Isaías 43:14-45:10; Efesios 3:1-21; Salmos 68:1-18; Proverbios 24:1-2 (Dios Habla Hoy (DHH))
Isaías 43:14-45:10 Dios Habla Hoy
(DHH)
14
El
Señor, el Dios Santo de Israel,
el
que les dio la libertad, dice:
«Para
salvarlos a ustedes mandaré gente a Babilonia
y
haré abrir todas las puertas,
y
la alegría de los caldeos se convertirá en dolor.
15
Yo
soy el Señor, el creador de Israel,
el
Dios Santo y rey de ustedes.»
16
El
Señor abrió un camino a través del mar,
un
sendero por entre las aguas impetuosas;
17
hizo
salir todo un poderoso ejército,
con
sus carros y caballos, para destruirlo.
Quedaron
derribados y no pudieron levantarse;
se
acabaron como mecha que se apaga.
18
Ahora
dice el Señor a su pueblo:
«Ya
no recuerdes el ayer,
no
pienses más en cosas del pasado.
19
Yo
voy a hacer algo nuevo,
y
verás que ahora mismo va a aparecer.
Voy
a abrir un camino en el desierto
y
ríos en la tierra estéril.
20
Me
honrarán los animales salvajes,
los
chacales y los avestruces,
porque
hago brotar agua en el desierto,
ríos
en la tierra estéril,
para
dar de beber a mi pueblo elegido,
21
el
pueblo que he formado
para
que proclame mi alabanza.
22
»Pero
tú, Israel, pueblo de Jacob,
no
me invocaste, sino que te cansaste de mí.
23
No
me ofreciste holocaustos de ovejas
ni
me honraste con sacrificios.
Yo
no te cansé pidiéndote ofrendas,
ni
te molesté exigiéndote incienso.
24
No
has tenido que comprar caña aromática
para
traérmela como ofrenda,
ni
has tenido que complacerme
con
la grasa de animales sacrificados.
Por
el contrario, me cansaste con tus pecados;
me
molestaste con tus maldades.
25
»Pero
yo, por ser tu Dios, borro tus crímenes
y
no me acordaré más de tus pecados.
26
Si
tienes algo contra mí, sometámoslo a juicio.
Trae
tus argumentos, a ver si sales inocente.
27
Tu
primer antepasado pecó,
tus
maestros se rebelaron contra mí,
28
tus
gobernantes profanaron mi templo;
por
eso dejé que Israel, el pueblo de Jacob,
fuera
destruido e insultado.
Fidelidad
del Señor, único Dios
44
»Escúchame ahora, Israel, pueblo de Jacob,
mi
siervo, mi elegido.
2
Yo
soy el Señor, tu creador,
que
te formó desde antes de nacer y que te ayuda.
No
temas, Jesurún, pueblo de Jacob,
mi
siervo, mi elegido,
3
porque
voy a hacer que corra agua en el desierto,
arroyos
en la tierra seca.
Yo
daré nueva vida a tus descendientes,
les
enviaré mi bendición.
4
Y
crecerán como hierba bien regada,
como
álamos a la orilla de los ríos.
5
Uno
dirá: “Yo soy del Señor”,
otro
se llamará descendiente de Jacob,
y
otro se grabará en la mano: “Propiedad del Señor”,
y
añadirá el nombre de Israel al suyo propio.»
6
El
Señor, el rey y redentor de Israel,
el
Señor todopoderoso, dice:
«Yo
soy el primero y el último;
fuera
de mí no hay otro dios.
7
¿Quién
hay igual a mí?
Que
hable y me lo explique.
¿Quién
ha anunciado desde el principio el futuro,
y
dice lo que está por suceder?
8
Pero,
¡ánimo, no tengan miedo!
Yo
así lo dije y lo anuncié desde hace mucho,
y
ustedes son mis testigos.
¿Hay
acaso otro dios fuera de mí?
No
hay otro refugio; no conozco ninguno.»
Contra
la idolatría
9
Ninguno de los que hacen ídolos vale nada, y para nada sirven los ídolos que
ellos tanto estiman. Los que les dan culto son ciegos y estúpidos, y por eso quedarán
en ridículo. 10 El que funde una estatua para adorarla como si ella fuera un
dios, pierde su tiempo. 11 Todos los que la adoren quedarán en ridículo. Los
que fabrican ídolos son simples hombres. Si todos juntos se presentaran a
juicio, quedarían humillados y llenos de terror.
12
Veamos qué hace el herrero: toma su cincel y, después de calentar el metal
entre las brasas, le da forma a golpes de martillo. Lo trabaja con su fuerte
brazo. Pero si el herrero no come, se le acaba la fuerza, y si no bebe agua, se
cansa.
13
O veamos al escultor: toma las medidas con su regla, traza el dibujo con lápiz
y compás y luego lo trabaja con escoplo; así hace una estatua dándole la figura
de una persona e imitando la belleza humana, y luego la instala en un templo.
14
O también, alguien planta cedros y la lluvia los hace crecer; después tendrá
cedros para cortar. O si prefiere cipreses o robles, los cuida en el bosque
hasta que están bien gruesos. 15 Luego la gente los usa para hacer fuego; se
llevan unos pedazos para calentarse con ellos; se llevan otros para cocer pan;
y otros pedazos los usan para hacer la estatua de un dios, y se inclinan ante
ella para adorarla.
16
O también: la mitad de la madera la pone uno a arder en el fuego, asa carne, se
come el asado y queda satisfecho. También se calienta con ella, y dice: «¡Qué
bien se está junto al fuego; ya estoy entrando en calor!» 17 Y de la madera
sobrante hace la estatua de un dios, se inclina ante ella para adorarla, y
suplicante le dice: «¡Sálvame, porque tú eres mi dios!»
18
Esa gente no sabe, no entiende; tienen los ojos tan ciegos que no pueden ver, y
el entendimiento tan cerrado que no pueden comprender. 19 No se ponen a pensar,
les falta entendimiento para comprender y decir: «La mitad de la madera la puse
a arder y en las brasas cocí pan, asé carne y me la comí; del resto hice esta
cosa detestable, ¡y lo que estoy adorando es un pedazo de palo!» 20
Verdaderamente, es como comer ceniza. Es dejarse engañar por ideas falsas. Esas
personas no podrán salvarse. No serán capaces de entender que lo que tienen en
sus manos es pura mentira.
El
Señor perdona y salva a Israel
21
«Israel,
pueblo de Jacob,
recuerda
que tú eres mi siervo;
tú
eres mi siervo, pues yo te formé.
Israel,
no te olvides de mí.
22
Yo
he hecho desaparecer tus faltas y pecados,
como
desaparecen las nubes.
Vuélvete
a mí, pues yo te he libertado.»
23
¡Cielo,
grita de alegría por lo que el Señor ha hecho!
¡Lancen
vivas, abismos de la tierra!
¡Montañas
y bosques con todos sus árboles,
griten
llenos de alegría,
porque
el Señor ha mostrado su gloria
libertando
a Israel, el pueblo de Jacob!
24
Esto
dice el Señor, tu redentor,
el
que te formó desde antes que nacieras:
«Yo
soy el Señor, creador de todas las cosas,
yo
extendí el cielo y afirmé la tierra
sin
que nadie me ayudara.
25
Yo
no dejo que se cumplan
las
predicciones de los falsos profetas;
yo
hago que los adivinos pierdan la razón.
Yo
hago que los sabios se contradigan
y
que sus conocimientos resulten pura tontería.
26
Pero
hago que se cumplan las palabras de mis siervos
y
que salgan bien los planes de mis enviados.
Yo
declaro que Jerusalén volverá a ser habitada
y
que las ciudades de Judá serán reconstruidas.
Yo
haré que se levanten de sus ruinas.
27
Yo
puedo ordenar que se seque el océano
y
que sus ríos se queden sin agua.
28
Yo
le digo a Ciro: “Tú eres mi pastor,
tú
harás todo lo que yo quiero”;
y
le digo a Jerusalén: “Tú serás reconstruida”;
y
al templo: “Se pondrán tus cimientos.”»
El
Señor confía una misión a Ciro
45
El Señor consagró a Ciro como rey,
lo
tomó de la mano
para
que dominara las naciones
y
desarmara a los reyes.
El
Señor hace que delante de Ciro
se
abran las puertas de las ciudades
sin
que nadie pueda cerrárselas.
Y
ahora le dice:
2
«Yo
iré delante de ti,
derribaré
las alturas,
romperé
las puertas de bronce
y
haré pedazos las barras de hierro.
3
Yo
te entregaré tesoros escondidos,
riquezas
guardadas en lugares secretos,
para
que sepas que yo soy el Señor,
el
Dios de Israel, que te llama por tu nombre.
4
Por
consideración a mi siervo Jacob,
al
pueblo de Israel, que he elegido,
te
he llamado por tu nombre
y
te he dado el título de honor que tienes,
sin
que tú me conocieras.
5
Yo
soy el Señor, no hay otro;
fuera
de mí no hay Dios.
Yo
te he preparado para la lucha
sin
que tú me conocieras,
6
para
que sepan todos, de oriente a occidente,
que
fuera de mí no hay ningún otro.
Yo
soy el Señor, no hay otro.
7
Yo
creo la luz y la oscuridad,
produzco
el bienestar y la desgracia.
Yo,
el Señor, hago todas estas cosas.
El
poder soberano de Dios
8
»Yo
enviaré de lo alto mi victoria,
como
rocío del cielo y lluvia de las nubes,
y
la tierra la recibirá;
como
fruto producirá la salvación
y
a su lado florecerá la justicia.»
9
Una
vasija de barro, igual a otra cualquiera,
no
se pone a discutir con quien la hizo.
El
barro no dice al que lo trabaja:
«¿Qué
estás haciendo?»,
ni
el objeto hecho por él le dice:
«Tú
no sabes trabajar.»
10
Tampoco
puede un hijo reprochar a sus padres
el
haberlo traído a este mundo.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Efesios 3 Dios Habla Hoy (DHH)
La
misión de Pablo en la iglesia
3
Por esta razón yo, Pablo, estoy preso por causa de Cristo Jesús para bien de
ustedes, los que no son judíos. 2 Pues ya sin duda sabrán que Dios me ha
encargado anunciar a ustedes lo que él, en su bondad, ha dispuesto. 3 Por
revelación he conocido el designio secreto de Dios, como ya les escribí
brevemente. 4 Al leerlo, pueden darse cuenta de que conozco este designio
secreto realizado en Cristo, 5 que no se dio a conocer a nadie en otros
tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por
medio de su Espíritu. 6 El designio secreto es éste: que por el evangelio Dios
llama a todas las naciones a participar, en Cristo Jesús, de la misma herencia,
del mismo cuerpo y de la misma promesa que el pueblo de Israel. 7 Y yo he sido
puesto al servicio de este mensaje por la bondad y la misericordia que Dios ha
tenido conmigo, quien ha mostrado así su gran poder.
8
Yo soy menos que el más pequeño de todos los que pertenecen al pueblo santo;
pero él me ha concedido este privilegio de anunciar a los no judíos la buena
noticia de las incontables riquezas de Cristo. 9 Y me ha encargado hacerles ver
a todos cuál es la realización de ese designio que Dios, creador de todas las
cosas, había mantenido secreto desde la eternidad. 10 De esta manera ahora, por
medio de la iglesia, todos los poderes y autoridades en el cielo podrán conocer
la sabiduría de Dios, que se muestra en tan variadas formas. 11 Dios hizo esto
de acuerdo con el plan eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor.
12 Y en Cristo tenemos libertad para acercarnos a Dios, con la confianza que
nos da nuestra fe en él. 13 Por eso les ruego que no se desanimen a causa de lo
que por ustedes estoy sufriendo, porque esto es más bien un honor para ustedes.
Oración
y alabanza a Dios
14
Por esta razón me pongo de rodillas delante del Padre, 15 de quien recibe su
nombre toda familia, tanto en el cielo como en la tierra. 16 Pido al Padre que
de su gloriosa riqueza les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por
medio del Espíritu de Dios, 17 que Cristo viva en sus corazones por la fe, y
que el amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. 18 Y que así puedan
comprender con todo el pueblo santo cuán ancho, largo, alto y profundo es el
amor de Cristo. 19 Pido, pues, que conozcan ese amor, que es mucho más grande
que todo cuanto podemos conocer, para que lleguen a colmarse de la plenitud
total de Dios.
20
Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros
pedimos o pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros. 21 ¡Gloria a Dios
en la iglesia y en Cristo Jesús, por todos los siglos y para siempre! Amén.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Salmos 68:1-18 Dios Habla Hoy (DHH)
La
marcha triunfal de Israel
(1)
Del maestro de coro. Salmo y cántico de David.
68
(2) Cuando Dios entra en acción,
sus
enemigos se dispersan;
los
que le odian huyen de su presencia;
2
(3)
desaparecen como el humo en el aire,
se
derriten como la cera en el fuego;
¡ante
Dios están perdidos los malvados!
3
(4)
Pero los buenos se alegran;
ante
Dios se llenan de gozo,
¡saltan
de alegría!
4
(5)
Canten ustedes a Dios,
canten
himnos a su nombre;
alaben
al que cabalga sobre las nubes.
¡Alégrense
en el Señor!
¡Alégrense
en su presencia!
5
(6)
Dios, que habita en su santo templo,
es
padre de los huérfanos
y
defensor de las viudas;
6
(7)
Dios da a los solitarios un hogar donde vivir,
libera
a los prisioneros y les da prosperidad;
pero
los rebeldes vivirán en tierra estéril.
7
(8)
Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo
marchando
a través del desierto,
8
(9)
la tierra tembló,
la
lluvia cayó del cielo,
el
Sinaí tembló delante de Dios,
delante
del Dios de Israel.
9
(10)
Oh Dios, tú hiciste llover en abundancia;
tu
pueblo estaba agotado, y tú le diste fuerza.
10
(11)
Tu pueblo se estableció allí
y
tú, oh Dios, por tu bondad,
le
diste al pobre lo necesario.
11
(12)
El Señor dio un mensaje;
muchas
mujeres lo anunciaban:
12
(13)
«¡Están huyendo los reyes y sus ejércitos!»
En
casa, las mujeres se repartían
lo
que se le había quitado al enemigo,
13
(14)
pero ustedes se quedaron entre los rediles.
¡Alas
de paloma cubiertas de plata!
¡Sus
plumas cubiertas de oro fino!
14
(15)
Cuando el Todopoderoso hizo huir a los reyes,
nevaba
sobre el monte Salmón.
15
(16)
¡Qué altos son los montes de Basán,
y
qué elevadas sus cumbres!
16
(17)
Ustedes, que son montes tan altos,
¿por
qué miran con envidia
el
monte donde Dios quiso residir?
¡El
Señor vivirá allí para siempre!
17
(18)
Dios cuenta por millones sus carros de combate;
del
Sinaí vino en ellos a su templo.
18
(19)
Oh Dios, subiste a lo alto llevando cautivos;
recibiste
tributo entre los hombres
y
hasta los rebeldes se rindieron a ti, Señor.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Proverbios 24:1-2 Dios Habla Hoy (DHH)
-
19 -
24
No tengas envidia de los malvados
ni
ambiciones estar en su compañía,
2
porque
sólo piensan en la violencia
y
no hablan más que de hacer lo malo.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
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