Día 84, DAB Español, Lunes 25 de Marzo
Deuteronomio 4:1-49; Lucas 6:39-7:10; Salmos 68:1-18; Proverbios 11:28 (La Biblia de las Américas (LBLA))
Deuteronomio
4 La Biblia de las Américas (LBLA)
Moisés exhorta al pueblo a la obediencia
4 Ahora pues, oh Israel, escucha los estatutos y los
decretos que yo os enseño para que los ejecutéis, a fin de que viváis y entréis
a tomar posesión de la tierra que el Señor, el Dios de vuestros padres, os da.
2 No añadiréis nada a la palabra que yo os mando, ni quitaréis nada de ella,
para que guardéis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os mando. 3
Vuestros ojos han visto lo que hizo el Señor en el caso de Baal-peor, pues a
todo hombre que siguió a Baal-peor, el Señor tu Dios lo destruyó de en medio de
ti. 4 Mas vosotros, que permanecisteis fieles al Señor vuestro Dios, todos
estáis vivos hoy. 5 Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos tal como el
Señor mi Dios me ordenó, para que los cumpláis en medio de la tierra en que
vais a entrar para poseerla. 6 Así que guardadlos y ponedlos por obra, porque
esta será vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos
que al escuchar todos estos estatutos, dirán: “Ciertamente esta gran nación es
un pueblo sabio e inteligente.” 7 Porque, ¿qué nación grande hay que tenga un
dios tan cerca de ella como está el Señor nuestro Dios siempre que le
invocamos? 8 ¿O qué nación grande hay que tenga estatutos y decretos tan justos
como toda esta ley que hoy pongo delante de vosotros?
Israel en Horeb
9 Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia,
para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de
tu corazón todos los días de tu vida; sino que las hagas saber a tus hijos y a
tus nietos. 10 Recuerda el día que estuviste delante del Señor tu Dios en
Horeb, cuando el Señor me dijo: “Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis
palabras, a fin de que aprendan a temerme[a] todos los días que vivan sobre la
tierra y las enseñen a sus hijos.” 11 Os acercasteis, pues, y permanecisteis al
pie del monte, y el monte ardía en fuego hasta el mismo cielo[b]: oscuridad,
nube y densas tinieblas. 12 Entonces el Señor os habló de en medio del fuego;
oísteis su voz[c], sólo la voz[d], pero no visteis figura alguna. 13 Y El os declaró
su pacto, el cual os mandó poner por obra: esto es, los diez mandamientos, y
los[e] escribió en dos tablas de piedra. 14 Y el Señor me ordenó en aquella
ocasión que os enseñara estatutos y decretos, a fin de que los cumpliérais en
la tierra a la cual vais a entrar para poseerla.
Advertencia contra la idolatría
15 Así que guardaos bien, ya que no visteis ninguna
figura el día en que el Señor os habló en Horeb de en medio del fuego; 16 no
sea que os corrompáis y hagáis para vosotros una imagen tallada semejante a
cualquier figura: semejanza de varón o hembra, 17 semejanza de cualquier animal
que está en la tierra, semejanza de cualquier ave que vuela en el cielo, 18
semejanza de cualquier animal que se arrastra sobre la tierra, semejanza de
cualquier pez que hay en las aguas debajo de la tierra. 19 No sea que levantes
los ojos al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército del
cielo, y seas impulsado a adorarlos y servirlos, cosas que el Señor tu Dios ha
concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos. 20 Pero a vosotros el
Señor os ha tomado y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que
fuerais pueblo de su heredad como lo sois ahora. 21 Y el Señor se enojó conmigo
a causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la
buena tierra que el Señor tu Dios te da por heredad. 22 Porque yo moriré en
esta tierra, no cruzaré el Jordán; mas vosotros pasaréis y tomaréis posesión de
esta buena tierra. 23 Guardaos, pues, no sea que olvidéis el pacto que el Señor
vuestro Dios hizo con vosotros, y os hagáis imagen tallada en forma de
cualquier cosa que el Señor tu Dios te ha prohibido[f]. 24 Porque el Señor tu
Dios es fuego consumidor, un Dios celoso.
25 Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis
permanecido largo tiempo en la tierra, y os corrompáis y hagáis un ídolo[g] en
forma de cualquier cosa, y hagáis lo que es malo ante los ojos del Señor
vuestro Dios para provocarle a ira, 26 pongo hoy por testigo contra vosotros al
cielo y a la tierra, que pronto seréis totalmente exterminados de la tierra
donde vais a pasar el Jordán para poseerla. No viviréis por mucho tiempo[h] en
ella, sino que seréis totalmente destruidos. 27 Y el Señor os dispersará entre
los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones adonde el Señor os
llevará. 28 Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombre, de madera y de
piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29 Pero desde allí
buscarás[i] al Señor tu Dios, y lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y
con toda tu alma. 30 En los postreros días, cuando estés angustiado y todas
esas cosas te sobrevengan, volverás al Señor tu Dios y escucharás su voz. 31
Pues el Señor tu Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni
olvidará el pacto que El juró a tus padres.
32 Ciertamente, pregunta ahora acerca de los
tiempos[j] pasados que fueron antes de ti, desde el día en que Dios creó al
hombre[k] sobre la tierra; inquiere desde un extremo de los cielos hasta el
otro. ¿Se ha hecho cosa tan grande como ésta, o se ha oído algo como esto? 33
¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú
la has oído, y ha sobrevivido? 34 ¿O ha intentado dios alguno tomar para sí una
nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales y maravillas, con
guerra y mano fuerte y con brazo extendido y hechos aterradores[l], como[m] el
Señor tu Dios hizo por ti en Egipto delante de tus ojos? 35 A ti te fue
mostrado, para que supieras que el Señor, El es Dios; ningún otro hay fuera de
El. 36 Desde los cielos te hizo oír su voz para disciplinarte[n]; y sobre la
tierra te hizo ver su gran fuego, y oíste sus palabras de en medio del fuego.
37 Porque[o] El amó a tus padres, por eso escogió a su descendencia[p] después
de ellos; y personalmente[q] te sacó de Egipto con su gran poder, 38
expulsando[r] delante de ti naciones más grandes y más poderosas que tú, para
hacerte entrar y darte la tierra de ellos por heredad, como sucede hoy. 39 Por
tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón, que el Señor es Dios arriba en
los cielos y abajo en la tierra; no hay otro. 40 Así pues, guardarás sus
estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a
ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra
que el Señor tu Dios te da para siempre.
Las ciudades de refugio
41 Entonces Moisés designó[s] tres ciudades al otro
lado del Jordán, al oriente[t], 42 para que huyera allí el homicida que
involuntariamente[u] hubiera matado a su vecino sin haber tenido enemistad
contra él en el pasado; y huyendo a una de estas ciudades, salvara su vida: 43
Beser en el desierto, sobre la meseta, para los rubenitas, y Ramot en Galaad
para los gaditas, y Golán en Basán para los de Manasés.
44 Esta es, pues, la ley que Moisés puso delante de
los hijos de Israel. 45 Estos son los testimonios, los estatutos y las
ordenanzas que Moisés dio[v] a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto,
46 al otro lado del Jordán en el valle frente a Bet-peor, en la tierra de
Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, a quien Moisés y los hijos
de Israel derrotaron[w] cuando salieron de Egipto. 47 Y tomaron posesión de su
tierra y de la tierra de Og, rey de Basán, los dos reyes de los amorreos que
estaban al otro lado del Jordán hacia el oriente[x], 48 desde Aroer, que está a
la orilla del valle[y] del Arnón, hasta el monte Sion, es decir, Hermón, 49 con
todo el Arabá al otro lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, al
pie[z] de las laderas del Pisga.
Footnotes:
Deuteronomio 4:10 O, reverenciarme
Deuteronomio 4:11 Lit., el corazón de los cielos
Deuteronomio 4:12 O, el sonido de palabras
Deuteronomio 4:12 O, el sonido
Deuteronomio 4:13 Lit., las diez palabras y las
Deuteronomio 4:23 Lit., ordenado
Deuteronomio 4:25 O, imagen tallada
Deuteronomio 4:26 Lit., No prolongaréis vuestros días
Deuteronomio 4:29 Lit., buscaréis
Deuteronomio 4:32 Lit., días
Deuteronomio 4:32 O, a Adán
Deuteronomio 4:34 O, grandes terrores
Deuteronomio 4:34 Lit., conforme a todo lo que
Deuteronomio 4:36 O, enseñarte
Deuteronomio 4:37 Lit., Y al contrario, porque
Deuteronomio 4:37 Lit., simiente
Deuteronomio 4:37 Lit., con su presencia
Deuteronomio 4:38 Lit., desposeyendo
Deuteronomio 4:41 Lit., separó
Deuteronomio 4:41 Lit., hacia la salida del sol
Deuteronomio 4:42 Lit., sin saber
Deuteronomio 4:45 Lit., habló
Deuteronomio 4:46 Lit., hirieron
Deuteronomio 4:47 Lit., hacia la salida del sol
Deuteronomio 4:48 O, torrente
Deuteronomio 4:49 Lit., debajo
La Biblia de las Américas (LBLA)
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Lucas
6:39-7:10 La Biblia de las Américas (LBLA)
39 Les dijo también una parábola: ¿Acaso puede un
ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en un hoyo? 40 Un discípulo no está
por encima de su maestro; mas todo discípulo, después de que se ha preparado
bien, será como su maestro[a]. 41 ¿Y por qué miras la mota[b] que está en el
ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? 42
¿O cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la mota[c] que está
en tu ojo”, cuando tú mismo no ves la viga que está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca
primero la viga de tu ojo y entonces verás con claridad para sacar la mota[d]
que está en el ojo de tu hermano. 43 Porque no hay árbol bueno que produzca
fruto malo, ni a la inversa[e], árbol malo que produzca fruto bueno. 44 Pues
cada árbol por su fruto se conoce. Porque los hombres no recogen higos de los
espinos, ni vendimian uvas de una zarza. 45 El hombre bueno, del buen tesoro de
su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que
es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Los dos cimientos
46 ¿Y por qué me llamáis: “Señor, Señor”, y no hacéis
lo que yo digo? 47 Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en
práctica[f], os mostraré a quién es semejante: 48 es semejante a un hombre que
al edificar una casa, cavó hondo[g] y echó cimiento sobre la roca; y cuando
vino una inundación, el torrente[h] dio con fuerza contra aquella casa, pero no
pudo moverla porque había sido bien construida. 49 Pero el que ha oído y no ha
hecho nada, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin
echar cimiento; y el torrente dio con fuerza contra ella y al instante se
desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa.
Jesús sana al siervo del centurión
7 Cuando Jesús terminó todas sus palabras al pueblo
que le oía[i], se fue a Capernaúm.
2 Y el siervo de cierto centurión, a quien éste
apreciaba mucho[j], estaba enfermo y a punto de morir. 3 Al oír hablar de
Jesús, el centurión envió a El unos ancianos de los judíos, pidiéndole que
viniera y salvara[k] a su siervo. 4 Cuando ellos llegaron a Jesús, le rogaron
con insistencia, diciendo: El centurión es digno de que le concedas esto; 5
porque él ama a nuestro pueblo[l] y fue él quien nos edificó la sinagoga. 6
Jesús iba con ellos, pero cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión
envió a unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes más, porque no soy digno
de que entres bajo mi techo; 7 por eso ni siquiera me consideré digno de ir a
ti, tan sólo di la[m] palabra y mi siervo[n] será sanado. 8 Pues yo también soy
hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste:
“Ve”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. 9
Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la multitud que le
seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado una fe tan grande. 10 Y cuando
los que habían sido enviados regresaron a la casa, encontraron sano al siervo.
Footnotes:
Lucas 6:40 O, alcanzará el nivel de su maestro
Lucas 6:41 O, paja
Lucas 6:42 O, paja
Lucas 6:42 O, paja
Lucas 6:43 Lit., ni también
Lucas 6:47 Lit., hace
Lucas 6:48 Lit., cavó y ahondó
Lucas 6:48 Lit., río, y así en el vers. 49
Lucas 7:1 Lit., a oídos del pueblo
Lucas 7:2 Lit., para quien él era honorable
Lucas 7:3 O, sanara
Lucas 7:5 O, nuestra nación
Lucas 7:7 Lit., mas habla con una
Lucas 7:7 Lit., muchacho
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Salmos
68:1-18 La Biblia de las Américas (LBLA)
El Dios del Sinaí y del santuario
Para el director del coro. Salmo de David. Cántico.
68 Levántese Dios; sean esparcidos sus enemigos,
y huyan delante de El los que le aborrecen.
2 Como se disipa el humo, disípalos;
como la cera se derrite delante del fuego,
así perezcan los impíos delante de Dios.
3 Pero alégrense los justos, regocíjense delante de
Dios;
sí, que rebosen de alegría.
4 Cantad a Dios, cantad alabanzas a su nombre;
abrid paso[a] al que cabalga por los desiertos[b],
cuyo nombre es el Señor[c]; regocijaos delante de El.
5 Padre de los huérfanos y defensor[d] de las viudas
es Dios en su santa morada.
6 Dios prepara un hogar para los solitarios[e];
conduce[f] a los cautivos a prosperidad;
sólo los rebeldes habitan en una tierra seca.
7 Oh Dios, cuando saliste al frente[g] de tu pueblo,
cuando marchaste por el desierto, (Selah[h])
8 tembló la tierra;
también se derramaron los cielos ante la presencia de
Dios;
el Sinaí mismo[i] tembló delante de Dios, el Dios de
Israel.
9 Tú esparciste lluvia abundante, oh Dios,
tú fortaleciste[j] tu heredad cuando estaba
extenuada[k].
10 Los de tu pueblo[l] se establecieron en ella;
en tu bondad, oh Dios, proveíste para el pobre.
11 El Señor da la palabra[m];
las mujeres que anuncian las buenas nuevas son gran
multitud[n]:
12 Los reyes de los ejércitos huyen; sí huyen,
y la que se queda en casa repartirá el botín.
13 Cuando[o] os acostáis en los apriscos[p],
sois como alas de paloma cubiertas de plata,
y sus plumas de oro resplandeciente.
14 Cuando el Omnipotente[q] dispersó allí[r] a los
reyes,
nevaba en el monte Salmón.
15 Monte de Dios[s] es el monte de Basán;
monte de muchos picos es el monte de Basán.
16 ¿Por qué miráis con envidia, oh montes de muchos
picos,
al monte que Dios ha deseado para morada suya?
Ciertamente el Señor habitará allí para siempre.
17 Los carros de Dios son miríadas, millares y
millares[t];
el Señor está entre ellos en santidad, como en el
Sinaí[u].
18 Tú has ascendido a lo alto, has llevado en
cautividad a tus cautivos;
has recibido dones entre los hombres,
y aun entre los rebeldes, para que el Señor[v] Dios
habite entre ellos.
Footnotes:
Salmos 68:4 O, exaltad
Salmos 68:4 Posiblemente, los cielos; véase vers. 33
Salmos 68:4 Heb., Yah
Salmos 68:5 O, juez
Salmos 68:6 Lit., Dios hace morar a los solitarios en
una casa
Salmos 68:6 Lit., saca
Salmos 68:7 O, delante
Salmos 68:7 Posiblemente, Pausa, Crescendo, o
Interludio
Salmos 68:8 Lit., este Sinaí
Salmos 68:9 O, reanimaste
Salmos 68:9 O, agotada
Salmos 68:10 O, Tus criaturas
Salmos 68:11 U, orden
Salmos 68:11 Lit., ejército
Salmos 68:13 Lit., Si
Salmos 68:13 O, entre las alforjas, o, entre las
piedras de fogón
Salmos 68:14 Heb., Shaddai
Salmos 68:14 Lit., en ella; i.e., en la heredad
Salmos 68:15 O, Monte poderoso
Salmos 68:17 Lit., dos veces diez mil
Salmos 68:17 Otra posible lectura es: el Señor ha
venido desde Sinaí al santuario
Salmos 68:18 Heb., Yah
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Proverbios
11:28 La Biblia de las Américas (LBLA)
28 El que confía en sus riquezas, caerá,
pero los justos prosperarán como la hoja verde.
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