Deuteronomio 9:1-10:22; Lucas 8:4-21; Salmos 69:19-36; Proverbios 12:2-3 (Palabra de Dios para Todos (PDT))
Deuteronomio 9-10 Palabra de Dios para
Todos (PDT)
El
Señor ayudará a Israel
9
»Escucha, Israel, hoy cruzarás el río Jordán para entrar y expulsar a naciones
que son más grandes y fuertes que tú y que tienen grandes ciudades con murallas
hasta el cielo. 2 Los anaquitas son altos y fuertes. Tú sabes quiénes son y has
escuchado el dicho acerca de ellos: “¿Quién puede detener a los anaquitas?” 3
Reconoce entonces que el SEÑOR tu Dios es quien está cruzando el río Jordán
delante de ti como un fuego que todo lo consume, y que los destruirá y los
vencerá mientras avanzas. Tú los expulsarás y destruirás rápidamente, tal como
el SEÑOR te prometió.
4
»Cuando el SEÑOR tu Dios los haya expulsado de delante de ti, no te digas a ti
mismo: “El SEÑOR nos trajo a tomar posesión de esta tierra porque nosotros
somos muy buenos”. El SEÑOR está expulsando a estas naciones porque son
perversas. 5 Tú vas a ocupar su tierra, no porque seas muy bueno y honesto,
sino porque estas naciones son perversas. El SEÑOR tu Dios está por quitarles
la tierra a ellos y dársela a ustedes para cumplir la promesa que el SEÑOR les
hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 6 Debes saber que el SEÑOR tu
Dios no te da esta tierra buena para que la poseas porque eres muy bueno, pues
tu gente es muy terca.
Recuerda
la ira del Señor
7
»Recuerda bien y no olvides nunca que hiciste enojar al SEÑOR tu Dios en el
desierto. Has sido rebelde contra el SEÑOR desde el día que saliste de Egipto
hasta que llegaste a este lugar. 8 Ustedes hicieron enojar al SEÑOR en el monte
Horeb y el SEÑOR se enojó tanto que estuvo a punto de destruirlos. 9 Cuando
subí al monte a recibir las tablas del pacto que el SEÑOR hizo contigo, me
quedé en el monte durante cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber
nada. 10 El SEÑOR me dio dos tablas de piedra en la que Dios había escrito con
su dedo. Tenían las palabras exactas que el SEÑOR te había dicho en el monte
desde el fuego, el día de la reunión.
11
»Al final de los cuarenta días y cuarenta noches, el SEÑOR me dio las dos
tablas de piedra, las tablas del pacto. 12 El SEÑOR me dijo: “Levántate y baja
rápidamente de aquí, porque tu gente, a la que guiaste para que salieran de
Egipto, se ha corrompido. Ellos se han apartado bien pronto de lo que les
ordené hacer y han hecho un ídolo de metal para sí mismos”.
13
»Luego el SEÑOR me dijo: “He observado a esta gente, y efectivamente, son
tercos. 14 Hazte a un lado, que voy a exterminarlos, nadie se acordará de ellos
y haré de ti una nación más fuerte y numerosa que la de ellos”.
El
becerro de oro
15
»Entonces volví y bajé del monte que estaba ardiendo en fuego. Las dos tablas
del pacto estaban en mis manos. 16 Luego miré y vi que ustedes habían pecado
contra el SEÑOR su Dios. Se habían hecho un ídolo de metal en forma de becerro;
se habían apartado rápidamente de lo que el SEÑOR les había mandado. 17
Entonces tomé las tablas y con mis propias manos las arrojé y las despedacé,
como ustedes vieron. 18 Luego, como hice antes, me arrodillé delante del SEÑOR
por cuarenta días y cuarenta noches, durante los cuales no comí ni bebí nada.
Hice esto debido a todo el pecado que ustedes habían cometido al hacer lo que
le disgusta al SEÑOR y de esa forma provocaron su enojo. 19 Yo tenía miedo de
la ira y enojo del SEÑOR, él estaba tan enojado que iba a destruirlos, pero el
SEÑOR también me escuchó esta vez. 20 El SEÑOR estaba tan enojado con Aarón
como para acabar con él, pero esa vez también oré por Aarón. 21 Luego tomé ese
objeto horrible que ustedes habían hecho, el becerro, y lo quemé en el fuego,
lo rompí en pedazos y lo molí hasta que quedó hecho polvo. Luego tiré ese polvo
al arroyo que bajaba del monte.
22
»También ustedes hicieron enojar al SEÑOR en Taberá, Masá y Quibrot Hatavá. 23
Cuando el SEÑOR los envió desde Cades Barnea y les dijo: “Suban y ocupen la
tierra que les estoy dando”, ustedes se rebelaron en contra del mandato del
SEÑOR su Dios. No creyeron en él y no lo obedecieron. 24 Ustedes han sido
rebeldes contra el SEÑOR desde el primer día que los conocí.
25
»Cuando me arrodillé delante del SEÑOR durante esos cuarenta días y cuarenta
noches, porque el SEÑOR había dicho que los iba a destruir, 26 oré al SEÑOR y
le dije: “Oh Señor DIOS, no destruyas a tu pueblo que liberaste gracias a tu
gran poder y sacaste de Egipto gracias a tu fuerza. 27 Acuérdate de tus siervos
Abraham, Isaac y Jacob. No pongas atención a la terquedad, la maldad y el
pecado de esta gente. 28 Si los destruyes, los egipcios dirán: ‘Puesto que el
SEÑOR no tenía poder para llevarlos a la tierra que les había prometido, y como
los ha rechazado, los llevó para matarlos en el desierto’. 29 Es que ellos son
tu pueblo, al que liberaste por tu gran fuerza y poder”.
Nuevas
tablas de piedra
10
»En aquel tiempo el SEÑOR me dijo: “Corta dos tablas de piedra como las
primeras y sube al monte para encontrarte conmigo. Haz también una caja de
madera. 2 Yo escribiré en las tablas los mandamientos que estaban en las
primeras tablas que rompiste y tú las pondrás en la caja”.
3
»Entonces hice una caja de madera de acacia y corté dos tablas de piedra como
las primeras. Luego subí al monte con las dos tablas en mis manos. 4 Entonces
el SEÑOR escribió en las tablas las mismas palabras que había escrito antes,
los Diez Mandamientos que el SEÑOR les había dado en el monte desde el fuego,
el día que se reunieron allí. Luego me dio las tablas. 5 Entonces bajé del
monte y puse las tablas en la caja que había hecho, tal como el SEÑOR me
ordenó, y allí permanecen todavía.
6
»El pueblo de Israel viajó desde los manantiales de los yacanitas hasta Moserá,
donde Aarón murió y fue enterrado. Su hijo Eleazar fue su sucesor en el
sacerdocio. 7 Desde allí marcharon a Gudgoda y de allí a Jotbata, un lugar con
muchos arroyos. 8 En aquel tiempo el SEÑOR separó la tribu de Leví para cargar
el cofre del pacto del SEÑOR, para presentarse ante el SEÑOR y servirle, y para
bendecir a la gente en el nombre del SEÑOR, como lo han hecho hasta hoy. 9
Debido a esto, la tribu de Leví no tendrá su propia porción de tierra como las
otras tribus. El SEÑOR es la herencia de Leví, tal como el SEÑOR su Dios les
prometió.
10
»Me quedé en el monte por cuarenta días y cuarenta noches, como la primera vez,
y el SEÑOR me escuchó de nuevo y como no quiso destruirlos a ustedes, 11 el
SEÑOR me dijo: “Levántate, ve y ponte al frente del pueblo para que entren y
posean la tierra que prometí darles a sus antepasados”.
Lo
que el Señor pide de ti
12
»Y ahora, Israel, ¿qué es lo que te pide el SEÑOR tu Dios? Solamente que
respetes al SEÑOR tu Dios, que vivas como él dice, que lo ames y que sirvas al
SEÑOR tu Dios de todo corazón y con toda el alma; 13 y que cumplas todos los
mandamientos del SEÑOR y las leyes que hoy te doy para tu propio bien.
14
»Mira, al SEÑOR tu Dios pertenecen los cielos, incluso los cielos más altos, y
la tierra y todo lo que hay en ella. 15 Aun así, el SEÑOR sintió amor por tus
antepasados. Tú eres descendiente de ellos y tanto te amó que te eligió a ti en
lugar de elegir a cualquier otra nación, tal como puede verse hoy.
16
»Circunciden su corazón quitándose sus actitudes paganas y dejen de ser tercos,
17 porque el SEÑOR tu Dios es el Dios de todos los dioses y el Señor de todos
los señores. Él es grande, poderoso y terrible. Él no tiene favoritismos ni
acepta sobornos. 18 Él se encarga de hacer justicia a las viudas y a los
huérfanos. Él ama al inmigrante que habita contigo y le da comida y ropa. 19 Tú
también debes amar al inmigrante, porque fuiste inmigrante en la tierra de
Egipto.
20
»Obedece al SEÑOR tu Dios. Sírvele, sé fiel a él y haz promesas en su nombre.
21 Alábalo sólo a él, él es tu Dios. Él hizo por ti esos milagros grandes y
temibles que has visto con tus propios ojos. 22 Tus antepasados eran sólo
setenta cuando se fueron a Egipto y ahora el SEÑOR tu Dios los ha hecho tan
numerosos como las estrellas del cielo.
Palabra
de Dios para Todos (PDT)
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2005, 2008, 2012 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012
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Lucas 8:4-21 Palabra de Dios para
Todos (PDT)
Historia
del sembrador
4
Se reunió una multitud que venía de muchos pueblos para ver a Jesús. Él les
contó una historia:
5
«El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron en el
camino. La gente las pisaba y vinieron las aves del cielo y se las comieron. 6
Otras semillas cayeron en terreno pedregoso. Cuando crecieron las plantas, se
secaron porque no tenían agua. 7 Otras cayeron entre espinos que crecieron con
las plantas y las ahogaron. 8 Otras semillas cayeron en tierra buena. Las
semillas crecieron y dieron fruto cien veces más de lo que se había sembrado».
Y dijo en alta voz: «¡Oigan bien lo que les digo!»
El
porqué de las historias
9
Los seguidores de Jesús le preguntaron qué significaba esta historia. 10
Entonces les dijo: «Ustedes tienen el privilegio de entender la verdad que no
se ha dado a conocer sobre el reino de Dios, pero a los demás se les da en
forma de historias para que
“miren,
pero no vean,
y oigan, pero no entiendan”. [a]
Jesús
explica la historia del sembrador
11
»Esto es lo que quiere decir la historia: la semilla es el mensaje de Dios. 12
Las que cayeron a un lado del camino son como aquellos que oyen el mensaje,
pero el diablo viene y se lo quita. Así no pueden creer ni ser salvos. 13 Las
semillas que cayeron en las piedras son como aquellos que oyen y aceptan el
mensaje con alegría, pero no tienen raíces profundas. Creen por un tiempo, pero
cuando las dificultades los ponen a prueba se dan por vencidos. 14 Las semillas
que cayeron entre espinos son como aquellos que oyen el mensaje, pero yéndose
dejan que las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida los
ahoguen, y no dan fruto. 15 La semilla que cayó en tierra buena son los que con
corazón noble y bueno escuchan el mensaje. Lo obedecen y con paciencia producen
buena cosecha.
Presten
atención a Jesús
16
»Nadie enciende una lámpara para cubrirla con una vasija ni para ponerla debajo
de la cama. Al contrario, la pone sobre un candelero para que los que entren
tengan luz. 17 Todo lo que está escondido se descubrirá. Todo secreto se
llegará a conocer y saldrá a la luz. 18 Así que tengan cuidado de entender lo
que oyen. Porque al que entienda se le dará más a entender, y al que no
entienda se le quitará hasta lo que cree que entiende».
La
verdadera familia de Jesús
19
La mamá y los hermanos de Jesús querían verlo y no pudieron acercarse a él
porque había mucha gente. 20 Entonces alguien le avisó:
—Tu
mamá y tus hermanos están esperando afuera y quieren verte.
21
Pero Jesús les respondió:
—Mi
mamá y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la obedecen.
Footnotes:
Lucas 8:10 Cita de Is 6:9.
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Salmos 69:19-36 Palabra de Dios para
Todos (PDT)
19
Tú
conoces mi dolor, mi vergüenza y deshonor;
tienes presente quiénes son mis enemigos.
20
Las
ofensas me han destrozado,
estoy enfermo;
he
buscado quien se compadezca de mí,
pero no lo hay;
quien
me consuele,
pero no hallé a nadie.
21
Me
dieron veneno en lugar de comida,
vinagre cuando tuve sed.
22
Que
su mesa se convierta en una trampa
y sus momentos de paz en tropiezos;
23
que
queden ciegos
y pierdan toda su fuerza.
24
Dios
mío, hazles sentir toda tu furia,
que tu ardiente enojo los alcance.
25
Destruye
sus hogares.
Haz que sus hogares queden vacíos,
que no quede nadie en ellos,
26
porque
ellos persiguen a los que tú has afligido;
y se burlan del dolor del que tú has
herido.
27
Dales
maldad sobre la maldad de ellos;
no permitas que se beneficien de tu
justicia.
28
Borra
sus nombres del libro de la vida;
que no aparezcan inscritos con los justos.
29
Yo
estoy triste y adolorido;
Dios mío, levántame y sálvame.
30
Con
canciones alabaré el nombre de Dios;
lo honraré con canciones de agradecimiento.
31
Esto
hará más feliz al SEÑOR
que ofrecerle en sacrificio un toro
o un novillo con cuernos y pezuñas.
32
La
gente humilde que ha venido a adorar a Dios
se sentirá feliz por la alegría de Dios.
33
El
SEÑOR escucha a la gente necesitada
y no olvida a los que están presos.
34
Alaben
al Señor el cielo, la tierra y el mar,
y todos los seres que viven en ellos.
35
Porque
Dios salvará a Sion;
él reconstruirá las ciudades de Judá;
allí habitarán y la poseerán.
36
Los
descendientes de sus siervos la heredarán;
vivirán en ella los que aman el nombre de
Dios.
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Proverbios 12:2-3 Palabra de Dios para
Todos (PDT)
2
El
SEÑOR aprueba al hombre bueno,
pero condena al intrigante.
3
Nadie
se afirma mediante la maldad,
pero la raíz de los justos quedará bien
firme.
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