Friday, August 31, 2018

DAB Español, Sábado 1 de Septiembre

Día 244, DAB Español, Sábado 1 de Septiembre

Job 40:1-42:17; 2 Corintios 5:11-21; Salmos 45; Proverbios 22:14 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))






Job 40-42 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
40 Además respondió Jehová a Job y dijo:

2 «¿Es sabiduría contender con el Omnipotente?
¡Responda a esto el que disputa con Dios!»

3 Entonces respondió Job a Jehová y dijo:

4 «Yo soy vil, ¿qué te responderé?
¡Me tapo la boca con la mano!
5 Una vez hablé, mas no replicaré más;
aun dos veces, mas no volveré a hablar.»

Manifestaciones del poder de Dios
6 Respondió Jehová a Job desde el torbellino y dijo:

7 «Ahora cíñete la cintura como un hombre:
yo te preguntaré y tú me contestarás.
8 ¿Invalidarás tú también mi juicio?
¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?
9 ¿Tienes tú un brazo como el de Dios?
¿Truena tu voz como la suya?

10 »Adórnate ahora de majestad y alteza,
vístete de honra y hermosura.
11 Derrama el ardor de tu ira;
mira a todo altivo y abátelo.
12 Mira a todo soberbio y humíllalo,
y destruye a los impíos dondequiera que estén.
13 Entiérralos a todos en el polvo,
encierra sus rostros en la oscuridad.
14 Entonces yo también declararé
que tu diestra puede salvarte.

15 »Ahí está el behemot: yo lo creé, lo mismo que a ti.
Come hierba, como el buey.
16 Su fuerza está en sus lomos;
su vigor, en los músculos de su vientre.
17 Mueve su cola semejante al cedro,
y los nervios de sus muslos están entretejidos.
18 Sus huesos son fuertes como el bronce
y sus miembros como barras de hierro.

19 ȃl es el primero entre las obras de Dios,
y sólo el que lo hizo puede acercar a él la espada.
20 Ciertamente para él producen hierba los montes,
donde retozan las bestias del campo.
21 Se acuesta a la sombra
en lo oculto de las cañas y de los lugares húmedos.
22 Los árboles lo cubren con su sombra;
los sauces del arroyo lo rodean.
23 Aun cuando el río se salga de madre, él no se inmuta;
permanece tranquilo aunque todo un Jordán se estrelle contra su boca.
24 ¿Quién podrá atraparlo mientras él vigila?
¿Quién le perforará la nariz?

41 ¿Pescarás tú al leviatán con un anzuelo
o sujetándole la lengua con una cuerda?
2 ¿Le pondrías una soga en las narices?
¿Perforarías con un garfio su quijada?
3 ¿Multiplicará ruegos él delante de ti?
¿Te hablará con palabras lisonjeras?
4 ¿Hará un pacto contigo
para que lo tomes por esclavo para siempre?
5 ¿Jugarás con él como con un pájaro?
¿Lo atarás para tus niñas?
6 ¿Harán banquete con él los compañeros?
¿Lo repartirán entre los mercaderes?
7 ¿Cortarás tú con cuchillo su piel,
o con arpón de pescadores su cabeza?
8 Pon tu mano sobre él:
recordarás luego la lucha y no volverás a hacerlo.
9 En cuanto a él, toda esperanza queda burlada,
porque aun a su sola vista la gente se desmaya.
10 Y nadie hay tan osado que lo despierte;
¿quién podrá permanecer delante de mí?
11 Porque ¿quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya?
¡Todo lo que hay debajo del cielo es mío!

12 »No guardaré silencio sobre sus miembros,
ni sobre sus fuerzas y la gracia de su disposición.
13 ¿Quién levantará la cubierta que lo reviste?
¿Quién se acercará a su doble coraza?
14 ¿Quién abrirá la puerta de sus fauces?
¡Las hileras de sus dientes espantan!
15 Su espalda está cubierta de fuertes escudos,
soldados estrechamente entre sí.
16 El uno se junta con el otro
de modo que el viento no pasa entre ellos.
17 Unido está el uno con el otro,
trabados entre sí, no se pueden separar.
18 Cuando estornuda, lanza relámpagos;
sus ojos son como los párpados del alba.
19 De su boca salen llamaradas;
centellas de fuego brotan de ella.
20 De sus narices sale humo,
como de una olla o caldero que hierve.
21 Su aliento enciende los carbones;
de su boca salen llamas.
22 En su cerviz está su fuerza,
y delante de él cunde el desaliento.
23 Aun las partes más tiernas de su carne están endurecidas,
son firmes en él, no se mueven.
24 Firme es como una piedra su corazón,
fuerte como la piedra de un molino.
25 Cuando se levanta, los fuertes tienen temor
y retroceden a causa de su desfallecimiento.
26 Aunque la espada lo alcance, no se le clavará;
ni tampoco la lanza, el dardo o la jabalina.
27 Para él, el hierro es como paja
y el bronce como madera podrida.
28 La saeta no lo hace huir
y las piedras de honda le son como paja.
29 Toda arma le es como hojarasca
y se burla del silbido de la jabalina.
30 Por debajo tiene escamas puntiagudas
que imprimen su huella en el barro.
31 Hace hervir como una olla las aguas profundas
y las vuelve como una olla de ungüento.
32 En pos de sí resplandece su estela,
hasta parecer cano el abismo.
33 No hay en la tierra quien se le asemeje;
es un animal hecho exento de temor.
34 Menosprecia toda arrogancia
y es rey sobre toda otra fiera.»

Job reconoce la sabiduría de Dios
42 Respondió Job a Jehová y dijo:

2 «Yo reconozco que todo lo puedes
y que no hay pensamiento que te sea oculto.
3 “¿Quién es el que, falto de entendimiento, oscurece el consejo?”
Así hablaba yo, y nada entendía;
eran cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
4 Escucha, te ruego, y hablaré.
Te preguntaré y tú me enseñarás.
5 De oídas te conocía,
mas ahora mis ojos te ven.
6 Por eso me aborrezco
y me arrepiento en polvo y ceniza».

7 Aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz, el temanita: «Mi ira se ha encendido contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job. 8 Ahora, pues, tomad siete becerros y siete carneros, id a mi siervo Job y ofreced holocausto por vosotros. Mi siervo Job orará por vosotros y yo de cierto lo atenderé para no trataros con afrenta por no haber hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job.»

9 Fueron, pues, Elifaz, el temanita, Bildad, el suhita, y Zofar, el naamatita, e hicieron como Jehová les había dicho. Y Jehová aceptó la oración de Job.

Nueva prosperidad de Job
10 Cuando Job hubo orado por sus amigos, Jehová le quitó la aflicción; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. 11 Todos sus hermanos, todas sus hermanas y todos los que antes lo habían conocido vinieron a él y comieron pan con él en su casa. Se condolieron de él, lo consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él y cada uno le dio una moneda de plata y un anillo de oro.

12 Jehová bendijo el postrer estado de Job más que el primero, porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. 13 También tuvo siete hijos y tres hijas. 14 A la primera le puso por nombre Jemima; a la segunda, Cesia, y a la tercera, Keren-hapuc. 15 Y no había en toda la tierra mujeres tan hermosas como las hijas de Job, a las que su padre dio herencia entre sus hermanos.

16 Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. 17 Job murió muy anciano, colmado de días.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

2 Corintios 5:11-21 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
El ministerio de la reconciliación
11 Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos, y espero que también lo sea a vuestras conciencias. 12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón. 13 Si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros. 14 El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación: 19 Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Salmos 45 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Cántico de las bodas del rey
Al músico principal; sobre «Lirios». Masquil de los hijos de Coré. Canción de amores
45 Rebosa mi corazón palabra buena;
dirijo al rey mi canto;
mi lengua es pluma de escribiente muy diestro.

2 Eres el más hermoso de los hijos de los hombres;
la gracia se ha derramado en tus labios;
por tanto, Dios te ha bendecido para siempre.
3 Ciñe tu espada sobre el muslo, valiente,
con tu gloria y majestad.
4 En tu gloria sé prosperado;
cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia.
Tu diestra te enseñará cosas que asombran;
5 tus saetas agudas, con que caerán pueblos debajo de ti,
penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.

6 Tu trono, Dios, es eterno y para siempre;
cetro de justicia es el cetro de tu reino.
7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad;
por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría
más que a tus compañeros.
8 Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos;
desde palacios de marfil te recrean.
9 Hijas de reyes están entre tus ilustres;
está la reina a tu diestra con oro de Ofir.

10 ¡Oye, hija, mira e inclina tu oído!
olvida tu pueblo y la casa de tu padre,
11 y deseará el rey tu hermosura.
Inclínate delante de él, porque él es tu señor.
12 Y las hijas de Tiro vendrán con presentes;
implorarán tu favor los ricos del pueblo.

13 Toda gloriosa es la hija del rey en su morada;
de brocado de oro es su vestido.
14 Con vestidos bordados será llevada al rey;
vírgenes irán en pos de ella,
sus compañeras serán traídas a ti.
15 Serán traídas con alegría y gozo;
entrarán en el palacio del rey.

16 En lugar de tus padres serán tus hijos,
a quienes harás príncipes en toda la tierra.
17 Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones,
por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Proverbios 22:14 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
14 Fosa profunda es la boca de la mujer extraña,
y en ella caerá el que provoque la ira de Jehová.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies


Thursday, August 30, 2018

DAB Español, Viernes 31 de Agosto

Día 243, DAB Español, Viernes 31 de Agosto

Job 37:1-39:30; 2 Corintios 4:13-5:10; Salmos 44:9-26; Proverbios 22:13 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))






Job 37-39 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
37 »Por eso también se estremece mi corazón
y salta de su sitio.
2 Oíd atentamente el fragor de su voz,
el estruendo que sale de su boca.
3 Por debajo de todos los cielos lo dirige,
y su luz alcanza los confines de la tierra.
4 Después de ella suena un bramido:
truena él con voz majestuosa.
Se oye el trueno, y no lo detiene.
5 Truena Dios maravillosamente con su voz.
Hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.
6 Porque le dice a la nieve: “¡Cae sobre la tierra!”,
y también a la llovizna y a los aguaceros torrenciales.
7 Así hace que el hombre se retire,
para que todos los mortales reconozcan su obra.
8 Las fieras entran en sus guaridas
y permanecen en sus moradas.
9 Del sur viene el torbellino,
y el frío, de los vientos del norte.
10 Por el soplo de Dios llega el hielo
y la extensión de las aguas se congela.
11 Él llena de humedad la densa nube;
y con la luz desvanece la niebla.
12 Asimismo, conforme a sus designios, las nubes giran en derredor,
para hacer sobre la faz del mundo,
en la tierra, lo que él les mande.
13 Él las hará venir, unas veces como castigo,
otras a causa de la tierra
y otras por misericordia.

14 »Escucha esto, Job;
detente y considera las maravillas de Dios.
15 ¿Sabes tú cómo Dios las pone en concierto
y hace resplandecer la luz de su nube?
16 ¿Has conocido tú las diferencias de las nubes,
las maravillas del que es perfecto en sabiduría?
17 ¿Por qué están calientes tus vestidos
cuando él sosiega la tierra con el viento del sur?
18 ¿Extendiste tú con él los cielos,
firmes como un espejo fundido?
19 Muéstranos qué le hemos de decir,
porque nosotros no podemos ordenar las ideas a causa de la oscuridad.
20 ¿Precisa él que le cuenten lo que yo digo,
o que le informen de lo que dice el hombre?

21 »Ahora no se puede mirar la luz resplandeciente de los cielos,
pero luego que pasa el viento y los limpia,
22 llega de la parte del norte la dorada claridad:
¡la terrible majestad que hay en Dios!
23 Él es el Todopoderoso, grande en poder, al cual no alcanzamos,
que a nadie oprime en juicio y en su gran justicia.
24 Lo temen por tanto los hombres,
pero él no estima a ninguno que en su propio corazón se cree sabio.»

Jehová responde a todos los discursos
38 Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino y dijo:

2 «¿Quién es ése que oscurece el consejo
con palabras sin sabiduría?
3 Ahora cíñete la cintura como un hombre:
yo te preguntaré y tú me contestarás.

4 »¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
¡Házmelo saber, si tienes inteligencia!
5 ¿Quién dispuso sus medidas, si es que lo sabes?
¿O quién tendió sobre ella la cuerda de medir?
6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases?
¿O quién puso su piedra angular,
7 cuando alababan juntas todas las estrellas del alba
y se regocijaban todos los hijos de Dios?

8 »¿Quién encerró con puertas el mar,
cuando se derramaba saliéndose de su seno,
9 cuando yo le puse nubes por vestidura
y oscuridad por faja?
10 Yo establecí para él los límites;
le puse puertas y cerrojo,
11 y dije: “Hasta aquí llegarás y no pasarás adelante;
ahí parará el orgullo de tus olas.”
12 ¿Has dado órdenes a la mañana alguna vez en tu vida?
¿Le has mostrado al alba su lugar,
13 para que ocupe los confines de la tierra
y sean sacudidos de ella los malvados?
14 Ella cambia luego de aspecto como el barro bajo el sello,
y toma el aspecto de una vestidura;
15 mas la luz les es quitada a los malvados
y el brazo enaltecido es quebrantado.

16 »¿Has penetrado tú hasta las fuentes del mar
y has caminado escudriñando el abismo?
17 ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte
y has visto las puertas de la sombra de muerte?
18 ¿Has considerado tú la extensión de la tierra?
¡Declara si sabes todo esto!

19 »¿Dónde está el camino que conduce a la morada de la luz?
¿Y dónde está el lugar de las tinieblas,
20 para que las lleves a sus límites
y conozcas las sendas de su casa?
21 ¡Quizá tú lo sabes, puesto que entonces ya habías nacido
y es grande el número de tus días!

22 »¿Has penetrado tú hasta los depósitos de la nieve?
¿Has visto los depósitos del granizo,
23 que tengo reservados para el tiempo de angustia,
para el día de la guerra y de la batalla?
24 ¿Por qué camino se difunde la luz
y se esparce el viento del este sobre la tierra?

25 »¿Quién le abrió un cauce al turbión
y un camino a los relámpagos y a los truenos,
26 haciendo llover sobre la tierra deshabitada,
sobre el desierto, donde no vive ningún ser humano,
27 para saciar la tierra desierta y sin cultivo
y para hacer que brote la tierna hierba?

28 »¿Tiene padre la lluvia?
¿Quién engendró las gotas del rocío?
29 ¿De qué vientre salió el hielo?
Y la escarcha del cielo, ¿quién la dio a luz?
30 Las aguas se endurecen como piedra
y se congela la faz del abismo.

31 »¿Podrás tú anudar los lazos de las Pléyades?
¿Desatarás las ligaduras de Orión?
32 ¿Haces salir a su tiempo las constelaciones de los cielos?
¿Guías a la Osa Mayor con sus hijos?
33 ¿Conoces las leyes de los cielos?
¿Dispones tú su dominio en la tierra?

34 »¿Puedes alzar tu voz a las nubes
para que te cubra gran cantidad de agua?
35 ¿Envías tú los relámpagos, para que ellos vayan,
o para que te digan: “Aquí estamos”?
36 ¿Quién puso la sabiduría en el corazón?
¿Quién dio inteligencia al espíritu?
37 ¿Quién cuenta con sabiduría lo que hay en los cielos?
Y los odres de los cielos, ¿quién hace que se inclinen,
38 cuando el polvo se ha endurecido
y los terrones se han pegado unos con otros?

39 »¿Cazarás tú la presa para el león?
¿Saciarás el hambre de sus cachorros,
40 cuando están echados en sus guaridas
o se ponen al acecho en la espesura?
41 ¿Quién le prepara al cuervo su alimento,
cuando sus polluelos claman a Dios
y andan errantes por falta de comida?

39 ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses?
¿Has mirado tú cuando las ciervas están pariendo?
2 ¿Has contado tú los meses de su preñez
y sabes el tiempo cuando han de parir?
3 Se encorvan, hacen salir a sus hijos
y pasan sus dolores.
4 Sus hijos se robustecen y crecen con el pasto;
luego se van y ya no regresan.

5 »¿Quién dio libertad al asno montés?
¿Quién soltó sus ataduras?
6 Yo le di por casa el desierto,
puse su morada en lugares estériles.
7 Él se burla del bullicio de la ciudad
y no oye las voces del arriero.
8 En lo escondido de los montes está su pasto
y anda buscando toda cosa verde.

9 »¿Querrá el búfalo servirte a ti
o quedarse en tu pesebre?
10 ¿Atarás tú al búfalo con coyunda para abrir el surco?
¿Irá en pos de ti labrando los valles?
11 ¿Confiarás en él porque es grande su fuerza?
¿Le encomendarías tu labor?
12 ¿Lo dejarías recoger el grano
y juntarlo en tu era?

13 »¿Le has dado tú al pavo real sus hermosas alas,
o sus alas y plumas al avestruz?
14 Éste desampara en la tierra sus huevos,
los calienta sobre el polvo
15 y olvida que el pie los puede pisar
y que una fiera del campo puede aplastarlos.
16 Es duro para con sus crías, como si no fueran suyas,
y no teme que su trabajo haya sido en vano,
17 porque Dios lo privó de sabiduría
y no le dio inteligencia.
18 Sin embargo, en cuanto se levanta para correr,
se burla del caballo y de su jinete.

19 »¿Le das tú su fuerza al caballo?
¿Cubres tú su cuello de crines ondulantes?
20 ¿Lo harás temblar tú como a una langosta?
El resoplido de su nariz es formidable.
21 Escarba la tierra, se alegra en su fuerza
y sale al encuentro de las armas.
22 Hace burla del miedo; no teme
ni vuelve el rostro delante de la espada.
23 Sobre él resuenan la aljaba,
el hierro de la lanza y de la jabalina;
24 pero él, con ímpetu y furor, escarba la tierra
y no lo detiene ni el sonar de la trompeta;
25 más bien, en medio de los clarines parece decir: “¡Ea!”
Desde lejos huele la batalla,
el grito de los capitanes y el vocerío.

26 »¿Acaso por tu sabiduría vuela el gavilán
y extiende hacia el sur sus alas?
27 ¿Se remonta el águila por tu mandato
y pone en alto su nido?
28 Ella habita y mora en la peña,
en la cumbre del peñasco y de la roca.
29 Desde allí acecha la presa
que sus ojos observan desde muy lejos.
30 Sus polluelos chupan la sangre;
donde haya cadáveres, allí está ella.»

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

2 Corintios 4:13-5:10 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: «Creí, por lo cual hablé», nosotros también creemos, por lo cual también hablamos. 14 Y sabemos que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15 Todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.

16 Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día, 17 pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

5 Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna, en los cielos. 2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial, 3 pues así seremos hallados vestidos y no desnudos. 4 Asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia, pues no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5 Pero el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado el Espíritu como garantía.

6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque por fe andamos, no por vista). 8 Pero estamos confiados, y más aún queremos estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor. 9 Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables, 10 porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Salmos 44:9-26 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
9 Pero nos has desechado, nos has hecho avergonzar,
y ya no sales con nuestros ejércitos.
10 Nos hiciste retroceder delante del enemigo
y nos saquean para sí los que nos aborrecen.
11 Nos entregas como ovejas al matadero
y nos has esparcido entre las naciones.
12 Has vendido a tu pueblo de balde;
¡no exigiste ningún precio!

13 Nos has hecho objeto de afrenta de nuestros vecinos;
nos pones por escarnio y por burla de los que nos rodean.
14 Nos pusiste por proverbio entre las naciones;
todos al vernos menean la cabeza.
15 Cada día mi vergüenza está delante de mí
y la confusión cubre mi rostro
16 por la voz del que me vitupera y me deshonra,
por razón del enemigo y del vengativo.

17 Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti
ni hemos faltado a tu pacto.
18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón
ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos,
19 para que nos arrojaras al lugar de los chacales
y nos cubrieras con la sombra de la muerte.

20 Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Dios
o alzado nuestras manos hacia un dios ajeno,
21 ¿no lo descubriría Dios?,
pues él conoce los secretos del corazón.
22 Pero por causa de ti nos matan cada día;
somos contados como ovejas para el matadero.

23 ¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor?
¡Despierta! No te alejes para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu rostro,
y te olvidas de nuestra aflicción y de la opresión nuestra?
25 Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo
y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra,
26 ¡levántate para ayudarnos
y redímenos por causa de tu misericordia!

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Proverbios 22:13 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
13 Dice el perezoso: «Ahí fuera hay un león:
me matará en la calle».

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
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DAB Español, Sábado 27 de Abril

Día 118, DAB Español, Sábado 27 de Abril Jueces 7:1-8:16; Lucas 23:11-43; Salmos 97-98; Proverbios 14:7-8 (Reina Valera Actualizada (RVA-201...