Tuesday, January 30, 2024

DAB Español, Jueves 01 de Febrero

Día 032, DAB Español, Jueves 01 de Febrero


Éxodo 13:18-15:19; Mateo 21:23-46; Salmos 26; Proverbios 6:16-19 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








Éxodo 13:18-15:19

Reina Valera Actualizada


18 Más bien, Dios hizo que el pueblo diera un rodeo por el camino del desierto hacia el mar Rojo[a]. Los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto armados.

Los restos de José llevados de Egipto


19 Moisés tomó también consigo los restos de José, quien había hecho jurar a los hijos de Israel diciendo: “Ciertamente Dios los visitará, y harán llevar de aquí mis restos, con ustedes”.

Dios guía a Israel de día y de noche


20 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, al borde del desierto. 21 El SEÑOR iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que pudieran caminar tanto de día como de noche. 22 La columna de nube nunca se apartó de día de delante del pueblo, ni la columna de fuego de noche.

Los israelitas cruzan el mar en seco


14 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 2 “Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen cerca de Pi-hajirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal-zefón; acamparán en el lado opuesto, junto al mar. 3 Entonces el faraón dirá de los hijos de Israel: ‘Andan errantes por la tierra; el desierto les cierra el paso’. 4 Yo endureceré el corazón del faraón para que los persiga; pero yo mostraré mi gloria en el faraón y en todo su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy el SEÑOR”.


Ellos lo hicieron así. 5 Y cuando informaron al rey de Egipto que el pueblo huía, el corazón del faraón y de sus servidores se volvió contra el pueblo. Y dijeron: “¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, y que no nos sirva?”.


6 Unció su carro y tomó consigo a su gente. 7 Tomó seiscientos carros escogidos y todos los demás carros de Egipto con los oficiales que estaban al frente de todos ellos.


8 El SEÑOR endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, y él persiguió a los hijos de Israel; pero estos salieron osadamente. 9 Los egipcios los persiguieron con toda la caballería, los carros del faraón, sus jinetes y su ejército; y los alcanzaron mientras acampaban junto al mar, al lado de Pi-hajirot, frente a Baal-zefón.


10 Cuando el faraón se había acercado, los hijos de Israel alzaron los ojos; y he aquí que los egipcios venían tras ellos. Entonces los hijos de Israel temieron muchísimo y clamaron al SEÑOR. 11 Y dijeron a Moisés:


—¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para morir en el desierto? ¿Por qué nos has hecho esto de sacarnos de Egipto? 12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto diciendo: “Déjanos solos, para que sirvamos a los egipcios”? ¡Mejor nos habría sido servir a los egipcios que morir en el desierto!


13 Y Moisés respondió al pueblo:


—¡No teman! Estén firmes y verán la liberación que el SEÑOR hará a favor de ustedes. A los egipcios que ahora ven, nunca más los volverán a ver. 14 El SEÑOR combatirá por ustedes, y ustedes se quedarán en silencio.


15 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:


—¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16 Y tú, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo para que los hijos de Israel pasen por en medio del mar, en seco. 17 Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que entren detrás de ellos, y mostraré mi gloria en el faraón y en todo su ejército, en sus carros y en sus jinetes. 18 Y los egipcios sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando yo muestre mi gloria en el faraón, en sus carros y en sus jinetes.


19 Entonces el ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se trasladó e iba detrás de ellos. Asimismo, la columna de nube que iba delante de ellos se trasladó y se puso detrás de ellos, 20 y se colocó entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel, constituyendo nube y tinieblas para aquellos, mientras que alumbraba a Israel de noche. En toda aquella noche no se acercaron los unos a los otros.


21 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el SEÑOR hizo que este se retirara con un fuerte viento del oriente que sopló toda aquella noche e hizo que el mar se secara, quedando las aguas divididas. 22 Y los hijos de Israel entraron en medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 23 Los egipcios los persiguieron, y entraron en el mar tras ellos con toda la caballería del faraón, sus carros y sus jinetes.


24 Aconteció que a eso de la vigilia de la mañana, el SEÑOR miró hacia el ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los egipcios. 25 Trabó[b] las ruedas de sus carros, de modo que se desplazaban pesadamente. Entonces los egipcios dijeron: “¡Huyamos de los israelitas, porque el SEÑOR combate por ellos contra los egipcios!”.


26 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre sus jinetes”.


27 Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, este volvió a su lecho, de modo que los egipcios chocaron contra él cuando huían. Así precipitó el SEÑOR a los egipcios en medio del mar. 28 Las aguas volvieron y cubrieron los carros y los jinetes, junto con todo el ejército del faraón que había entrado en el mar tras ellos. No quedó de ellos ni uno solo. 29 Pero los hijos de Israel caminaron en seco por en medio del mar, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 30 Así libró el SEÑOR aquel día a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31 Cuando Israel vio la gran hazaña que el SEÑOR había realizado contra los egipcios, el pueblo temió al SEÑOR, y creyó en él y en su siervo Moisés.

Cántico al SEÑOR por la liberación


15 Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al SEÑOR, diciendo:


“¡Cantaré al SEÑOR,


pues se ha enaltecido grandemente!


¡Arrojó al mar al caballo y su jinete!


2 El SEÑOR[c] es mi fortaleza y mi canción; él ha sido mi salvación.


¡Este es mi Dios! Yo lo alabaré. ¡El Dios de mi padre! A él ensalzaré.


3 “El SEÑOR es un guerrero.


¡El SEÑOR es su nombre!


4 Ha echado al mar los carros


y al ejército del faraón.


Fueron hundidos en el mar Rojo sus mejores oficiales.


5 Las aguas profundas los cubrieron; descendieron como piedra


a las profundidades.


6 “Tu diestra, oh SEÑOR,


ha sido majestuosa en poder;


tu diestra, oh SEÑOR,


ha quebrantado al enemigo.


7 Con la grandeza de tu poder has destruido a los que se opusieron a ti; desataste tu furor,


y los consumió como a hojarasca.


8 Por el soplo de tu aliento


se amontonaron las aguas;


las olas se acumularon como un dique;


las aguas profundas se congelaron


en medio del mar.


9 Dijo el enemigo: ‘Perseguiré,


tomaré prisioneros y repartiré el botín;


mi alma se saciará de ellos;


desenvainaré mi espada,


y mi mano los desalojará’.


10 Pero tú soplaste con tu aliento,


y el mar los cubrió.


Se hundieron como plomo


en las impetuosas aguas.


11 “¿Quién como tú, oh SEÑOR, entre los dioses?


¿Quién como tú,


majestuoso en santidad,


temible en hazañas dignas de alabanza, hacedor de maravillas?


12 Extendiste tu diestra,


y la tierra los tragó.


13 En tu misericordia guías a este pueblo que has redimido,


y lo llevas con tu poder


a tu santa morada.


14 “Los pueblos lo oyen y tiemblan;


la angustia se apodera de los filisteos.


15 Entonces los jefes de Edom se aterran; los poderosos de Moab son


presas del pánico;


se abaten todos los habitantes


de Canaán.


16 Sobre ellos caen terror y espanto;


ante la grandeza de tu brazo


enmudecen como la piedra, hasta que haya pasado tu pueblo,


oh SEÑOR;


hasta que haya pasado este pueblo que tú has adquirido.


17 Tú los introducirás y los plantarás


en el monte de tu heredad,


en el lugar que has preparado como tu habitación, oh SEÑOR,


en el santuario que establecieron tus manos, oh SEÑOR.


18 El SEÑOR reinará por siempre jamás”.


19 Cuando la caballería del faraón entró en el mar con sus carros y jinetes, el SEÑOR hizo volver las aguas del mar sobre ellos, mientras que los hijos de Israel caminaron en seco en medio del mar.

Footnotes


Éxodo 13:18 Heb., Yam Suf, o sea, mar de Cañas.

Éxodo 14:25 Según vers. antiguas; heb., Quitó.

Éxodo 15:2 Lit., Yah, forma abreviada del nombre de Dios YHWH, que en esta versión traducimos como “SEÑOR”.



Mateo 21:23-46

Reina Valera Actualizada

La autoridad de Jesús


23 Él llegó al templo y, mientras estaba enseñando, se acercaron a él los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo, y le decían:


—¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te dio esta autoridad?


24 Entonces respondió Jesús y les dijo:


—Yo también les haré una pregunta y, si me responden, yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas. 25 ¿De dónde era el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?


Entonces ellos razonaban entre sí, diciendo:


—Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”. 26 Y si decimos “de los hombres…”, tememos al pueblo, porque todos tienen a Juan por profeta.


27 Respondieron a Jesús y dijeron:


—No sabemos.


Y él les dijo:


—Tampoco yo les digo con qué autoridad hago estas cosas.

Parábola de los dos hijos


28 »Pero, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. 29 Él contestó y dijo: “No quiero”. Pero después cambió de parecer y fue. 30 Al acercarse al otro, le dijo lo mismo; y él respondió diciendo: “¡Sí, señor, yo voy!”. Y no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?


Ellos dijeron:


—El primero.


Y Jesús les dijo:


—De cierto les digo que los publicanos y las prostitutas entran delante de ustedes en el reino de Dios. 32 Porque Juan vino a ustedes en el camino de justicia, y no le creyeron; pero los publicanos y las prostitutas le creyeron. Y aunque ustedes lo vieron, después no cambiaron de parecer para creerle.

Parábola de los labradores malvados


33 »Oigan otra parábola: Había un hombre, dueño de un campo, quien plantó una viña. La rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se fue lejos. 34 Pero cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. 35 Y los labradores, tomando a sus siervos, a uno lo hirieron, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. 36 Él envió de nuevo otros siervos, en mayor número que los primeros, y les hicieron lo mismo.


37 »Por último, les envió a su hijo, diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo”. 38 Pero al ver al hijo, los labradores dijeron entre sí: “Este es el heredero. Vengan, matémoslo y tomemos posesión de su herencia”. 39 Lo prendieron, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. 40 Ahora bien, cuando venga el señor de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?


41 Le dijeron:


—A los malvados los destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, quienes le pagarán el fruto a su tiempo.


42 Jesús les dijo:


—¿Nunca han leído en las Escrituras?


La piedra que desecharon los edificadores,


esta fue hecha cabeza del ángulo.


De parte del Señor sucedió esto,


y es maravilloso en nuestros ojos[a].


43 Por esta razón les digo que el reino de Dios les será quitado de ustedes y le será dado a un pueblo que producirá los frutos del reino. 44 El que caiga sobre esta piedra será quebrantado, y desmenuzará a cualquiera sobre quien ella caiga.


45 Al oír sus parábolas, los principales sacerdotes y los fariseos entendieron que él hablaba de ellos. 46 Pero buscando cómo echarle mano, temieron al pueblo; porque le tenía por profeta.

Footnotes


Mateo 21:42 Sal. 118:22, 23.



Salmos 26

Reina Valera Actualizada

Oración del que anda en integridad


26 Salmo de David.


Hazme justicia, oh SEÑOR,

porque yo en mi integridad he andado. Asimismo, he confiado en el SEÑOR;

no vacilaré.

2

Examíname, oh SEÑOR, y pruébame. Purifica mi conciencia y mi corazón;

3

porque tu misericordia está delante

de mis ojos,

y camino en tu verdad.

4

No me he sentado con los hombres falsos

ni tengo tratos con los hipócritas.

5

Aborrezco la reunión de los

malhechores;

nunca me he sentado con los impíos.

6

Lavaré mis manos en inocencia

e iré alrededor de tu altar, oh SEÑOR,

7

para proclamar con voz de

agradecimiento

y contar todas tus maravillas.

8

Oh SEÑOR, he amado la habitación

de tu casa,

el lugar de la morada de tu gloria.

9

No recojas mi alma junto con los pecadores

ni mi vida con los hombres

sanguinarios,

10

en cuyas manos hay infamia

y cuya mano derecha está llena

de soborno.

11

Pero yo andaré en mi integridad;

redímeme y ten misericordia de mí.

12

Mis pies se han afirmado en

suelo llano;

en las congregaciones te[a] bendeciré, oh SEÑOR.

Footnotes


Salmos 26:12 Según LXX; heb. omite te.



Proverbios 6:16-19

Reina Valera Actualizada


16

Seis cosas aborrece el SEÑOR,

y aun siete abomina su alma:

17

Los ojos altivos,

la lengua mentirosa,

las manos que derraman sangre inocente,

18

el corazón que maquina pensamientos inicuos,

los pies que se apresuran a correr

al mal,

19

el testigo falso que respira calumnias

y el que provoca discordia entre los hermanos.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)


Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano


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