Tuesday, March 31, 2020

DAB Español, Miércoles 01 de Abril

Día 092, DAB Español, Miércoles 01 de Abril

Deuteronomio 18:1-20:20; Lucas 9:28-50; Salmos 73; Proverbios 12:10 (Reina Valera Contemporánea (RVC))







Deuteronomio 18-20 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Derechos de los levitas

18 »Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no recibirán en Israel ningún terreno en propiedad. Sólo participarán de las ofrendas quemadas al Señor y de lo que le pertenece. 2 No tendrán ninguna propiedad entre sus hermanos, porque su propiedad es el Señor, como ya él se lo ha dicho. 3 A lo que tendrán derecho los sacerdotes, por parte del pueblo, es a los bueyes o corderos que se ofrezcan en sacrificio, de los cuales se les dará la espaldilla, las quijadas y el cuajar. 4 También les darás las primicias de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas. 5 El Señor tu Dios los ha escogido de entre todas tus tribus, para que él y sus hijos estén siempre atentos a servir en su nombre.

6 »Cuando un levita salga de alguna de las ciudades israelitas donde haya vivido, y con todo el deseo de su alma llegue al lugar que el Señor escoja, 7 ministrará en el nombre del Señor su Dios, como lo hacen todos sus hermanos levitas que estén allí delante del Señor. 8 Además de sus patrimonios, recibirá para comer una ración igual a la que reciben los otros.
Amonestación contra costumbres paganas

9 »Cuando entres a la tierra que el Señor tu Dios te da, no cometas los mismos actos repugnantes que practican esas naciones. 10 Que no haya en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni nadie que practique la adivinación, ni sea agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni nadie que consulte a los muertos. 12 Al Señor le repugnan todos los que hacen estas cosas, y precisamente por estos actos repugnantes el Señor tu Dios va a expulsar de tu presencia a estas naciones. 13 Delante del Señor tu Dios debes ser perfecto, 14 porque las naciones de las que vas a tomar posesión prestan oído a los agoreros y a los adivinos, pero a ti el Señor tu Dios no te permite hacer eso.
Dios promete un profeta como Moisés

15 »El Señor tu Dios hará que surja en medio de ti, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él deberán escuchar, 16 tal y como le pediste al Señor tu Dios el día de la asamblea en Horeb, cuando dijiste: “No quiero volver a oír la voz del Señor mi Dios, ni tampoco quiero volver a ver tan impresionante fuego, pues no quiero morir.” 17 El Señor me dijo: “Esto que dicen está muy bien. 18 Voy a hacer que de entre sus hermanos surja un profeta como tú. Pondré mis palabras en sus labios, y él les comunicará todo lo que yo le ordene decir. 19 Pero yo le pediré cuentas a todo el que no atienda las palabras que ese profeta proclame en mi nombre. 20 Y el profeta a quien yo no le haya ordenado hablar, o que hable en nombre de otros dioses pero pretenda hablar en mi nombre, será condenado a muerte. 21 Tal vez digas en tu corazón: ‘¿Y cómo vamos a saber si esa palabra no proviene del Señor?’ 22 Tú no tengas miedo de ese profeta, que si llega a hablar en mi nombre y sus palabras no se cumplen ni se hacen realidad, eso hará ver que yo, el Señor, no he hablado, y que tal profeta habló con arrogancia.”
Las ciudades de refugio

19 »Cuando el Señor tu Dios haya destruido a las naciones cuya tierra el Señor tu Dios te da en posesión, y tú la hayas ocupado y habites en sus ciudades y en sus casas; 2 en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión apartarás tres ciudades. 3 Dividirás en tres partes la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, y arreglarás los caminos para que todo homicida pueda huir a ellas.

4 »Éstas son las reglas para el homicida que huya a ellas: vivirá el que, sin proponérselo y sin antes haber tenido enemistad con su prójimo, lo hiera de muerte. 5 Por ejemplo, si va al monte a cortar leña en compañía de su prójimo y, al soltar el golpe con el hacha para cortar algún árbol, ésta se suelta del mango y golpea a su prójimo y éste muere; entonces podrá huir a una de estas ciudades, y quedar con vida. 6 De lo contrario, si el camino es largo, el que quiera vengar al muerto podría perseguir al homicida y alcanzarlo y, enfurecido, herirlo de muerte, cuando en realidad no merecía morir porque nunca antes medió enemistad con su prójimo.

7 »Por lo tanto, yo te mando que apartes tres ciudades. 8 Y si el Señor tu Dios ensancha tu territorio, como se lo juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres, 9 entonces a estas tres ciudades añadirás tres más, siempre y cuando cumplas todos estos mandamientos que hoy te prescribo, y los pongas por obra, y ames al Señor tu Dios y vayas siempre por sus caminos. 10 Así no se derramará sangre inocente en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, ni serás culpado de derramar sangre.

11 »Pero si alguien aborrece a su prójimo y lo acecha, y se levanta contra él y le quita la vida, aunque huya a alguna de estas ciudades 12 los ancianos de su ciudad mandarán sacarlo de allí, y lo entregarán al vengador del homicidio para que lo mate. 13 No lo compadezcas, sino quita de Israel al que derrame sangre inocente. Así te irá bien.

14 »Cuando tomes posesión de la tierra que el Señor tu Dios te da, no reduzcas los linderos de la propiedad de tu prójimo, que tus antepasados fijaron.
Leyes sobre el testimonio

15 »En caso de algún delito o pecado relacionado con alguna ofensa cometida, no se tomará en cuenta contra nadie a un solo testigo. La acusación se mantendrá sólo por el testimonio de dos o tres testigos.

16 »Cuando algún testigo acuse falsamente a alguien, 17 las dos partes se presentarán delante del Señor, y delante de los sacerdotes y jueces que en esos días estén en funciones. 18 Los jueces investigarán el caso, y si el testigo resulta ser falso, y falsamente acusa a su hermano, 19 entonces se hará con él lo que él había pensado hacer con su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti, 20 y el resto de la gente se enterará y temerá, y no se volverá a cometer una maldad semejante en tu medio.

21 »No tengas compasión de nadie. Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.
Leyes para la guerra

20 »Cuando salgas a combatir a tus enemigos, no tengas temor de ellos, aun cuando veas que tienen caballos y carros de guerra, y que su ejército es más grande que el tuyo, porque contigo está el Señor tu Dios, el cual te sacó de la tierra de Egipto. 2 Cuando ya se dispongan a combatir, el sacerdote se pondrá de pie y arengará al pueblo. 3 Les dirá: “Oye, Israel: este día ustedes van a entrar en combate contra sus enemigos. No se descorazonen. No tengan miedo ni se espanten. No pierdan el ánimo al enfrentarse a ellos, 4 porque el Señor su Dios va con ustedes, y peleará en favor de ustedes contra sus enemigos, y les dará la victoria.” 5 Los oficiales, por su parte, dirán al pueblo: “¿Quién de ustedes ha construido una casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya de regreso a su casa, no sea que muera en batalla y algún otro la estrene. 6 ¿Quién ha plantado una viña, y aún no ha disfrutado de ella? Vaya de regreso a su casa, no sea que muera en batalla, y algún otro la disfrute. 7 ¿Y quién ésta comprometido, y aún no se ha casado? Vaya de regreso a su casa, no sea que muera en batalla, y algún otro se case con su novia.” 8 Además de esto, los oficiales dirán al pueblo: “¿Quién de ustedes tiene miedo y se acobarda? Vaya de regreso a su casa, para que no contagie a sus hermanos con su cobardía.” 9 Y en cuanto los oficiales hayan hablado con el pueblo, los capitanes del ejército tomarán el mando y se pondrán a la cabeza del ejército.

10 »Cuando te dispongas a atacar una ciudad, envíale primero un mensaje de paz. 11 Si su respuesta es también de paz, y te abre las puertas, entonces todo el pueblo que esté en ella te pagará tributo y te servirá. 12 Pero si no hace la paz contigo, y te declara la guerra, entonces sitiarás la ciudad 13 y cuando el Señor tu Dios te la haya entregado herirás a filo de espada a todos sus hombres. 14 Te quedarás sólo con las mujeres, los niños y los animales, y con todo el botín que haya en la ciudad. También te comerás el botín de tus enemigos, a los que el Señor tu Dios te entregará. 15 Esto mismo harás con todas las ciudades que estén alejadas de ti y que no sean parte de las ciudades de estas naciones. 16 Pero no dejarás con vida a nadie que sea de las ciudades de estos pueblos que el Señor tu Dios te da en posesión, 17 sino que destruirás por completo a los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, jivitas y jebuseos, tal y como el Señor tu Dios te lo ha ordenado. 18 Si no lo haces, ellos te enseñarán a cometer todos los actos repugnantes que hacen para honrar a sus dioses, y entonces pecarás contra el Señor tu Dios.

19 »Cuando sities alguna ciudad y en el ataque pases muchos días para conquistarla, no destruyas sus árboles ni los derribes a golpe de hacha, porque ellos te brindarán alimento. No los eches abajo durante el sitio, pues no son hombres y no pueden responder a tu ataque; sólo son árboles del campo. 20 Podrás destruir y derribar todo árbol que sepas que no es frutal, y construir con ellos torres de asalto y conquistar la ciudad que te hace la guerra.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Lucas 9:28-50 Reina Valera Contemporánea (RVC)

La transfiguración

28 Como ocho días después de que Jesús dijo esto, subió al monte a orar, y se llevó con él a Pedro, Juan y Jacobo. 29 Y mientras oraba, cambió la apariencia de su rostro, y su vestido se hizo blanco y resplandeciente. 30 Aparecieron entonces dos hombres, y conversaban con él. Eran Moisés y Elías, 31 que rodeados de gloria hablaban de la partida de Jesús, la cual se iba a cumplir en Jerusalén. 32 Pedro y los que estaban con él tenían mucho sueño pero, como se quedaron despiertos, vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. 33 Mientras éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo: «Maestro, ¡qué bueno es para nosotros estar aquí! Vamos a hacer tres cobertizos; uno para ti, otro para Moisés, y otro para Elías.» Pero no sabía lo que decía. 34 Y mientras decía esto, una nube los cubrió, y tuvieron miedo de entrar en la nube. 35 Entonces, desde la nube se oyó una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!» 36 Cuando la voz cesó, Jesús se encontraba solo. Pero ellos mantuvieron esto en secreto y, durante aquellos días, no le dijeron a nadie lo que habían visto.
Jesús sana a un muchacho endemoniado

37 Al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud les salió al encuentro, 38 y con fuerte voz un hombre de la multitud le dijo: «Maestro, te ruego que veas a mi hijo. ¡Es el único hijo que tengo! 39 Sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente lo sacude con violencia, y lo hace gritar y echar espuma por la boca. Cuando lo atormenta, a duras penas lo deja tranquilo. 40 Yo les pedí a tus discípulos que expulsaran al espíritu, pero no pudieron.» 41 Jesús dijo entonces: «¡Ay, gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? ¡Trae acá a tu hijo!» 42 Mientras el muchacho se acercaba, el demonio lo derribó y lo sacudió con violencia, pero Jesús reprendió al espíritu impuro, sanó al muchacho, y se lo entregó a su padre. 43 Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.
Jesús anuncia otra vez su muerte

Entre el asombro que causaba todo lo que Jesús hacía, dijo él a sus discípulos: 44 «Pongan mucha atención a estas palabras: El Hijo del Hombre será entregado a los poderes de este mundo.» 45 Pero ellos no las entendieron, pues les estaban veladas para que no las entendieran, y tenían miedo de preguntarle qué querían decir.
¿Quién es el mayor?

46 En cierta ocasión, los discípulos comenzaron a discutir acerca de quién de ellos era el más importante. 47 Cuando Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, tomó a un niño y, poniéndolo junto a él, 48 les dijo: «Cualquiera que reciba a un niño así en mi nombre, me recibe a mí; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió. Porque el más insignificante entre todos ustedes, es el más grande de ustedes.»
El que no está contra nosotros, está a favor de nosotros

49 Entonces Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros.» 50 Jesús le dijo: «No se lo prohíban, porque el que no está contra nosotros, está a favor de nosotros.»

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Salmos 73 Reina Valera Contemporánea (RVC)

LIBRO III
El destino de los malos
Salmo de Asaf.

73 ¡Ah, Dios es bueno con Israel,
con los limpios de corazón!
2
En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;
poco faltó para que mis pasos resbalaran.
3
Y es que tuve envidia de los arrogantes,
al ver cómo prosperaban esos malvados.
4
Ellos no se acongojan ante la muerte,
pues están llenos de vigor.
5
No se afanan ni se ven golpeados
como el resto de los mortales.
6
La soberbia es su corona,
y la violencia es su vestido.
7
Tan gordos están que los ojos se les saltan;
siempre satisfacen los apetitos de su corazón.
8
Entre burlas hacen planes malvados y violentos,
y siempre hablan con altanería.
9
Con su boca ofenden al cielo,
y con su lengua denigran a la tierra.
10
Por eso el pueblo de Dios se vuelve a ellos,
y absorben sus palabras como si bebieran agua.
11
Hasta dicen: «¿Cómo va a saberlo Dios?
¡De esto no se enterará el Altísimo!»
12
¡Bien puede verse que estos impíos
se hacen ricos sin que nada les preocupe!

13
¡Ah!, pero de nada me ha servido
mantener mi corazón y mis manos sin pecado,
14
pues a todas horas recibo azotes
y soy castigado todas las mañanas.
15
Si acaso llegara yo a hablar como ellos,
estaría traicionando a la generación de tus hijos.
16
Me puse a pensar en esto para entenderlo,
pero me resultó un trabajo muy difícil.
17
Sólo cuando entré en el santuario de Dios,
pude comprender en lo que ellos van a terminar.

18
¡Ah!, pero tú vas a hacerlos resbalar;
vas a hacerlos caer en desgracia.
19
¡En un instante acabarás con ellos!
¡Perecerán por completo, consumidos de terror!
20
Como quien despierta de un sueño,
cuando tú, Señor, despiertes, harás que se desvanezcan.

21
Yo tenía el alma llena de amargura,
y sentía que el corazón me punzaba.
22
Era yo tan torpe que no podía entenderlo;
en tu presencia, era yo como una bestia.
23
Y no obstante, siempre he estado contigo;
tú me has tomado de la mano derecha,
24
me has guiado para seguir tu consejo,
y al final me recibirás en gloria.
25
¿A quién tengo en los cielos? ¡Sólo a ti!
¡Sin ti, no quiero nada aquí en la tierra!
26
Aunque mi cuerpo y mi corazón desfallecen,
tú, Dios mío, eres la roca de mi corazón,
¡eres la herencia que para siempre me ha tocado!

27
Es un hecho: los que se alejan de ti perecerán;
¡tú destruirás a todos los que de ti se aparten!
28
En cuanto a mí, ¡qué bueno es estar cerca de ti!
¡En ti, Señor, he puesto mi esperanza
para proclamar todas tus obras!

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Proverbios 12:10 Reina Valera Contemporánea (RVC)

10
El justo sabe cuando su bestia tiene hambre,
pero los impíos son crueles de corazón.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Monday, March 30, 2020

DAB Español, Martes 31 de Marzo

Día 091, DAB Español, Martes 31 de Marzo

Deuteronomio 16:1-17:20; Lucas 9:7-27; Salmos 72; Proverbios 12:8-9 (Reina Valera Contemporánea (RVC))





Deuteronomio 16-17 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Fiestas anuales

16 »Ten presente el mes de Aviv para celebrar la pascua en honor del Señor tu Dios, porque una noche del mes de Aviv el Señor tu Dios te sacó de Egipto. 2 Para el sacrificio de la pascua en honor del Señor tu Dios, ofrecerás de tus ovejas y de tus vacas, en el lugar que el Señor escoja como residencia de su nombre. 3 Con la pascua no comerás pan con levadura, sino que durante siete días comerás pan sin levadura, pan de aflicción, para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de Egipto, y que cuando saliste de allá lo hiciste de prisa. 4 Durante siete días no deberá verse levadura en ningún lugar de todo tu territorio, y de la carne del animal sacrificado en la tarde del primer día, no deberá quedar nada para el día siguiente.

5 »No podrás sacrificar la pascua en cualquiera de las ciudades que el Señor tu Dios te da, 6 sino que la sacrificarás en el lugar que el Señor tu Dios escoja como residencia de su nombre, y lo harás por la tarde, a la puesta del sol, porque a esa hora saliste de Egipto. 7 Asarás la carne y la comerás en el lugar que el Señor tu Dios haya escogido, y por la mañana podrás volver a tu casa. 8 Durante seis días comerás pan sin levadura, y el séptimo día no trabajarás, sino que celebrarás una fiesta solemne en honor del Señor tu Dios.

9 »Siete semanas contarás a partir del día en que se comience a segar el trigo, 10 para celebrar la fiesta solemne de las semanas en honor del Señor tu Dios. Las ofrendas que presentes serán voluntarias, en la medida en que el Señor tu Dios te haya bendecido. 11 Y en el lugar que el Señor tu Dios haya escogido como residencia de su nombre se alegrarán tú y tu hijo, y tu hija, delante del Señor tu Dios, lo mismo que tu siervo y tu sierva, y el levita que viva en tus ciudades, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que vivan en tu medio. 12 Acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto, así que cumplirás al pie de la letra estos estatutos.

13 »Cuando ya hayas levantado la cosecha de trigo y hayas exprimido las uvas en tu lagar, durante siete días celebrarás la fiesta solemne de los tabernáculos. 14 Y en tus fiestas solemnes te alegrarás tú, y tu hijo y tu hija, y tu siervo y tu sierva, y el levita, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que viven en tus ciudades. 15 Durante siete días celebrarás la fiesta solemne en honor del Señor tu Dios, en el lugar que el Señor escoja, porque el Señor tu Dios te habrá bendecido en todos tus frutos, y en todos tus trabajos, y estarás verdaderamente alegre.

16 »Tres veces al año todos tus varones se presentarán delante del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja. Se presentarán en la fiesta solemne de los panes sin levadura, en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno de ellos se presentará delante del Señor con las manos vacías. 17 Cada uno presentará su ofrenda, conforme a la bendición que el Señor tu Dios le haya dado.
Impartición de la justicia

18 »En todas las ciudades que el Señor tu Dios te dará pondrás jueces y oficiales de tus tribus, los cuales impartirán justicia entre el pueblo. 19 No tuerzas el derecho. No hagas acepción de personas, ni aceptes soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. 20 Tú haz justicia, y nada más que justicia, para que vivas y tomes posesión de la tierra que el Señor tu Dios te da.

21 »No plantes ningún árbol ni te hagas ninguna imagen de Asera cerca del altar del Señor tu Dios. 22 No erijas ninguna estatua, porque eso es algo que el Señor tu Dios aborrece.

17 »No ofrecerás al Señor tu Dios, en sacrificio, ningún buey o cordero que tenga algún defecto o alguna cosa mala, pues eso le repugna al Señor tu Dios.

2 »Cuando en alguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da se halle algún hombre, o alguna mujer, que haya hecho lo malo a los ojos del Señor tu Dios y que haya faltado a su pacto 3 al ir y servir a dioses ajenos, y al inclinarse ante ellos, ya sea ante el sol o la luna, o ante todo el ejército del cielo (lo cual yo he prohibido), 4 y te llegue la noticia, y después de enterarte lo averiguas bien, y resulta que esto es realmente cierto y que se ha cometido en Israel un hecho tan aberrante, 5 sacarás de la ciudad al hombre o a la mujer que haya cometido esta maldad, y los apedrearás, y así morirán.

6 »Quien sea condenado a muerte sólo podrá morir por el testimonio de dos o de tres testigos. Nadie podrá morir por el testimonio de un solo testigo. 7 Los primeros en levantar la mano contra el condenado a muerte serán los testigos; después de ellos levantará la mano todo el pueblo. Así acabarás con el mal que haya en tu medio.

8 »Cuando en tus ciudades se te presente un caso difícil de juzgar, ya sea entre dos distintas clases de homicidio, o dos distintas clases de derecho legal, o dos distintas clases de heridas, o distintos negocios o litigios, te levantarás e irás al lugar que el Señor tu Dios haya escogido, 9 y recurrirás a los sacerdotes levitas y al juez que haya en aquellos días, y los consultarás y ellos te harán saber la justa sentencia. 10 Entonces actuarás según la sentencia que te indiquen los del lugar que el Señor haya escogido, y pondrás cuidado en hacer todo según lo que te manifiesten. 11 Procederás en conformidad con las normas que te hagan saber, y según la sentencia que dicten, sin desviarte ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te hagan saber. 12 Si alguien procede con soberbia, y no obedece al sacerdote que está allí para ministrar delante del Señor tu Dios, o al juez, será condenado a muerte. Así quitarás el mal de en medio de Israel. 13 Y todo el pueblo lo sabrá, y temerá, y no se envanecerá.
Instrucciones acerca del rey

14 »Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, tal vez digas: “Quiero tener un rey, como lo tienen todas las naciones que me rodean.” 15 Si es así, nombrarás como tu rey a quien el Señor tu Dios escoja. Pero no pondrás como rey tuyo a ningún extranjero, sino que pondrás como rey tuyo a uno de tus compatriotas. 16 Ese rey no deberá aumentar el número de sus caballos, ni hará que ustedes como pueblo vuelvan a Egipto sólo para adquirir más caballos, porque el Señor les ha dicho que nunca más vuelvan por ese camino. 17 Para que su corazón no se desvíe, tampoco deberá tomar para sí muchas mujeres, ni amontonará para sí oro y plata en abundancia. 18 Una vez que haya ocupado el trono de su reino, escribirá en un libro una copia de esta ley para sí mismo, semejante al original que está al cuidado de los sacerdotes levitas, 19 y la tendrá a la mano, y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Señor su Dios, y para que cumpla todas las palabras de esta ley y de estos estatutos, y los ponga por obra. 20 Así su corazón no se colocará por encima de sus hermanos, ni se apartará ni a diestra ni a siniestra del mandamiento, a fin de que tanto él como sus hijos prolonguen los días de su reinado en medio de Israel.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Lucas 9:7-27 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Muerte de Juan el Bautista

7 Herodes el tetrarca se enteró de todo lo que hacía Jesús, y estaba perplejo, pues algunos decían que Juan había resucitado de los muertos; 8 otros decían que Elías se había aparecido; y aún otros, que alguno de los antiguos profetas había resucitado. 9 Pero Herodes dijo: «¡Yo mandé decapitar a Juan! Entonces, ¿quién es éste, de quien oigo decir tales cosas?» Y trataba de verlo.
Alimentación de los cinco mil

10 Cuando los apóstoles regresaron, le contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Entonces él los llevó a un lugar apartado de la ciudad llamada Betsaida. 11 Pero la gente lo supo y lo siguió, y él los recibió y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser sanados. 12 Cuando el día comenzó a declinar, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos vecinos, y busquen comida y alojamiento, porque aquí no hay nada.» 13 Jesús les dijo: «Denles ustedes de comer.» Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos a comprar alimentos para toda esta multitud.» 14 Allí había como cinco mil personas. Y Jesús dijo a sus discípulos: «Hagan que la gente se siente en grupos de cincuenta personas.» 15 Los discípulos lo hicieron así, y todos se sentaron. 16 Jesús tomó entonces los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, los bendijo, los partió, y se los dio a sus discípulos para que ellos los repartieran entre la gente. 17 Y todos comieron y quedaron satisfechos; y de lo que sobró recogieron doce cestas.
La confesión de Pedro

18 Un día, mientras Jesús se apartó para orar, les preguntó a los discípulos que estaban con él: «¿Quién dice la gente que soy yo?» 19 Ellos respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros más, que eres alguno de los antiguos profetas que ha resucitado.» 20 Entonces les preguntó: «¿Y ustedes, quién dicen que soy?» Y Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo de Dios.»
Jesús anuncia su muerte

21 Jesús les mandó que de ninguna manera se lo dijeran a nadie. 22 También les dijo: «Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, que sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que muera y resucite al tercer día.»

23 Y a todos les decía: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí, la salvará. 25 Porque ¿de qué le sirve a uno ganarse todo el mundo, si se destruye o se pierde a sí mismo? 26 Porque si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria, y en la gloria del Padre y de los santos ángeles. 27 Pero en verdad les digo, que algunos de los que están aquí no morirán hasta que vean el reino de Dios.»

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Salmos 72 Reina Valera Contemporánea (RVC)

El reinado de un rey justo
Para Salomón.

72 ¡Concédele, oh Dios, al rey juzgar como tú,
y concédele al hijo del rey tu justicia!
2
¡Concédele juzgar a tu pueblo con justicia,
y con buen juicio a los afligidos de tu pueblo!
3
¡Que los montes brinden paz al pueblo,
y las colinas ofrezcan justicia!
4
Así el rey juzgará a los afligidos del pueblo,
salvará a los hijos de los menesterosos,
y aplastará a los opresores.
5
Tu pueblo te temerá de generación en generación
mientras el sol y la luna existan.

6
Que sea el rey como la lluvia que cae sobre la hierba,
y como el rocío que empapa la tierra
7
Que haya en sus días justicia y mucha paz,
hasta que la luna deje de existir.
8
Que su dominio se extienda de mar a mar,
desde el gran río hasta los límites de la tierra.
9
Que ante él se rindan los habitantes del desierto,
y que sus enemigos muerdan el polvo.
10
Que los reyes de Tarsis y de las costas le paguen tributo,
y que los reyes de Sabá y de Sebá le ofrezcan regalos.
11
Que todos los reyes se inclinen en su presencia,
y que todas las naciones le sirvan.

12
Que salve el rey al pobre que le pida ayuda,
y al afligido que no tenga quien le socorra.
13
Que se compadezca del pobre y del menesteroso,
y que les salve la vida a los pobres.
14
Que los salve del engaño y de la violencia,
y que la sangre de ellos sea a sus ojos muy valiosa.

15
¡Que viva el rey! ¡Que reciba el oro de Sabá!
¡Que se ore por él siempre!
¡Que a todas horas se le bendiga!
16
¡Que sea en las cumbres de los montes
como un puñado de grano que cae en la tierra!
¡Que sea tan productivo como el monte Líbano,
y que en la ciudad haya tanta gente
como hierba hay en el campo!
17
¡Que su nombre sea siempre recordado!
¡Que su nombre permanezca mientras el sol exista!
¡Que todas las naciones sean bendecidas por él,
y que lo llamen bienaventurado!

18
¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel!
¡Sólo el Señor hace maravillas!
19
¡Bendito sea por siempre su glorioso nombre!
¡Que toda la tierra sea llena de su gloria!
¡Amén y Amén!

20 Aquí terminan las oraciones de David hijo de Yesé.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

Proverbios 12:8-9 Reina Valera Contemporánea (RVC)

8
El hombre es alabado según su sabiduría,
pero el de corazón perverso es menospreciado.
9
Más vale un patrón despreciado
que un engreído que carece de pan.

Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

DAB Español, Sábado 27 de Abril

Día 118, DAB Español, Sábado 27 de Abril Jueces 7:1-8:16; Lucas 23:11-43; Salmos 97-98; Proverbios 14:7-8 (Reina Valera Actualizada (RVA-201...