Día 216, DAB Español, Sábado 4 de Agosto
2 Crónicas 35:1-36:23; 1 Corintios 1:1-17; Salmos 27:1-7; Proverbios 20:20-21 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
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Crónicas 35-36 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Josías celebra la Pascua
35 Josías anunció que se celebraría la Pascua del
Señor en Jerusalén, y entonces se sacrificó el cordero de la Pascua el día
catorce del primer mes.[a] 2 Josías también asignó a los sacerdotes sus
responsabilidades y los animó en su trabajo en el templo del Señor. 3 Dio esta
orden a los levitas, quienes debían enseñar a todo Israel y quienes habían sido
apartados para servir al Señor: «Pongan el arca sagrada en el templo que
construyó Salomón, hijo de David, rey de Israel. Ustedes ya no tienen que
seguir cargándola de un sitio a otro sobre sus hombros. Ahora dediquen su
tiempo a servir al Señor su Dios y a su pueblo Israel. 4 Preséntense para su
turno según las divisiones de familia de sus antepasados, de acuerdo con las
instrucciones del rey David de Israel y las de su hijo Salomón.
5 »Luego preséntense en el santuario, en el lugar
designado para su respectiva división de familia, y ayuden a las familias que
les hayan sido asignadas cuando estas traigan sus ofrendas al templo. 6 Maten
los corderos de la Pascua, purifíquense y prepárense para ayudar a los que
lleguen. Sigan todas las instrucciones que el Señor dio por medio de Moisés».
7 Después Josías proveyó treinta mil corderos y
cabritos para las ofrendas de la Pascua del pueblo, junto con tres mil cabezas
de ganado; todos eran de los rebaños y de las manadas del rey. 8 Los
funcionarios del rey también hicieron contribuciones voluntarias al pueblo, a
los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, administradores del
templo de Dios, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientos corderos y cabritos
y trescientas cabezas de ganado como ofrendas de la Pascua. 9 Los jefes de los
levitas —Conanías y sus hermanos Semaías y Natanael, al igual que Hasabías,
Jeiel y Josabad— dieron cinco mil corderos y cabritos, y quinientas cabezas de
ganado a los levitas para sus ofrendas de la Pascua.
10 Cuando todo estaba listo para la celebración de la
Pascua, los sacerdotes y los levitas ocuparon sus lugares, organizados según
sus divisiones, tal como el rey lo había ordenado. 11 Luego los levitas mataron
los corderos de la Pascua y presentaron la sangre a los sacerdotes, quienes la
rociaron sobre el altar mientras los levitas preparaban los animales. 12
Repartieron las ofrendas quemadas entre la gente de acuerdo a sus grupos de
familia, para que las ofrecieran al Señor según estaba establecido en el libro
de Moisés. Hicieron lo mismo con el ganado. 13 Luego asaron los corderos de la
Pascua como estaba establecido. Hirvieron las ofrendas sagradas en ollas,
calderos y sartenes, y las llevaron rápidamente a la gente para que comiera.
14 Después los levitas prepararon las ofrendas de la
Pascua para sí mismos y para los sacerdotes, descendientes de Aarón, porque los
sacerdotes habían estado ocupados desde la mañana hasta la noche presentando
las ofrendas quemadas y las porciones de grasa. Los levitas se hicieron cargo
de todos estos preparativos.
15 Los músicos, descendientes de Asaf, estaban en sus
lugares asignados y seguían las órdenes que les habían dado David, Asaf, Hemán
y Jedutún, vidente del rey. Los porteros cuidaban las puertas y no era
necesario que se alejaran de sus puestos de servicio porque sus hermanos
levitas les preparaban sus ofrendas de la Pascua.
16 Toda la ceremonia de la Pascua del Señor se terminó
en ese día. Todas las ofrendas quemadas fueron sacrificadas en el altar del
Señor, como lo había ordenado el rey Josías. 17 Todos los israelitas que
estaban presentes en Jerusalén celebraron la Pascua y el Festival de los Panes
sin Levadura durante siete días. 18 Desde los tiempos del profeta Samuel no se
había celebrado una Pascua semejante. Ninguno de los reyes de Israel jamás
había celebrado la Pascua como lo hizo Josías, porque hizo participar a todos
los sacerdotes y levitas, a todo el pueblo de Jerusalén y a la gente de todo
Judá e Israel. 19 Esta Pascua se celebró en el año dieciocho del reinado de
Josías.
Josías muere en batalla
20 Después de que Josías terminó de restaurar el
templo, Necao, rey de Egipto, dirigió a su ejército desde Egipto, para hacer la
guerra en Carquemis, junto al río Éufrates. Entonces Josías y su ejército
salieron a enfrentarlo;[b] 21 pero el rey Necao envió mensajeros a Josías con
el siguiente mensaje:
«¿Qué quieres de mí, rey de Judá? ¡No tengo nada
contra ti! ¡Voy de camino a pelear contra otra nación, y Dios me ha dicho que
me apresure! No interfieras con Dios, quien está conmigo, o él te destruirá».
22 Sin embargo, Josías se negó a escuchar a Necao, a
quien Dios realmente le había hablado, y no quiso regresar. En cambio, se
disfrazó y dirigió al ejército en la batalla, en la llanura de Meguido. 23
Entonces los arqueros enemigos hirieron al rey Josías con sus flechas y el rey
gritó a sus hombres: «¡Sáquenme de la batalla, porque estoy gravemente
herido!».
24 Así que sacaron a Josías de su carro de guerra y lo
pusieron en otro. Luego lo regresaron a Jerusalén, donde murió. Lo enterraron
allí, en el cementerio de los reyes, y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por
él. 25 El profeta Jeremías compuso cantos fúnebres en honor de Josías, y hasta
el día de hoy los coros siguen entonando estos tristes cantos acerca de su
muerte. Estos cantos de duelo se han convertido en una tradición y están
registrados en El libro de los lamentos.
26 Los demás acontecimientos del reinado de Josías y
sus actos de devoción (realizados según lo que estaba escrito en la ley del
Señor), 27 desde el principio hasta el fin, están registrados en El libro de
los reyes de Israel y de Judá.
Joacaz gobierna sobre Judá
36 Entonces la gente de la nación tomó a Joacaz, hijo
de Josías, y lo proclamó el siguiente rey en Jerusalén.
2 Joacaz tenía veintitrés años cuando subió al trono y
reinó en Jerusalén tres meses.
3 Luego fue quitado por el rey de Egipto, quien exigió
que Judá pagara un tributo de tres mil cuatrocientos kilos de plata, y treinta
y cuatro kilos de oro.[c]
Joacim gobierna sobre Judá
4 El rey de Egipto puso en el trono a Eliaquim,
hermano de Joacaz, para que fuera el siguiente rey de Judá y de Jerusalén, y le
cambió el nombre a Joacim. Después Necao se llevó a Joacaz a Egipto como
prisionero.
5 Joacim tenía veinticinco años cuando subió al trono
y reinó en Jerusalén once años. Él hizo lo malo a los ojos del Señor su Dios.
6 Luego el rey Nabucodonosor de Babilonia fue a
Jerusalén y la conquistó, sujetó a Joacim con cadenas de bronce y lo llevó a
Babilonia. 7 Nabucodonosor también se llevó algunos de los tesoros del templo
del Señor y los colocó en su palacio[d] en Babilonia.
8 Los demás acontecimientos del reinado de Joacim,
incluidas todas las maldades que cometió y todo lo que se descubrió en su
contra, están registrados en El libro de los reyes de Israel y de Judá. Después
su hijo Joaquín ocupó su lugar en el trono.
Joaquín gobierna sobre Judá
9 Joaquín tenía dieciocho[e] años cuando subió al
trono y reinó en Jerusalén tres meses y diez días. Joaquín hizo lo malo a los
ojos del Señor.
10 En la primavera de ese año,[f] el rey Nabucodonosor
llevó a Joaquín a Babilonia. En esa ocasión, también se llevaron muchos tesoros
del templo del Señor. Nabucodonosor puso en el trono a Sedequías, tío[g] de
Joaquín, para que fuera el siguiente rey de Judá y de Jerusalén.
Sedequías gobierna sobre Judá
11 Sedequías tenía veintiún años cuando subió al trono
y reinó en Jerusalén once años. 12 Sin embargo, Sedequías hizo lo malo a los
ojos del Señor su Dios y se negó a humillarse cuando el profeta Jeremías le
habló directamente de parte del Señor. 13 También se rebeló contra el rey
Nabucodonosor, a pesar de que había hecho un juramento de lealtad en nombre de
Dios. Sedequías era un hombre duro y terco, y rehusó volverse al Señor, Dios de
Israel.
14 Asimismo, todos los jefes de los sacerdotes y el
pueblo se volvieron cada vez más infieles. Siguieron todas las prácticas
paganas de las naciones vecinas y profanaron el templo del Señor que había sido
consagrado en Jerusalén.
15 Repetidas veces el Señor, Dios de sus antepasados,
envió a sus profetas para advertirles, porque tenía compasión de su pueblo y de
su templo. 16 Sin embargo, el pueblo se mofaba de estos mensajeros de Dios y
despreciaba sus palabras. Se burlaron con desprecio de los profetas hasta que
el enojo del Señor no pudo ser contenido y ya no se podía hacer nada.
Caída de Jerusalén
17 Entonces el Señor mandó al rey de Babilonia contra
ellos. Los babilonios[h] mataron a los hombres jóvenes de Judá, y los
persiguieron incluso dentro del templo. No tuvieron compasión de la gente, y
mataron tanto a los jóvenes como a las muchachas, a los ancianos y a los
débiles. Dios los entregó a todos en manos de Nabucodonosor. 18 El rey se llevó
a Babilonia todos los objetos, grandes y pequeños, que se usaban en el templo
de Dios, y los tesoros tanto del templo del Señor como del palacio del rey y de
sus funcionarios. 19 Luego su ejército quemó el templo de Dios, derribó las
murallas de Jerusalén, incendió todos los palacios y destruyó por completo todo
lo que había de valor.[i] 20 Se llevaron desterrados a Babilonia a los pocos
sobrevivientes, y se convirtieron en sirvientes del rey y sus hijos hasta que
el reino de Persia llegó al poder.
21 Así se cumplió el mensaje del Señor anunciado por
medio de Jeremías. La tierra finalmente disfrutó de su tiempo de descanso, y
quedó desolada hasta que se cumplieron los setenta años, tal como el profeta
había dicho.
Ciro permite el regreso de los desterrados
22 En el primer año de Ciro, rey de Persia,[j] el
Señor cumplió la profecía que había dado por medio de Jeremías.[k] Movió el
corazón de Ciro a poner por escrito el siguiente edicto y enviarlo a todo el
reino:
23 «Esto dice Ciro, rey de Persia:
»“El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los
reinos de la tierra. Me encargó construirle un templo en Jerusalén, que está en
Judá. Cualquiera que pertenezca a su pueblo puede regresar para realizar esta
tarea, ¡y que el Señor su Dios esté con ustedes!”».
Footnotes:
35:1 En el antiguo calendario lunar hebreo, ese día fue
el 5 de abril del 622 a. C.
35:20 O Josías salió a encontrarlo.
36:3 En hebreo 100 talentos [7500 libras] de plata y 1
talento [75 libras] de oro.
36:7 O templo.
36:9 Así aparece en un manuscrito hebreo, en algunos
manuscritos griegos, y en la versión siríaca (ver también 2 Re 24:8); la
mayoría de los manuscritos hebreos dicen ocho.
36:10a En hebreo A comienzos del año. En el antiguo
calendario lunar hebreo, el primer día del año fue el 13 de abril del 597 a. C.
36:10b Igual que el texto paralelo en 2 Re 24:17; en
hebreo dice hermano o pariente.
36:17 O caldeos.
36:19 O destruyó por completo todos los objetos
valiosos del templo.
36:22a El primer año del reinado de Ciro en Babilonia
fue el año 538 a. C.
36:22b Ver Jr 25:11-12; 29:10.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Corintios 1:1-17 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Saludos de Pablo
1 Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser
un apóstol de Cristo Jesús, escribo esta carta junto con nuestro hermano
Sóstenes.
2 Va dirigida a la iglesia de Dios en Corinto,[a] a
ustedes que han sido llamados por Dios para ser su pueblo santo. Él los hizo
santos por medio de Cristo Jesús,[b] tal como lo hizo con todos los que en
todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de
nosotros.
3 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den
gracia y paz.
Pablo da gracias a Dios
4 Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes y por los
dones inmerecidos que les dio ahora que pertenecen a Cristo Jesús. 5 Por medio
de él, Dios ha enriquecido la iglesia de ustedes en todo sentido, con toda la
elocuencia y todo el conocimiento que tienen. 6 Eso confirma que es verdad lo
que les dije acerca de Cristo. 7 Ahora tienen todos los dones espirituales que
necesitan mientras esperan con anhelo el regreso de nuestro Señor Jesucristo. 8
Él los mantendrá firmes hasta el final, para que estén libres de toda culpa el
día que nuestro Señor Jesucristo vuelva. 9 Dios lo hará porque él es fiel para
hacer lo que dice y los ha invitado a que tengan comunión con su Hijo,
Jesucristo nuestro Señor.
Divisiones en la iglesia
10 Amados hermanos, les ruego por la autoridad de
nuestro Señor Jesucristo que vivan en armonía los unos con los otros. Que no
haya divisiones en la iglesia. Por el contrario, sean todos de un mismo
parecer, unidos en pensamiento y propósito. 11 Pues algunos de la casa de Cloé
me contaron de las peleas entre ustedes, mis amados hermanos. 12 Algunos de
ustedes dicen: «Yo soy seguidor de Pablo». Otros dicen: «Yo sigo a Apolos» o
«Yo sigo a Pedro[c]», o «Yo sigo únicamente a Cristo».
13 ¿Acaso Cristo está dividido en facciones? ¿Fui yo,
Pablo, crucificado por ustedes? ¿Fue alguno de ustedes bautizado en el nombre
de Pablo? ¡Por supuesto que no! 14 Agradezco a Dios que no bauticé a ninguno de
ustedes excepto a Crispo y a Gayo, 15 porque ahora nadie puede decir que fue
bautizado en mi nombre. 16 (Ah, sí, también bauticé a los de la casa de
Estéfanas, pero no recuerdo haber bautizado a nadie más). 17 Pues Cristo no me
envió a bautizar sino a predicar la Buena Noticia, y no con palabras
ingeniosas, por temor a que la cruz de Cristo perdiera su poder.
Footnotes:
1:2a Corinto era la capital de Acaya, la región sur de
la península griega.
1:2b O porque ustedes pertenecen a Cristo Jesús.
1:12 En griego Cefas.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Salmos
27:1-7 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Salmo 27
Salmo de David.
1 El Señor es mi luz y mi salvación,
entonces
¿por qué habría de temer?
El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro,
entonces
¿por qué habría de temblar?
2 Cuando los malvados vengan a devorarme,
cuando mis
enemigos y adversarios me ataquen,
tropezarán y
caerán.
3 Aunque un ejército poderoso me rodee,
mi corazón
no temerá.
Aunque me ataquen,
permaneceré
confiado.
4 Lo único que le pido al Señor
—lo que más
anhelo—
es vivir en la casa del Señor todos los días de mi
vida,
deleitándome
en la perfección del Señor
y meditando
dentro de su templo.
5 Pues él me ocultará allí cuando vengan dificultades;
me esconderá
en su santuario.
Me pondrá en
una roca alta donde nadie me alcanzará.
6 Entonces mantendré mi cabeza en alto,
por encima
de los enemigos que me rodean.
En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de
alegría,
y con música
cantaré y alabaré al Señor.
7 Escúchame cuando oro, oh Señor;
¡ten
misericordia y respóndeme!
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Proverbios
20:20-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)
20 Si insultas a tu padre o a tu madre,
se apagará
tu luz en la más densa oscuridad.
21 Una herencia que se obtiene demasiado temprano en
la vida
al final no
es de bendición.
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