Monday, January 15, 2024

DAB Español, Martes 16 de Enero

Día 016, DAB Español, Martes 16 de Enero


Génesis 32:13-34:31; Mateo 11:7-30; Salmos 14; Proverbios 3:19-20 (Nueva Biblia Viva (NBV))




Génesis 32:13-34:31

Nueva Biblia Viva

13-15 Jacob pasó allí la noche y preparó un obsequio para su hermano Esaú:


200 cabras,


20 chivos,


200 ovejas,


20 carneros,


30 camellas paridas con sus crías,


40 vacas,


10 toros,


20 burras,


10 burros.


16 Instruyó a sus siervos para que los condujeran en grupos, y les pidió que guardaran una distancia prudente entre grupo y grupo.


17 Le dijo al que llevaba el primer grupo que cuando encontrara a Esaú, y este preguntara: «¿Hacia dónde van? ¿A quién sirven? ¿De quién son estos animales?», 18 le respondiera: «Mi señor Esaú, este es un regalo que le envía mi amo Jacob. A propósito, él viene detrás de nosotros».


19 Jacob pidió a cada uno de los que envió al frente de los grupos que le dieran el mismo mensaje a Esaú. 20 La estrategia de Jacob consistía en apaciguar a su hermano por medio de los presentes enviados antes de su encuentro.


Jacob pensaba que quizá de esa manera Esaú dejaría de odiarlo, y cuando se encontraran lo recibiría muy bien. 21 Así que Jacob le envió a Esaú los regalos por adelantado, y él pasó la noche en el campamento.


Jacob lucha con un ángel

22-24 Pero durante la noche, Jacob se levantó y despertó a sus dos esposas, a las concubinas y a los once hijos y los hizo cruzar el Jordán por el vado de Jaboc. Enseguida regresó al campamento y se quedó solo allí. Y un varón luchó con él hasta el alba. 25 Cuando el varón vio que no podía ganar la lucha, hirió a Jacob en la articulación de la cadera y se la dislocó.


26 Entonces el varón le dijo:


―Déjame ir, porque ya amanece.


Pero Jacob le contestó:


―No te soltaré si no me bendices.


27 ―¿Cómo te llamas? —le preguntó el varón.


―Jacob —fue la respuesta.


28 ―Ese ya no será tu nombre —le dijo el varón—. A partir de hoy te llamarás Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has ganado.


29 Jacob le preguntó:


―¿Cómo te llamas?


―¿Por qué me lo preguntas? —le dijo aquel varón.


Luego bendijo a Jacob.


30 A aquel lugar Jacob le puso Peniel (rostro de Dios), porque dijo: «Vi a Dios cara a cara y me dejó con vida».


31 Salía el sol cuando Jacob emprendió el camino, y renqueaba a causa de su cadera. 32 (Esta es la razón por la que el pueblo de Israel, hasta este día, no come del tendón que está en la articulación de la cadera, porque en esa parte Jacob fue herido).


Encuentro de Jacob con Esaú

33 A la distancia, Jacob vio a Esaú que llegaba con cuatrocientos hombres. Entonces repartió a sus hijos entre Lea, Raquel y las dos siervas. 2 Al frente de todos puso a las dos siervas junto con sus hijos, luego a Lea y sus hijos, y finalmente a Raquel y su hijo José. 3 Luego Jacob pasó al frente. Cuando estuvo cerca de su hermano, se inclinó siete veces delante de él. 4 Esaú, al verlo, corrió a su encuentro, lo abrazó afectuosamente y lo besó; y ambos se pusieron a llorar. 5 Entonces Esaú vio a las mujeres y a los niños, y preguntó:


―¿Quiénes son estas personas que están contigo?


―Son los hijos que Dios, por su amor, me ha dado —respondió Jacob.


6 Las concubinas se adelantaron con sus hijos y se inclinaron ante Esaú. 7 Luego Lea y sus hijos se acercaron y también se inclinaron ante Esaú. Finalmente, llegaron Raquel y José y también se inclinaron.


8 ―¿Y para qué era todo ese ganado que he encontrado en el camino mientras venía hacia acá? —preguntó Esaú.


Jacob contestó:


―Son obsequios que te envié para ganarme tu favor.


9 ―Hermano mío, yo tengo bastante —dijo Esaú—. Déjalos para ti.


10 ―No, te ruego que los aceptes —dijo Jacob—, porque al verte me parece estar viendo a Dios mismo, pues me has recibido con mucha bondad. 11 Por favor, acepta mis obsequios. Dios ha sido muy misericordioso conmigo y me ha dado muchas riquezas.


Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó los regalos.


12 ―Bueno, ahora pongámonos en marcha —dijo Esaú—. Mis hombres y yo nos quedaremos con ustedes y les señalaremos el camino.


13 Pero Jacob respondió:


―Como puedes ver, algunos de mis hijos son pequeños, y además el ganado tiene crías, de modo que si avanzamos muy rápido, morirán. 14 Vé tú adelante. Nosotros iremos detrás de ustedes, al paso de los niños y del ganado. Nos encontraremos en Seír.


15 ―Bueno —dijo Esaú—, al menos permíteme que te deje algunos hombres para que te ayuden y sirvan de guía.


―No —insistió Jacob—, no es necesario. Por favor, acepta mi sugerencia.


16 Entonces, aquel mismo día, Esaú emprendió el regreso a Seír. 17 Por su parte Jacob y su familia se fueron hasta Sucot. Allí levantó un campamento con cabañas para su ganado. Por eso es que el lugar se llama Sucot (cabañas).


18 Luego llegaron a salvo a Siquén, en Canaán, y acamparon fuera de la ciudad. 19 Jacob le compró a la familia de Jamor, padre de Siquén, por cien monedas de plata, un pedazo de tierra. 20 Allí edificó un altar y lo llamó El Elohé Israel (Dios es el Dios de Israel).


Rapto y violación de Dina

34 Dina, la hija de Lea, salió un día a visitar a algunas de las muchachas del lugar. 2 Y la vio Siquén hijo de Jamor, el jefe de los heveos. Entonces la agarró a la fuerza y la violó. 3 Pero Siquén quedó profundamente enamorado de ella y trató de ganarse su cariño.


4 Por eso le dijo a su padre:


―Vé y pídeme a esa joven por esposa, pues quiero casarme con ella.


5 Cuando Jacob se enteró de que Siquén había violado a su hija Dina, sus hijos estaban en el campo pastoreando el ganado, de modo que no hizo nada hasta el regreso de ellos. 6-7 Mientras tanto, Jamor, padre de Siquén, fue a hablar con Jacob. Llegó en el mismo momento en que los hijos de Jacob regresaban del campo. Al enterarse de lo sucedido se llenaron de ira, pues lo que Siquén hizo fue una ofensa muy grande para Israel. ¡Eso nunca debió haberlo hecho! 8 Pero Jamor les dijo:


―Mi hijo Siquén está muy enamorado de la hermana de ustedes. Por favor, permítanle casarse con ella. 9-10 Aun más, los invitamos a que vivan entre nosotros y que las hijas de ustedes se casen con nuestros hijos, y nosotros daremos nuestras hijas a los jóvenes de ustedes. Podrán vivir en donde quieran en nuestra tierra, negociar en ella y enriquecerse.


11 Siquén también les dijo a Jacob y a los hermanos de Dina:


―Sean bondadosos conmigo y dénmela por esposa. Yo les daré cualquier cosa que pidan. 12 No importa que la dote que pidan sea muy alta, yo la pagaré. Pero, ¡denme a la muchacha por esposa!


13 Los hermanos de Dina entonces les mintieron a Siquén y a Jamor, pues les respondieron con engaños. Hicieron esto en venganza por lo que Siquén le había hecho a Dina. 14 Así que les dijeron:


―A nosotros no nos está permitido entregarle nuestra hermana a un hombre que no está circuncidado. ¡Eso sería una deshonra para nosotros! 15-16 Ahora bien, si ustedes aceptan que todo varón entre ustedes se circuncide, entonces podremos darles nuestras hijas para que se casen con ellas. Además, nuestros hijos podrían casarse con las hijas de ustedes. Esa es la condición que les ponemos. Entonces nos quedaremos a vivir con ustedes y formaremos un solo pueblo. 17 Si no es así nos iremos de aquí y nos llevaremos a nuestra hermana.


18-19 Jamor y Siquén aceptaron gustosamente la propuesta. Y como Siquén estaba tan enamorado de Dina, no vaciló en circuncidarse inmediatamente. Siquén estaba seguro de que podría convencer a todos los hombres de la ciudad, pues gozaba del respeto de todos ellos. 20 Así que Jamor y Siquén regresaron a la ciudad y se presentaron ante el concejo de la ciudad para hacer su petición.


21 ―Estos hombres son amigos nuestros —dijeron—. Invitémosles a vivir entre nosotros y a que tengan sus negocios aquí, pues la tierra que tenemos es suficientemente extensa. Nosotros podremos casarnos con sus hijas, y ellos con las nuestras. 22-23 Sin embargo, no aceptarán si no cumplimos una condición: que todo hombre entre nosotros sea circuncidado, al igual que ellos. Si hacemos esto, todo lo que ellos tienen será también nuestro, y la tierra se habrá enriquecido. Vamos, aprueben esto para que ellos se queden a vivir entre nosotros.


24 Todos los hombres estuvieron de acuerdo, de modo que se circuncidaron. 25-26 Pero a los tres días de haberse circuncidado, es decir, cuando más dolor sentían, fueron sorprendidos por Simeón y Leví, hijos de Jacob y hermanos de Dina. En efecto, aprovechando esa circunstancia, Simeón y Leví agarraron sus espadas, entraron en la ciudad y mataron a todos los hombres, incluyendo a Siquén y a Jamor. Luego sacaron a Dina de la casa de Siquén, y regresaron al campamento. 27 Después todos los hijos de Jacob fueron y saquearon la ciudad con el pretexto de que su hermana había sido violada allí. 28 Se apoderaron de todo el ganado, ovejas, vacas y burros, y de todo lo que había en la ciudad y en el campo. 29 También se llevaron a las mujeres, a los niños, y todo tipo de riquezas. 30 Entonces Jacob les dijo a Leví y a Simeón:


―Ustedes me han hecho un mal muy grande. A partir de hoy, los cananeos y los ferezeos que viven en esta región me van a odiar. Si ellos se unen y nos atacan, nos matarán a todos, pues cuento con muy pocos hombres para defenderme.


31 Pero ellos respondieron:


―¿Acaso tenía él derecho de tratar a nuestra hermana como si fuera una prostituta?


Mateo 11:7-30

Nueva Biblia Viva

7 Cuando los discípulos de Juan se marcharon, Jesús se puso a hablar de Juan a la multitud:


«Cuando salieron al desierto a ver a Juan, ¿qué esperaban ver en él? ¿Una caña que el viento sacude? 8 ¿o acaso a un hombre vestido de príncipe? ¡Estos se encuentran en los palacios reales! 9 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿a un profeta? Les aseguro que sí, y él es más que profeta: 10 Juan es aquel de quien las Escrituras dicen: “Un mensajero mío irá delante de ti para prepararte el camino”. 11 Les aseguro que de todos los hombres que han nacido en este mundo, ninguno ha sido mayor que Juan el Bautista. Y sin embargo, el más insignificante en el reino de los cielos es más grande que él. 12 Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, se ha combatido mucho contra el reino de los cielos, y los que son violentos luchan para acabar con él. 13 La ley y todos los profetas profetizaron hasta que llegó Juan. 14 Y si quieren creerlo, él es Elías, del que se anunció que vendría. 15 El que quiera escuchar, ¡escuche ahora!


16 »¿Qué diré de la gente de hoy día? Es semejante a los muchachos que, sentados en las plazas, gritan a sus compañeros de juego: 17 “Si tocamos la flauta ustedes no bailan, y si cantamos canciones tristes ustedes no lloran”.


18 »Vino Juan el Bautista, que no toma vino ni come mucho, y ustedes dicen que está endemoniado. 19 Y luego vengo yo, el Hijo del hombre, que como y bebo, y me acusan de glotón, bebedor de vino y amigo de cobradores de impuestos y de gente de la peor calaña. Pero uno demuestra la sabiduría con sus acciones».


Ayes sobre ciudades no arrepentidas

20 Entonces comenzó Jesús a reprender a las ciudades en que había realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían arrepentido.


21 «¡Pobre de ti, Corazín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Si los milagros que se realizaron en tus calles se hubieran realizado en Tiro y Sidón, hace mucho tiempo que estas ciudades se habrían vestido de ropas ásperas y se habrían echado ceniza en la cabeza como muestra de su arrepentimiento.


22 »¡Ciertamente a Tiro y Sidón les irá mejor que a ustedes en el día del juicio! 23 ¡Y tú, Capernaúm, ¿serás elevada hasta el cielo? ¡No! Te irás a lo profundo del infierno. Porque si los milagros que se realizaron en ti se hubieran realizado en Sodoma, esta ciudad existiría todavía. 24 ¡A Sodoma le irá mejor que a ti en el día del juicio!».


Descanso para los cansados

25 En esa ocasión, Jesús dijo:


«Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios e inteligentes, y se las diste a conocer a los niños. 26 Sí, Padre, porque así lo quisiste.


27 »El Padre me ha confiado todas las cosas. Sólo el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre, y también aquellos a quienes el Hijo se lo revela. 28 Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar. 29 Lleven mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y de corazón humilde. Así hallarán descanso para el alma, 30 porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga es ligera».


Salmos 14

Nueva Biblia Viva

Al director musical. Salmo de David.

14 Las personas necias afirman que no hay Dios. Están corrompidas, sus obras son detestables; ¡no hay un solo individuo que haga lo bueno!


2 Desde el alto cielo mira el Señor para ver si entre toda la humanidad hay aunque sea uno que sea entendido y busque a Dios. 3 Pero no; todos se han descarriado; todos están corrompidos por el pecado. No hay ninguno bueno, ¡ni siquiera uno! 4 ¿Acaso no entienden todos los que hacen lo malo? Devoran a mi pueblo como pan; y en cuanto a orar, ¡ni pensarlo!


5 El terror los acosará, pues Dios está con los que lo obedecen. 6 Los malvados frustran los planes de los oprimidos pero el Señor los protege. 7 ¡Ojalá que desde Sion viniera Dios para salvar a su Israel! ¡Qué gozo habrá en Israel y cómo gritará de alegría Jacob, cuando el Señor haya rescatado a su pueblo!


Proverbios 3:19-20

Nueva Biblia Viva

19 Con sabiduría el Señor fundó la tierra, con inteligencia estableció los cielos. 20 Por su conocimiento se separaron las aguas, las nubes derramaron la lluvia.


Nueva Biblia Viva (NBV)

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