Isaías 33:14-36:22; Gálatas 5:13-26; Salmos 64; Proverbios 23:23 (Dios Habla Hoy (DHH))
Isaías 33:14-36:22 Dios Habla Hoy
(DHH)
14
En
Sión tiemblan los pecadores,
y
los impíos se llenan de terror y dicen:
«¿Quién
de nosotros puede vivir
en
un fuego destructor, en una hoguera eterna?»
15
El
que procede rectamente y dice la verdad,
el
que no se enriquece abusando de la fuerza
ni
se deja comprar con regalos,
el
que no hace caso a sugerencias criminales
y
cierra los ojos para no fijarse en el mal,
16
ése
vivirá seguro,
tendrá
su refugio en una fortaleza de rocas,
siempre
tendrá pan y el agua no le faltará.
17
De
nuevo verás al rey en su esplendor;
las
fronteras del país llegarán hasta muy lejos.
18
Al
recordar el miedo en que vivías, dirás:
«¿Dónde
está el que contaba los impuestos?
¿Dónde
está el que comprobaba el peso?
¿Dónde
está el que contaba las torres?»
19
Ya
no vivirás entre un pueblo insolente,
de
lengua difícil de entender,
de
idioma enredado, que nadie comprende.
20
Mira
a Sión, la ciudad de nuestras fiestas;
dirige
tus ojos a Jerusalén, ciudad segura;
será
como un campamento firme,
cuyas
estacas no se arrancarán
ni
se romperán sus cuerdas.
21
Ahí
se muestra glorioso el Señor con nosotros.
Es
un lugar de ríos, de corrientes muy anchas,
pero
no lo invadirán los enemigos
con
sus barcos de remo y sus naves poderosas.
22-23
Las
cuerdas de esas naves
no
pueden sostener el mástil;
la
vela no se puede extender.
Arrebataremos
tantas riquezas a los enemigos,
que
hasta el ciego recibirá su parte
y
los lisiados se dedicarán al saqueo.
Porque
el Señor es nuestro juez,
nuestro
legislador y nuestro rey,
y
él nos salvará.
24
Ningún
habitante dirá: «Estoy enfermo.»
Dios
perdonará los pecados a los habitantes de Sión.
Castigo
de Dios sobre Edom
34
Acérquense, pueblos, a escuchar;
naciones,
presten atención.
Que
escuche la tierra y lo que hay en ella,
el
mundo y todo lo que él produce.
2
Porque
el Señor está enojado
con
las naciones y con todos sus ejércitos,
y
los ha condenado a destrucción y muerte.
3
Los
muertos serán abandonados,
el
mal olor se levantará de los cadáveres
y
ríos de sangre correrán por las montañas.
4
Todos
los astros del cielo se desintegrarán,
el
cielo se envolverá como un rollo
y
todas las estrellas se apagarán,
como
se marchita y cae una hoja desprendida
de
una vid o de una higuera.
5
Sí,
la espada del Señor aparece en el cielo
y
va a caer sobre Edom,
pueblo
condenado a muerte.
6
La
espada del Señor se cubrirá de sangre y de grasa,
como
cuando se matan corderos y cabras en los sacrificios.
El
Señor va a hacer un sacrificio en Bosrá,
una
gran matanza en Edom.
7
Y
caerán como los búfalos,
los
becerros y los toros;
su
tierra se empapará de sangre,
y
el polvo se llenará de grasa.
8
Sí,
será el día de la venganza del Señor,
el
año del desquite, para la causa de Sión.
9
Los
arroyos de Edom se convertirán en brea,
su
polvo en azufre;
la
tierra arderá como brea.
10
No
se apagará ni de día ni de noche;
siempre
se levantará su humareda.
Por
siglos y siglos quedará abandonada;
nadie
volverá a pasar jamás por allí.
11
Allí
se instalarán el búho y el mochuelo,
y
harán sus nidos el cuervo y la lechuza.
El
Señor convertirá ese país
en
desierto y soledad.
12
No
volverá a tener un rey que lo gobierne;
todos
sus jefes desaparecerán.
13
En
sus palacios crecerán espinos,
y
ortigas y cardos en sus fortalezas.
Será
un lugar donde vivan los chacales
y
se refugien los avestruces.
14
Los
gatos monteses harán compañía a los chacales,
las
cabras se llamarán unas a otras.
Allí
habitará el fantasma que espanta de noche,
y
encontrará sitio para descansar.
15
Allí
el búho hará su nido,
pondrá
sus huevos y sacará sus crías,
y
las reunirá para protegerlas.
Allí
también se reunirán los gavilanes,
cada
macho con su hembra.
16
Consulten
el libro del Señor y lean:
No
faltará ni uno solo de esos animales,
y
a ninguno le faltará su hembra,
porque
el Señor mismo lo ha dispuesto
y
con su soplo los reunirá.
17
A
cada uno le ha señalado su lugar,
con
su mano le ha asignado su territorio,
y
lo ocuparán por siempre;
por
siglos y siglos vivirán allí.
Regreso
del pueblo a Sión
35
Que se alegre el desierto, tierra seca;
que
se llene de alegría, que florezca,
2
que
produzca flores como el lirio,
que
se llene de gozo y alegría.
Dios
lo va a hacer tan bello como el Líbano,
tan
fértil como el Carmelo y el valle de Sarón.
Todos
verán la gloria del Señor,
la
majestad de nuestro Dios.
3
Fortalezcan
a los débiles,
den
valor a los cansados,
4
digan
a los tímidos:
«¡Ánimo,
no tengan miedo!
¡Aquí
está su Dios para salvarlos,
y
a sus enemigos los castigará como merecen!»
5
Entonces
los ciegos verán
y
los sordos oirán;
6
los
lisiados saltarán como venados
y
los mudos gritarán.
En
el desierto, tierra seca,
brotará
el agua a torrentes.
7
El
desierto será un lago,
la
tierra seca se llenará de manantiales.
Donde
ahora viven los chacales,
crecerán
cañas y juncos.
8
Y
habrá allí una calzada
que
se llamará «el camino sagrado».
Los
que no estén purificados
no
podrán pasar por él;
los
necios no andarán por él.
9
Allí
no habrá leones
ni
se acercarán las fieras.
Por
ese camino volverán los libertados,
10
los
que el Señor ha redimido;
entrarán
en Sión con cantos de alegría,
y
siempre vivirán alegres.
Hallarán
felicidad y dicha,
y
desaparecerán el llanto y el dolor.
La
invasión de Senaquerib
36
En el año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó a
todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó. 2 Desde Laquis envió a un
alto oficial, con un poderoso ejército, a ver al rey Ezequías en Jerusalén, y
se colocaron junto al canal del estanque superior, en el camino que va al campo
del Lavador de Paños. 3 Allá salieron a su encuentro Eliaquim, hijo de
Hilquías, que era mayordomo de palacio; el cronista Sebná; y Joah, hijo de
Asaf, el secretario del rey. 4 El oficial asirio les dijo:
—Comuniquen
a Ezequías este mensaje del gran rey, el rey de Asiria: “¿De qué te sientes tan
seguro? 5 ¿Piensas acaso que las palabras bonitas valen lo mismo que la táctica
y la fuerza para hacer la guerra? ¿En quién confías para rebelarte contra mí? 6
Veo que confías en el apoyo de Egipto. Pues bien, Egipto es una caña astillada,
que si uno se apoya en ella, se le clava y le atraviesa la mano. Eso es el
faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él. 7 Y si me dices:
Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios, ¿acaso no suprimió Ezequías los
lugares de culto y los altares de Dios, y ordenó que la gente de Judá y
Jerusalén le diera culto solamente en un altar? 8 Haz un trato con mi amo, el
rey de Asiria: yo te doy dos mil caballos, si consigues jinetes para ellos. 9
Tú no eres capaz de hacer huir ni al más insignificante de los oficiales
asirios, ¿y esperas conseguir jinetes y caballos en Egipto? 10 Además, ¿crees
que yo he venido a atacar y destruir este país sin contar con el Señor? ¡Él fue
quien me ordenó atacarlo y destruirlo!”
11
Eliaquim, Sebná y Joah respondieron al oficial asirio:
—Por
favor, háblenos usted en arameo, pues nosotros lo entendemos. No nos hable
usted en hebreo, pues toda la gente que hay en la muralla está escuchando.
12
Pero el oficial asirio dijo:
—No
fue a tu amo, ni a ustedes, a quienes el rey de Asiria me mandó que dijera
esto. Fue precisamente a la gente que está sobre la muralla, pues ellos, lo
mismo que ustedes, tendrán que comerse su propio estiércol y beberse sus
propios orines.
13
Entonces el oficial, de pie, gritó bien fuerte en hebreo:
—Oigan
lo que les dice el gran rey, el rey de Asiria: 14 “No se dejen engañar por
Ezequías; él no puede salvarlos.” 15 Si Ezequías quiere convencerlos de que
confíen en el Señor, y les dice: “El Señor ciertamente nos salvará; él no
permitirá que esta ciudad caiga en poder del rey de Asiria”, 16 no le hagan caso.
El rey de Asiria me manda a decirles que hagan las paces con él, y que se
rindan, y así cada uno podrá comer del producto de su viñedo y de su higuera y
beber el agua de su propia cisterna. 17 Después los llevará a un país parecido
al de ustedes, un país de trigales y viñedos, para hacer pan y vino. 18 Si
Ezequías les dice que el Señor los va a salvar, no se dejen engañar por él.
¿Acaso alguno de los dioses de los otros pueblos pudo salvar a su país del
poder del rey de Asiria? 19 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arpad? ¿Dónde
están los dioses de Sefarvaim? ¿Acaso pudieron salvar del poder de Asiria a
Samaria? 20 ¿Cuál de todos los dioses de esos países pudo salvar a su nación
del poder del rey de Asiria? ¿Por qué piensan que el Señor puede salvar a Jerusalén?
21
Ellos se quedaron callados y no le respondieron ni una palabra, porque el rey
había ordenado que no respondieran nada. 22 Entonces, afligidos, Eliaquim,
mayordomo de palacio; Sebná, cronista; y Joah, secretario del rey, se rasgaron
la ropa y se fueron a ver a Ezequías para contarle lo que había dicho el
comandante asirio.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Gálatas 5:13-26 Dios Habla Hoy (DHH)
El
amor, resumen de la ley
13
Ustedes, hermanos, han sido llamados a la libertad. Pero no usen esta libertad
para dar rienda suelta a sus instintos. Más bien sírvanse los unos a los otros
por amor. 14 Porque toda la ley se resume en este solo mandato: «Ama a tu
prójimo como a ti mismo.» 15 Tengan cuidado, porque si ustedes se muerden y se
comen unos a otros, llegarán a destruirse entre ustedes mismos.
La
vida conforme al Espíritu de Dios
16
Por lo tanto, digo: Vivan según el Espíritu, y no busquen satisfacer sus
propios malos deseos. 17 Porque los malos deseos están en contra del Espíritu,
y el Espíritu está en contra de los malos deseos. El uno está en contra de los
otros, y por eso ustedes no pueden hacer lo que quisieran. 18 Pero si el
Espíritu los guía, entonces ya no estarán sometidos a la ley.
19
Es fácil ver lo que hacen quienes siguen los malos deseos: cometen
inmoralidades sexuales, hacen cosas impuras y viciosas, 20 adoran ídolos y
practican la brujería. Mantienen odios, discordias y celos. Se enojan
fácilmente, causan rivalidades, divisiones y partidismos. 21 Son envidiosos,
borrachos, glotones y otras cosas parecidas. Les advierto a ustedes, como ya
antes lo he hecho, que los que así se portan no tendrán parte en el reino de
Dios.
22
En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. Contra tales cosas
no hay ley. 24 Y los que son de Cristo Jesús, ya han crucificado la naturaleza
del hombre pecador junto con sus pasiones y malos deseos. 25 Si ahora vivimos
por el Espíritu, dejemos también que el Espíritu nos guíe.
26
No seamos orgullosos, ni sembremos rivalidades y envidias entre nosotros.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Salmos 64 Dios Habla Hoy (DHH)
Oración
pidiendo la protección de Dios
(1)
Del maestro de coro. Salmo de David.
64
(2) Dios mío, escucha mi queja;
protege
mi vida de terribles enemigos.
2
(3)
Escóndeme de los malvados
y
de sus planes secretos;
líbrame
de la conspiración de los malvados,
3
(4)
que afilan su lengua como espada
y
lanzan como flechas palabras venenosas.
4
(5)
Desde su escondite disparan contra el inocente;
disparan
por sorpresa y sin temor.
5
(6)
Se animan entre sí a hacer lo malo;
planean
poner trampas escondidas
y
piensan que nadie podrá verlos,
6
(7)
que nadie investigará sus maldades.
Pero
aquel que puede conocer
los
pensamientos más íntimos del hombre,
hará
la investigación.
7
(8)
Dios los herirá con sus flechas,
los
herirá por sorpresa;
8
(9)
caerán por sus propias palabras,
y
quienes los vean se burlarán de ellos.
9
(10)
Todos entonces honrarán a Dios
y
hablarán de sus acciones;
comprenderán
lo que él ha hecho.
10
(11)
El hombre bueno se alegrará en el Señor
y
buscará protección en él,
y
todos los hombres honrados
se
sentirán satisfechos.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Proverbios 23:23 Dios Habla Hoy (DHH)
23
Compra
la verdad y la sabiduría,
la
instrucción y el entendimiento, ¡y no los vendas!
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
No comments:
Post a Comment