Día 274, DAB Español, Lunes 1 de Octubre
Isaías 62:6-65:25; Filipenses 2:19-3:4; Salmos 73; Proverbios 24:13-14 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Isaías
62:6-65:25 Nueva Versión Internacional (NVI)
6 Jerusalén, sobre tus muros he puesto centinelas
que nunca
callarán, ni de día ni de noche.
Ustedes, los que invocan al Señor,
no se den
descanso;
7 ni tampoco lo dejen descansar,
hasta que
establezca a Jerusalén
y la
convierta en la alabanza de la tierra.
8 Por su mano derecha, por su brazo poderoso,
ha jurado el
Señor:
«Nunca más daré a tus enemigos
tu grano
como alimento,
ni se beberá gente extranjera
el vino
nuevo por el que trabajaste.
9 Alabando al Señor comerán el grano
quienes lo
hayan cosechado;
en los atrios de mi santuario beberán el vino
quienes
hayan trabajado en la vendimia».
10 ¡Pasen, pasen por las puertas!
Preparen el
camino para el pueblo.
¡Construyan la carretera!
¡Quítenle
todas las piedras!
¡Desplieguen
sobre los pueblos la bandera!
11 He aquí lo que el Señor ha proclamado
hasta los
confines de la tierra:
«Digan a la hija de Sión:
“¡Ahí viene
tu Salvador!
Trae su premio consigo;
su
recompensa lo acompaña”».
12 Serán llamados «Pueblo santo»,
«Redimidos
del Señor»;
y tú serás llamada «Ciudad anhelada»,
«Ciudad
nunca abandonada».
El día de la venganza y la redención de Dios
63 ¿Quién es este que viene de Edom,
desde Bosra,
vestido de púrpura?
¿Quién es este de espléndido ropaje,
que
avanza[a] con fuerza arrolladora?
«Soy yo, el que habla con justicia,
el que tiene
poder para salvar».
2 ¿Por qué están rojos tus vestidos,
como los del
que pisa las uvas en el lagar?
3 «He pisado el lagar yo solo;
ninguno de
los pueblos estuvo conmigo.
Los he pisoteado en mi enojo;
los he
aplastado en mi ira.
Su sangre salpicó mis vestidos,
y me manché
toda la ropa.
4 ¡Ya tengo planeado el día de la venganza!
¡El año de
mi redención ha llegado!
5 Miré, pero no hubo quien me ayudara,
me asombró
que nadie me diera apoyo.
Mi propio brazo me dio la victoria;
¡mi propia
ira me sostuvo!
6 En mi enojo pisoteé a los pueblos,
y los
embriagué con la copa de mi ira;
¡hice correr
su sangre sobre la tierra!»
Alabanza y oración
7 Recordaré el gran amor del Señor,
y sus hechos
dignos de alabanza,
por todo lo que hizo por nosotros,
por su
compasión y gran amor.
¡Sí, por la multitud de cosas buenas
que ha hecho
por los descendientes de Israel!
8 Declaró: «Verdaderamente son mi pueblo,
hijos que no
me engañarán».
Así se convirtió en el Salvador
9 de todas
sus angustias.
Él mismo los salvó;
no envió un
emisario ni un ángel.[b]
En su amor y misericordia los rescató;
los levantó
y los llevó en sus brazos
como en los
tiempos de antaño.
10 Pero ellos se rebelaron
y afligieron
a su santo Espíritu.
Por eso se convirtió en su enemigo,
y luchó él
mismo contra ellos.
11 Su pueblo recordó los tiempos pasados,
los tiempos
de Moisés:
¿Dónde está el que los guió a través del mar,
como guía el
pastor a su rebaño?[c]
¿Dónde está el que puso
su santo
Espíritu entre ellos,
12 el que hizo que su glorioso brazo
marchara a
la derecha de Moisés,
el que separó las aguas a su paso,
para ganarse
renombre eterno?
13 ¿Dónde está el que los guió a través del mar,[d]
como a
caballo en el desierto,
sin que
ellos tropezaran?
14 El Espíritu del Señor les dio descanso,
como a
ganado que pasta en la llanura.
Fue así como guiaste a tu pueblo,
para hacerte
un nombre glorioso.
15 Mira bien desde el cielo;
observa
desde tu morada santa y gloriosa.
¿Dónde están tu celo y tu poder?
¡Se nos
niega tu abundante compasión y ternura!
16 Pero tú eres nuestro Padre,
aunque
Abraham no nos conozca
ni nos
reconozca Israel;
tú, Señor, eres nuestro Padre;
¡tu nombre
ha sido siempre «nuestro Redentor»!
17 ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos,
y endureces
nuestro corazón
para que no
te temamos?
Vuelve por amor a tus siervos,
por las
tribus que son tu herencia.
18 Tu pueblo poseyó por un tiempo tu santuario,
pero ahora
lo han pisoteado nuestros enemigos.
19 Estamos como si nunca nos hubieras gobernado,
como si
nunca hubiéramos llevado tu nombre.
64 ¡Ojalá rasgaras los cielos, y descendieras!
¡Las
montañas temblarían ante ti,
2 como cuando el fuego enciende la leña
y hace que
hierva el agua!
Así darías a conocer tu nombre entre tus enemigos,
y ante ti
temblarían las naciones.
3 Hiciste portentos inesperados cuando descendiste;
ante tu
presencia temblaron las montañas.
4 Fuera de ti, desde tiempos antiguos
nadie ha
escuchado ni percibido,
ni ojo alguno ha visto,
a un Dios
que, como tú,
actúe en
favor de quienes en él confían.
5 Sales al encuentro de los que, alegres,
practican la
justicia y recuerdan tus caminos.
Pero te enojas si persistimos
en
desviarnos de ellos.[e]
¿Cómo
podremos ser salvos?
6 Todos somos como gente impura;
todos
nuestros actos de justicia
son como
trapos de inmundicia.
Todos nos marchitamos como hojas;
nuestras
iniquidades nos arrastran como el viento.
7 Nadie invoca tu nombre,
ni se
esfuerza por aferrarse a ti.
Pues nos has dado la espalda
y nos has
entregado[f] en poder de nuestras iniquidades.
8 A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre;
nosotros
somos el barro, y tú el alfarero.
Todos somos
obra de tu mano.
9 No te enojes demasiado, Señor;
no te
acuerdes siempre de nuestras iniquidades.
¡Considera, por favor,
que todos
somos tu pueblo!
10 Tus ciudades santas han quedado devastadas,
y hasta Sión
se ha vuelto un desierto;
Jerusalén es
una desolación.
11 Nuestro santo y glorioso templo,
donde te
alababan nuestros padres,
ha sido
devorado por el fuego.
Ha quedado en ruinas
todo lo que
más queríamos.
12 Ante todo esto, Señor, ¿no vas a hacer nada?
¿Vas a
guardar silencio y afligirnos sin medida?
Juicio y salvación
65 «Me di a conocer a los que no preguntaban por mí;
dejé que me
hallaran los que no me buscaban.
A una nación que no invocaba mi nombre,
le dije:
“¡Aquí estoy!”
2 Todo el día extendí mis manos
hacia un
pueblo rebelde,
que va por mal camino,
siguiendo
sus propias ideas.
3 Es un pueblo que en mi propia cara
constantemente me provoca;
que ofrece sacrificios en los jardines
y quema
incienso en los altares;
4 que se sienta entre los sepulcros
y pasa la
noche en vigilias secretas;
que come carne de cerdo,
y en sus
ollas cocina caldo impuro;
5 que dice: “¡Manténganse alejados!
¡No se me
acerquen!
¡Soy demasiado sagrado para ustedes!”
Todo esto me fastidia como humo en la nariz;
¡es un fuego
que arde todo el día!
6 »Ante mí ha quedado escrito;
no guardaré
silencio.
Les daré su merecido;
lo sufrirán
en carne propia,
7 tanto por las iniquidades de ustedes
como por las
de sus padres
—dice el Señor—.
Por cuanto ellos quemaron incienso en las montañas
y me
desafiaron en las colinas,
les haré sufrir en carne propia
las
consecuencias de sus acciones pasadas».
8 Así dice el Señor:
«Cuando alguien encuentra un buen racimo de uvas,
dice: “No
voy a dañarlo,
porque
todavía tiene jugo”.
Del mismo modo actuaré yo por amor a mis siervos:
No los
destruiré a todos.
9 De Jacob sacaré descendientes,
y de Judá, a
los que poseerán mis montañas.
Las heredarán mis elegidos,
y allí
morarán mis siervos.
10 Para mi pueblo que me busca,
Sarón será
redil de ovejas;
el valle de
Acor, corral de vacas.
11 »Pero a ustedes que abandonan al Señor
y se olvidan de mi monte santo,
que para los dioses de la Fortuna y del Destino
preparan
mesas y sirven vino mezclado,
12 los destinaré a la espada;
¡todos
ustedes se inclinarán para el degüello!
Porque llamé y no me respondieron,
hablé y no
me escucharon.
Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos
y optaron
por lo que no me agrada».
13 Por eso, así dice el Señor omnipotente:
«Mis siervos comerán,
pero ustedes
pasarán hambre;
mis siervos beberán,
pero ustedes
sufrirán de sed;
mis siervos se alegrarán,
pero ustedes
serán avergonzados.
14 Mis siervos cantarán
con alegría
de corazón,
pero ustedes clamarán
con corazón
angustiado;
¡gemirán con
espíritu quebrantado!
15 Mis escogidos heredarán el nombre de ustedes
como una
maldición.
El Señor omnipotente les dará muerte,
pero a sus
siervos les dará un nombre diferente.
16 Cualquiera que en el país invoque una bendición,
lo hará por
el Dios de la verdad;
y cualquiera que jure en esta tierra,
lo hará por
el Dios de la verdad.
Las angustias del pasado han quedado en el olvido,
las he
borrado de mi vista.
Un cielo nuevo y una tierra nueva
17 »Presten atención, que estoy por crear
un cielo
nuevo y una tierra nueva.
No volverán a mencionarse las cosas pasadas,
ni se
traerán a la memoria.
18 Alégrense más bien, y regocíjense por siempre,
por lo que
estoy a punto de crear:
Estoy por crear una Jerusalén feliz,
un pueblo
lleno de alegría.
19 Me regocijaré por Jerusalén
y me
alegraré en mi pueblo;
no volverán a oírse en ella
voces de
llanto ni gritos de clamor.
20 »Nunca más habrá en ella
niños que
vivan pocos días,
ni ancianos
que no completen sus años.
El que muera a los cien años
será considerado
joven;
pero el que no llegue[g] a esa edad
será
considerado maldito.
21 Construirán casas y las habitarán;
plantarán
viñas y comerán de su fruto.
22 Ya no construirán casas para que otros las habiten,
ni
plantarán viñas para que otros coman.
Porque
los días de mi pueblo
serán como los de un árbol;
mis
escogidos disfrutarán
de las obras de sus manos.
23
No trabajarán en vano,
ni tendrán hijos para la desgracia;
tanto
ellos como su descendencia
serán simiente bendecida del Señor.
24
Antes que me llamen,
yo les responderé;
todavía
estarán hablando
cuando ya los habré escuchado.
25
El lobo y el cordero pacerán juntos;
el león comerá paja como el buey,
y la serpiente se alimentará de polvo.
En
todo mi monte santo
no habrá quien haga daño ni destruya»,
dice el Señor.
Footnotes:
63:1
avanza (Vulgata); se inclina (TM).
63:9
de todas … un ángel. Frases de difícil traducción.
63:11
¿Dónde está … su rebaño? Alt. ¿Dónde está el que sacó de las aguas al pastor de
su rebaño?
63:13
mar. Lit. abismo.
64:5
te enojas … de ellos. Frase de difícil traducción.
64:7
entregado (LXX, Targum y Siríaca); derretido (TM).
65:20
el que no llegue. Alt. el pecador que llegue.
Nueva
Versión Internacional (NVI)
La
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Filipenses
2:19-3:4 Nueva Versión Internacional (NVI)
Dos
colaboradores ejemplares
19
Espero en el Señor Jesús enviarles pronto a Timoteo, para que también yo cobre
ánimo al recibir noticias de ustedes. 20 Nadie como él se preocupa de veras por
el bienestar de ustedes, 21 pues todos los demás buscan sus propios intereses y
no los de Jesucristo. 22 Pero ustedes conocen bien la entereza de carácter de
Timoteo, que ha servido conmigo en la obra del evangelio, como un hijo junto a
su padre. 23 Así que espero enviárselo tan pronto como se aclaren mis asuntos.
24 Y confío en el Señor que yo mismo iré pronto.
25
Ahora bien, creo que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito, mi hermano,
colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes han enviado para atenderme en
mis necesidades. 26 Él los extraña mucho a todos y está afligido porque ustedes
se enteraron de que estaba enfermo. 27 En efecto, estuvo enfermo y al borde de
la muerte; pero Dios se compadeció de él, y no solo de él, sino también de mí,
para no añadir tristeza a mi tristeza. 28 Así que lo envío urgentemente para
que, al verlo de nuevo, ustedes se alegren y yo esté menos preocupado. 29
Recíbanlo en el Señor con toda alegría y honren a los que son como él, 30
porque estuvo a punto de morir por la obra de Cristo, arriesgando la vida para
suplir el servicio que ustedes no podían prestarme.
Plena
confianza en Cristo
3
Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es molestia
volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad.
2 Cuídense de esos perros, cuídense de esos que hacen
el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo. 3 Porque la circuncisión somos
nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos
en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos. 4 Yo mismo
tengo motivos para tal confianza. Si cualquier otro cree tener motivos para
confiar en esfuerzos humanos, yo más:
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Salmos
73 Nueva Versión Internacional (NVI)
LIBRO
III
Salmo
de Asaf.
73
En verdad, ¡cuán bueno es Dios con Israel,
con los puros de corazón!
2 Yo
estuve a punto de caer,
y poco me faltó para que resbalara.
3
Sentí envidia de los arrogantes,
al ver la prosperidad de esos malvados.
4
Ellos no tienen ningún problema;
su cuerpo está fuerte y saludable.[a]
5
Libres están de los afanes de todos;
no les afectan los infortunios humanos.
6
Por eso lucen su orgullo como un collar,
y hacen gala de su violencia.
7
¡Están que revientan de malicia,
y hasta se les ven sus malas intenciones!
8
Son burlones, hablan con doblez,
y arrogantes oprimen y amenazan.
9
Con la boca increpan al cielo,
con la lengua dominan la tierra.
10
Por eso la gente acude a ellos
y cree todo lo que afirman.
11
Hasta dicen: «¿Cómo puede Dios saberlo?
¿Acaso el Altísimo tiene entendimiento?»
12
Así son los impíos;
sin afanarse, aumentan sus riquezas.
13
En verdad, ¿de qué me sirve
mantener mi corazón limpio
y mis manos lavadas en la inocencia,
14
si todo el día me golpean
y de mañana me castigan?
15
Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos»,
habría traicionado a tu linaje.
16
Cuando traté de comprender todo esto,
me resultó una carga insoportable,
17
hasta que entré en el santuario de Dios;
allí comprendí cuál será el destino de los
malvados:
18
En verdad, los has puesto en terreno resbaladizo,
y los empujas a su propia destrucción.
19
¡En un instante serán destruidos,
totalmente consumidos por el terror!
20
Como quien despierta de un sueño,
así, Señor, cuando tú te levantes,
desecharás su falsa apariencia.
21
Se me afligía el corazón
y se me amargaba el ánimo
22
por mi necedad e ignorancia.
¡Me porté contigo como una bestia!
23
Pero yo siempre estoy contigo,
pues tú me sostienes de la mano derecha.
24
Me guías con tu consejo,
y más tarde
me acogerás en gloria.
25 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti?
Si estoy
contigo, ya nada quiero en la tierra.
26 Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,[b]
pero Dios
fortalece[c] mi corazón;
él
es mi herencia eterna.
27
Perecerán los que se alejen de ti;
tú destruyes a los que te son infieles.
28
Para mí el bien es estar cerca de Dios.
He hecho del Señor Soberano mi refugio
para contar
todas sus obras.
Footnotes:
73:4
no tienen ningún problema; / su cuerpo está fuerte y saludable. Alt. no tienen
lucha alguna ante su muerte; / su cuerpo está saludable.
73:26
espíritu. Lit. corazón.
73:26
fortalece. Lit. es la roca de.
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Proverbios
24:13-14 Nueva Versión Internacional (NVI)
26
13
Come la miel, hijo mío, que es deliciosa;
dulce al paladar es la miel del panal.
14
Así de dulce sea la sabiduría a tu alma;
si das con ella, tendrás buen futuro;
tendrás una esperanza que no será
destruida.
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