Monday, April 1, 2024

DAB Español, Martes 02 de Abril

Día 093, DAB Español, Martes 02 de Abril


Deuteronomio 21:1-22:30; Lucas 9:51-10:12; Salmos 74; Proverbios 12:11 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))








Deuteronomio 21-22

La Palabra (Hispanoamérica)

Casos especiales de asesinato (Dt 17,8-12; Mt 27,24)


21 Si en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar en posesión se encuentra un cuerpo tendido en el campo y no se sabe quién lo mató, 2 tus ancianos y tus jueces irán a medir las distancias que hay entre el cadáver y las ciudades de alrededor. 3 Medida la distancia, los ancianos de la ciudad más cercana al cadáver tomarán una becerra que no haya trabajado todavía ni llevado yugo, 4 la llevarán hasta algún valle donde no se haya nunca arado ni sembrado, y donde haya un arroyo que siempre lleve agua, y allí, junto al arroyo, la desnucarán. 5 Se acercarán entonces los sacerdotes levitas, ya que a ellos los eligió el Señor tu Dios para que estén a su servicio y bendigan en nombre del Señor; a ellos corresponde también dictar sentencia en pleitos y casos de violencia. 6 Luego, todos los ancianos de la ciudad más próxima al lugar donde se encontró el cadáver lavarán sus manos en el torrente, sobre la becerra desnucada, 7 y declararán: “Nuestras manos no derramaron esta sangre, nuestros ojos nada vieron. 8 Perdona a tu pueblo Israel, al que tú rescataste; no le hagas responsable de la muerte de un inocente”. Y quedarán absueltos de la sangre derramada. 9 Así te quitarás de encima la responsabilidad por la sangre inocente, y habrás hecho lo que agrada al Señor.

Matrimonio con prisioneras de guerra


10 Cuando vayas a la guerra contra tus enemigos y el Señor tu Dios los entregue en tus manos, si haces prisioneros 11 y ves entre ellos alguna mujer hermosa, te enamoras de ella y quieres tomarla por esposa, 12 la llevarás a tu casa y harás que se rape la cabeza, se corte las uñas, 13 se deshaga de su ropa de cautiva y se aposente en tu casa. Después de que haya llorado a su padre y a su madre durante un mes entero, podrás unirte a ella; serás su marido y ella será tu mujer. 14 Si luego ella deja de gustarte, permitirás que se marche si lo desea, pero no podrás venderla por dinero ni tratarla como a una esclava después de haberla humillado.

El derecho de primogenitura


15 Si un hombre que tiene dos mujeres ama a una más que a la otra, pero ambas le dan hijos y el primogénito es el hijo de la mujer que no ama, 16 cuando aquel hombre haga el reparto de la herencia entre los hijos, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la mujer a quien ama, en perjuicio del verdadero primogénito, el hijo de la mujer menos querida. 17 Tendrá que reconocer a este, al hijo de la mujer menos querida, como el primogénito y darle dos tercios de todos sus bienes, porque él es el primer fruto de su virilidad y a él le corresponde el derecho de primogenitura.

Hijos rebeldes


18 Si uno tiene un hijo conflictivo y rebelde que no obedece a sus padres, y ni aun castigándolo hacen que obedezca, 19 su padre y su madre lo llevarán a la puerta de la ciudad, lo presentarán ante los ancianos 20 y les dirán: “Este hijo nuestro es conflictivo y rebelde, no nos obedece, es pendenciero y borracho”. 21 Entonces todos los hombres de la ciudad lo lapidarán hasta que muera. Así extirparás el mal de en medio de ti y todo Israel, al enterarse, sentirá temor.

Leyes diversas


22 Si alguien, por ser culpable de un delito, es condenado a muerte y lo ejecutan colgándolo de un árbol, 23 su cuerpo no deberá dejarse allí toda la noche, sino que tendrá que ser enterrado el mismo día, porque el que muere colgado de un árbol es maldito de Dios, y tú no debes convertir en impura la tierra que el Señor, tu Dios, te da en heredad.


22 Si ves el buey o la oveja de tu hermano extraviados, no te desentiendas; ve a devolvérselos. 2 Si resulta que el dueño no vive cerca o no sabes quién es, encierra el animal en tu corral y tenlo allí hasta que el dueño venga a reclamártelo; entonces se lo devolverás. 3 Lo mismo harás si se trata de su asno, su manto o cualquier cosa que tu hermano haya perdido y que tú encuentres. No te hagas el desentendido. 4 Si ves caídos en el camino el asno o el buey de tu hermano, no te hagas el desentendido; ayúdale a levantarlos.


5 La mujer no debe usar ropas de hombre ni el hombre ropas de mujer, porque el que hace tal cosa es abominable para el Señor tu Dios.


6 Si mientras vas caminando te encuentras en un árbol o en el suelo un nido de pájaros con polluelos o con huevos y la madre está echada encima de ellos, no te quedes con la madre y los polluelos; 7 deja volar a la madre y quédate con los polluelos. Así serás dichoso y tendrás una larga vida.


8 Si construyes una casa nueva, pon barandillas en la azotea; así evitarás que tu familia sea responsable de la muerte del que pueda caer desde allí.


9 No siembres tu viñedo con dos tipos de plantas, no sea que todo quede consagrado a Dios: tanto el fruto de la vid como lo otro que sembraste.


10 No uncirás asno con buey para arar.


11 No te harás vestidos de paño tejido con lana e hilo juntamente.


12 Ponle borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubres.

Leyes relativas a las relaciones sexuales


13 Si un hombre se casa con una mujer y, después de acostarse con ella, le toma aversión, 14 la calumnia y la difama alegando: “Me casé con esta mujer y al acostarme con ella he descubierto que no era virgen”, 15 entonces el padre y la madre de la muchacha tomarán las pruebas de su virginidad y las presentarán ante los ancianos, a la puerta de la ciudad. 16 El padre de la muchacha declarará delante de ellos: “Yo entregué a mi hija a este hombre para que fuera su esposa, pero él le ha tomado aversión, 17 y ahora la calumnia diciendo que ha descubierto que no era virgen. ¡Esta es la prueba de que sí lo era!”. A continuación sus padres mostrarán la sábana nupcial ante los ancianos de la ciudad, 18 que apresarán al hombre y lo castigarán. 19 Además, por haber difamado a una virgen israelita, le impondrán una multa de cien siclos de plata, que darán al padre de la muchacha. Ella continuará siendo su mujer y, mientras viva, no podrá repudiarla.


20 Pero si la acusación resulta verdadera y, en efecto, la muchacha no era virgen, 21 la sacarán a la puerta de la casa paterna y los hombres de la ciudad la apedrearán hasta que muera, por haber cometido una acción infame en Israel deshonrando la casa paterna. Así extirparás el mal de en medio de ti.


22 Si un hombre es sorprendido acostado con una mujer casada, los dos morirán, tanto la mujer como el hombre que se acostó con ella. Así extirparás el mal de Israel.


23 Si un hombre encuentra en una ciudad a una muchacha virgen, prometida con otro hombre, y se acuesta con ella, 24 llevarán a ambos a la puerta de la ciudad y les darán muerte a pedradas: a la muchacha, porque dentro de la ciudad no pidió socorro y al hombre por haber violado a la mujer de otro. Así extirparás el mal de en medio de ti.


25 Pero si es en el campo donde el hombre encontró a la muchacha prometida y se acuesta con ella por la fuerza, sólo ha de morir el hombre que se acostó con ella. 26 A la muchacha no le harás nada, porque no ha cometido ningún delito que merezca la muerte. Se trata de un caso semejante al de uno que ataca a otro y lo mata; 27 en efecto, el hombre encontró a la muchacha prometida en el campo y, aunque ella gritó pidiendo socorro, nadie acudió a defenderla.


28 En el caso de que un hombre encuentre a una muchacha virgen que no está prometida, y se acuesta con ella por la fuerza, si son sorprendidos, 29 el hombre que se acostó con ella dará al padre de la muchacha cincuenta siclos de plata y tendrá que casarse con ella por haberla violado, y no podrá repudiarla en toda su vida.


Lucas 9:51-10:12

La Palabra (Hispanoamérica)

IV.— CAMINO HACIA JERUSALÉN (9,51—19,28)

Los samaritanos rechazan a Jesús


51 Cuando ya iba acercándose el tiempo de su Pascua, Jesús tomó la firme decisión de dirigirse a Jerusalén. 52 Envió por delante mensajeros que entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. 53 Pero como Jesús se dirigía a Jerusalén, los samaritanos se negaron a recibirlo. 54 Al ver esto, los discípulos Santiago y Juan dijeron:


— Señor, ¿ordenamos que descienda fuego del cielo y los destruya?


55 Pero Jesús, encarándose con ellos, los reprendió con severidad.


56 Y se fueron a otra aldea.

Condiciones del discipulado (Mt 8,19-22)


57 Mientras iban de camino, dijo uno a Jesús:


— Estoy dispuesto a seguirte adondequiera que vayas.


58 Jesús le contestó:


— Las zorras tienen guaridas y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza.


59 A otro le dijo:


— Sígueme.


A lo que respondió el interpelado:


— Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.


60 Jesús le contestó:


— Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú dedícate a anunciar el reino de Dios.


61 Otro le dijo también:


— Estoy dispuesto a seguirte, Señor, pero permíteme que primero me despida de los míos.


62 Jesús le contestó:


— Nadie que ponga su mano en el arado y mire atrás es apto para el reino de Dios.

Los setenta y dos enviados (Mt 9,37)


10 Después de esto, el Señor escogió también a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de él a todos los pueblos y lugares a donde él pensaba ir. 2 Les dijo:


— La mies es mucha, pero son pocos los obreros. Por eso, pídanle al dueño de la mies que mande obreros a su mies. 3 ¡Póngase en marcha! Yo los envío como corderos en medio de lobos. 4 No lleven monedero, zurrón, ni calzado; y no se detengan tampoco a saludar a nadie en el camino. 5 Cuando entren en alguna casa, digan primero: “Paz a esta casa”. 6 Si los que viven allí son gente de paz, la paz del saludo quedará con ellos; si no lo son, la paz se volverá a ustedes. 7 Quédense en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el que trabaja tiene derecho a su salario. No vayan de casa en casa. 8 Cuando lleguen a un pueblo donde los reciban con agrado, coman lo que les ofrezcan. 9 Curen a los enfermos que haya en él y anuncien: “El reino de Dios está cerca de ustedes”. 10 Pero si entran en un pueblo donde se nieguen a recibirlos, recorran sus calles diciendo: 11 “¡Hasta el polvo de este pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos contra ustedes! Sin embargo, sepan que el reino de Dios ya está cerca”. 12 Les digo que, en el día del juicio, los habitantes de Sodoma serán tratados con más clemencia que los de ese pueblo.


Salmos 74

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 74 (73)

Defiende tu causa, Señor


74 Poema de Asaf.

¿Por qué, Dios, nos has abandonado para siempre

y tu ira se ha encendido contra tu rebaño?

2

Recuerda a la comunidad que antaño adquiriste,

a la tribu que rescataste como heredad tuya,

a este monte Sión donde tú habitas.

3

Encamina tus pasos hacia las ruinas eternas:

el enemigo ha devastado todo en el santuario.

4

Tus rivales rugían en medio de tu asamblea,

levantaban como señal de victoria sus estandartes.

5

Aparecieron como quien blande

un hacha en un bosque espeso;

6

con hachas y martillos

destrozaron los bajorrelieves;

7

prendieron fuego a tu santuario,

profanaron la morada de tu nombre.

8

Pensaron: “¡Destruyámoslos de una vez!”.

Y quemaron las moradas de Dios en la tierra.

9

No tenemos bandera, no queda un profeta

y nadie entre nosotros sabe cuánto durará.

10

¿Hasta cuándo, oh Dios, blasfemará el rival?

¿Difamará siempre tu nombre el enemigo?

11

¿Por qué está inactiva tu mano

y tu diestra reposa en tu regazo?

12

Dios es mi rey desde antiguo,

mi salvador en medio de la tierra.

13

Tú dividiste el mar con poder,

rompiste la cabeza de los monstruos marinos;

14

destrozaste las cabezas de Leviatán,

lo diste como pasto a una jauría de alimañas.

15

Tú hiciste fluir manantiales y arroyos,

secaste los ríos de corrientes sin fin.

16

Tuyo es el día, tuya la noche;

tú creaste la luna y el sol,

17

fijaste los límites de la tierra,

verano e invierno tú formaste.

18

Recuerda, Señor, que el enemigo te ha injuriado,

que un pueblo miserable difama tu nombre.

19

¡No arrojes a las fieras la vida de tu tórtola,

no olvides jamás la vida de tus humildes!

20

Dirige tu mirada a la alianza,

pues hasta los últimos rincones del país

están repletos de violencia.

21

Que el oprimido no regrese avergonzado,

que el humilde y el pobre alaben tu nombre.

22

Oh Dios, ponte en acción, defiende tu causa,

recuerda que sin cesar te ofende el insensato.

23

No olvides el clamor de tu adversario,

el grito de tus rivales que no para de crecer.


Proverbios 12:11

La Palabra (Hispanoamérica)


11

Quien cultiva su tierra se harta de pan,

quien persigue quimeras es un insensato.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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