Día 236, DAB Español, Viernes 24 de Agosto
Job 12:1-15:35; 1 Corintios 15:29-58; Salmos 39; Proverbios 21:30-31 (Dios Habla Hoy (DHH))
Job
12-15 Dios Habla Hoy (DHH)
Job
12 ¡No hay duda de que ustedes son la voz del pueblo,
y de que cuando mueran no habrá más sabiduría!
3 Pero también yo tengo entendimiento,
y en nada soy inferior a ustedes.
¿Quién no sabe todo esto?
4 Aunque soy inocente e intachable,
y en otro tiempo Dios oía mis súplicas,
mis amigos se ríen de mí.
5 El que está seguro desprecia al infeliz;
no le importa empujar al que está a punto de caer.
6 Los bandidos tienen paz en sus hogares;
los que ofenden a Dios viven tranquilos,
pensando que lo tienen en un puño.
7 Pregunta a las bestias o a las aves:
ellas te pueden enseñar.
8 También a la tierra y a los peces del mar
puedes pedirles que te instruyan.
9 ¿Hay alguien todavía que no sepa
que Dios lo hizo todo con su mano?
10 En su mano está la vida
de todo ser viviente.
11 El oído distingue las palabras,
igual que el paladar reconoce los sabores.
12 Los ancianos tienen sabiduría;
la edad les ha dado entendimiento.
13 Pero Dios es sabio y poderoso;
él hace planes, y los lleva a cabo.
14 Lo que Dios destruye, nadie lo puede reconstruir;
al que Dios encierra, nadie lo puede libertar.
15 Si él retiene la lluvia, todo se seca;
si le da salida, se inunda la tierra.
16 Su poder le da siempre la victoria.
Sujetos a él están el engañado y el que engaña.
17 Él hace que los sabios pierdan su inteligencia
y que los jueces se vuelvan locos.
18 Deja sin autoridad a los reyes
y los hace ir cautivos y desnudos.
19 Quita a los sacerdotes de su oficio
y derroca a los que están en el poder.
20 A los consejeros de confianza deja sin palabra
y quita el buen juicio a los ancianos.
21 Hace que los señores queden sin honra
y que los fuertes pierdan su fuerza.
22 Da a conocer los secretos más ocultos
y saca a la luz las cosas más oscuras.
23 Él engrandece y destruye a las naciones,
las dispersa y las reúne.
24 Quita la inteligencia a los jefes de un país
y los hace perderse en un desierto sin camino,
25 donde andan a tientas en la oscuridad,
tambaleándose como borrachos.
13 Todo esto lo he visto con mis propios ojos,
lo he escuchado con mis propios oídos.
2 Lo que ustedes saben, también yo lo sé;
en nada soy inferior a ustedes.
3 Pero prefiero hablar con Dios,
prefiero discutir con el Todopoderoso.
4 Ustedes cubren la verdad con sus mentiras;
son médicos que a nadie curan.
5 ¡Si al menos guardaran ustedes silencio,
podrían pasar por personas sabias!
6 Escuchen, por favor, con atención,
mientras yo expongo mis razones.
7 ¿Creen acaso que defienden a Dios con sus mentiras,
y que le hacen un servicio con palabras engañosas?
8 Ustedes se han puesto de su parte
y quieren defender su causa,
9 pero, ¿qué pasará si Dios los examina?
¿Podrán ustedes engañarlo como a un hombre?
10 Si con disimulo se ponen de su parte,
él los reprenderá duramente.
11 La grandeza de Dios
los llenará de espanto y de terror.
12 Sus anticuados argumentos son puro polvo;
es como querer defenderse con murallas de barro.
13 Y ahora, ¡cállense, que voy a hablar,
páseme lo que me pase!
14 Voy a arriesgar mi vida,
voy a jugarme el todo por el todo.
15 Aunque él me mate, me mantendré firme,
con tal de presentarle mi defensa cara a cara.
16 Quizá en eso esté mi salvación,
pues un malvado no entraría hasta su presencia.
17 Escuchen, pues, con atención
la exposición que voy a hacerles.
18 Voy a presentar mi defensa,
y sé que tengo la razón.
19 Si alguien tiene de qué acusarme,
yo guardaré silencio y moriré.
20 Concédeme sólo dos cosas, oh Dios,
y no me esconderé de ti:
21 Deja ya de castigarme
y no me hagas sentir tanto miedo.
22 Llámame, y yo te responderé;
o yo hablaré primero, y tú me responderás.
23 Dime, ¿cuáles son mis pecados y delitos?
¿Cuáles
son mis crímenes?
24
¿Por qué te escondes de mí?
¿Por
qué me tratas como a un enemigo?
25
Soy como una hoja al viento,
¿por
qué quieres destruirme?
No
soy más que paja seca,
¿por
qué me persigues?
26
Traes amargas acusaciones contra mí;
me
pides cuentas de las faltas de mi juventud.
27
Me pones cadenas en los pies,
vigilas
todos mis pasos
y
examinas todas mis pisadas.
28
Me voy deshaciendo, como algo podrido,
como
ropa que se come la polilla.
14
El hombre, nacido de mujer,
tiene
una vida corta y llena de zozobras.
2 Es
como una flor que se abre y luego se marchita;
pasa
y desaparece como una sombra.
3 ¿Y
en este hombre has puesto los ojos,
y
contra él quieres entablar un juicio?
4 No
hay nadie que pueda sacar
pureza
de la impureza.
5 Si
tú eres quien determina
cuánto
ha de vivir el hombre,
y le
pones un límite que no puede pasar,
6
aparta de él tus ojos y déjalo en paz;
¡déjalo
disfrutar de su vida de asalariado!
7
Cuando se corta un árbol,
queda
aún la esperanza de que retoñe
y de
que jamás le falten renuevos.
8
Aunque ya esté vieja la raíz
y el
tronco se esté pudriendo en el suelo,
9 al
sentir la frescura del agua, reverdecerá;
echará
ramas como una planta tierna.
10
En cambio, el hombre muere sin remedio;
y al
morir, ¿a dónde va?
11
El agua del mar podrá evaporarse,
y
los ríos quedarse secos;
12
pero mientras el cielo exista,
el
hombre no se levantará de su tumba,
no
despertará de su sueño.
13
¡Ojalá me escondieras en el reino de la muerte
mientras
pasa tu ira,
y
fijaras un plazo para acordarte de mí!
14
Si un hombre muere, ¿volverá a vivir?
Yo
esperaría todo el tiempo que durara mi servicio
hasta
que viniera el alivio de mis penas.
15
Tú me llamarías, y yo te respondería;
me
mirarías con afecto, pues eres mi creador.
16
Si ahora vigilas cada uno de mis pasos,
entonces
no te fijarías en mis pecados;
17
echarías mis faltas al olvido
y me
limpiarías de mis delitos.
18
Aun las montañas acaban por derrumbarse,
y
los peñascos por cambiar de sitio.
19
Así como el agua desgasta la piedra
y
las lluvias arrastran el polvo del suelo,
así
destruyes tú la esperanza del hombre.
20
Lo derrotas para siempre, lo echas de su tierra,
y él
se va desfigurado.
21
Si sus hijos alcanzan honores, él no se entera;
si
caen en desgracia, él no se da cuenta;
22
sólo siente los dolores de su propio cuerpo,
el
sufrimiento de su propio ser.
Segunda
serie de diálogos
Elifaz
15
El que es sabio no responde con palabras huecas
ni
se hincha con razones que sólo son viento;
3 no
habla sólo por hablar
ni
usa argumentos sin valor.
4
Pero tú acabas con la reverencia a Dios:
¡destruyes
la devoción sincera!
5 Tu
mala conciencia hace que hables así
y
que uses palabras engañosas.
6 No
hace falta que yo te acuse,
pues
tu propia boca te condena.
7
¿Piensas que antes de ti no hubo ningún hombre,
y
que ni siquiera existían las montañas?
8
¿Acaso te crees el consejero privado de Dios,
o el
único sabio del mundo?
9
¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos?
¿Qué
conoces tú que nosotros ignoremos?
10
¡Nosotros somos gente ya madura,
con
más experiencia que tu propio padre!
11
¿No te basta con que Dios mismo te consuele
y
con que te hablemos suavemente?
12
¿Por qué te dejas llevar de la pasión
y
echas chispas por los ojos?
13
¿Por qué te enfureces contra Dios
y
das rienda suelta a tus protestas?
14
No hay hombre que sea puro
ni
que esté libre de culpa.
15
Si ni aun los ángeles merecen toda su confianza,
si
ni siquiera el cielo es puro a sus ojos,
16
¡mucho menos el hombre, corrompido y despreciable,
que
hace el mal como quien bebe agua!
17 Escúchame, pues te voy a decir
algo
que sé por experiencia,
18
algo que los sabios nos enseñan.
Ellos
lo aprendieron de sus antepasados,
19 a
quienes fue dada la tierra
y
entre quienes no hubo mezcla de extranjeros.
20
La vida del hombre malvado y violento
es
corta y llena de tormentos.
21
Oye ruidos que lo asustan;
cuando
más seguro está, lo asaltan los ladrones.
22
No tiene esperanza de escapar de la oscuridad:
¡un
puñal está en espera de matarlo!
23
Su cadáver servirá de alimento a los buitres;
él
sabe que su ruina es inevitable.
24
La oscuridad lo llenará de terror,
y lo
asaltarán la angustia y la desgracia,
como
cuando un rey ataca en la batalla.
25
Esto le pasa al que levanta su mano contra Dios,
al
que se atreve a desafiar al Todopoderoso,
26
al que, protegido con un escudo,
se
lanza en forma insolente contra Dios.
27
Llenos de grasa tiene
la
cara y los costados.
28
Las ciudades donde viva quedarán en ruinas;
las
casas quedarán abandonadas
y
convertidas en un montón de escombros.
29
No será rico por mucho tiempo,
ni
se extenderán sus posesiones en la tierra.
30
No podrá escapar de las tinieblas.
Será
como una planta cuyos retoños quema el fuego
o
cuyas flores arranca el viento.
31
Que no confíe tontamente en el engaño,
pues
no logrará más que ser engañado.
32
Antes de tiempo se marchitarán sus ramas
y no
volverán a reverdecer.
33
Será como una vid cuyas uvas no maduran,
como
un olivo cuyas flores se caen.
34
Los impíos no tendrán descendencia,
y
sus casas, enriquecidas con soborno,
arderán
en el fuego.
35
Están preñados de maldad y dan a luz desdicha;
el
fruto que producen es el engaño.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
1
Corintios 15:29-58 Dios Habla Hoy (DHH)
29
De otra manera, los que se bautizan por los muertos, ¿para qué lo harían? Si
los muertos no resucitan, ¿para qué bautizarse por ellos? 30 ¿Y por qué estamos
nosotros en peligro a todas horas? 31 Porque, hermanos, todos los días estoy en
peligro de muerte. Esto es tan cierto como la satisfacción que siento por
ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor. 32 Si yo, al luchar con las fieras en
Éfeso, lo hubiera hecho por razones humanas, ¿qué habría ganado con eso? Si es
verdad que los muertos no resucitan, entonces, como algunos dicen: «¡Comamos y
bebamos, que mañana moriremos!»
33
No se dejen engañar. Como alguien dijo: «Los malos compañeros echan a perder
las buenas costumbres.» 34 Vuelvan verdaderamente al buen juicio, y no pequen,
pues algunos de ustedes no conocen a Dios. Digo esto para que se avergüencen.
Cómo
resucitarán los muertos
35 Tal vez alguno preguntará: «¿Cómo resucitarán los
muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?» 36 ¡Vaya pregunta tonta! Cuando se
siembra, la semilla tiene que morir para que tome vida la planta. 37
Lo que se siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea
de trigo o de otra cosa. 38 Después Dios le da la forma que él quiere, y a cada
semilla le da el cuerpo que le corresponde. 39 No todos los cuerpos son
iguales; uno es el cuerpo del hombre, otro el de los animales, otro el de las
aves y otro el de los peces. 40 Del mismo modo, hay cuerpos celestes y cuerpos
terrestres; pero una es la hermosura de los cuerpos celestes y otra la
hermosura de los cuerpos terrestres. 41 El brillo del sol es diferente del
brillo de la luna y del brillo de las estrellas; y aun entre las estrellas, el
brillo de una es diferente del de otra.
42
Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es
corruptible; lo que resucita es incorruptible. 43 Lo que se entierra es
despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que
resucita es fuerte. 44 Lo que se entierra es un cuerpo material; lo que
resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo material, también hay cuerpo
espiritual.
45
Así dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser
viviente»; pero el último Adán se convirtió en espíritu que da vida. 46 Sin
embargo, lo espiritual no es primero, sino lo material; después lo espiritual.
47 El primer hombre, hecho de tierra, era de la tierra; el segundo hombre es
del cielo. 48 Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra; y
los del cielo son como aquel que es del cielo. 49 Así como nos parecemos al
hombre hecho de tierra, así también nos pareceremos a aquel que es del cielo.
50 Quiero decirles, hermanos, que lo puramente material no puede tener parte en
el reino de Dios, y que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible.
51
Pero quiero que conozcan el designio secreto de Dios: No todos moriremos, pero
todos seremos transformados 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos,
cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta, y los
muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos
transformados. 53 Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo
incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad. 54 Y
cuando nuestra naturaleza corruptible se haya revestido de lo incorruptible, y
cuando nuestro cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, se cumplirá lo
que dice la Escritura: «La muerte ha sido devorada por la victoria. 55 ¿Dónde
está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» 56 El aguijón
de la muerte es el pecado, y el pecado ejerce su poder por la ley. 57 ¡Pero
gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
58
Por lo tanto, mis queridos hermanos, sigan firmes y constantes, trabajando
siempre más y más en la obra del Señor; porque ustedes saben que no es en vano
el trabajo que hacen en unión con el Señor.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
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Salmos
39 Dios Habla Hoy (DHH)
La
vida es breve
(1)
Del maestro de coro. De Jedutún. Salmo de David.
39
(2) Yo había prometido cuidar mi conducta,
y no
pecar con mi lengua,
y
ponerle un freno a mis labios
mientras
hubiera malvados delante de mí.
2 (3) Y me hacía el mudo: no decía nada.
¡Ni siquiera hablaba de lo bueno!
Pero mi dolor iba en aumento;
3 (4) ¡el corazón me ardía en el pecho!
Pensando en ello, un fuego se encendió dentro de mí,
y dije entonces con voz fuerte:
4 (5) «Señor, hazme saber qué fin tendré
y cuánto tiempo voy a vivir,
para que comprenda cuán breve es mi vida.
5 (6) Me has dado una vida muy corta;
no
es nada mi vida delante de ti.
¡Todo
hombre dura lo que un suspiro!
6
(7) ¡Todo hombre pasa como una sombra!
De
nada le sirve amontonar riquezas,
pues
no sabe quién se quedará con ellas.
7
(8) Y así, Señor, ¿qué puedo ya esperar?
¡Mi
esperanza está en ti!
8
(9) Líbrame de mis pecados;
no
dejes que los necios se burlen de mí.
9
(10) »Me hice el mudo y no abrí la boca,
porque
tú eres el que actúa.
10
(11) Aparta de mí tus golpes;
estoy
acabado por los golpes de tu brazo.
11
(12) Tú corriges al hombre castigando su maldad,
y
reduces a polvo lo que más ama.
¡Todo
hombre es un suspiro!
12
(13) »Señor, escucha mi oración,
¡presta
oído a mis lamentos!,
¡no
te quedes callado ante mis lágrimas!
Yo
soy para ti un extranjero,
un
ave de paso, como mis antepasados.
13
(14) Deja ya de mirarme, dame un momento de respiro,
antes
que me vaya y deje de existir.»
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Habla Hoy (DHH)
Dios
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Proverbios
21:30-31 Dios Habla Hoy (DHH)
30
Ante el Señor no hay sabiduría que valga,
ni
inteligencia ni buenas ideas.
31
El hombre prepara el caballo para entrar en batalla,
pero
el Señor es quien da la victoria.
Dios
Habla Hoy (DHH)
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