Saturday, June 19, 2021

DAB Español, Domingo 20 de Junio

Día 171, DAB Español, Domingo 20 de Junio

1 Reyes 22:1-53; Hechos 13:16-41; Salmos 138; Proverbios 17:17-18 (Nueva Biblia Viva (NBV))









1 Reyes 22

Nueva Biblia Viva

Micaías profetiza contra Acab

 

22 Durante tres años no hubo guerra entre Siria e Israel. 2 Pero en el tercer año, mientras el rey Josafat, de Judá, visitaba al rey Acab, de Israel, 3 Acab le dijo a sus oficiales: «¿Se dan cuenta ustedes de que los sirios están aún ocupando nuestra ciudad de Ramot de Galaad? Y nosotros estamos aquí sentados sin hacer nada al respecto».

 

4 Entonces se dirigió a Josafat, y le preguntó:

 

―¿Pelearemos juntos para recobrar la ciudad de Ramot de Galaad?

 

El rey Josafat de Judá le respondió:

 

―Desde luego. Tú y yo somos hermanos; mi pueblo está a tus órdenes, y mis caballos están a tu servicio. 5 Pero —añadió—, debemos consultar al Señor primero, para estar seguros si esto es lo que él quiere que hagamos.

 

6 Entonces el rey Acab convocó a sus cuatrocientos profetas paganos y les preguntó:

 

―¿Atacaremos a Ramot de Galaad?

 

Y ellos respondieron:

 

―Sí, vayan, porque el Señor les ayudará a conquistarla.

 

7 Pero Josafat preguntó:

 

―¿No hay por aquí un profeta del Señor? Me gustaría consultarlo.

 

8 Sí, aquí hay uno —dijo el rey Acab—, pero yo lo odio, porque jamás me profetiza algo bueno, sino todo lo malo. Su nombre es Micaías hijo de Imlá.

 

―¡Vamos! —respondió Josafat—. No digas tal cosa.

 

9 Entonces el rey Acab llamó a uno de sus sirvientes y le dijo:

 

―Ve a buscar a Micaías. ¡Date prisa!

 

10 Entre tanto, todos los profetas seguían dando sus profecías delante de los dos reyes, que estaban con sus vestiduras reales, sentados en los tronos colocados en la era junto a la puerta de la ciudad. 11 Sedequías hijo de Quenaná, que era uno de los falsos profetas, hizo unos cuernos de hierro y declaró:

 

―El Señor promete que con estos cuernos cornearás a los sirios hasta destruirlos.

 

12 Y los otros estaban de acuerdo.

 

―Ve y ataca Ramot de Galaad —le dijeron—, porque el Señor te dará la victoria.

 

13 El mensajero que fue enviado a buscar a Micaías le dijo:

 

―Mira, todos los profetas han anunciado que el rey saldrá bien librado en esta batalla. Así que debes concordar con lo que ellos están diciendo.

 

14 Pero Micaías le respondió:

 

―Puedes tener la plena seguridad de que sólo hablaré lo que el Señor me diga que hable. Esto es tan cierto como que el Señor vive.

 

15 Cuando llegaron, el rey le preguntó a Micaías:

 

―Micaías, ¿subiremos a atacar a Ramot de Galaad, o no?

 

―¡Sí, por supuesto! ¡Sigan adelante! —le dijo Micaías—. Tendrás una gran victoria, porque el Señor te hará vencedor.

 

16 ―¿Cuántas veces debo decirte que me digas solamente lo que el Señor te ha dicho? —le exigió el rey.

 

17 Entonces Micaías le dijo:

 

―Vi a Israel esparcido por las montañas, como ovejas sin pastor. Y el Señor dijo: “El rey de ellos está muerto, así que no tienen quién los gobierne. Pídeles que se vayan a sus casas en paz”.

 

18 Volviéndose a Josafat, Acab se quejó:

 

―¿No te dije lo que ocurriría? Él jamás me da buenas noticias. Siempre me anuncia el mal.

 

19 Micaías respondió:

 

―Escucha esta otra palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono, y los ejércitos del cielo que estaban alrededor de él. 20-21 Entonces el Señor preguntó: “¿Quién irá a inducir a Acab para que vaya y muera en Ramot de Galaad?”. Varias sugerencias se hicieron, hasta que un ángel se acercó al Señor y le dijo: “Yo lo seduciré”. 22 “¿Cómo lo harás?”, le preguntó el Señor, y él respondió: “Yo iré como un espíritu mentiroso y hablaré por boca de sus profetas”. Y el Señor dijo: “Eso está bien; ve, porque tú lo lograrás”. 23 ¿No ves? El Señor ha puesto un espíritu mentiroso en la boca de estos profetas, pero el hecho es que el Señor ha decretado el desastre para ti.

 

24 Entonces Sedequías hijo de Quenaná, se acercó a Micaías y lo golpeó en el rostro.

 

―¿Desde cuándo el Espíritu del Señor ha dejado de hablarme a mí, para hablarte a ti?

 

25 Y Micaías le respondió:

 

―Recibirás la respuesta a tu pregunta cuando andes escondiéndote de habitación en habitación.

 

26 Entonces el rey Acab ordenó que arrestaran a Micaías.

 

―Llévenlo a Amón, el jefe de la ciudad, y a mi hijo Joás. 27 Díganles que yo he ordenado que pongan a este individuo en la cárcel, y lo alimenten con pan y agua, sólo lo suficiente para que siga vivo hasta que yo regrese en paz.

 

28 ―Si tú vuelves en paz —respondió Micaías— será prueba de que el Señor no ha hablado por medio de mí.

 

Entonces Micaías se volvió al pueblo que estaba parado cerca, y dijo:

 

―¡Tomen nota de lo que he dicho!

Muerte de Acab

 

29 El rey Acab, de Israel, y el rey Josafat, de Judá, subieron contra Ramot de Galaad.

 

30 Acab le dijo a Josafat: «Usa tus ropas reales, pero yo no usaré las mías, sino que me disfrazaré». Entonces Acab se disfrazó y entró en la batalla.

 

31 El rey de Siria había dado orden a sus treinta y dos comandantes de los carros de guerra que concentraran los ataques contra el rey Acab. 32-33 Cuando vieron a Josafat con sus vestiduras reales, pensaron: «Este es el hombre que buscamos». Entonces lo rodearon para atacarlo. Pero cuando Josafat gritó pidiendo ayuda, ellos dejaron de perseguirlo.

 

34 Sin embargo, alguien disparó una flecha sin dirección y esta hizo blanco en el rey Acab, por entre las uniones de su armadura. Entonces el rey ordenó al que conducía su carro: «Sácame de aquí, pues estoy herido». 35 La batalla se hizo cada vez más intensa a medida que transcurría el día. El rey Acab, herido, permanecía de pie en su carro, frente a los sirios. Pero la sangre que manaba de su herida corría por el piso del carro. Finalmente, al atardecer, murió. 36-37 Cuando el sol se estaba poniendo, se corrió la voz por el campamento: «¡El rey ha muerto! ¡Que todos regresen a sus ciudades! ¡Que cada uno vaya a su casa!».

 

Fue así como murió el rey Acab. Llevaron su cuerpo a Samaria, y allí lo sepultaron. 38 Cuando su carro y su armadura fueron lavados junto al estanque de Samaria, donde las prostitutas se bañaban, los perros vinieron y lamieron la sangre del rey, tal como el Señor lo había anunciado.

 

39 El resto de la historia de Acab, incluyendo el relato de la construcción del palacio de marfil y las ciudades que edificó, está escrito en el libro de los reyes de Israel. 40 Acab fue sepultado entre sus antepasados, y su hijo Ocozías fue el nuevo rey de Israel.

Josafat, rey de Judá

 

41 Mientras tanto, en Judá, Josafat hijo de Asá, había subido al trono durante el cuarto año de reinado de Acab, rey de Israel. 42 Josafat tenía treinta y cinco años cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén durante veinticinco años. Su madre, fue Azuba, hija de Siljí. 43 Siguió el buen ejemplo de su padre Asá, obedeciendo al Señor en todo, salvo en una cosa: no destruyó los santuarios paganos, de modo que el pueblo hizo sacrificios y quemó incienso en ellos. 44 También hizo la paz con Acab, el rey de Israel.

 

45 El resto de los hechos de Josafat, sus heroicas acciones y sus guerras, está registrado en el libro de los reyes de Judá. 46 También expulsó de la tierra a todos aquéllos que continuaban practicando la prostitución como un acto de adoración, los cuales habían quedado desde los días de su padre Asá. 47 En aquel tiempo no había rey en Edom, sino un gobernador.

 

48 El rey Josafat construyó barcos que fueran a buscar oro a Ofir; pero jamás llegaron, porque naufragaron en Ezión Guéber. 49 Ocozías, hijo del rey Acab, y quien lo sucedió en el trono, había propuesto a Josafat que sus hombres fueran también, pero Josafat había rechazado la oferta.

 

50 Cuando el rey Josafat murió, fue sepultado con sus antepasados en Jerusalén, en la ciudad de su antepasado David; y su hijo Jorán subió al trono.

Ocozías, rey de Israel

 

51 Fue durante el año diecisiete del reinado de Josafat, de Judá, que Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel, en Samaria; y reinó durante dos años. 52-53 Pero no fue un buen rey, porque siguió los pasos de su padre y de su madre, y los pasos de Jeroboán hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel, al hacer que adoraran ídolos. Ocozías, pues, provocó mucho la ira del Señor, Dios de Israel, pues adoró a Baal, tal como lo había hecho su padre Acab.

Hechos 13:16-41

Nueva Biblia Viva

 

16 Pablo se puso entonces de pie, los saludó con la mano, y les dijo: «Varones de Israel, y cualquiera que tema al Señor, escúchenme. 17-18 El Dios de la nación israelita escogió a nuestros antepasados y, después de enaltecerlos en Egipto, rescatándolos milagrosamente de la esclavitud, los estuvo alimentando durante cuarenta años en el desierto. 19 Luego destruyó siete naciones de Canaán y le dio a Israel aquel territorio como herencia.

 

20 »Después de esto, durante unos cuatrocientos cincuenta años, les estuvo dando jueces que los gobernaran, hasta los días del profeta Samuel. 21 Entonces, el pueblo pidió un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. 22 Dios lo quitó y puso en su lugar a David, hombre de quien Dios mismo dijo: “David, hijo de Isaí, es un hombre conforme a mi corazón y me obedecerá”.

 

23 »Precisamente, uno de los descendientes del rey David, Jesús, es el Salvador que Dios le prometió a Israel. 24 Antes que él viniera, Juan el Bautista proclamó la necesidad que tenían los israelitas de arrepentirse de sus pecados. 25 Al final de su carrera, Juan declaró: “¿Creen ustedes acaso que soy el Mesías? ¡No! Pero él vendrá pronto. En comparación con él yo no valgo nada”.

 

26 »Hermanos, descendientes de Abraham, y cualquier gentil que reverencie a Dios: esta salvación es para todos nosotros. 27 Los que vivían en Jerusalén y sus jefes cumplieron las profecías al condenar a Jesús. Ellos no lo reconocieron, a pesar de que escuchaban la lectura de los profetas todos los sábados. 28 Como no hallaban ninguna causa justa para condenarlo, buscaron la manera de que Pilato lo matara. 29 Después de que se cumplieron las profecías acerca de la muerte del Mesías, lo bajaron de la cruz y lo colocaron en una tumba. 30 Pero Dios lo resucitó, 31 Y muchos de los hombres que lo habían acompañado a Jerusalén desde Galilea, lo vieron varias veces. Y aquellos hombres ahora son sus testigos ante el pueblo.

 

32-33 »Nosotros hemos venido aquí para darles a conocer la buena noticia de que Dios, al resucitar a Jesús, ha cumplido la promesa que les había hecho a nuestros antepasados, y la ha hecho realidad para nosotros. El salmo segundo expresa lo siguiente:

 

»“Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado”.

 

34 »Dios había prometido que lo levantaría de entre los muertos y no volvería a morir. Así lo declaran las Escrituras:

 

»“Yo cumpliré las bendiciones santas y seguras que le prometí a David”.

 

35 »En otro pasaje dice:

 

»“Dios no dejará que su santo se pudra”.

 

36 »Por cierto, después que David sirvió a su generación de acuerdo con la voluntad de Dios, murió, fue enterrado con sus antepasados y su cuerpo se descompuso. 37 Pero aquel a quien Dios resucitó, no sufrió la corrupción de su cuerpo. 38-39 ¡Hermanos! ¡Escúchenme! ¡Por medio de Jesús se les anuncia el perdón de los pecados! A cualquiera que crea en él se le declara justo, lo cual la ley de Moisés nunca pudo hacer. 40 ¡Cuidado! Procuren que las siguientes palabras de los profetas no se apliquen a ustedes:

 

41 »“Miren, asómbrense y perezcan, burlones. Porque en los días de ustedes estoy realizando una obra que no creerán cuando alguien se la anuncie”».

Salmos 138

Nueva Biblia Viva

Salmo de David.

 

138 Señor, te doy gracias de todo corazón. Cantaré tus alabanzas delante de los dioses. 2 Al adorarte me inclino ante tu santo templo. Agradeceré a tu nombre por tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por sobre todas las cosas. 3 Cuando oro me respondes y me animas dándome la fuerza que necesito. 4 Todos los reyes de la tierra te darán gracias, Señor, porque todos ellos oirán tus palabras. 5 Sí, cantarán de los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es muy grande. 6 Aunque el Señor es grande, toma en cuenta a los humildes, y está lejos de los orgullosos. 7 Aunque me rodeen tribulaciones, tú me librarás de la ira de mis enemigos. Contra el enojo de mis enemigos extenderás tu mano. Tu poder me salvará. 8 El Señor cumplirá sus planes para mi vida. Porque tu gran amor, Señor; es para siempre. No me abandones, pues tú me hiciste.

Proverbios 17:17-18

Nueva Biblia Viva

 

17 El verdadero amigo siempre ama, y en tiempos de necesidad es como un hermano.

 

18 El que es imprudente se compromete y se hace responsable por otro.

Nueva Biblia Viva (NBV)

 

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