Saturday, June 26, 2021

DAB Español, Domingo 27 de Junio

Día 178, DAB Español, Domingo 27 de Junio

2 Reyes 10:32-12:21; Hechos 18:1-21; Salmos 145; Proverbios 18:1 (Dios Habla Hoy (DHH))









2 Reyes 10:32-12:21

Dios Habla Hoy

 

32 Por aquel tiempo, el Señor comenzó a recortar el territorio de Israel. Hazael atacó a los israelitas por todas sus fronteras: 33 desde el este del Jordán, por toda la región de Galaad, Gad, Rubén y Manasés, y desde Aroer, que está junto al arroyo Arnón, incluyendo Galaad y Basán.

 

34 El resto de la historia de Jehú y de todo lo que hizo, y de sus hazañas, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 35 Cuando murió, lo enterraron en Samaria, y reinó en su lugar su hijo Joacaz. 36 Jehú reinó sobre Israel durante veinticinco años, en la ciudad de Samaria.

Atalía usurpa el trono

 

11 Cuando Atalía, madre de Ocozías, supo que su hijo había muerto, fue y eliminó a toda la familia real. 2 Pero Joseba, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, apartó a Joás, hijo de Ocozías, de los otros hijos del rey a los que estaban matando, y lo escondió de Atalía, junto con su nodriza, en un dormitorio. Así que no lo mataron, 3 y Joás estuvo escondido con su nodriza en el templo del Señor durante seis años. Mientras tanto, Atalía gobernó el país.

 

4 Al séptimo año, Joiadá mandó llamar a los capitanes, y a los quereteos y los guardias, y los hizo entrar en el templo del Señor, donde él estaba. Allí hizo con ellos un pacto bajo juramento, y les mostró al príncipe Joás. 5 Luego les ordenó: «Esto es lo que van a hacer ustedes: una tercera parte de ustedes estará de guardia en el palacio en el sábado; 6 otra tercera parte estará en la puerta de Sur; y la otra tercera parte en la puerta posterior del cuartel de la guardia. Así cubrirán ustedes por turnos la guardia del palacio. 7 Ahora bien, las dos secciones que salen de guardia el sábado, montarán la guardia en el templo del Señor, junto al rey. 8 Ustedes formarán un círculo alrededor del rey, cada uno con sus armas en la mano, y el que intente penetrar en las filas, morirá. Ustedes acompañarán al rey dondequiera que él vaya.»

 

9 Los capitanes hicieron todo lo que el sacerdote Joiadá les había ordenado. Cada cual tomó el mando de sus hombres, tanto los que entraban de guardia en sábado como los que salían, y se presentaron al sacerdote Joiadá. 10 Entonces el sacerdote entregó a los capitanes las lanzas y los escudos que habían pertenecido al rey David, y que estaban en el templo del Señor. 11 Los guardias tomaron sus puestos, desde el ala derecha hasta el ala izquierda del templo, y alrededor del altar, cada cual con su arma en la mano para proteger al rey. 12 Entonces Joiadá sacó al hijo del rey, le puso la corona y las insignias reales, y después de derramar aceite sobre él lo proclamó rey. Luego todos aplaudieron y gritaron: «¡Viva el rey!»

 

13 Cuando Atalía oyó las aclamaciones de los guardias y de la gente, fue al templo del Señor, donde estaban todos. 14 Vio allí al rey, de pie junto a la columna, según era la costumbre. A su lado estaban los jefes y la banda de música, y la gente muy alegre y tocando trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y gritó:

 

—¡Traición! ¡Traición!

 

15 Pero el sacerdote Joiadá ordenó a los capitanes que estaban al mando del ejército:

 

—¡Sáquenla de entre las filas, y pasen a cuchillo al que la siga!

 

Como el sacerdote había ordenado que no la mataran en el templo del Señor, 16 la apresaron y la sacaron por la entrada de la caballería al palacio real, y allí la mataron.

 

17 Después Joiadá hizo una alianza entre el Señor, el rey y el pueblo, de que ellos serían el pueblo del Señor, y también entre el rey y el pueblo. 18 Luego fueron todos al templo de Baal y lo derribaron, destrozando por completo sus altares y sus ídolos. En cuanto a Matán, el sacerdote de Baal, lo degollaron ante los altares. A continuación, el sacerdote puso una guardia en el templo del Señor; 19 luego tomó a los capitanes, a los quereteos, a los guardias y a toda la gente, y juntos acompañaron al rey desde el templo del Señor hasta el palacio real, entrando por la puerta de la guardia. Joás se sentó en el trono, 20 y todo el pueblo se alegró. Y como Atalía había muerto a filo de espada en el palacio real, la ciudad quedó tranquila.

Reinado de Joás en Judá

 

21 (12.1) Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar, 12 1 (2) lo cual sucedió en el séptimo año del reinado de Jehú; y reinó en Jerusalén durante cuarenta años. Su madre se llamaba Sibiá, y era de Beerseba. 2 (3) Los hechos de Joás fueron rectos a los ojos del Señor, porque lo había educado Joiadá, el sacerdote. 3 (4) Sin embargo, no se quitaron los santuarios paganos, en los que el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemaba incienso.

 

4-5 (5-6) Un día, Joás dijo a los sacerdotes:

 

—Recojan ustedes todo el dinero de las ofrendas que se traigan al templo del Señor, tanto la cuota que debe pagar cada persona como el total de las ofrendas voluntarias que cada uno traiga al templo del Señor. Pídanselo a los administradores del tesoro, para que se hagan todas las reparaciones necesarias en el templo.

 

6 (7) Pero llegó el año veintitrés del reinado de Joás, y los sacerdotes aún no habían reparado el templo. 7 (8) Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Joiadá y a los otros sacerdotes, y les dijo:

 

—¿Por qué no han reparado ustedes el templo? De ahora en adelante no recibirán más dinero de los administradores del tesoro; y el que tengan, deberán entregarlo para la reparación del templo.

 

8 (9) Los sacerdotes estuvieron de acuerdo en no recibir más dinero de la gente, y en no tener a su cargo la reparación del templo. 9 (10) Entonces el sacerdote Joiadá tomó un cofre, le hizo un agujero en la tapa y lo colocó al lado derecho del altar, según se entra en el templo del Señor; y los sacerdotes que vigilaban la entrada del templo ponían allí todo el dinero que se llevaba al templo del Señor. 10 (11) Cuando veían que el cofre tenía ya mucho dinero, llegaban el cronista del rey y el sumo sacerdote y contaban el dinero que encontraban en el templo del Señor; luego lo echaban en unas bolsas, 11 (12) y una vez registrada la cantidad, lo entregaban a los encargados de las obras del templo para que pagaran a los carpinteros y maestros de obras que trabajaban en el templo del Señor, 12 (13) así como a los albañiles y canteros, y para que compraran madera y piedras de cantera para reparar el templo y cubrieran los demás gastos del mismo. 13 (14) Pero aquel dinero que se llevaba al templo del Señor no se usaba para hacer copas de plata, despabiladeras, tazones, trompetas u otros utensilios de oro y plata, 14 (15) sino que era entregado a los encargados de las obras para que hicieran con él la reparación del templo del Señor. 15 (16) Sin embargo, no se pedían cuentas a los hombres a quienes se entregaba el dinero para pagar a los obreros, porque actuaban con honradez. 16 (17) Ahora bien, el dinero de las ofrendas por la culpa y por el pecado no se llevaba al templo, porque era para los sacerdotes.

 

17 (18) En aquel tiempo, Hazael, rey de Siria, lanzó un ataque contra Gat y la tomó, y después se dirigió contra Jerusalén. 18 (19) Pero Joás, rey de Judá, tomó todos los objetos sagrados que habían dedicado al culto los reyes Josafat, Joram y Ocozías, antepasados suyos en el reino de Judá; tomó también los que él mismo había dedicado, más todo el oro que se encontró en los tesoros del templo y del palacio real, y todo junto lo envió a Hazael, y este dejó entonces de atacar a Jerusalén.

 

19 (20) El resto de la historia de Joás y de todo lo que hizo, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 20 (21) Sus propios oficiales tramaron un complot contra él, y lo mataron en el edificio del terraplén que está en la bajada de Silá. 21 (22) Así pues, Josacar, hijo de Simat, y Jozabad, hijo de Somer, oficiales suyos, lo hirieron de muerte, y cuando murió lo enterraron en la Ciudad de David. Después reinó en su lugar su hijo Amasías.

Hechos 18:1-21

Dios Habla Hoy

Pablo en Corinto

 

18 Después de esto, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. 2 Allí se encontró con un judío llamado Aquila, que era de la región del Ponto. Poco antes, Aquila y su esposa Priscila habían llegado de Italia, de donde tuvieron que salir porque el emperador Claudio había ordenado que todos los judíos salieran de Roma. Pablo fue a visitarlos 3 y, como tenía el mismo oficio que ellos, que era hacer tiendas de campaña, se quedó con ellos para trabajar juntos. 4 Y cada sábado Pablo iba a la sinagoga, donde hablaba y trataba de convencer tanto a los judíos como a los no judíos.

 

5 Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por completo a anunciar el mensaje y a probar a los judíos que Jesús era el Mesías. 6 Pero ellos comenzaron a ponerse en contra suya y a insultarlo; así que Pablo sacudió su ropa en señal de protesta, y les dijo:

 

—De ustedes será la culpa de su propia perdición; yo no me hago responsable. De hoy en adelante me iré a los que no son judíos.

 

7 Salió de la sinagoga y se fue a casa de un hombre llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios y que vivía al lado de la sinagoga. 8 Y Crispo, el jefe de la sinagoga, con toda su familia, creyó en el Señor. Y también muchos de los de Corinto, al oír el mensaje, creyeron y fueron bautizados. 9 Una noche, el Señor le dijo a Pablo en una visión: «No tengas miedo; sigue anunciando el mensaje y no calles. 10 Porque yo estoy contigo y nadie te puede tocar para hacerte daño, pues mi pueblo es muy grande en esta ciudad.» 11 Así que Pablo se quedó un año y medio en Corinto, enseñando entre ellos el mensaje de Dios.

 

12 Pero en los días en que Galión era gobernador de Acaya, los judíos se juntaron contra Pablo; lo llevaron al tribunal 13 y dijeron al gobernador:

 

—Este hombre anda convenciendo a la gente de que deben adorar a Dios en una forma que va contra la ley.

 

14 Pablo ya iba a hablar, cuando Galión dijo a los judíos:

 

—Si se tratara de algún delito o algún crimen grave, yo, naturalmente, me tomaría la molestia de oírlos a ustedes los judíos; 15 pero como se trata de palabras, de nombres y de la ley de ustedes, arréglenlo ustedes mismos, porque yo no quiero meterme en esos asuntos.

 

16 Y los echó del tribunal. 17 Entonces agarraron todos a Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon allí mismo, delante del tribunal. Pero a Galión no le importaba nada de esto.

Pablo regresa a Antioquía

 

18 Pablo se quedó todavía muchos días en Corinto. Después se despidió de los hermanos y, junto con Priscila y Aquila, se embarcó para la región de Siria. En Cencreas, antes de embarcarse, se rapó la cabeza, para cumplir una promesa que había hecho. 19 Cuando llegaron a Éfeso, Pablo dejó a Priscila y Aquila y se fue a la sinagoga, donde habló con los judíos que allí se reunían. 20 Ellos le rogaron que se quedara más tiempo, pero no quiso, 21 sino que se despidió de ellos diciendo: «Si Dios quiere, volveré a visitarlos otra vez.»

 

Después Pablo se embarcó y se fue de Éfeso.

Salmos 145

Dios Habla Hoy

Que todo hombre alabe al Señor

(1a) Alabanza de David.

 

145 (1b) Hablaré de tu grandeza, mi Dios y Rey;

bendeciré tu nombre por siempre.

2

Diariamente te bendeciré;

alabaré tu nombre por siempre.

3

El Señor es grande y muy digno de alabanza;

su grandeza excede nuestro entendimiento.

 

4

De padres a hijos se alabarán tus obras,

se anunciarán tus hechos poderosos.

5

Se hablará de tu majestad gloriosa,

y yo hablaré de tus maravillas.

6

Se hablará de tus hechos poderosos y terribles,

y yo hablaré de tu grandeza.

7

Se hablará de tu bondad inmensa,

y a gritos se dirá que tú eres justo.

 

8

El Señor es tierno y compasivo,

es paciente y todo amor.

9

El Señor es bueno para con todos,

y con ternura cuida sus obras.

 

10

¡Que te alaben, Señor, todas tus obras!

¡Que te bendigan tus fieles!

11

¡Que hablen del esplendor de tu reino!

¡Que hablen de tus hechos poderosos!

12

¡Que se haga saber a los hombres tu poder

y el gran esplendor de tu reino!

13

Tu reino es un reino eterno,

tu dominio es por todos los siglos.

 

14

El Señor sostiene a los que caen

y levanta a los que desfallecen.

15

Los ojos de todos esperan de ti

que tú les des su comida a su tiempo.

16

Abres tu mano, y con tu buena voluntad

satisfaces a todos los seres vivos.

17

El Señor es justo en sus caminos,

bondadoso en sus acciones.

18

El Señor está cerca de los que lo invocan,

de los que lo invocan con sinceridad.

19

Él cumple los deseos de los que lo honran;

cuando le piden ayuda, los oye y los salva.

20

El Señor protege a los que lo aman,

pero destruye a los malvados.

 

21

¡Que mis labios alaben al Señor!

¡Que todos bendigan su santo nombre,

ahora y siempre!

Proverbios 18:1

Dios Habla Hoy

 

18 El egoísta sólo busca su interés,

y se opone a todo buen consejo.

Dios Habla Hoy (DHH)

 

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

 

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