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta diciendo: “¿Hay alguno aquí?”, responderás que no.


21 Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda, y tomando un mazo en su mano fue a él silenciosamente y le metió la estaca por las sienes, clavándola en la tierra, mientras él estaba profundamente dormido y agotado. Así murió.


22 Y he aquí que cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro y le dijo:


—Ven, y te mostraré al hombre que buscas.


Él entró con ella, y he aquí que Sísara yacía muerto con la estaca clavada en su sien. 23 Así sometió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel. 24 Y la mano de los hijos de Israel comenzó a endurecerse más y más contra Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

El cántico de Débora


5 Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:


2 “Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel,


por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente,

¡bendigan al SEÑOR!


3 “Oigan, oh reyes; escuchen,


oh gobernantes:

Yo cantaré al SEÑOR;

cantaré salmos al SEÑOR Dios de Israel.


4 “Oh SEÑOR, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde el campo


de Edom, la tierra tembló;

también los cielos gotearon

y las nubes gotearon agua.


5 Los montes temblaron delante del SEÑOR;


aquel Sinaí, delante del SEÑOR Dios de Israel.


6 “En los días de Samgar hijo de Anat,


en los días de Jael,

cesaron las caravanas

y los caminantes se apartaban

por sendas retorcidas.


7 Quedaron abandonadas las aldeas[a]


en Israel;

quedaron abandonadas hasta que yo, Débora, me levanté.

¡Me levanté como madre en Israel!


8 “Cuando escogían dioses nuevos,


la guerra estaba a las puertas;

y no se veía ni lanza ni escudo

entre cuarenta mil en Israel.


9 ¡Mi corazón está con los jefes de Israel! Los que voluntariamente


se ofrecieron entre el pueblo:

¡Bendigan al SEÑOR!


10 “Los que cabalgan sobre asnas blancas, los que se sientan sobre tapices


y los que van por el camino, consideren


11 la voz de los que cantan junto


a los abrevaderos,

donde recitan los justos hechos del SEÑOR,

los justos hechos de sus aldeanos que moran a campo abierto en Israel. Entonces descendió a las puertas

el pueblo del SEÑOR.


12 “¡Despierta, despierta, oh Débora!


¡Despierta, despierta!

¡Entona un cántico!

¡Levántate, oh Barac!

¡Lleva tus cautivos, oh hijo de Abinoam!


13 Entonces descendió el remanente


de los poderosos,

y el pueblo del SEÑOR vino a mí con los valientes.


14 “De Efraín vinieron algunos cuyas


raíces estaban en Amalec;

detrás viniste tú, oh Benjamín, con tu pueblo;

de Maquir descendieron los jefes;

de Zabulón vinieron los que llevan

la vara de mando.


15 Los jefes de Isacar fueron con Débora. Así como Barac, también fue Isacar.


Fue traído tras él en el valle.


“En las divisiones de Rubén


hubo grandes deliberaciones

del corazón.


16 ¿Por qué te recostaste entre las alforjas para escuchar los balidos de los rebaños? ¡En las divisiones de Rubén


hubo grandes deliberaciones del corazón!


17 “Galaad se quedó al otro lado del Jordán.


Y Dan, ¿por qué se quedó junto

a los navíos?

También Aser se mantuvo

en la costa del mar,

y se quedó habitando en sus bahías.


18 “Zabulón es el pueblo


que expuso su vida hasta la muerte;

Neftalí también, en las alturas del campo.


19 “Vinieron los reyes y combatieron;


entonces combatieron los reyes

de Canaán

en Taanac, junto a las aguas de Meguido, ¡pero no se llevaron botín de plata!


20 “Desde los cielos combatieron


las estrellas;

desde sus órbitas combatieron contra Sísara.


21 El torrente de Quisón los arrastró,


el antiguo torrente, el torrente

de Quisón.

¡Marcha, oh alma mía, con poder!


22 Entonces resonaron los cascos


de los caballos,

por el continuo galope de sus corceles.


23 “‘¡Maldigan a Meroz!’,


dijo el ángel del SEÑOR.

‘Maldigan severamente a sus moradores porque no vinieron en ayuda del SEÑOR, en ayuda del SEÑOR con los valientes’.


24 “¡Bendita entre las mujeres sea Jael,


mujer de Heber el queneo.

Sea bendita entre las mujeres que habitan en tiendas.


25 Él pidió agua, y ella le dio leche;


en taza de nobles le sirvió nata.


26 Con su mano tomó la estaca,


y con su derecha el mazo de obrero.

Golpeó a Sísara, machacó su cabeza, perforó y atravesó su sien.


27 A los pies de ella se encorvó y cayó;


quedó tendido.

A los pies de ella se encorvó y cayó.

Donde se encorvó, allí cayó extenuado.


28 “La madre de Sísara se asoma


a la ventana,

y mirando por la celosía dice a gritos: ‘¿Por qué tarda su carro en venir?

¿Por qué se detienen las ruedas

de sus carros?’.


29 Las más sabias de sus damas


le responden,

y ella se repite a sí misma las palabras:


30 ‘¿No habrán capturado botín?


¿No lo estarán repartiendo?

Para cada hombre una joven o dos;

un botín de ropas de colores para Sísara; un botín de bordados de colores,

bordados por ambos lados,

para mi cuello… ¡Qué botín!’.


31 “¡Perezcan así todos tus enemigos,


oh SEÑOR!

Pero los que te aman sean como el sol cuando se levanta en su poderío”.


Y la tierra reposó durante cuarenta años.

Footnotes


Jueces 5:7 Según algunos mss.; TM, los aldeanos.


DAB Español, Sábado 27 de Abril

Día 118, DAB Español, Sábado 27 de Abril Jueces 7:1-8:16; Lucas 23:11-43; Salmos 97-98; Proverbios 14:7-8 (Reina Valera Actualizada (RVA-201...