Friday, September 28, 2018

DAB Español, Sábado 29 de Septiembre

Día 272, DAB Español, Sábado 29 de Septiembre

Isaías 57:14-59:21; Filipenses 1:1-26; Salmos 71; Proverbios 24:9-10 (Reina-Valera 1995 (RVR1995))






Isaías 57:14-59:21 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
14 Y dirá: “¡Allanad, allanad; barred el camino,
quitad los tropiezos del camino de mi pueblo!”»

15 Porque así dijo el Alto y Sublime,
el que habita la eternidad
y cuyo nombre es el Santo:
«Yo habito en la altura y la santidad,
pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu,
para reavivar el espíritu de los humildes
y para vivificar el corazón de los quebrantados.
16 Porque no contenderé para siempre,
ni por siempre estaré enojado,
pues decaerían ante mí
el espíritu y las almas que yo he creado.
17 Por la iniquidad de su codicia me enojé
y lo herí,
escondí mi rostro y me indigné;
pero él, rebelde, siguió por el camino de su corazón.
18 He visto sus caminos, pero lo sanaré
y lo pastorearé;
le daré consuelo a él y a sus enlutados.
19 Produciré fruto de labios:
Paz, paz para el que está lejos y para el que está cerca»,
dice Jehová. «Yo lo sanaré.»

20 Pero los impíos son como el mar en tempestad,
que no puede estarse quieto
y sus aguas arrojan cieno y lodo.
21 «¡No hay paz para los impíos!»,
ha dicho mi Dios.

El verdadero ayuno
58 «¡Clama a voz en cuello, no te detengas,
alza tu voz como una trompeta!
¡Anuncia a mi pueblo su rebelión
y a la casa de Jacob su pecado!
2 Ellos me buscan cada día
y quieren saber mis caminos,
como gente que hubiera hecho justicia
y que no hubiera dejado el derecho de su Dios.
Me piden justos juicios
y quieren acercarse a Dios.
3 Dicen: “¿Por qué ayunamos y no hiciste caso,
humillamos nuestras almas y no te diste por entendido?”
He aquí que en el día de vuestro ayuno
buscáis vuestro propio interés y oprimís a todos vuestros trabajadores.
4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis,
y para herir con el puño inicuamente;
no ayunéis como lo hacéis hoy,
para que vuestra voz sea oída en lo alto.
5 ¿Es éste el ayuno que yo escogí:
que de día aflija el hombre su alma,
que incline su cabeza como un junco
y haga cama de telas ásperas y de ceniza?
¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable a Jehová?
6 El ayuno que yo escogí,
¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad,
soltar las cargas de opresión,
dejar ir libres a los quebrantados
y romper todo yugo?
7 ¿No es que compartas tu pan con el hambriento,
que a los pobres errantes albergues en casa,
que cuando veas al desnudo lo cubras
y que no te escondas de tu hermano?
8 Entonces nacerá tu luz como el alba
y tu sanidad se dejará ver en seguida;
tu justicia irá delante de ti
y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová;
clamarás, y dirá él: “¡Heme aquí!
Si quitas de en medio de ti el yugo,
el dedo amenazador y el hablar vanidad,
10 si das tu pan al hambriento
y sacias al alma afligida,
en las tinieblas nacerá tu luz
y tu oscuridad será como el mediodía.”
11 Jehová te pastoreará siempre,
en las sequías saciará tu alma
y dará vigor a tus huesos.
Serás como un huerto de riego,
como un manantial de aguas,
cuyas aguas nunca se agotan.
12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas;
los cimientos de generación y generación levantarás,
y serás llamado “reparador de portillos”,
“restaurador de viviendas en ruinas.”

La observancia del día de reposo
13 »Si retraes del sábado tu pie,
de hacer tu voluntad en mi día santo,
y lo llamas “delicia”,
“santo”, “glorioso de Jehová”,
y lo veneras, no andando en tus propios caminos
ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras,
14 entonces te deleitarás en Jehová.
Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra
y te daré a comer la heredad de tu padre Jacob.
La boca de Jehová lo ha hablado.»

Confesión del pecado de Israel
59 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar,
ni se ha endurecido su oído para oír;
2 pero vuestras iniquidades
han hecho división entre vosotros y vuestro Dios
y vuestros pecados han hecho que oculte de vosotros su rostro
para no oíros.
3 Porque vuestras manos están sucias de sangre
y vuestros dedos de iniquidad;
vuestros labios pronuncian mentira
y habla maldad vuestra lengua.
4 No hay quien clame por la justicia
ni quien juzgue por la verdad.
Confían en la vanidad
y hablan vanidades;
conciben maldades
y dan a luz iniquidad;
5 incuban huevos de áspides
y tejen telas de araña.
El que coma de sus huevos morirá;
y si los rompen, saldrán víboras.
6 Sus telas no servirán para vestir
ni de sus obras serán cubiertos;
sus obras son obras de iniquidad
y obra de rapiña está en sus manos.
7 Sus pies corren al mal,
se apresuran para derramar sangre inocente;
sus pensamientos son pensamientos de iniquidad;
destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos.
8 No conocieron camino de paz
ni hay justicia en sus caminos;
sus veredas son torcidas;
nadie que por ellas camine conocerá paz.

9 Por esto se alejó de nosotros la justicia
y no nos alcanzó la rectitud;
esperamos luz, y he aquí tinieblas;
resplandores, y andamos en oscuridad.
10 Palpamos la pared como los ciegos;
andamos a tientas como los que no tienen ojos.
Tropezamos a mediodía como si fuera de noche;
estamos en lugares oscuros como están los muertos.
11 Todos nosotros gruñimos como osos,
gemimos lastimeramente como palomas.
Esperamos justicia, mas no la hay;
salvación, pero se alejó de nosotros,
12 porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti
y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros;
porque con nosotros están nuestras iniquidades
y conocemos bien nuestros pecados:
13 el rebelarse y negar a Jehová;
el volverle la espalda a nuestro Dios;
el hablar calumnia y rebelión,
y el concebir y proferir de corazón palabras de mentira.
14 El derecho se retiró
y la justicia se puso a distancia,
porque la verdad tropezó en la plaza
y la equidad no pudo llegar.
15 La verdad fue detenida
y el que se apartó del mal fue puesto en prisión.
Esto lo vio Jehová,
y desagradó a sus ojos que hubiera perecido el derecho.
16 Vio que no había nadie
y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese;
y lo salvó su brazo
y lo afirmó su misma justicia.
17 Pues de justicia se vistió como de una coraza,
con yelmo de salvación en su cabeza;
tomó ropas de venganza por vestidura
y se cubrió de celo como con un manto,
18 como para vindicación,
como para retribuir con ira a sus enemigos
y dar el pago a sus adversarios.
¡El pago dará a los de las costas!
19 Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová,
y desde el nacimiento del sol, su gloria,
porque él vendrá como un río encajonado,
impelido por el soplo de Jehová.

20 «Vendrá el Redentor a Sión
y a los que se vuelven de la iniquidad en Jacob»,
dice Jehová.
21 «Y éste será mi pacto con ellos»,
dice Jehová:
«Mi espíritu que está sobre ti
y mis palabras que puse en tu boca,
no faltarán jamás de tu boca
ni de la boca de tus hijos
ni de la boca de los hijos de tus hijos.»
Jehová lo ha dicho,
desde ahora y para siempre.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Filipenses 1:1-26 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Salutación
1 Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: 2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Oración de Pablo por los creyentes
3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros. 4 Siempre en todas mis oraciones ruego con gozo por todos vosotros, 5 por vuestra comunión en el evangelio desde el primer día hasta ahora, 6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. 7 Y es justo que yo sienta esto de todos vosotros, porque os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. 8 Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. 9 Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión, 10 para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprochables para el día de Cristo, 11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Para mí el vivir es Cristo
12 Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han contribuido más bien al progreso del evangelio, 13 de tal manera que en todo el pretorio y entre todos los demás se ha hecho evidente que estoy preso por causa de Cristo. 14 Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.

15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y rivalidad; pero otros lo hacen de buena voluntad. 16 Los unos anuncian a Cristo por rivalidad, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; 17 pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. 18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo y me gozaré siempre, 19 porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, 20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, tanto si vivo como si muero, 21 porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.

22 Pero si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger: 23 De ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24 pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. 25 Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, 26 para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Salmos 71 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Oración de un anciano
71 En ti, Jehová, me he refugiado;
no sea yo avergonzado jamás.
2 Socórreme y líbrame en tu justicia;
Inclina tu oído y sálvame.
3 Sé para mí una roca de refugio
adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

4 Dios mío, líbrame de manos del impío,
de manos del perverso y violento,
5 porque tú, Señor Jehová, eres mi esperanza,
seguridad mía desde mi juventud.
6 En ti he sido sustentado desde el vientre.
Del vientre de mi madre tú fuiste el que me sacó;
para ti será siempre mi alabanza.

7 Como prodigio he sido a muchos,
y tú mi refugio fuerte.
8 Sea llena mi boca de tu alabanza,
de tu gloria todo el día.
9 No me deseches en el tiempo de la vejez;
cuando mi fuerza se acabe, no me desampares,
10 porque mis enemigos hablan de mí
y los que acechan mi alma se consultan entre sí,
11 diciendo: «Dios lo ha desamparado;
perseguidlo y tomadlo,
porque no hay quien lo libre.»

12 ¡No te alejes, Dios, de mí;
Dios mío, acude pronto en mi socorro!
13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;
sean cubiertos de vergüenza y de confusión
los que mi mal buscan.
14 Mas yo esperaré siempre
y te alabaré más y más.
15 Mi boca publicará tu justicia
y tus hechos de salvación todo el día,
aunque no sé su número.
16 Volveré a los hechos poderosos de Jehová el Señor;
haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.

17 Me enseñaste, Dios, desde mi juventud,
y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
18 Aun en la vejez y las canas,
Dios, no me desampares,
hasta que anuncie tu poder a la posteridad,
tu potencia a todos los que han de venir,
19 y tu justicia, Dios, que llega hasta lo excelso.

¡Tú has hecho grandes cosas!
Dios, ¿quién como tú?
20 Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,
volverás a darme vida
y de nuevo me levantarás
desde los abismos de la tierra.
21 Aumentarás mi grandeza
y volverás a consolarme.

22 Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio,
Dios mío; tu lealtad cantaré a ti en el arpa,
Santo de Israel.
23 Mis labios se alegrarán
cuando cante para ti;
y mi alma, la cual redimiste.
24 Mi lengua hablará también de tu justicia
todo el día;
por cuanto han sido avergonzados,
porque han sido confundidos
los que mi mal procuraban.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies

Proverbios 24:9-10 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
9 El pensamiento del necio es pecado,
y abominable para los hombres el escarnecedor.

-24-
10 Si flaqueas en día de adversidad,
tu fuerza quedará reducida.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Copyright © 1995 by United Bible Societies


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