Deuteronomio 16:1-17:20; Lucas 9:7-27; Salmos 72; Proverbios 12:8-9 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Deuteronomio 16-17 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Fiestas
anuales
16
»Ten presente el mes de Aviv para celebrar la pascua en honor del Señor tu
Dios, porque una noche del mes de Aviv el Señor tu Dios te sacó de Egipto. 2
Para el sacrificio de la pascua en honor del Señor tu Dios, ofrecerás de tus
ovejas y de tus vacas, en el lugar que el Señor escoja como residencia de su
nombre. 3 Con la pascua no comerás pan con levadura, sino que durante siete
días comerás pan sin levadura, pan de aflicción, para que todos los días de tu
vida te acuerdes del día en que saliste de Egipto, y que cuando saliste de allá
lo hiciste de prisa. 4 Durante siete días no deberá verse levadura en ningún
lugar de todo tu territorio, y de la carne del animal sacrificado en la tarde
del primer día, no deberá quedar nada para el día siguiente.
5
»No podrás sacrificar la pascua en cualquiera de las ciudades que el Señor tu
Dios te da, 6 sino que la sacrificarás en el lugar que el Señor tu Dios escoja
como residencia de su nombre, y lo harás por la tarde, a la puesta del sol,
porque a esa hora saliste de Egipto. 7 Asarás la carne y la comerás en el lugar
que el Señor tu Dios haya escogido, y por la mañana podrás volver a tu casa. 8
Durante seis días comerás pan sin levadura, y el séptimo día no trabajarás,
sino que celebrarás una fiesta solemne en honor del Señor tu Dios.
9
»Siete semanas contarás a partir del día en que se comience a segar el trigo,
10 para celebrar la fiesta solemne de las semanas en honor del Señor tu Dios.
Las ofrendas que presentes serán voluntarias, en la medida en que el Señor tu Dios
te haya bendecido. 11 Y en el lugar que el Señor tu Dios haya escogido como
residencia de su nombre se alegrarán tú y tu hijo, y tu hija, delante del Señor
tu Dios, lo mismo que tu siervo y tu sierva, y el levita que viva en tus
ciudades, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que vivan en tu medio. 12
Acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto, así que cumplirás al pie de la letra
estos estatutos.
13
»Cuando ya hayas levantado la cosecha de trigo y hayas exprimido las uvas en tu
lagar, durante siete días celebrarás la fiesta solemne de los tabernáculos. 14
Y en tus fiestas solemnes te alegrarás tú, y tu hijo y tu hija, y tu siervo y
tu sierva, y el levita, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que viven en
tus ciudades. 15 Durante siete días celebrarás la fiesta solemne en honor del
Señor tu Dios, en el lugar que el Señor escoja, porque el Señor tu Dios te
habrá bendecido en todos tus frutos, y en todos tus trabajos, y estarás
verdaderamente alegre.
16
»Tres veces al año todos tus varones se presentarán delante del Señor tu Dios,
en el lugar que él escoja. Se presentarán en la fiesta solemne de los panes sin
levadura, en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los
tabernáculos. Y ninguno de ellos se presentará delante del Señor con las manos
vacías. 17 Cada uno presentará su ofrenda, conforme a la bendición que el Señor
tu Dios le haya dado.
Impartición
de la justicia
18
»En todas las ciudades que el Señor tu Dios te dará pondrás jueces y oficiales
de tus tribus, los cuales impartirán justicia entre el pueblo. 19 No tuerzas el
derecho. No hagas acepción de personas, ni aceptes soborno, porque el soborno
ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. 20 Tú haz
justicia, y nada más que justicia, para que vivas y tomes posesión de la tierra
que el Señor tu Dios te da.
21
»No plantes ningún árbol ni te hagas ninguna imagen de Asera cerca del altar
del Señor tu Dios. 22 No erijas ninguna estatua, porque eso es algo que el
Señor tu Dios aborrece.
17
»No ofrecerás al Señor tu Dios, en sacrificio, ningún buey o cordero que tenga
algún defecto o alguna cosa mala, pues eso le repugna al Señor tu Dios.
2
»Cuando en alguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da se halle algún
hombre, o alguna mujer, que haya hecho lo malo a los ojos del Señor tu Dios y
que haya faltado a su pacto 3 al ir y servir a dioses ajenos, y al inclinarse
ante ellos, ya sea ante el sol o la luna, o ante todo el ejército del cielo (lo
cual yo he prohibido), 4 y te llegue la noticia, y después de enterarte lo
averiguas bien, y resulta que esto es realmente cierto y que se ha cometido en
Israel un hecho tan aberrante, 5 sacarás de la ciudad al hombre o a la mujer
que haya cometido esta maldad, y los apedrearás, y así morirán.
6
»Quien sea condenado a muerte sólo podrá morir por el testimonio de dos o de
tres testigos. Nadie podrá morir por el testimonio de un solo testigo. 7 Los
primeros en levantar la mano contra el condenado a muerte serán los testigos;
después de ellos levantará la mano todo el pueblo. Así acabarás con el mal que
haya en tu medio.
8
»Cuando en tus ciudades se te presente un caso difícil de juzgar, ya sea entre
dos distintas clases de homicidio, o dos distintas clases de derecho legal, o
dos distintas clases de heridas, o distintos negocios o litigios, te levantarás
e irás al lugar que el Señor tu Dios haya escogido, 9 y recurrirás a los
sacerdotes levitas y al juez que haya en aquellos días, y los consultarás y
ellos te harán saber la justa sentencia. 10 Entonces actuarás según la
sentencia que te indiquen los del lugar que el Señor haya escogido, y pondrás
cuidado en hacer todo según lo que te manifiesten. 11 Procederás en conformidad
con las normas que te hagan saber, y según la sentencia que dicten, sin
desviarte ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te hagan saber. 12 Si
alguien procede con soberbia, y no obedece al sacerdote que está allí para
ministrar delante del Señor tu Dios, o al juez, será condenado a muerte. Así
quitarás el mal de en medio de Israel. 13 Y todo el pueblo lo sabrá, y temerá,
y no se envanecerá.
Instrucciones
acerca del rey
14
»Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, y tomes posesión de
ella y la habites, tal vez digas: “Quiero tener un rey, como lo tienen todas
las naciones que me rodean.” 15 Si es así, nombrarás como tu rey a quien el
Señor tu Dios escoja. Pero no pondrás como rey tuyo a ningún extranjero, sino que
pondrás como rey tuyo a uno de tus compatriotas. 16 Ese rey no deberá aumentar
el número de sus caballos, ni hará que ustedes como pueblo vuelvan a Egipto
sólo para adquirir más caballos, porque el Señor les ha dicho que nunca más
vuelvan por ese camino. 17 Para que su corazón no se desvíe, tampoco deberá
tomar para sí muchas mujeres, ni amontonará para sí oro y plata en abundancia.
18 Una vez que haya ocupado el trono de su reino, escribirá en un libro una
copia de esta ley para sí mismo, semejante al original que está al cuidado de
los sacerdotes levitas, 19 y la tendrá a la mano, y la leerá todos los días de
su vida, para que aprenda a temer al Señor su Dios, y para que cumpla todas las
palabras de esta ley y de estos estatutos, y los ponga por obra. 20 Así su
corazón no se colocará por encima de sus hermanos, ni se apartará ni a diestra
ni a siniestra del mandamiento, a fin de que tanto él como sus hijos prolonguen
los días de su reinado en medio de Israel.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Lucas 9:7-27 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Muerte
de Juan el Bautista
7
Herodes el tetrarca se enteró de todo lo que hacía Jesús, y estaba perplejo,
pues algunos decían que Juan había resucitado de los muertos; 8 otros decían
que Elías se había aparecido; y aún otros, que alguno de los antiguos profetas
había resucitado. 9 Pero Herodes dijo: «¡Yo mandé decapitar a Juan! Entonces,
¿quién es éste, de quien oigo decir tales cosas?» Y trataba de verlo.
Alimentación
de los cinco mil
10
Cuando los apóstoles regresaron, le contaron a Jesús todo lo que habían hecho.
Entonces él los llevó a un lugar apartado de la ciudad llamada Betsaida. 11
Pero la gente lo supo y lo siguió, y él los recibió y les hablaba del reino de Dios,
y sanaba a los que necesitaban ser sanados. 12 Cuando el día comenzó a
declinar, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «Despide a la
gente, para que vayan a las aldeas y campos vecinos, y busquen comida y
alojamiento, porque aquí no hay nada.» 13 Jesús les dijo: «Denles ustedes de
comer.» Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos
pescados, a no ser que vayamos a comprar alimentos para toda esta multitud.» 14
Allí había como cinco mil personas. Y Jesús dijo a sus discípulos: «Hagan que
la gente se siente en grupos de cincuenta personas.» 15 Los discípulos lo
hicieron así, y todos se sentaron. 16 Jesús tomó entonces los cinco panes y los
dos pescados y, levantando los ojos al cielo, los bendijo, los partió, y se los
dio a sus discípulos para que ellos los repartieran entre la gente. 17 Y todos
comieron y quedaron satisfechos; y de lo que sobró recogieron doce cestas.
La
confesión de Pedro
18
Un día, mientras Jesús se apartó para orar, les preguntó a los discípulos que
estaban con él: «¿Quién dice la gente que soy yo?» 19 Ellos respondieron: «Unos
dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros más, que eres alguno
de los antiguos profetas que ha resucitado.» 20 Entonces les preguntó: «¿Y
ustedes, quién dicen que soy?» Y Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo de
Dios.»
Jesús
anuncia su muerte
21
Jesús les mandó que de ninguna manera se lo dijeran a nadie. 22 También les
dijo: «Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, que sea
desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas,
y que muera y resucite al tercer día.»
23
Y a todos les decía: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su
cruz cada día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá,
y todo el que pierda su vida por causa de mí, la salvará. 25 Porque ¿de qué le
sirve a uno ganarse todo el mundo, si se destruye o se pierde a sí mismo? 26
Porque si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del Hombre se
avergonzará de él cuando venga en su gloria, y en la gloria del Padre y de los
santos ángeles. 27 Pero en verdad les digo, que algunos de los que están aquí
no morirán hasta que vean el reino de Dios.»
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos 72 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
El
reinado de un rey justo
Para
Salomón.
72
¡Concédele, oh Dios, al rey juzgar como tú,
y
concédele al hijo del rey tu justicia!
2
¡Concédele
juzgar a tu pueblo con justicia,
y
con buen juicio a los afligidos de tu pueblo!
3
¡Que
los montes brinden paz al pueblo,
y
las colinas ofrezcan justicia!
4
Así
el rey juzgará a los afligidos del pueblo,
salvará
a los hijos de los menesterosos,
y
aplastará a los opresores.
5
Tu
pueblo te temerá de generación en generación
mientras
el sol y la luna existan.
6
Que
sea el rey como la lluvia que cae sobre la hierba,
y
como el rocío que empapa la tierra
7
Que
haya en sus días justicia y mucha paz,
hasta
que la luna deje de existir.
8
Que
su dominio se extienda de mar a mar,
desde
el gran río hasta los límites de la tierra.
9
Que
ante él se rindan los habitantes del desierto,
y
que sus enemigos muerdan el polvo.
10
Que
los reyes de Tarsis y de las costas le paguen tributo,
y
que los reyes de Sabá y de Sebá le ofrezcan regalos.
11
Que
todos los reyes se inclinen en su presencia,
y
que todas las naciones le sirvan.
12
Que
salve el rey al pobre que le pida ayuda,
y
al afligido que no tenga quien le socorra.
13
Que
se compadezca del pobre y del menesteroso,
y
que les salve la vida a los pobres.
14
Que
los salve del engaño y de la violencia,
y
que la sangre de ellos sea a sus ojos muy valiosa.
15
¡Que
viva el rey! ¡Que reciba el oro de Sabá!
¡Que
se ore por él siempre!
¡Que
a todas horas se le bendiga!
16
¡Que
sea en las cumbres de los montes
como
un puñado de grano que cae en la tierra!
¡Que
sea tan productivo como el monte Líbano,
y
que en la ciudad haya tanta gente
como
hierba hay en el campo!
17
¡Que
su nombre sea siempre recordado!
¡Que
su nombre permanezca mientras el sol exista!
¡Que
todas las naciones sean bendecidas por él,
y
que lo llamen bienaventurado!
18
¡Bendito
sea el Señor, el Dios de Israel!
¡Sólo
el Señor hace maravillas!
19
¡Bendito
sea por siempre su glorioso nombre!
¡Que
toda la tierra sea llena de su gloria!
¡Amén
y Amén!
20
Aquí terminan las oraciones de David hijo de Yesé.
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Proverbios 12:8-9 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
8
El
hombre es alabado según su sabiduría,
pero
el de corazón perverso es menospreciado.
9
Más
vale un patrón despreciado
que
un engreído que carece de pan.
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