Tuesday, January 18, 2022

DAB Español, Miércoles 19 de Enero

Día 019, DAB Español, Miércoles 19 de Enero


Génesis 39:1-41:16; Mateo 12:46-13:23; Salmos 17; Proverbios 3:33-35 (Palabra de Dios para Todos (PDT))









Génesis 39:1-41:16

Palabra de Dios para Todos

José en Egipto

39 Los ismaelitas se llevaron a José a Egipto. Un egipcio llamado Potifar, capitán de la guardia del faraón, lo compró. 2 El SEÑOR estaba con José e hizo que fuera un hombre muy exitoso. José vivió en la casa de su amo egipcio, 3 quien se dio cuenta de que el SEÑOR estaba con José y que el SEÑOR hacía que le fuera muy bien en todo. 4 José complacía a su amo y este nombró a José su asistente personal. Lo puso a cargo de la casa y todas sus otras posesiones. 5 El SEÑOR bendijo la casa de ese egipcio desde el momento en que él puso a cargo de José todas sus posesiones. El SEÑOR bendijo a Potifar en todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo. 6 Entonces entregó todo a cargo de José y no prestaba atención a nada que no fuera la comida que él mismo consumía.


José era un hombre muy apuesto y de buena figura. 7 Un tiempo después, la esposa de su amo comenzó a fijarse en José y le dijo:


—Acuéstate conmigo.


8 Pero José se rehusó y le dijo a la esposa de su amo:


—Mire, conmigo mi señor no tiene nada de qué preocuparse en la casa. Me dio todas sus posesiones para que yo las cuidara. 9 No hay nadie en esta casa que se iguale a mí. Lo único que él me ha negado es a usted, porque es su esposa. ¿Cómo puedo yo hacerle a él algo tan malo y cometer un pecado ante Dios?


10 A pesar de que ella hablaba con él día tras día, no lo convenció de que se acostara con ella. 11 Un día, cuando José regresó de trabajar a la casa, no había ningún otro esclavo adentro. 12 Entonces ella lo agarró de su ropa y le dijo:


—¡Acuéstate conmigo!


Pero él dejó su ropa en las manos de ella y salió huyendo.


13 Cuando ella vio que él había dejado la ropa en sus manos y salido huyendo, 14 llamó a los siervos de su casa y les dijo:


—Miren, mi esposo trajo a este hebreo para que nos insultara. Él vino a donde yo estaba para tratar de tener relaciones sexuales conmigo, pero yo grité fuerte. 15 Cuando oyó que yo había gritado, dejó su ropa al lado mío y salió corriendo.


16 Después ella se quedó con la ropa de José hasta que llegó su esposo. 17 Luego le contó la misma historia:


—El siervo hebreo que trajiste vino a aprovecharse de mí. 18 Pero cuando grité, dejó su ropa al lado mío y huyó hacia afuera.


19 El amo de José escuchó lo que le dijo su esposa y se enfureció. 20 Entonces lo agarró y lo puso en la prisión donde metían a los prisioneros del rey, y José quedó encarcelado.


21 Pero el SEÑOR estaba con José y lo ayudó haciendo que se ganara la confianza del carcelero. 22 Entonces el carcelero puso a todos los prisioneros bajo el mando de José, quien dirigía todo lo que ahí se hacía. 23 El carcelero no supervisaba lo que hacía José porque el SEÑOR estaba con José y por eso el SEÑOR hizo que le saliera bien todo lo que hacía.


José interpreta dos sueños

40 Después de esto, el jefe de los coperos del rey y el jefe de los panaderos ofendieron a su amo, el rey de Egipto. 2 El faraón se enojó mucho con sus dos siervos: el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos. 3 Entonces los puso bajo custodia en la prisión del capitán de la guardia, el mismo lugar donde José estaba encerrado. 4 El capitán puso a los dos prisioneros bajo el cuidado de José. Ambos permanecieron muchos días en prisión. 5 Una noche los dos prisioneros, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, a quienes el rey de Egipto había puesto en prisión, tuvieron un sueño. Cada prisionero tuvo su propio sueño y cada sueño tenía su propio significado. 6 A la mañana siguiente José fue a buscarlos y vio que estaban preocupados. 7 Entonces les preguntó a los siervos del faraón que estaban con él en prisión:


—¿Por qué están tan tristes hoy?


8 Ellos le respondieron:


—Tuvimos unos sueños y no hay nadie que nos los pueda explicar.


Y José les dijo:


—Sólo Dios puede interpretar los sueños. Cuéntenmelos.


9 Entonces el jefe de los coperos le contó su sueño. Le dijo:


—En mi sueño vi una vid. 10 La vid tenía tres ramas. Vi como a las ramas les crecían flores y después se convertían en uvas. 11 Yo tenía la copa del faraón en mis manos, tomé las uvas y exprimí su jugo en la copa. Después le entregué la copa al faraón.


12 Luego José le dijo:


—Esta es la interpretación del sueño: Las tres ramas son tres días. 13 En tres días el faraón te va a perdonar[a]. Te va a devolver tu empleo y tú le servirás el vino al rey tal como hacías antes, cuando eras su jefe de coperos. 14 Oye, cuando estés libre, acuérdate de mí, hazme ese favor. Cuéntale al faraón sobre mí para que así yo pueda salir de esta prisión. 15 A mí me sacaron a la fuerza de la tierra de los hebreos, y no hice nada para merecer estar en este hueco[b].


16 Cuando el jefe de los panaderos vio que la interpretación resultó buena, le dijo a José:


—Yo también tuve un sueño: Tenía tres canastos de pan blanco sobre mi cabeza. 17 En el canasto superior había comida horneada de todo tipo para el faraón, pero los pájaros se la estaban comiendo.


18 José le respondió:


—Esta es la interpretación de tu sueño: Los tres canastos son tres días. 19 En tres días el faraón te va a cortar la cabeza.[c] Va a colgar tu cuerpo de un árbol y los pájaros se van a comer tu carne.


20 A los tres días era el cumpleaños del faraón. Este ofreció una fiesta para todos sus siervos y en presencia de ellos sacó de la cárcel al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos. 21 Le devolvió su antiguo empleo al jefe de los coperos quien le volvió a servir el vino al faraón, 22 y colgó al jefe de los panaderos, tal como José había dicho. 23 Pero el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó de él.


Los sueños del faraón

41 Dos años más tarde, el faraón soñó que estaba de pie al lado del río Nilo. 2 Del río salieron siete vacas hermosas y gordas que se pararon a comer pasto. 3 Después salieron del río otras siete vacas, feas y flacas, que se pararon al lado de las otras vacas en la orilla del Nilo. 4 Entonces las vacas feas y flacas se comieron a las vacas hermosas y sanas. Luego el faraón se despertó.


5 Después el faraón se volvió a quedar dormido y tuvo un segundo sueño: había siete espigas de trigo, gordas y buenas, creciendo en un mismo tallo. 6 Después crecieron siete espigas más, flacas y quemadas por los vientos del oriente. 7 Luego las espigas flacas se tragaron a las espigas gordas y llenas. Entonces, el rey se volvió a despertar y se dio cuenta de que todo había sido un sueño. 8 A la mañana siguiente estaba preocupado, así que mandó llamar a los magos y a los sabios de Egipto, y les contó su sueño, pero ninguno de ellos se lo pudo interpretar.


9 Entonces el jefe de los coperos le dijo al faraón:


—Hoy me acuerdo de lo mal que me he portado. 10 Una vez el faraón estaba enojado conmigo, su siervo, y me mandó a prisión junto con el jefe de los panaderos. 11 Él y yo, tuvimos cada uno un sueño la misma noche, cada uno con su propio significado. 12 Había un joven hebreo ahí con nosotros, siervo del capitán de la guardia. Le contamos nuestros sueños y él nos explicó el significado del sueño de cada uno. 13 Todo resultó tal como él nos lo había dicho. Yo recuperé mi antiguo empleo, pero al otro lo colgaron.


14 Entonces el faraón mandó a llamar a José y rápidamente lo sacaron del hueco. José se afeitó, se cambió la ropa y se presentó ante el rey. 15 El faraón le dijo:


—Tuve un sueño y no hay quién me lo pueda interpretar, pero he oído que cuando tú escuchas un sueño, lo puedes explicar.


16 José le respondió al faraón:


—¡Yo no puedo! Pero tal vez Dios se lo pueda explicar.


Footnotes

40:13 perdonar Textualmente levantar la cabeza.

40:15 hueco Era muy común en aquel tiempo convertir una cisterna en cárcel.

40:19 cortar la cabeza Textualmente levantar la cabeza.

Mateo 12:46-13:23

Palabra de Dios para Todos

La verdadera familia de Jesús

(Mr 3:31-35; Lc 8:19-21)

46 Mientras Jesús continuaba hablando a la multitud, su mamá y sus hermanos estaban afuera esperando para hablar con él. 47 Alguien le dijo a Jesús:


—¡Oye! Tu mamá y tus hermanos están afuera esperando y quieren hablar contigo.


48 Jesús le respondió:


—¿Quién es mi mamá y quiénes son mis hermanos?


49 Entonces él señaló a sus seguidores y dijo:


—Aquí están mi mamá y mis hermanos. 50 Pues el que haga lo que mi Padre celestial quiere, es mi hermano, mi hermana y mi mamá.


Historia del sembrador

(Mr 4:1-9; Lc 8:4-8)

13 Ese mismo día Jesús salió de la casa y se sentó junto al lago. 2 Había tanta gente a su alrededor que tuvo que subir a una barca y se sentó para enseñarles, mientras la gente se quedaba en la orilla. 3 Les dio muchas enseñanzas por medio de historias. Les dijo:


«¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. 4 Al esparcir las semillas, algunas cayeron en el camino; vinieron las aves y se las comieron. 5 Otras semillas cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra. Esas semillas brotaron rápido porque la tierra no era profunda. 6 Pero cuando salió el sol, las plantas se quemaron y como no tenían raíces, se secaron. 7 Otras cayeron entre espinos, crecieron con las plantas y las ahogaron. 8 Otras semillas cayeron en tierra buena y empezaron a dar fruto. Algunas plantas produjeron 100 granos más por semilla, otras 60 y otras 30. 9 ¡Oigan bien lo que les digo!»


El porqué de las historias

(Mr 4:10-12; Lc 8:9-10)

10 Sus seguidores se acercaron y le preguntaron a Jesús:


—¿Por qué enseñas a la gente por medio de historias?


11 Él les respondió:


—Ustedes tienen el privilegio de entender la verdad que no se ha dado a conocer sobre el reino de Dios, pero ellos no. 12 Porque al que entienda algo, se le dará más a entender y tendrá más que suficiente. Pero al que no entienda, hasta lo que entienda se le quitará. 13 Por eso yo les hablo por medio de historias, porque aunque ellos miran, no ven nada. Oyen, pero no escuchan ni entienden nada. 14 De esta manera ellos muestran que era cierto lo que dijo Isaías sobre ellos:


“Por más que oigan, no entenderán.

    Por más que miren, no captarán.

15 Han cerrado su mente,

    se taparon los oídos

    y cerraron los ojos.

Si no fuera así, entenderían lo que ven

    y lo que oyen.

Se volverían a mí

    y yo los sanaría”.[a]


16 »Pero ustedes son afortunados porque pueden ver lo que hago y oír lo que enseño. 17 Les digo la verdad: muchos profetas y otros justos quisieron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; también quisieron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.


Jesús explica la historia del sembrador

(Mr 4:13-20; Lc 8:11-15)

18 »Ahora escuchen lo que significa la historia del sembrador: 19 ¿Qué significa la semilla que cae en el camino? Esa semilla es como algunos que oyen el mensaje del reino y no lo entienden. Viene el maligno y quita lo sembrado en ellos. 20 ¿Qué significa la semilla que cae en el terreno pedregoso? Esa semilla es como aquellos que oyen el mensaje y lo aceptan rápidamente con alegría, 21 pero no tienen raíz en sí y duran poco tiempo. Cuando surgen los problemas o la persecución por causa del mensaje, inmediatamente se dan por vencidos. 22 ¿Qué significa la semilla que cae entre los espinos? Es como aquellos que oyen el mensaje, pero dejan que las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas ahoguen el mensaje y se vuelven estériles. 23 ¿Y qué significa la semilla que cae en tierra buena? Esa semilla son los que aceptan el mensaje, lo entienden y producen una buena cosecha. Darán mucho más de lo sembrado, hasta 100, 60 y 30 veces más».


Footnotes

13:14-15 Cita de Is 6:9-10.

Salmos 17

Palabra de Dios para Todos

Señor, escúchame

Oración de David.

1 SEÑOR, escúchame, te pido que me hagas justicia;

    atiende a mi llamado.

Escucha mi oración,

    pues mis palabras son sinceras.

2 Juzga tú a favor mío,

    fíjate en lo que es justo.


3 Tú has examinado mi corazón;

    estuviste conmigo toda la noche,

me interrogaste

    y no encontraste nada malo en mí.

Examinaste mis planes

    y no encontraste nada malo en ellos.

4 Yo sí he obedecido lo que dijiste, no como otros;

    evito seguir el ejemplo de los violentos.

5 Sigue guiando mis pasos

    para que nunca resbale.


6 Dios, te pido ayuda porque sé que me responderás.

    ¡Escúchame! Oye mi oración.

7 Muéstrame tu amor fiel y maravilloso.

    Cuando atacan los enemigos, los que confían en ti buscan tu ayuda;

    y tú los salvas y los llevas a tu lado.

8 Protégeme como a la niña de tus ojos;

    escóndeme bajo la sombra de tus alas.

9 Protégeme de los perversos que tratan de destruirme.

    Sálvame de mis enemigos mortales que me tienen rodeado.

10 Ellos no tienen compasión

    y se jactan de sus planes.

11 Me persiguieron

    y me han rodeado para atacarme.

12 Mis enemigos son como leones listos a devorar su presa.

    Se esconden como leones para atacar a su víctima.


13 ¡Levántate SEÑOR!

    Enfrenta a mis enemigos y haz que se rindan.

    Con tu espada sálvame de esta gente perversa.

14 Usa tu poder y sálvame de los perversos.

    SEÑOR, demuestra todo tu poder

    y expulsa de esta vida a esa gente mala.

Dales a comer de la ira que tienes guardada.

    Que sus hijos y hasta los hijos de sus hijos se llenen de ella.[a]


15 En cuanto a mí, yo hago lo correcto,

    por eso quedaré satisfecho cuando despierte y vea tu rostro.


Footnotes

17:14 o Y a los que amas, dales comida en abundancia para que hasta sus hijos y los hijos de sus hijos tengan siempre alimento. El significado del hebreo es incierto.

Proverbios 3:33-35

Palabra de Dios para Todos

33 El SEÑOR maldice el hogar del perverso,

    pero bendice el del justo.

34 Se burla de los burlones,

    pero es bueno con los humildes.

35 Los sabios son dignos de respeto,

    pero los brutos sólo merecen deshonor.


Palabra de Dios para Todos (PDT)

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