Wednesday, August 22, 2018

DAB Español, Jueves 23 de Agosto

Día 235, DAB Español, Jueves 23 de Agosto

Job 8:1-11:20; 1 Corintios 15:1-28; Salmos 38; Proverbios 21:28-29 (Dios Habla Hoy (DHH))






Job 8-11 Dios Habla Hoy (DHH)
Bildad
8 ¿Hasta cuándo vas a seguir hablando así,
hablando como un viento huracanado?
3 Dios, el Todopoderoso,
nunca tuerce la justicia ni el derecho.
4 Seguramente tus hijos pecaron contra Dios,
y él les dio el castigo merecido.
5 Busca a Dios, al Todopoderoso,
y pídele que tenga compasión de ti.
6 Si tú actúas con pureza y rectitud,
él velará por ti, y te dará
el hogar que justamente mereces.
7 La riqueza que tenías no será nada
comparada con lo que tendrás después.

8 Consulta a las generaciones pasadas,
aprende de la experiencia de los antiguos.
9 Nosotros somos apenas de ayer, y nada sabemos;
nuestros días en esta tierra pasan como una sombra.
10 Pero los antiguos podrán hablarte
y enseñarte muchas cosas.
11 El junco y el papiro
crecen sólo donde abunda el agua;
12 sin embargo, estando aún verdes y sin cortar,
se secan antes que otras hierbas.
13 Lo mismo pasa con los malvados,
con los que se olvidan de Dios:
sus esperanzas quedan frustradas.
14 Su confianza y su seguridad
son como el hilo de una telaraña.
15 Querrán agarrarse al hilo, y no resistirá;
o apoyarse en la telaraña, y no los soportará.
16 Los malvados son como verdes hierbas al sol,
que se extienden por todo el jardín;
17 enredan sus raíces entre las rocas
y se adhieren a las piedras,
18 pero si alguien las arranca de su sitio
nadie podrá saber que estuvieron allí.
19 Así termina su prosperidad,
y en su lugar brotan otras hierbas.

20 Dios no abandona al hombre intachable,
ni brinda su apoyo a los malvados.
21 Él hará que vuelvas a reír
y que grites de alegría;
22 en cambio, tus enemigos se cubrirán de vergüenza
y la casa de los malvados será destruida.

Job
9 Yo sé muy bien que esto es así,
y que ante Dios el hombre no puede alegar inocencia.
3 Si alguno quisiera discutir con él,
de mil argumentos no podría rebatirle uno solo.
4 Dios es grande en poder y sabiduría,
¿quién podrá hacerle frente y salir bien librado?
5 Dios, en su furor, remueve las montañas;
las derrumba, y nadie se da cuenta.
6 Él hace que la tierra se sacuda
y que sus bases se estremezcan.
7 Él ordena al sol que no salga,
y a las estrellas, que no brillen.
8 Sin ayuda de nadie extendió el cielo
y aplastó al monstruo del mar.
9 Él creó las constelaciones:
la Osa Mayor, el Orión y las Pléyades,
y el grupo de estrellas del sur.
10 ¡Él hace tantas y tan grandes maravillas,
cosas que nadie es capaz de comprender!
11 Si Dios pasa junto a mí, no lo podré ver;
pasará y no me daré cuenta.
12 Si de algo se adueña, ¿quién podrá reclamárselo?
¿Quién podrá pedirle cuentas de lo que hace?
13 Si Dios se enoja, no se calma fácilmente;
a sus pies quedan humillados los aliados de Rahab.
14 ¿Cómo, pues, encontraré palabras
para contradecir a Dios?
15 Por muy inocente que yo sea, no puedo responderle;
él es mi juez, y sólo puedo pedirle compasión.
16 Si yo lo llamara a juicio, y él se presentara,
no creo que hiciera caso a mis palabras.
17 Haría que me azotara una tempestad,
y aumentaría mis heridas sin motivo;
18 me llenaría de amargura
y no me dejaría tomar aliento.
19 ¿Acudir a la fuerza? Él es más poderoso.
¿Citarlo a juicio? ¿Y quién lo hará presentarse?
20 Por más recto e intachable que yo fuera,
él me declararía culpable y malo.
21 Yo soy inocente, pero poco importa;
ya estoy cansado de vivir.
22 Todo es lo mismo. Y esto es lo que pienso:
que él destruye lo mismo a culpables que a inocentes.
23 Si en un desastre muere gente inocente,
Dios se ríe de su desesperación.
24 Deja el mundo en manos de los malvados
y a los jueces les venda los ojos.
Y si no ha sido Dios, ¿quién, entonces?
25 Mis días huyen en veloz carrera,
sin haber visto la felicidad.
26 Se van como barcos ligeros,
como águila que se lanza tras la presa.
27 Si trato de olvidar mis penas
y de parecer alegre,
28 todo mi dolor vuelve a asustarme,
pues sé que Dios no me cree inocente.
29 Y si él me tiene por culpable,
de nada sirve que yo me esfuerce.
30 Aunque me lave las manos con jabón
y me las frote con lejía,
31 Dios me hundirá en el fango,
y hasta mi ropa sentirá asco de mí.
32 Yo no puedo encararme con Dios como con otro hombre,
ni decirle que vayamos los dos a un tribunal.
33 ¡Ojalá entre nosotros hubiera un juez
que tuviera autoridad sobre los dos,
34 que impidiera que Dios me siga castigando
y me siga llenando de terror!
35 Entonces yo hablaría sin tenerle miedo,
pues no creo haberle faltado.

10 ¡Ya estoy cansado de vivir!
Voy a desahogarme con mis quejas,
voy a dar rienda suelta a mi amargura.
2 ¡Oh Dios, no me declares culpable!
¡Dime de qué me acusas!
3 Siendo así que tú mismo me creaste,
¿te parece bien maltratarme y despreciarme,
y mostrarte favorable a los planes de los malos?
4 ¿Acaso ves las cosas como las ven los hombres?
5 ¿Acaso es tu vida tan corta como la de un mortal?
6 Entonces, ¿por qué andas
buscándome faltas y pecados,
7 aun cuando sabes que yo no soy culpable
y que nadie me puede salvar de tu poder?
8 Tú me formaste con tus propias manos,
¡y ahora me quieres destruir!
9 Recuerda que me hiciste de barro:
¿vas ahora a convertirme otra vez en polvo?
10 Hiciste que mi cuerpo se formara
como se forma el queso al cuajarse la leche;
11 me revestiste de carne y de piel,
entrelazaste mis huesos y tendones;
12 me diste vida, me brindaste amor,
y con tus cuidados me has mantenido con vida.
13 Pero ahora veo que allá en tu corazón
tenías una intención secreta:
14 me estabas observando para ver si yo pecaba,
y así poder condenarme por mi falta.
15 Si soy culpable, estoy perdido;
si soy inocente, de poco puedo alegrarme,
pues me tienes humillado y afligido.
16 Si me muestro arrogante, tú, como un león, me persigues
y hasta haces milagros para destruirme.
17 Nunca te faltan testigos contra mí;
tu ira contra mí va en aumento;
¡como un ejército, me atacas sin cesar!

18 ¿Por qué me dejaste nacer?
Debí morir antes que nadie pudiera verme.
19 Habría pasado del seno de mi madre a la tumba;
sería como si nunca hubiera existido.
20 Ya que mi vida es corta, ¡déjame en paz!
Déjame tener un poco de alegría
21 antes de irme al viaje sin regreso,
al país de la oscuridad y las tinieblas,
22 al país de las sombras y la confusión,
donde la luz misma es igual a las tinieblas.

Sofar
11 Toda esa palabrería merece una respuesta,
pues no por hablar mucho se tiene la razón.
3 ¿Crees que con tu verborrea nos vas a hacer callar,
y que nadie es capaz de responder a tus burlas?
4 Tú dices que tu doctrina es recta,
y tú mismo te consideras puro.
5 ¡Ojalá Dios hablara para responderte!
6 Él te enseñaría los secretos de la sabiduría,
que son muy difíciles de entender.
Así verías que Dios no te ha castigado
tanto como mereces.

7 ¿Crees que puedes penetrar en los misterios de Dios
y llegar hasta lo más profundo de su ser?
8 ¿Qué puedes hacer,
si son más altos que el cielo?
¿Qué sabes tú, si son más profundos que el abismo?
9 Son más grandes que la tierra
y más anchos que el mar.
10 Si Dios viene, y arresta y llama a juicio,
¿quién habrá que se lo impida?
11 Él sabe quién es mentiroso;
él ve la maldad, ¿o crees que no se da cuenta?
12 El día que el asno salvaje deje de serlo,
ese día el necio entrará en razón.
13 Decídete a actuar con rectitud,
y dirige tus súplicas a Dios.
14 Si estás cargado de pecado, aléjalo de ti;
no des lugar en tu casa a la maldad.
15 Así podrás alzar limpia la frente,
y estarás tranquilo y sin temor;
16 echarás en el olvido tus sufrimientos;
los olvidarás como al agua que pasa.
17 Tu vida brillará más que el sol a mediodía;
tus horas más oscuras serán como el amanecer.
18 Tendrás esperanza y podrás vivir confiado;
bajo el cuidado de Dios dormirás tranquilo.
19 Nada te asustará cuando descanses.
Muchos vendrán a buscar tu favor.
20 Los malos, en cambio, buscarán ayuda en vano;
no encontrarán lugar donde refugiarse,
y la muerte será su única esperanza.

Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

1 Corintios 15:1-28 Dios Habla Hoy (DHH)
La resurrección de Cristo
15 Ahora, hermanos, quiero que se acuerden del evangelio que les he predicado. Éste es el evangelio que ustedes aceptaron, y en el cual están firmes. 2 También por medio de este evangelio se salvarán, si se mantienen firmes en él, tal como yo se lo anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano.

3 En primer lugar les he enseñado la misma tradición que yo recibí, a saber, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; 4 que lo sepultaron y que resucitó al tercer día, también según las Escrituras; 5 y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. 6 Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos ya han muerto. 7 Después se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles.

8 Por último se me apareció también a mí, que soy como un niño nacido anormalmente. 9 Pues yo soy el menos importante de los apóstoles, y ni siquiera merezco llamarme apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. 10 Pero soy lo que soy porque Dios fue bueno conmigo; y su bondad para conmigo no ha resultado en vano. Al contrario, he trabajado más que todos ellos; aunque no he sido yo, sino Dios, que en su bondad me ha ayudado. 11 Lo que importa es que, tanto yo como ellos, esto es lo que hemos predicado, y esto es lo que ustedes han creído.

La resurrección de los demás
12 Pero si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? 13 Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; 14 y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. 15 Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; 17 y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. 18 En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo. 19 Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos.

20 Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar. 21 Así como por causa de un hombre vino la muerte, también por causa de un hombre viene la resurrección de los muertos. 22 Y así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos tendrán vida. 23 Pero cada uno en el orden que le corresponda: Cristo en primer lugar; después, cuando Cristo vuelva, los que son suyos. 24 Entonces vendrá el fin, cuando Cristo derrote a todos los señoríos, autoridades y poderes, y entregue el reino al Dios y Padre. 25 Porque Cristo tiene que reinar hasta que todos sus enemigos estén puestos debajo de sus pies; 26 y el último enemigo que será derrotado es la muerte. 27 Porque Dios lo ha sometido todo bajo los pies de Cristo. Pero cuando dice que todo le ha quedado sometido, es claro que esto no incluye a Dios mismo, ya que es él quien le sometió todas las cosas. 28 Y cuando todo haya quedado sometido a Cristo, entonces Cristo mismo, que es el Hijo, se someterá a Dios, que es quien sometió a él todas las cosas. Así, Dios será todo en todo.

Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Salmos 38 Dios Habla Hoy (DHH)
Oración pidiendo la ayuda de Dios
(1) Salmo de David, para hacer recordar.
38 (2) Señor, no me reprendas en tu enojo
ni me castigues en tu furor.
2 (3) Pues en mí se han clavado tus flechas;
¡tu mano has descargado sobre mí!
3 (4) Por tu enojo debido a mis pecados,
todo mi cuerpo está enfermo;
¡no tengo un solo hueso sano!
4 (5) Mis maldades me tienen abrumado;
son una carga que no puedo soportar.
5 (6) Por causa de mi necedad,
mis heridas se pudren y apestan.
6 (7) Todo el día ando triste,
cabizbajo y deprimido.
7 (8) La espalda me arde de fiebre;
¡tengo enfermo todo el cuerpo!
8 (9) Estoy completamente molido y sin fuerzas;
¡mis quejas son quejas del corazón!

9 (10) Señor, tú conoces todos mis deseos,
¡mis suspiros no son un secreto para ti!
10 (11) Mi corazón late de prisa,
las fuerzas me abandonan,
¡aun la vista se me nubla!
11 (12) Mis mejores amigos, y hasta mis parientes,
se mantienen a distancia, lejos de mis llagas.
12 (13) Los que me quieren matar, me ponen trampas;
los que me quieren perjudicar, hablan de arruinarme
y a todas horas hacen planes traicioneros.

13 (14) Pero yo me hago el sordo, como si no oyera;
como si fuera mudo, no abro la boca.
14 (15) Soy como el que no oye
ni puede decir nada en su defensa.
15 (16) Yo espero de ti, Señor y Dios mío,
que seas tú quien les conteste.
16 (17) Tan sólo pido que no se rían de mí,
que no canten victoria cuando yo caiga.

17 (18) En verdad, estoy a punto de caer;
mis dolores no me dejan ni un momento.
18 (19) ¡Voy a confesar mis pecados,
pues me llenan de inquietud!
19 (20) Mis enemigos han aumentado;
muchos son los que me odian sin motivo.
20 (21) Me han pagado mal por bien;
porque busco hacer el bien se ponen en contra mía.

21 (22) Señor, ¡no me dejes solo!
Dios mío, ¡no te alejes de mí!
22 (23) Dios y Salvador mío, ¡ven pronto en mi ayuda!

Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Proverbios 21:28-29 Dios Habla Hoy (DHH)
28 El testigo falso será destruido;
pero quien sabe escuchar, siempre podrá responder.

29 El malvado aparenta seguridad;
el honrado está seguro de su conducta.

Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.


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