Eclesiastés 10:1-12:14; 2 Corintios 8:1-15; Salmos 49; Proverbios 22:20-21 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Eclesiastés 10-12 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Dichos
de sabiduría
10
Las moscas muertas apestan
y echan a perder el perfume.
Así
mismo pesa más una pequeña necedad
que la sabiduría y la honra juntas.
2
El
corazón del sabio busca el bien,
pero el del necio busca el mal.
3
Y aun en el camino por el que va, el necio revela su falta de inteligencia y a
todos va diciendo lo necio que es.
4
Si el ánimo del gobernante se exalta contra ti, no abandones tu puesto. La
paciencia es el remedio para los grandes errores.
5
Hay un mal que he visto en esta vida, semejante al error que cometen los
gobernantes: 6 al necio se le dan muchos puestos elevados, pero a los capaces
se les dan los puestos más bajos. 7 He visto esclavos montar a caballo, y
príncipes andar a pie como esclavos.
8
El
que cava la fosa,
en ella se cae.
Al
que abre brecha en el muro,
la serpiente lo muerde.
9
El
que pica piedra,
con las piedras se hiere.
El
que corta leña,
con los leños se lastima.
10
Si
el hacha pierde su filo,
y no se vuelve a afilar,
hay que golpear con más fuerza.
El
éxito radica en la acción
sabia y bien ejecutada.
11
Si
la serpiente muerde antes de ser encantada,
no hay ganancia para el encantador.
12
Las
palabras del sabio son placenteras,
pero los labios del necio son su ruina;
13
sus
primeras palabras son necedades,
y las últimas son terribles sandeces.
14
¡Pero no le faltan las palabras!
Nadie
sabe lo que ha de suceder,
y lo que será aun después,
¿quién podría decirlo?
15
El
trabajo del necio tanto lo fatiga
que ni el camino a la ciudad conoce.
16
¡Ay
del país cuyo rey es un inmaduro,
y cuyos príncipes banquetean desde
temprano!
17
¡Dichoso
el país cuyo rey es un noble,
y cuyos príncipes comen cuando es debido,
para reponerse y no para embriagarse!
18
Por
causa del ocio se viene abajo el techo,
y por la pereza se desploma la casa.
19
Para
alegrarse, el pan;
para gozar, el vino;
para disfrutarlo, el dinero.
20
No
maldigas al rey ni con el pensamiento,
ni en privado maldigas al rico,
pues
las aves del cielo pueden correr la voz.
Tienen alas y pueden divulgarlo.
11
Lanza tu pan sobre el agua;
después de algún tiempo volverás a
encontrarlo.
2
Comparte
lo que tienes entre siete,
y aun entre ocho,
pues
no sabes qué calamidad
pueda venir sobre la tierra.
3
Cuando
las nubes están cargadas,
derraman su lluvia sobre la tierra.
Si
el árbol cae hacia el sur,
o cae hacia el norte,
donde cae allí se queda.
4
Quien
vigila al viento no siembra;
quien contempla las nubes no cosecha.
5
Así como no sabes por dónde va el viento ni cómo se forma el niño en el vientre
de la madre, tampoco entiendes la obra de Dios, creador de todas las cosas.
6
Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca
sabes cuál siembra saldrá mejor, si esta o aquella, o si ambas serán igual de
buenas.
7
Grata es la luz, y qué bueno que los ojos disfruten del sol. 8 Mas si el hombre
vive muchos años, y todos ellos los disfruta, debe recordar que los días
tenebrosos serán muchos y que lo venidero será un absurdo.
Acuérdate
de tu creador
9
Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la
adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus
ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. 10 Aleja de tu
corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la
juventud y en la flor de la vida es un absurdo.
12
Acuérdate de tu creador
en los días de tu juventud,
antes
que lleguen los días malos
y vengan los años en que digas:
«No encuentro en ellos placer alguno»;
2
antes
que dejen de brillar
el sol y la luz,
la
luna y las estrellas,
y vuelvan las nubes después de la lluvia.
3
Un
día temblarán los guardianes de la casa,
y se encorvarán los hombres de batalla;
se
detendrán las molenderas por ser tan pocas,
y se apagarán los que miran a través de las
ventanas.
4
Se
irán cerrando las puertas de la calle,
irá disminuyendo el ruido del molino,
las
aves elevarán su canto,
pero apagados se oirán sus trinos.
5
Sobrevendrá
el temor por las alturas
y por los peligros del camino.
Florecerá
el almendro,
la langosta resultará onerosa,
y no servirá de nada la alcaparra,
pues
el hombre se encamina al hogar eterno
y rondan ya en la calle los que lloran su
muerte.
6
Acuérdate
de tu creador
antes que se rompa el cordón de plata
y se quiebre la vasija de oro,
y
se estrelle el cántaro contra la fuente
y se haga pedazos la polea del pozo.
7
Volverá
entonces el polvo a la tierra,
como antes fue,
y
el espíritu volverá a Dios,
que es quien lo dio.
8
Lo
más absurdo de lo absurdo,
¡todo es un absurdo!
—ha dicho el Maestro.
Epílogo
9
Además de ser sabio, el Maestro impartió conocimientos a la gente. Ponderó,
investigó y ordenó muchísimos proverbios. 10 Procuró también hallar las
palabras más adecuadas y escribirlas con honradez y veracidad.
11
Las palabras de los sabios son como aguijones. Como clavos bien puestos son sus
colecciones de dichos, dados por un solo pastor. 12 Además de ellas, hijo mío,
ten presente que el hacer muchos libros es algo interminable y que el mucho
leer causa fatiga. 13 El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo.
Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el
hombre. 14 Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en
secreto.
Nueva
Versión Internacional (NVI)
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2 Corintios 8:1-15 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Estímulo
a la generosidad
8
Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios les ha dado a
las iglesias de Macedonia. 2 En medio de las pruebas más difíciles, su
desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad. 3 Soy testigo
de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de lo que podían, 4
rogándonos con insistencia que les concediéramos el privilegio de tomar parte
en esta ayuda para los santos. 5 Incluso hicieron más de lo que esperábamos, ya
que se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros,
conforme a la voluntad de Dios. 6 De modo que rogamos a Tito que llevara a
feliz término esta obra de gracia entre ustedes, puesto que ya la había
comenzado. 7 Pero ustedes, así como sobresalen en todo —en fe, en palabras, en
conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros[a]—, procuren también
sobresalir en esta gracia de dar.
8
No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su
amor en comparación con la dedicación de los demás. 9 Ya conocen la gracia de
nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, por causa de ustedes se hizo
pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.
10
Aquí va mi consejo sobre lo que les conviene en este asunto: El año pasado
ustedes fueron los primeros no solo en dar, sino también en querer hacerlo. 11
Lleven ahora a feliz término la obra, para que, según sus posibilidades,
cumplan con lo que de buena gana propusieron. 12 Porque, si uno lo hace de
buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo
que no tiene.
13
No se trata de que otros encuentren alivio mientras que ustedes sufren escasez;
es más bien cuestión de igualdad. 14 En las circunstancias actuales la
abundancia de ustedes suplirá lo que ellos necesitan, para que a su vez la
abundancia de ellos supla lo que ustedes necesitan. Así habrá igualdad, 15 como
está escrito: «Ni al que recogió mucho le sobraba, ni al que recogió poco le
faltaba».[b]
Footnotes:
8:7 su amor hacia nosotros. Var. nuestro
amor hacia ustedes.
8:15 Éx 16:18
Nueva
Versión Internacional (NVI)
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Salmos 49 Nueva Versión Internacional
(NVI)
Al
director musical. Salmo de los hijos de Coré.
49
Oigan esto, pueblos todos;
escuchen, habitantes todos del mundo,
2
tanto
débiles como poderosos,
lo mismo los ricos que los pobres.
3
Mi
boca hablará con sabiduría;
mi corazón se expresará con inteligencia.
4
Inclinaré
mi oído a los proverbios;
propondré mi enigma al son del arpa.
5
¿Por
qué he de temer en tiempos de desgracia,
cuando me rodeen inicuos detractores?
6
¿Temeré
a los que confían en sus riquezas
y se jactan de sus muchas posesiones?
7
Nadie
puede salvar a nadie,
ni pagarle a Dios rescate por la vida.
8
Tal
rescate es muy costoso;
ningún pago es suficiente.
9
Nadie
vive para siempre
sin llegar a ver la fosa.
10
Nadie
puede negar que todos mueren,
que sabios e insensatos perecen por igual,
y que sus riquezas se quedan para otros.
11
Aunque
tuvieron tierras a su nombre,
sus tumbas serán[a] su hogar eterno,
su morada por todas las generaciones.
12
A
pesar de sus riquezas, no perduran los mortales;
al igual que las bestias, perecen.
13
Tal
es el destino de los que confían en sí mismos;
el final de[b] los que se envanecen. Selah
14
Como
ovejas, están destinados al sepulcro;
hacia allá los conduce la muerte.
Sus
cuerpos se pudrirán en el sepulcro,
lejos de sus mansiones suntuosas.
Por la mañana los justos prevalecerán sobre
ellos.
15
Pero
Dios me rescatará de las garras del sepulcro
y con él me llevará. Selah
16
No
te asombre ver que alguien se enriquezca
y aumente el esplendor de su casa,
17
porque
al morir no se llevará nada,
ni con él descenderá su esplendor.
18
Aunque
en vida se considere dichoso,
y la gente lo elogie por sus logros,
19
irá
a reunirse con sus ancestros,
sin que vuelva jamás a ver la luz.
20
A
pesar de sus riquezas, no perduran[c] los mortales;
al igual que las bestias, perecen.
Footnotes:
49:11
sus tumbas serán (LXX y Siríaca); su interior será (TM).
49:13 el final de (Targum); tras ellos
(TM).
49:20 no perduran (algunos mss.; véase v.
12); no entienden (TM).
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Proverbios 22:20-21 Nueva Versión
Internacional (NVI)
20
¿Acaso
no te he escrito treinta[a] dichos
que contienen sabios consejos?
21
Son
para enseñarte palabras ciertas y confiables,
para que sepas responder bien a quien te
pregunte.[b]
Footnotes:
22:20 escrito treinta. Alt. escrito antes o
escrito excelentes.
22:21 a quien te pregunte (LXX); al que te
envíe (TM).
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