Wednesday, January 26, 2022

DAB Español, Jueves 27 de Enero

Día 027, DAB Español, Jueves 27 de Enero


Éxodo 4:1-5:21; Mateo 18:1-22; Salmos 22:19-31; Proverbios 5:15-21 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))









Éxodo 4:1-5:21

Reina Valera Actualizada

4 Entonces respondió Moisés y dijo:

—¿Y si ellos no me creen ni escuchan mi voz, sino que dicen: “No se te ha aparecido el SEÑOR”?

2 El SEÑOR le preguntó:

—¿Qué es eso que tienes en tu mano?

Él respondió:

—Una vara.

3 Y él le dijo:

—Tírala al suelo.

Él la tiró al suelo, y se convirtió en una serpiente. Y Moisés huía de ella. 4 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—Extiende tu mano y agárrala por la cola.

Él extendió su mano y la agarró, y volvió a ser vara en su mano.

5 —Esto es para que crean que se te ha aparecido el SEÑOR, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. 6 —El SEÑOR también le dijo—: Mete tu mano en tu seno.

Él metió su mano en su seno, y al sacarla, he aquí que su mano estaba leprosa, blanca como la nieve. 7 Entonces le dijo:

—Vuelve a meter tu mano en tu seno.

Él volvió a meter su mano en su seno; y al volver a sacarla de su seno, he aquí que volvió a ser como el resto de su carne.

8 —Y sucederá que si no te creen ni te escuchan a la primera señal, te creerán a la segunda señal. 9 Y sucederá que si no te creen a estas dos señales ni escuchan tu voz, tomarás agua del Nilo y la derramarás en tierra seca. El agua que tomarás del Nilo se convertirá en sangre sobre la tierra seca.

10 Entonces Moisés dijo al SEÑOR:

—Oh Señor, yo jamás he sido hombre de palabras, ni antes ni desde que tú hablas con tu siervo. Porque yo soy tardo de boca y de lengua.

11 El SEÑOR le respondió:

—¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace al mudo y al sordo, al que ve con claridad y al que no puede ver? ¿No soy yo, el SEÑOR? 12 Ahora pues, ve; y yo estaré con tu boca y te enseñaré lo que has de decir.

13 Y él dijo:

—¡Oh Señor, por favor envía a otra persona!

14 Entonces el furor del SEÑOR se encendió contra Moisés, y le dijo:

—¿No conozco yo a tu hermano Aarón el levita? Yo sé que él habla bien. He aquí que él viene a tu encuentro; y al verte, se alegrará en su corazón. 15 Tú le hablarás y pondrás en su boca las palabras. Yo estaré con tu boca y con la suya, y les enseñaré lo que han de hacer. 16 Él hablará por ti al pueblo y será para ti como boca, y tú serás para él como Dios. 17 Lleva en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.

Moisés en camino a Egipto

18 Entonces Moisés se fue y volvió a donde estaba su suegro Jetro y le dijo:

—Permite que yo vaya y vuelva a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún están vivos.

Y Jetro dijo a Moisés:

—Ve en paz.

19 El SEÑOR dijo también a Moisés en Madián:

—Ve, vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban matarte.

20 Entonces Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los puso sobre un asno y regresó a la tierra de Egipto. Moisés tomó también en su mano la vara de Dios. 21 Y el SEÑOR dijo a Moisés:

—Cuando estés de regreso en Egipto, haz en presencia del faraón todas las señales que he puesto en tu mano. Sin embargo, yo endureceré su corazón, y él no dejará ir al pueblo. 22 Entonces dirás al faraón: “Así ha dicho el SEÑOR: ‘Israel es mi hijo, mi primogénito. 23 Yo te digo que dejes ir a mi hijo para que me sirva. Si rehúsas dejarlo ir, he aquí que yo mataré a tu hijo, a tu primogénito’ ”.

24 Aconteció en el camino, en una posada, que el SEÑOR le salió al encuentro y procuró matarlo. 25 Entonces Séfora tomó un pedernal afilado, cortó el prepucio de su hijo y tocó con él los pies de Moisés, diciendo:

—¡De veras, tú eres para mí un esposo de sangre!

26 Entonces él desistió. Ella había dicho “esposo de sangre” a causa de la circuncisión.

Moisés y Aarón ante el pueblo

27 Entonces el SEÑOR dijo a Aarón:

—Ve al desierto, al encuentro de Moisés.

Él fue y lo encontró en el monte de Dios, y lo besó. 28 Entonces Moisés refirió a Aarón todas las palabras que el SEÑOR lo enviaba a decir y todas las señales que lo mandaba hacer.

29 Moisés y Aarón fueron, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. 30 Aarón relató todas las cosas que el SEÑOR había dicho a Moisés, y este hizo las señales ante los ojos del pueblo. 31 El pueblo creyó; y al oír que el SEÑOR había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.

Moisés y Aarón ante el faraón

5 Después Moisés y Aarón fueron al faraón y le dijeron:

—El SEÑOR, el Dios de Israel, dice así: “Deja ir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto”.

2 Pero el faraón respondió:

—¿Quién es el SEÑOR para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco al SEÑOR ni tampoco dejaré ir a Israel.

3 Ellos le dijeron:

—El Dios de los hebreos ha venido a nuestro encuentro. Permite que vayamos al desierto, a tres días de camino, para ofrecer sacrificios al SEÑOR nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o con espada.

4 Entonces el rey de Egipto les dijo:

—¡Moisés y Aarón! ¿Por qué distraen al pueblo de sus labores? ¡Vuelvan a sus tareas! 5 —Dijo también el faraón—: Ciertamente el pueblo de la tierra es ahora numeroso; no obstante, ustedes los han hecho suspender sus labores.

Se agrava el trabajo del pueblo

6 Aquel mismo día el faraón mandó decir a los capataces del pueblo y a sus vigilantes:

7 —Ya no darán paja al pueblo para hacer los adobes, como hacían antes. ¡Que vayan ellos y recojan por sí mismos la paja! 8 Sin embargo, les impondrán la misma cantidad de adobes que hacían antes. No les disminuirán nada, porque están ociosos. Por eso gritan diciendo: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios”. 9 Hágase más pesado el trabajo de los hombres, para que se ocupen en él y no presten atención a palabras mentirosas.

10 Los capataces del pueblo y sus vigilantes salieron y hablaron al pueblo diciendo:

—Así ha dicho el faraón: “Yo no les daré paja. 11 Vayan y recojan por ustedes mismos la paja donde la hallen, pero en nada se disminuirá su tarea”.

12 Entonces el pueblo se dispersó por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja. 13 Y los capataces los apremiaban diciendo:

—Terminen su tarea, lo de cada día en su día, como cuando se les daba paja.

14 Y azotaron a los vigilantes de los hijos de Israel que habían sido puestos por los capataces del faraón, y les dijeron:

—¿Por qué no han completado su cantidad de adobes ni ayer ni hoy, como antes?

15 Los vigilantes de los hijos de Israel fueron al faraón y se quejaron ante él diciendo:

—¿Por qué procedes así con tus siervos? 16 No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: “¡Hagan adobes!”. He aquí, tus siervos son azotados, cuando la culpa es de tu propio pueblo.

17 Él respondió:

—¡Están ociosos! ¡Sí, ociosos! Por eso dicen: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios al SEÑOR”. 18 Vayan, pues, ahora y trabajen. No se les dará paja, pero habrán de entregar la misma cantidad de adobes.

19 Entonces los vigilantes de los hijos de Israel se vieron en aflicción, cuando les dijeron: “No se disminuirá en nada su cantidad diaria de adobes”. 20 Cuando ellos salían del palacio del faraón, se encontraron con Moisés y Aarón, que estaban esperándolos, 21 y les dijeron:

—El SEÑOR los mire y los juzgue, pues nos han hecho odiosos ante los ojos del faraón y los de sus servidores, poniendo en sus manos la espada para que nos maten.

Mateo 18:1-22

Reina Valera Actualizada

Quién es el más importante

18 En aquel tiempo los discípulos se acercaron a Jesús diciendo:

—¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?

2 Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos 3 y dijo:

—De cierto les digo que si no se vuelven y se hacen como los niños, jamás entrarán en el reino de los cielos. 4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el más importante en el reino de los cielos. 5 Y cualquiera que en mi nombre reciba a un niño como este, a mí me recibe.

Ocasiones de caer

6 »Y a cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le atara al cuello una gran piedra de molino y que se le hundiera en lo profundo del mar. 7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! Es inevitable que haya tropiezos, pero ¡ay del hombre que los ocasione!

8 »Por tanto, si tu mano o tu pie te hace tropezar, córtalo y échalo de ti. Mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. 9 Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo y échalo de ti. Mejor te es entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.

10 »Miren, no tengan en poco a ninguno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en los cielos siempre ven el rostro de mi Padre que está en los cielos. 11 [a]

Parábola de la oveja perdida

12 »¿Qué les parece? Si algún hombre tiene cien ovejas y se extravía una, ¿acaso no dejará las noventa y nueve en las montañas e irá a buscar la descarriada? 13 Y si sucede que la encuentra, de cierto les digo que se goza más por aquella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. 14 Así que, no es la voluntad de su Padre que está en los cielos que se pierda ni uno de estos pequeños.

Acerca del perdón al hermano

15 »Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve, amonéstale a solas entre tú y él. Si él te escucha, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no escucha, toma aun contigo uno o dos, para que todo asunto conste según la boca de dos o tres testigos[b]. 17 Y si él no les hace caso a ellos, dilo a la iglesia; y si no hace caso a la iglesia, tenlo por gentil y publicano. 18 De cierto les digo que todo lo que aten en la tierra habrá sido atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra habrá sido desatado en el cielo.

19 »Otra vez les digo que, si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde dos o tres están congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

21 Entonces Pedro se acercó y le dijo:

—Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?

22 Jesús le dijo:

—No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.

Footnotes

  1. Mateo 18:11 Algunos mss. antiguos incluyen: 11 Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido; texto similar a Luc. 19:10.

  2. Mateo 18:16 Deut. 19:15.

Salmos 22:19-31

Reina Valera Actualizada

19 Pero tú, oh SEÑOR, no te alejes. Fortaleza mía, apresúrate para ayudarme.

20 Libra mi alma de la espada;

libra mi única vida de las garras

de los perros.

21 Sálvame de la boca del león

y de los cuernos de los toros salvajes.

¡Me has respondido!

22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos;

en medio de la congregación te alabaré.

23 Los que temen al SEÑOR, alábenle; glorifíquenle todos los descendientes de Jacob.

Teman ustedes, todos los descendientes de Israel.

24 Porque no despreció ni desdeñó la aflicción del afligido

ni de él escondió el rostro.

Más bien, le oyó cuando clamó a él.

25 Tuya es mi alabanza en la gran congregación.

Mis votos pagaré delante de los que le temen.

26 Los pobres comerán y serán saciados. Alabarán al SEÑOR los que le buscan. ¡Que viva su corazón para siempre!

27 Ellos se acordarán y volverán al SEÑOR de todos los confines de la tierra. Delante de ti se postrarán

todas las familias de las naciones.

28 Porque del SEÑOR es el reino,

y él se enseñoreará de las naciones.

29 Ciertamente ante él[a] se postrarán

todos los ricos de la tierra.

Se doblegarán ante él todos los que descienden al polvo,

los que no pueden conservar la vida a su propia alma.

30 La posteridad le servirá;

esto le será referido al SEÑOR por generaciones.

31 Vendrán y anunciarán su justicia

a un pueblo que ha de nacer: “¡Él hizo esto!”.

Footnotes

  1. Salmos 22:29 Según prop. Stutt.; TM, Comerán y.

Proverbios 5:15-21

Reina Valera Actualizada

El legítimo placer conyugal

15 Bebe el agua de tu propia cisterna

y de los raudales de tu propio pozo.

16 ¿Se han de derramar afuera tus manantiales,

tus corrientes de aguas por las calles?

17 ¡Que sean para ti solo

y no para los extraños contigo!

18 Sea bendito tu manantial

y alégrate con la mujer de tu juventud,

19 como una preciosa cierva o una graciosa gacela.

Sus pechos te satisfagan en todo tiempo y en su amor recréate siempre.

20 ¿Por qué, hijo mío, andarás apasionado por una mujer ajena

y abrazarás el seno de una extraña?

21 Los caminos del hombre están ante los ojos del SEÑOR,

y él considera todas sus sendas.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

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