Día 83, DAB Español, Domingo 24 de Marzo
Deuteronomio 2:1-3:29; Lucas 6:12-38; Salmos 67; Proverbios 11:27 (La Biblia de las Américas (LBLA))
Deuteronomio
2-3 La Biblia de las Américas (LBLA)
La providencia del Señor
2 Después nos volvimos y partimos hacia el desierto
por el camino del mar Rojo[a], como el Señor me había mandado[b], y por muchos
días dimos vuelta al[c] monte Seir. 2 Y el Señor me habló, diciendo: 3
“Bastantes vueltas habéis dado ya alrededor de este monte. Volveos ahora hacia
el norte, 4 y da orden al pueblo, diciendo: ‘Vais a pasar por el territorio de
vuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seir, y os tendrán miedo.
Así que tened mucho cuidado; 5 no los provoquéis[d], porque nada de su tierra
os daré, ni siquiera la huella de un pie[e], porque a Esaú he dado el monte
Seir por posesión. 6 ‘Les compraréis con dinero los alimentos para comer, y
también con dinero compraréis de ellos agua para beber. 7 ‘Pues el Señor tu
Dios te ha bendecido en todo lo que has hecho[f]; El ha conocido tu
peregrinar[g] a través de este inmenso desierto. Por[h] cuarenta años el Señor
tu Dios ha estado contigo; nada te ha faltado.’”
En camino de Cades a Zered
8 Pasamos, pues, de largo a nuestros hermanos, los
hijos de Esaú que habitan en Seir, lejos del camino de Arabá, lejos de Elat y
de Ezión-geber. Y nos volvimos, y pasamos por el camino del desierto de Moab. 9
Entonces el Señor me dijo: “No molestes a Moab, ni los provoques a la guerra,
porque no te daré nada de su tierra por posesión, pues he dado Ar a los hijos
de Lot por posesión. 10 (Antes habitaron allí los emitas, un pueblo tan grande,
numeroso y alto como los anaceos. 11 Como los anaceos, ellos también son
considerados gigantes[i], pero los moabitas los llaman emitas. 12 Los horeos
habitaron antes en Seir, pero los hijos de Esaú los desalojaron y los
destruyeron delante de ellos, y se establecieron[j] en su lugar, tal como
Israel hizo con la tierra que el Señor les dio en posesión.) 13 “Levantaos
ahora, y cruzad el torrente de Zered.” Y cruzamos el torrente de Zered. 14 Y el
tiempo que nos llevó para venir[k] de Cades-barnea, hasta que cruzamos el
torrente de Zered, fue de treinta y ocho años; hasta que pereció toda la
generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como el Señor
les había jurado. 15 Además, la mano del Señor fue contra ellos, para
destruirlos de en medio del campamento, hasta que todos perecieron.
16 Y aconteció que cuando todos los hombres de guerra
habían ya perecido de entre el pueblo, 17 el Señor me habló, diciendo: 18 “Tú
cruzarás hoy por Ar la frontera de Moab. 19 “Y cuando llegues frente a los
hijos de Amón, no los molestes ni los provoques, porque no te daré nada de la
tierra de los hijos de Amón en posesión, pues se la he dado a los hijos de Lot
por heredad.” 20 (Es también conocida como la tierra de los gigantes[l], porque
antiguamente habitaban en ella gigantes[m], a los que los amonitas llaman
zomzomeos, 21 pueblo grande, numeroso y alto como los anaceos, pero que el
Señor destruyó delante de ellos. Y los amonitas los desalojaron y se
establecieron en su lugar, 22 tal como Dios hizo con[n] los hijos de Esaú, que
habitan en Seir, cuando destruyó a los horeos delante de ellos; y ellos los
desalojaron, y se establecieron en su lugar hasta hoy. 23 Y a los aveos que
habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos[o], que salieron de Caftor[p],
los destruyeron y se establecieron en su lugar.) 24 “Levantaos; partid y pasad
por el valle[q] del Arnón. Mira, he entregado en tu mano a Sehón amorreo, rey
de Hesbón, y a su tierra; comienza a tomar posesión y entra[r] en batalla con
él. 25 “Hoy comenzaré a infundir[s] el espanto y temor tuyo entre[t] los
pueblos debajo del cielo[u], quienes, al oír tu fama, temblarán y se angustiarán
a causa de ti.”
Conquista de Sehón
26 Entonces envié mensajeros desde el desierto de
Cademot a Sehón, rey de Hesbón, con palabras de paz, diciendo: 27 “Déjame pasar
por tu tierra; iré solamente por el camino, sin apartarme ni a la derecha ni a
la izquierda. 28 “Me venderás comestibles por dinero para que yo pueda comer, y
me darás agua por dinero para que pueda beber; déjame tan sólo pasar a pie[v],
29 tal como hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitan en Seir, y los
moabitas que habitan en Ar, hasta que cruce el Jordán a la tierra que el Señor
nuestro Dios nos da.” 30 Pero Sehón, rey de Hesbón, no quiso dejarnos pasar por
su tierra[w] porque el Señor tu Dios endureció su espíritu e hizo obstinado su
corazón, a fin de entregarlo en tus manos, como lo está hoy. 31 Y el Señor me
dijo: “Mira, he comenzado a entregar a Sehón y su tierra en tus manos[x].
Comienza a ocuparla[y] para que poseas la tierra.”
32 Entonces Sehón salió con[z] todo su pueblo a
encontrarnos en batalla en Jahaza. 33 Y el Señor nuestro Dios lo entregó a[aa]
nosotros; y lo derrotamos[ab] a él, a sus hijos y a todo su pueblo. 34 En aquel
tiempo tomamos todas sus ciudades, y exterminamos[ac] a hombres, mujeres y
niños de cada ciudad[ad]. No dejamos ningún sobreviviente. 35 Tomamos solamente
como nuestro botín los animales y los despojos de las ciudades que habíamos
capturado. 36 Desde Aroer, que está a la orilla del valle del Arnón, y desde la
ciudad que está en el valle[ae], aun hasta Galaad, no hubo ciudad
inaccesible[af] para nosotros; el Señor nuestro Dios nos[ag] las entregó todas.
37 Solamente no te acercaste a la tierra de los hijos de Amón, a todo lo largo
del arroyo Jaboc, ni a las ciudades del monte, todo lo que el Señor nuestro
Dios había prohibido[ah].
Derrota del rey de Basán
3 Volvimos, pues, y subimos por el camino de Basán, y
Og, rey de Basán, nos salió al encuentro con[ai] todo su pueblo para pelear en
Edrei. 2 Pero el Señor me dijo: “No le tengas miedo, porque en tu mano yo lo he
entregado a él, y a todo su pueblo y su tierra; y harás con él tal como hiciste
con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.” 3 Así que el Señor
nuestro Dios entregó también a Og, rey de Basán, con todo su pueblo en nuestra
mano, y los[aj] herimos hasta que no quedaron sobrevivientes[ak]. 4 Y tomamos
en aquel entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomáramos:
sesenta ciudades, toda la región de Argob, el reino de Og en Basán. 5 Todas
éstas eran ciudades fortificadas con altas murallas, puertas y barras, aparte
de muchos otros pueblos sin murallas. 6 Las destruimos totalmente[al], como
hicimos con Sehón, rey de Hesbón, exterminando[am] a todos los hombres, mujeres
y niños de cada ciudad[an]; 7 pero tomamos como nuestro botín todos los
animales y los despojos de las ciudades. 8 Así tomamos entonces la tierra de
mano de los dos reyes de los amorreos que estaban del otro lado del Jordán,
desde el valle[ao] del Arnón hasta el monte Hermón 9 (los sidonios llaman a
Hermón, Sirión, y los amorreos lo llaman Senir): 10 todas las ciudades de la
meseta, todo Galaad y todo Basán, hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og
en Basán. 11 (Porque sólo Og, rey de Basán, quedaba de los gigantes[ap]. Su[aq]
cama era una cama de hierro; está en Rabá de los hijos de Amón. Tenía nueve
codos[ar] de largo y cuatro codos de ancho, según el codo de un hombre.)
Rubén, Gad y Manasés se establecen
12 Tomamos posesión, pues, de esta tierra en aquel
tiempo. Desde Aroer, que está en el valle[as] del Arnón, y la mitad de la
región montañosa de Galaad y sus ciudades, se la di a los rubenitas y a los
gaditas. 13 Y el resto de Galaad y todo Basán, el reino de Og, toda la región
de Argob, se la di a la media tribu de Manasés. (En cuanto a todo Basán, se le
llama la tierra de los gigantes[at]. 14 Jair, hijo de Manasés, tomó toda la
región de Argob hasta la frontera con Gesur y Maaca, y la[au] llamó, es decir a
Basán, según su propio nombre, Havot-jair[av], como se llama hasta hoy.) 15 Y a
Maquir le di Galaad. 16 A los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad
hasta el valle[aw] del Arnón, el medio del valle[ax] como[ay] frontera, hasta
el arroyo Jaboc, frontera de los hijos de Amón; 17 también el Arabá, con el
Jordán como[az] frontera, desde el Cineret[ba] hasta el mar del Arabá, el mar
Salado, al pie[bb] de las laderas del Pisga al oriente.
18 Y en aquel tiempo yo os ordené, diciendo: “El Señor
vuestro Dios os ha dado esta tierra para poseerla; todos vosotros, hombres
valientes, cruzaréis armados delante de vuestros hermanos, los hijos de Israel.
19 “Pero vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestro ganado (yo sé que tenéis
mucho ganado), permanecerán en las ciudades que os he dado, 20 hasta que el
Señor dé reposo a vuestros compatriotas como a vosotros, y posean ellos también
la tierra que el Señor vuestro Dios les dará al otro lado del Jordán. Entonces
podréis volver cada hombre a la posesión que os he dado.” 21 Y ordené a Josué
en aquel tiempo, diciendo: “Tus ojos han visto todo lo que el Señor vuestro
Dios ha hecho a estos dos reyes; así hará el Señor a todos los reinos por los
cuales vas a pasar. 22 “No les temáis, porque el Señor vuestro Dios es el que
pelea por vosotros.”
No se le concede a Moisés cruzar el Jordán
23 Yo también supliqué al Señor en aquel tiempo,
diciendo: 24 “Oh Señor Dios[bc], tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu
grandeza y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra
que pueda hacer obras y hechos tan poderosos como los tuyos? 25 “Permíteme, te
suplico, cruzar y ver la buena tierra que está al otro lado del Jordán,
aquella[bd] buena región montañosa y el Líbano.” 26 Pero el Señor se enojó
conmigo a causa de vosotros, y no me escuchó; y el Señor me dijo: “¡Basta![be]
No me hables más de esto. 27 “Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al
occidente, al norte, al sur y al oriente, y mírala con tus propios ojos, porque
tú no cruzarás este Jordán. 28 “Pero encarga a Josué, y anímale y fortalécele,
porque él pasará a la cabeza[bf] de este pueblo, y él les dará por heredad la
tierra que tú verás.” 29 Y nos quedamos en el valle frente a Bet-peor.
Footnotes:
Deuteronomio 2:1 Lit., mar de Cañas
Deuteronomio 2:1 Lit., hablado
Deuteronomio 2:1 O, anduvimos alrededor del
Deuteronomio 2:5 O, entréis en batalla
Deuteronomio 2:5 Lit., el pisar de la planta de un pie
Deuteronomio 2:7 Lit., toda la obra de tu mano
Deuteronomio 2:7 Lit., tus idas
Deuteronomio 2:7 Lit., Estos
Deuteronomio 2:11 Heb., refaím
Deuteronomio 2:12 Lit., habitaron, y así en el resto
del cap.
Deuteronomio 2:14 Lit., Y los días en los cuales
fuimos
Deuteronomio 2:20 Heb., refaím
Deuteronomio 2:20 Heb., refaím
Deuteronomio 2:22 Lit., para
Deuteronomio 2:23 I.e., filisteos
Deuteronomio 2:23 I.e., Creta
Deuteronomio 2:24 O, torrente
Deuteronomio 2:24 Lit., contiende
Deuteronomio 2:25 Lit., poner
Deuteronomio 2:25 Lit., delante de
Deuteronomio 2:25 Lit., debajo de todos los cielos
Deuteronomio 2:28 Lit., en mis pies
Deuteronomio 2:30 Lit., junto a él
Deuteronomio 2:31 Lit., delante de ti
Deuteronomio 2:31 Lit., poseer
Deuteronomio 2:32 Lit., él y
Deuteronomio 2:33 Lit., delante de
Deuteronomio 2:33 Lit., herimos
Deuteronomio 2:34 O, dedicamos al anatema
Deuteronomio 2:34 Lit., toda ciudad de hombres
Deuteronomio 2:36 O, torrente
Deuteronomio 2:36 O, fuerte
Deuteronomio 2:36 Lit., delante de nosotros
Deuteronomio 2:37 Lit., ordenado
Deuteronomio 3:1 Lit., él y
Deuteronomio 3:3 Lit., lo
Deuteronomio 3:3 Lit., no le quedó sobreviviente
Deuteronomio 3:6 O, Las dedicamos al anatema
Deuteronomio 3:6 O, dedicando al anatema
Deuteronomio 3:6 Lit., toda ciudad de hombres
Deuteronomio 3:8 O, torrente
Deuteronomio 3:11 Heb., refaím
Deuteronomio 3:11 Lit., He aquí, su
Deuteronomio 3:11 Un codo equivale aprox. a 45 cm.
Deuteronomio 3:12 O, torrente
Deuteronomio 3:13 Heb., refaím
Deuteronomio 3:14 Lit., las
Deuteronomio 3:14 I.e., las aldeas de Jair
Deuteronomio 3:16 O, torrente
Deuteronomio 3:16 O, torrente
Deuteronomio 3:16 Lit., y
Deuteronomio 3:17 Lit., debajo de la
Deuteronomio 3:17 I.e., mar de Galilea
Deuteronomio 3:17 Lit., debajo
Deuteronomio 3:24 Heb., YHWH, generalmente traducido
Señor
Deuteronomio 3:25 Lit., esta
Deuteronomio 3:26 Lit., ¡Basta de tu parte!
Deuteronomio 3:28 Lit., delante
La Biblia de las Américas (LBLA)
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Lucas
6:12-38 La Biblia de las Américas (LBLA)
Jesús escoge a los doce apóstoles
12 En[a] esos días El se fue al monte a orar, y pasó
toda la noche en oración a Dios. 13 Cuando se hizo de día, llamó a sus
discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de
apóstoles: 14 Simón, a quien también llamó Pedro, y Andrés su hermano;
Jacobo[b] y Juan; Felipe y Bartolomé; 15 Mateo y Tomás; Jacobo[c], hijo de Alfeo,
y Simón, al que llamaban el Zelote; 16 Judas, hijo de Jacobo[d], y Judas
Iscariote, que llegó a ser traidor. 17 Descendió con ellos y se detuvo en un
lugar llano; y había una gran multitud de sus discípulos, y una gran
muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de
Tiro y Sidón, 18 [e]que habían ido para oírle y para ser sanados de sus
enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos eran curados.
19 Y toda la multitud procuraba tocarle, porque de El salía un poder que a
todos sanaba.
Las bienaventuranzas
20 Volviendo su vista hacia sus discípulos, decía:
Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. 21
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados
los que ahora lloráis, porque reiréis. 22 Bienaventurados sois cuando los
hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan
vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. 23 Alegraos en ese día
y saltad de gozo, porque he aquí, vuestra recompensa es grande en el cielo,
pues sus padres trataban[f] de la misma manera a los profetas. 24 Pero ¡ay de
vosotros los ricos!, porque ya estáis recibiendo todo vuestro consuelo. 25 ¡Ay
de vosotros, los que ahora estáis saciados[g]!, porque tendréis hambre. ¡Ay de
vosotros, los que ahora reís!, porque os lamentaréis y lloraréis. 26 ¡Ay de
vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, porque de la misma
manera trataban[h] sus padres a los falsos profetas.
El amor verdadero y su recompensa
27 Pero a vosotros los que oís, os digo: amad a
vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen; 28 bendecid a los que os
maldicen; orad por los que os vituperan. 29 Al que te hiera en la mejilla,
preséntale también la otra; y al que te quite la capa[i], no le niegues tampoco
la túnica. 30 A todo el que te pida, dale, y al que te quite lo que es tuyo, no
se lo reclames. 31 Y así como queréis que los hombres os hagan, haced con ellos
de la misma manera. 32 Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque
también los pecadores aman a los que los aman. 33 Si hacéis bien a los que os
hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34
Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También
los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos la misma cantidad.
35 Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando
nada a cambio[j], y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo;
porque El es bondadoso para con los ingratos y perversos. 36 Sed
misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso.
El juicio hacia los demás
37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y
no seréis condenados; perdonad[k], y seréis perdonados. 38 Dad, y os será dado;
medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo.
Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir.
Footnotes:
Lucas 6:12 Lit., Y sucedió que en
Lucas 6:14 O, Santiago
Lucas 6:15 O, Santiago
Lucas 6:16 O, Santiago
Lucas 6:18 Algunas versiones comienzan el vers. 18 en:
y los que eran
Lucas 6:23 Lit., hacían
Lucas 6:25 Lit., que habiendo sido llenados
Lucas 6:26 Lit., hacían
Lucas 6:29 O, el manto
Lucas 6:35 O, sin desesperarse
Lucas 6:37 Lit., soltad o libertad
La Biblia de las Américas (LBLA)
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Salmos
67 La Biblia de las Américas (LBLA)
Den gracias a Dios las naciones
Para el director del coro; con instrumentos de cuerda.
Salmo. Cántico.
67 Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga,
y haga resplandecer su rostro sobre[a] nosotros;
(Selah[b])
2 para que sea conocido en la tierra tu camino,
entre todas las naciones tu salvación.
3 Te den gracias los pueblos, oh Dios,
todos los pueblos te den gracias.
4 Alégrense y canten con júbilo las naciones,
porque tú juzgarás a los pueblos con equidad,
y guiarás a las naciones en la tierra. (Selah)
5 Te den gracias los pueblos, oh Dios,
todos los pueblos te den gracias.
6 La tierra ha dado su fruto;
Dios, nuestro Dios, nos bendice.
7 Dios nos bendice,
para que le teman[c] todos los términos de la tierra.
Footnotes:
Salmos 67:1 Lit., con
Salmos 67:1 Posiblemente, Pausa, Crescendo, o
Interludio
Salmos 67:7 O, y témanle
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Proverbios
11:27 La Biblia de las Américas (LBLA)
27 El que con diligencia busca el bien, se procura
favor,
pero el que busca el mal, le vendrá.
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