Monday, January 31, 2022

DAB Español, Martes 01 de Febrero

Día 032, DAB Español, Martes 01 de Febrero


Éxodo 13:18-15:19; Mateo 21:23-46; Salmos 26; Proverbios 6:16-19 (Nueva Versión Internacional (NVI))









Éxodo 13:18-15:19

Nueva Versión Internacional

18 Por eso les hizo dar un rodeo por el camino del desierto, en dirección al Mar Rojo.

Los israelitas salieron de Egipto en formación de combate. 19 Moisés se llevó consigo los restos de José, según este se lo había pedido a los israelitas bajo juramento. Estas habían sido las palabras de José: «Pueden contar ustedes con que Dios vendrá en su ayuda. Cuando eso suceda, llévense de aquí mis restos».

20 Los israelitas partieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. 21 De día, el Señor iba al frente de ellos en una columna de nube para indicarles el camino; de noche, los alumbraba con una columna de fuego. De ese modo podían viajar de día y de noche. 22 Jamás la columna de nube dejaba de guiar al pueblo durante el día, ni la columna de fuego durante la noche.

14 El Señor habló con Moisés y le dijo: 2 «Ordénales a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi Ajirot, entre Migdol y el mar. Que acampen junto al mar, frente a Baal Zefón. 3 El faraón va a pensar: “Los israelitas andan perdidos en esa tierra. ¡El desierto los tiene acorralados!” 4 Yo, por mi parte, endureceré el corazón del faraón para que él los persiga. Voy a cubrirme de gloria, a costa del faraón y de todo su ejército. ¡Y los egipcios sabrán que yo soy el Señor!»

Así lo hicieron los israelitas. 5 Y cuando el rey de Egipto se enteró de que el pueblo se había escapado, tanto él como sus funcionarios cambiaron de parecer en cuanto a los israelitas y dijeron: «¡Pero qué hemos hecho! ¿Cómo pudimos dejar que se fueran los israelitas y abandonaran su trabajo?» 6 Al momento ordenó el faraón que le prepararan su carro y, echando mano de su ejército, 7 se llevó consigo seiscientos de los mejores carros y todos los demás carros de Egipto, cada uno de ellos bajo el mando de un oficial.

8 El Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, para que saliera en persecución de los israelitas, los cuales marchaban con aire triunfal. 9 Todo el ejército del faraón —caballos, carros, jinetes[a] y tropas de Egipto— salió tras los israelitas y les dio alcance cuando estos acampaban junto al mar, cerca de Pi Ajirot y frente a Baal Zefón.

10 El faraón iba acercándose. Cuando los israelitas se fijaron y vieron a los egipcios pisándoles los talones, sintieron mucho miedo y clamaron al Señor. 11 Entonces le reclamaron a Moisés:

—¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Para qué nos sacaste de Egipto? 12 Ya en Egipto te decíamos: “¡Déjanos en paz! ¡Preferimos servir a los egipcios!” ¡Mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto!

13 —No tengan miedo —les respondió Moisés—. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos! 14 Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes.

15 Pero el Señor le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! 16 Y tú, levanta tu vara, extiende tu brazo sobre el mar y divide las aguas, para que los israelitas lo crucen sobre terreno seco. 17 Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, para que los persigan. ¡Voy a cubrirme de gloria a costa del faraón y de su ejército, y de sus carros y jinetes! 18 Y cuando me haya cubierto de gloria a costa de ellos, los egipcios sabrán que yo soy el Señor».

19 Entonces el ángel de Dios, que marchaba al frente del ejército israelita, se dio vuelta y fue a situarse detrás de este. Lo mismo sucedió con la columna de nube, que dejó su puesto de vanguardia y se desplazó hacia la retaguardia, 20 quedando entre los egipcios y los israelitas. Durante toda la noche, la nube fue oscuridad para unos y luz para otros, así que en toda esa noche no pudieron acercarse los unos a los otros.

21 Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron, 22 y los israelitas lo cruzaron sobre tierra seca. El mar era para ellos una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.

23 Los egipcios los persiguieron. Todos los caballos y carros del faraón, y todos sus jinetes, entraron en el mar tras ellos. 24 Cuando ya estaba por amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos: 25 hizo que las ruedas de sus carros se atascaran, de modo que se les hacía muy difícil avanzar. Entonces exclamaron los egipcios: «¡Alejémonos de los israelitas, pues el Señor está peleando por ellos y contra nosotros!»

26 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Extiende tu brazo sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios y contra sus carros y jinetes». 27 Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al despuntar el alba, el agua volvió a su estado normal. Los egipcios, en su huida, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en el fondo del mar. 28 Al recobrar las aguas su estado normal, se tragaron a todos los carros y jinetes del faraón, y a todo el ejército que había entrado al mar para perseguir a los israelitas. Ninguno de ellos quedó con vida. 29 Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca, pues para ellos el mar formó una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.

30 En ese día el Señor salvó a Israel del poder de Egipto. Los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios tendidos a la orilla del mar. 31 Y al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado en contra de los egipcios, temieron al Señor y creyeron en él y en su siervo Moisés.

El cántico de Moisés

15 Entonces Moisés y los israelitas entonaron un cántico en honor del Señor, que la letra decía:

Cantaré al Señor, que se ha coronado de triunfo

    arrojando al mar caballos y jinetes.

2 El Señor es mi fuerza y mi cántico;

    él es mi salvación.

Él es mi Dios, y lo alabaré;

    es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.

3 El Señor es un guerrero;

    su nombre es el Señor.

4 El Señor arrojó al mar

    los carros y el ejército del faraón.

Los mejores oficiales egipcios

    se ahogaron en el Mar Rojo.

5 Las aguas profundas se los tragaron;

    ¡como piedras se hundieron en los abismos!

6 Tu diestra, Señor, reveló su gran poder;

    tu diestra, Señor, despedazó al enemigo.

7 Fue tan grande tu victoria

    que derribaste a tus oponentes;

diste rienda suelta a tu ardiente ira,

    y fueron consumidos como rastrojo.

8 Bastó un soplo de tu nariz

    para que se amontonaran las aguas.

Las olas se irguieron como murallas;

    ¡se inmovilizaron las aguas en el fondo del mar!

9 «Iré tras ellos y les daré alcance

    —alardeaba el enemigo—.

Repartiré sus despojos

    hasta quedar hastiado.

¡Desenvainaré la espada

    y los destruiré con mi propia mano!»

10 Pero con un soplo tuyo se los tragó el mar;

    ¡se hundieron como plomo en las aguas turbulentas!

11 ¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses?

    ¿Quién se te compara en grandeza y santidad?

Tú, hacedor de maravillas,

    nos impresionas con tus portentos.

12 Extendiste tu brazo derecho,

    ¡y se los tragó la tierra!

13 Por tu gran amor guías al pueblo que has rescatado;

    por tu fuerza los llevas a tu santa morada.

14 Las naciones temblarán al escucharlo;

    la angustia dominará a los filisteos.

15 Los jefes edomitas se llenarán de terror;

    temblarán de miedo los caudillos de Moab.

Los cananeos perderán el ánimo,

16     pues caerá sobre ellos pavor y espanto.

Por tu gran poder, Señor,

    quedarán mudos como piedras

hasta que haya pasado tu pueblo,

    el pueblo que adquiriste para ti.

17 Tú los harás entrar, y los plantarás,

    en el monte que te pertenece;

en el lugar donde tú, Señor, habitas;

    en el santuario que tú, Señor, te hiciste.

18 ¡El Señor reina por siempre y para siempre!

El cántico de Miriam

19 Cuando los caballos y los carros del faraón entraron en el mar con sus jinetes,[b] el Señor hizo que las aguas se les vinieran encima. Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca.

Footnotes

  1. 14:9 jinetes. Alt. aurigas; también en vv. 17,23,26 y 28.

  2. 15:19 jinetes. Alt. aurigas.

Mateo 21:23-46

Nueva Versión Internacional

La autoridad de Jesús puesta en duda

23 Jesús entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo.

—¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?

24 —Yo también voy a hacerles una pregunta. Si me la contestan, les diré con qué autoridad hago esto. 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de la tierra?[a]

Ellos se pusieron a discutir entre sí: «Si respondemos: “Del cielo”, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?” 26 Pero, si decimos: “De la tierra”… tememos al pueblo, porque todos consideran que Juan era un profeta». Así que le respondieron a Jesús:

27 —No lo sabemos.

—Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago esto.

Parábola de los dos hijos

28 »¿Qué les parece? —continuó Jesús—. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y le pidió: “Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo”. 29 “No quiero”, contestó, pero después se arrepintió y fue. 30 Luego el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Este contestó: “Sí, señor”; pero no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?»

—El primero —contestaron ellos.

Jesús les dijo:

—Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios. 32 Porque Juan fue enviado a ustedes a señalarles el camino de la justicia, y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. E incluso después de ver esto, ustedes no se arrepintieron para creerle.

Parábola de los labradores malvados

33 »Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó un viñedo. Lo cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Luego arrendó el viñedo a unos labradores y se fue de viaje. 34 Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, mandó sus siervos a los labradores para recibir de estos lo que le correspondía. 35 Los labradores agarraron a esos siervos; golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a un tercero. 36 Después les mandó otros siervos, en mayor número que la primera vez, y también los maltrataron.

37 »Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: “¡A mi hijo sí lo respetarán!” 38 Pero, cuando los labradores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo, para quedarnos con su herencia”. 39 Así que le echaron mano, lo arrojaron fuera del viñedo y lo mataron.

40 »Ahora bien, cuando vuelva el dueño, ¿qué hará con esos labradores?»

41 —Hará que esos malvados tengan un fin miserable —respondieron—, y arrendará el viñedo a otros labradores que le den lo que le corresponde cuando llegue el tiempo de la cosecha.

42 Les dijo Jesús:

—¿No han leído nunca en las Escrituras:

»“La piedra que desecharon los constructores

    ha llegado a ser la piedra angular;

esto es obra del Señor,

    y nos deja maravillados”?[b]

43 »Por eso les digo que el reino de Dios se les quitará a ustedes y se le entregará a un pueblo que produzca los frutos del reino. 44 El que caiga sobre esta piedra quedará despedazado y, si ella cae sobre alguien, lo hará polvo».[c]

45 Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos oyeron las parábolas de Jesús, se dieron cuenta de que hablaba de ellos. 46 Buscaban la manera de arrestarlo, pero temían a la gente porque esta lo consideraba un profeta.

Footnotes

  1. 21:25 la tierra. Lit. los hombres; también en v. 26.

  2. 21:42 Sal 118:22,23

  3. 21:44 Var. no incluye v. 44.

Salmos 26

Nueva Versión Internacional

Salmo de David.

26 Hazme justicia, Señor,

    pues he llevado una vida intachable;

    ¡en el Señor confío sin titubear!

2 Examíname, Señor; ¡ponme a prueba!

    purifica mis entrañas y mi corazón.

3 Tu gran amor lo tengo presente,

    y siempre ando en tu verdad.

4 Yo no convivo con los mentirosos,

    ni me junto con los hipócritas;

5 aborrezco la compañía de los malvados;

    no cultivo la amistad de los perversos.

6 Con manos limpias e inocentes

    camino, Señor, en torno a tu altar,

7 proclamando en voz alta tu alabanza

    y contando todas tus maravillas.

8 Señor, yo amo la casa donde vives,

    el lugar donde reside tu gloria.

9 En la muerte, no me incluyas

    entre pecadores y asesinos,

10 entre gente que tiene las manos

    llenas de artimañas y sobornos.

11 Yo, en cambio, llevo una vida intachable;

    líbrame y compadécete de mí.

12 Tengo los pies en terreno firme,

    y en la gran asamblea bendeciré al Señor.

Proverbios 6:16-19

Nueva Versión Internacional

16 Hay seis cosas que el Señor aborrece,

    y siete que le son detestables:

17         los ojos que se enaltecen,

        la lengua que miente,

        las manos que derraman sangre inocente,

18         el corazón que hace planes perversos,

        los pies que corren a hacer lo malo,

19         el falso testigo que esparce mentiras,

        y el que siembra discordia entre hermanos.

Nueva Versión Internacional (NVI)

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Sunday, January 30, 2022

DAB Español, Lunes 31 de Enero

Día 031, DAB Español, Lunes 31 de Enero


Éxodo 12:14-13:17; Mateo 20:29-21:22; Salmos 25:12-22; Proverbios 6:12-15 (Nueva Versión Internacional (NVI))









Éxodo 12:14-13:17

Nueva Versión Internacional

14 »Este es un día que por ley deberán conmemorar siempre. Es una fiesta en honor del Señor, y las generaciones futuras deberán celebrarla. 15 Durante siete días comerán pan sin levadura, de modo que deben retirar de sus casas la levadura el primer día. Todo el que coma algo con levadura desde el día primero hasta el séptimo será eliminado de Israel. 16 Celebrarán una reunión solemne el día primero, y otra el día séptimo. En todo ese tiempo no harán ningún trabajo, excepto preparar los alimentos que cada uno haya de comer. Solo eso podrán hacer.

17 »Celebrarán la fiesta de los Panes sin levadura, porque fue ese día cuando los saqué de Egipto formados en escuadrones. Por ley, las generaciones futuras siempre deberán celebrar ese día. 18 Comerán pan sin levadura desde la tarde del día catorce del mes primero hasta la tarde del día veintiuno del mismo mes. 19 Durante siete días se abstendrán de tener levadura en sus casas. Todo el que coma algo con levadura, sea extranjero o israelita, será eliminado de la comunidad de Israel. 20 No coman nada que tenga levadura. Dondequiera que vivan ustedes, comerán pan sin levadura».

21 Convocó entonces Moisés a todos los ancianos israelitas, y les dijo: «Vayan en seguida a sus rebaños, escojan el cordero para sus respectivas familias, y mátenlo para celebrar la Pascua. 22 Tomen luego un manojo de hisopo, mójenlo en la sangre recogida en la palangana, unten de sangre el dintel y los dos postes de la puerta, ¡y no salga ninguno de ustedes de su casa hasta la mañana siguiente! 23 Cuando el Señor pase por el país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el Señor que el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera.

24 »Obedezcan estas instrucciones. Será una ley perpetua para ustedes y para sus hijos. 25 Cuando entren en la tierra que el Señor ha prometido darles, ustedes seguirán celebrando esta ceremonia. 26 Y cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué significa para ustedes esta ceremonia?”, 27 les responderán: “Este sacrificio es la Pascua del Señor, que en Egipto pasó de largo por las casas israelitas. Hirió de muerte a los egipcios, pero a nuestras familias les salvó la vida”».

Al oír esto, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor, 28 y fueron y cumplieron al pie de la letra lo que el Señor les había ordenado a Moisés y a Aarón.

Muerte de los primogénitos egipcios

29 A medianoche el Señor hirió de muerte a todos los primogénitos egipcios, desde el primogénito del faraón en el trono hasta el primogénito del preso en la cárcel, así como a las primeras crías de todo el ganado. 30 Todos en Egipto se levantaron esa noche, lo mismo el faraón que sus funcionarios, y hubo grandes lamentos en el país. No había una sola casa egipcia donde no hubiera algún muerto.

31 Esa misma noche mandó llamar el faraón a Moisés y a Aarón, y les ordenó: «¡Largo de aquí! ¡Aléjense de mi pueblo ustedes y los israelitas! ¡Vayan a adorar al Señor, como lo han estado pidiendo! 32 Llévense también sus rebaños y sus ganados, como lo han pedido, ¡pero váyanse ya, que para mí será una bendición!»

33 El pueblo egipcio, por su parte, instaba a los israelitas a que abandonaran pronto el país. «De lo contrario —decían—, ¡podemos darnos por muertos!» 34 Entonces los israelitas tomaron las artesas de masa todavía sin leudar y, luego de envolverlas en sus ropas, se las echaron al hombro. 35 Después, siguiendo las instrucciones que Moisés les había dado, pidieron a los egipcios que les dieran objetos de oro y de plata, y también ropa. 36 El Señor hizo que los egipcios vieran con buenos ojos a los israelitas, así que les dieron todo lo que les pedían. De este modo los israelitas despojaron por completo a los egipcios.

El éxodo

37 Los israelitas partieron de Ramsés, en dirección a Sucot. Sin contar a las mujeres y a los niños, eran unos seiscientos mil hombres de a pie. 38 Con ellos salió también gente de toda laya, y grandes manadas de ganado, tanto de ovejas como de vacas. 39 Con la masa que sacaron de Egipto cocieron panes sin levadura, pues la masa aún no había fermentado. Como los echaron de Egipto, no tuvieron tiempo de preparar comida.

40 Los israelitas habían vivido en Egipto cuatrocientos treinta años. 41 Precisamente el día en que se cumplían los cuatrocientos treinta años, todos los escuadrones del Señor salieron de Egipto. 42 Aquella noche el Señor la pasó en vela para sacar de Egipto a los israelitas. Por eso también las generaciones futuras de israelitas deben pasar esa noche en vela, en honor del Señor.

Restricciones para la Pascua

43 El Señor les dijo a Moisés y a Aarón: «Estas son las normas para la Pascua:

»Ningún extranjero podrá participar de ella.

44 »Podrán participar de ella todos los esclavos que hayas comprado con tu dinero, siempre y cuando los hayas circuncidado antes.

45 »Ningún residente temporal ni trabajador a sueldo podrá participar de ella.

46 »La Pascua deberá comerse en casa, y de allí no se sacará ni un solo pedazo de carne. Tampoco se le quebrará ningún hueso al animal sacrificado.

47 »Toda la comunidad de Israel debe celebrar la Pascua.

48 »Todo extranjero que viva entre ustedes y quiera celebrar la Pascua del Señor deberá primero circuncidar a todos los varones de su familia; solo entonces podrá participar de la Pascua como si fuera nativo del país.

»Ningún incircunciso podrá participar de ella.

49 »La misma ley se aplicará al nativo y al extranjero que viva entre ustedes».

50 Todos los israelitas cumplieron al pie de la letra lo que el Señor les había ordenado a Moisés y a Aarón. 51 Ese mismo día el Señor sacó de Egipto a los israelitas, escuadrón por escuadrón.

Consagración de los primogénitos israelitas

13 El Señor habló con Moisés y le dijo: 2 «Conságrame el primogénito de todo vientre. Míos son todos los primogénitos israelitas y todos los primeros machos de sus animales».

3 Moisés le dijo al pueblo: «Acuérdense de este día en que salen de Egipto, país donde han sido esclavos y de donde el Señor los saca desplegando su poder. No coman pan con levadura. 4 Ustedes salen hoy, en el mes de aviv, 5 y en este mismo mes deberán celebrar esta ceremonia, cuando ya el Señor los haya hecho entrar en la tierra que prometió dar a los antepasados de ustedes. Se trata de la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, heveos y jebuseos: ¡tierra donde abundan la leche y la miel! 6 Durante siete días comerán pan sin levadura, y el día séptimo celebrarán una fiesta en honor al Señor. 7 En ningún lugar de su territorio debe haber nada que contenga levadura. Ni siquiera habrá levadura entre ustedes. Comerán pan sin levadura durante esos siete días.

8 »Ese día ustedes les dirán a sus hijos:[a] “Esto lo hacemos por lo que hizo el Señor por nosotros cuando salimos de Egipto”. 9 Y será para ustedes como una marca distintiva en la mano o en la frente, que les hará recordar que la ley del Señor debe estar en sus labios, porque el Señor los sacó de Egipto desplegando su poder. 10 Año tras año, en la misma fecha, cumplirán con esta ley.

11 »Una vez que el Señor los haga entrar en la tierra de los cananeos y se la haya dado, conforme al juramento que les hizo a ustedes y a sus antepasados, 12 le dedicarán al Señor el primogénito de todo vientre, y todo primer macho de su ganado, pues estos le pertenecen al Señor. 13 El primogénito de una asna podrá ser rescatado a cambio de un cordero; pero, si no se rescata, se le quebrará el cuello. Todos los primogénitos de ustedes o de sus descendientes deberán ser rescatados.

14 »El día de mañana, cuando sus hijos les pregunten: “¿Y esto qué significa?”, les dirán: “El Señor, desplegando su poder, nos sacó de Egipto, país donde fuimos esclavos. 15 Cuando el faraón se empeñó en no dejarnos ir, el Señor les quitó la vida a todos los primogénitos de Egipto, tanto de hombres como de animales. Por eso le ofrecemos al Señor en sacrificio el primer macho que nace, y rescatamos a nuestros primogénitos”. 16 Esto será para ustedes como una marca distintiva en la mano o en la frente, de que el Señor nos sacó de Egipto desplegando su poder».

El paso del Mar Rojo

17 Cuando el faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los llevó por el camino que atraviesa la tierra de los filisteos, que era el más corto, pues pensó: «Si se les presentara batalla, podrían cambiar de idea y regresar a Egipto».

Footnotes

  1. 13:8 ustedes les dirán a sus hijos. Lit. le dirás a tu hijo. En vv. 8-16 el texto hebreo usa el singular en sentido colectivo.

Mateo 20:29-21:22

Nueva Versión Internacional

Dos ciegos reciben la vista

29 Una gran multitud seguía a Jesús cuando él salía de Jericó con sus discípulos. 30 Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que pasaba Jesús, gritaron:

—¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!

31 La multitud los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban con más fuerza:

—¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!

32 Jesús se detuvo y los llamó.

—¿Qué quieren que haga por ustedes?

33 —Señor, queremos recibir la vista.

34 Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. Al instante recobraron la vista y lo siguieron.

La entrada triunfal

21 Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagué, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos 2 con este encargo: «Vayan a la aldea que tienen enfrente, y ahí mismo encontrarán una burra atada, y un burrito con ella. Desátenlos y tráiganmelos. 3 Si alguien les dice algo, respóndanle que el Señor los necesita, pero que ya los devolverá».

4 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta:

5 «Digan a la hija de Sión:

    “Mira, tu rey viene hacia ti,

humilde y montado en un burro,

    en un burrito, cría de una bestia de carga”».[a]

6 Los discípulos fueron e hicieron como les había mandado Jesús. 7 Llevaron la burra y el burrito, y pusieron encima sus mantos, sobre los cuales se sentó Jesús. 8 Había mucha gente que tendía sus mantos sobre el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las esparcían en el camino. 9 Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás gritaba:

—¡Hosanna[b] al Hijo de David!

—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor![c]

—¡Hosanna en las alturas!

10 Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió.

—¿Quién es este? —preguntaban.

11 —Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea —contestaba la gente.

Jesús en el templo

12 Jesús entró en el templo[d] y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas. 13 «Escrito está —les dijo—: “Mi casa será llamada casa de oración”;[e] pero ustedes la están convirtiendo en “cueva de ladrones”».[f]

14 Se le acercaron en el templo ciegos y cojos, y los sanó. 15 Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron que hacía cosas maravillosas, y que los niños gritaban en el templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron.

16 —¿Oyes lo que esos están diciendo? —protestaron.

—Claro que sí —respondió Jesús—; ¿no han leído nunca:

»“En los labios de los pequeños

    y de los niños de pecho

    has puesto la perfecta alabanza”?»[g]

17 Entonces los dejó y, saliendo de la ciudad, se fue a pasar la noche en Betania.

Se seca la higuera

18 Muy de mañana, cuando volvía a la ciudad, tuvo hambre. 19 Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada más que hojas.

—¡Nunca más vuelvas a dar fruto! —le dijo.

Y al instante se secó la higuera.

20 Los discípulos se asombraron al ver esto.

—¿Cómo es que se secó la higuera tan pronto? —preguntaron ellos.

21 —Les aseguro que, si tienen fe y no dudan —les respondió Jesús—, no solo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará. 22 Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración.

Footnotes

  1. 21:5 Zac 9:9

  2. 21:9 Expresión hebrea que significa «¡Salva!», y que llegó a ser una exclamación de alabanza; también en v. 15.

  3. 21:9 Sal 118:26

  4. 21:12 Es decir, en el área general del templo; también en vv. 14,15,23.

  5. 21:13 Is 56:7

  6. 21:13 Jer 7:11

  7. 21:16 Sal 8:2

Salmos 25:12-22

Nueva Versión Internacional

Mem

12 ¿Quién es el hombre que teme al Señor?

    Será instruido en el mejor de los caminos.

Nun

13 Tendrá una vida placentera,

    y sus descendientes heredarán la tierra.

Sámej

14 El Señor brinda su amistad a quienes le honran,

    y les da a conocer su pacto.

Ayin

15 Mis ojos están puestos siempre en el Señor,

    pues solo él puede sacarme de la trampa.

Pe

16 Vuelve a mí tu rostro y tenme compasión,

    pues me encuentro solo y afligido.

Tsade

17 Crecen las angustias de mi corazón;

    líbrame de mis tribulaciones.

18 Fíjate en mi aflicción y en mis penurias,

    y borra todos mis pecados.

Resh

19 ¡Mira cómo se han multiplicado mis enemigos,

    y cuán violento es el odio que me tienen!

Shin

20 Protege mi vida, rescátame;

    no permitas que sea avergonzado,

    porque en ti busco refugio.

Tav

21 Sean mi protección la integridad y la rectitud,

    porque en ti he puesto mi esperanza.

22 ¡Libra, oh Dios, a Israel

    de todas sus angustias!

Proverbios 6:12-15

Nueva Versión Internacional

12 El bribón y sinvergüenza,

    el vagabundo de boca corrupta,

13 hace guiños con los ojos,

    y señas con los pies y con los dedos.

14 El malvado trama el mal en su mente,

    y siempre anda provocando disensiones.

15 Por eso le sobrevendrá la ruina;

    ¡de repente será destruido, y no podrá evitarlo!

Nueva Versión Internacional (NVI)

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DAB Español, Domingo 28 de Abril

Día 119, DAB Español, Domingo 28 de Abril Jueces 8:17-9:21; Lucas 23:44-24:12; Salmos 99; Proverbios 14:9-10 (Traducción en lenguaje actual ...