Saturday, August 11, 2018

DAB Español, Domingo 12 de Agosto

Día 224, DAB Español, Domingo 12 de Agosto

Nehemías 3:15-5:13; 1 Corintios 7:25-40; Salmos 32; Proverbios 21:5-7 (Reina Valera 1977 (RVR1977))






Nehemías 3:15-5:13 Reina Valera 1977 (RVR1977)
15 Salum, hijo de Colhozé, gobernador de la región de Mizpá, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.

16 Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Betsur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes.

17 Tras él restauraron los levitas; Rehum, hijo de Baní, y junto a él restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keilá, por su región.

18 Después de él restauraron sus hermanos, Bavay hijo de Henadad, gobernador de la mitad de la región de Keilá.

19 Junto a él restauró Ézer hijo de Jesúa, gobernador de Mizpá, otro tramo frente a la subida de la armería de la esquina.

20 Después de él Baruc, hijo de Zabay, con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Elyasib sumo sacerdote.

21 Tras él restauró Meremot, hijo de Urías hijo de Hacós, otro tramo, desde la entrada de la casa de Elyasib hasta el extremo de la casa de Elyasib.

22 Después de él restauraron los sacerdotes, habitantes de la vega.

23 Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa.

24 Después de él restauró Binuy, hijo de Henadad, otro tramo, desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta la esquina.

25 Palal, hijo de Uzay, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después de él, Pedaías hijo de Parós.

26 Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía.

27 Después de ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel.

28 Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa.

29 Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta Oriental.

30 Tras él, Hananías, hijo de Selemías, y Hanún, hijo sexto de Salaf, restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, enfrente de su cámara.

31 Después de él restauró Malquiyá, hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina.

32 Y entre la sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes.

Precauciones contra los enemigos
4 Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos.

2 Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?

3 Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si sube una zorra lo derribará.

4 Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio.

5 No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban.

6 Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.

7 Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho;

8 y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.

9 Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.

10 Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.

11 Y nuestros enemigos dijeron: Que no se enteren ni se den cuenta hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.

12 Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volváis, ellos caerán sobre vosotros.

13 Entonces, por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos.

14 Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.

15 Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea.

16 Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá.

17 Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.

18 Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.

19 Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros.

20 En el lugar donde oigáis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.

21 Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.

22 También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, para servirnos de centinela durante la noche y trabajar durante el día.

23 Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.

Abolición de la usura
5 Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos.

2 Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir.

3 Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre.

4 Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas.

5 Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas están ya deshonradas, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros.

6 Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras.

7 Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea,

8 y les dije: Nosotros, según nuestras posibilidades, rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y nos los vendéis a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder.

9 Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No queréis caminar en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?

10 También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen.

11 Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y perdonadles la deuda del dinero, del grano, del vino y del aceite, que les habéis prestado.

12 Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto.

13 Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpla esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación: ¡Amén!, y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto.

Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia, realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la Versión Reina - Valera.

1 Corintios 7:25-40 Reina Valera 1977 (RVR1977)
25 En cuanto a las vírgenes, no tengo precepto del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

26 Tengo, pues, esto por bueno a causa del agobio inminente; que le irá bien al hombre en quedarse como está.

27 ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte.

28 Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quiero evitar.

29 Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es limitado; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen;

30 y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen;

31 y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.

32 Deseo, pues, que estéis sin congoja. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor;

33 pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer, y está dividido.

34 Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella se preocupa por las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

35 Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y para lo que facilita sin distracciones vuestro trato asiduo con el Señor.

36 Pero si alguno piensa que no se comporta decentemente con su hija doncella, si es de edad madura, y así debe hacerse, haga lo que quiera, no peca; que se casen.

37 Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su corazón guardar a su hija doncella, hace bien.

38 De manera que el que la da en casamiento hace bien, y el que no la da en casamiento hace mejor.

39 La mujer está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muere, es libre para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.

40 Pero a mi juicio, será más dichosa si se queda así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios.

Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia, realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la Versión Reina - Valera.

Salmos 32 Reina Valera 1977 (RVR1977)
La dicha del perdón
Salmo de David. Masquil.
32 Bienaventurado aquel a quien es perdonada su transgresión, y cubierto su pecado.
2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no imputa iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay doblez.

3 Mientras callé, se consumieron mis huesos
En mi gemir de todo el día.
4 Porque de día y de noche pesaba sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de estío.
Selah

5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
Selah

6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás.
Selah

8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se pueden dominar.

10 Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

Reina Valera 1977 (RVR1977)
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Proverbios 21:5-7 Reina Valera 1977 (RVR1977)
5 Los pensamientos del diligente ciertamente producen ganancia;
Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.
6 Amontonar tesoros con lengua mentirosa
Es vanidad pasajera de hombres que buscan la muerte.
7 La rapiña de los impíos los destruirá,
Por cuanto rehúsan practicar la equidad.

Reina Valera 1977 (RVR1977)
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