Isaías 15:1-18:7; Gálatas 1:1-24; Salmos 58; Proverbios 23:12 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Isaías 15-18 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Profecía
acerca de Moab
15
Profecía acerca de Moab.
Es
un hecho: durante la noche, Ar de Moab fue totalmente destruida y reducida al
silencio.
Es
un hecho: durante la noche, Quir de Moab fue totalmente destruida y reducida al
silencio.
2
Moab sube a Bayit y a Dibón, lugares altos, para llorar; allí chilla de dolor
por Nebo y por Medeba. Toda cabeza en ella es rapada; toda barba es rasurada. 3
Todos andan por las calle vestidos de cilicio; en sus azoteas y en sus plazas
aúllan y se deshacen en llanto.
4
Jesbón y Eleale gritan; su voz se oye hasta Yahás. Por eso aúllan los guerreros
de Moab; por eso el alma se les estremece.
5
Mi corazón grita por Moab; sus fugitivos huyen hasta Soar, hasta Eglat
Selisiyá. Por la cuesta de Luhit van llorando; por el camino de Joronayin
lanzan gritos de dolor.
6
Es un hecho: las aguas de Nimrín se consumen; la hierba se seca; los retoños se
marchitan; todo el verdor desaparece. 7 Por eso llevan al torrente de los
sauces las riquezas que ganaron, junto con sus reservas.
8
Es un hecho: el llanto rodeó los linderos de Moab; hasta Eglayin llegó su
alarido, y hasta Ber Elim su clamor.
9
Es un hecho: las aguas de Dimón se llenarán de sangre. Pero yo traeré sobre
Dimón males mayores: ¡traeré leones sobre los que se escapen de Moab y sobre
los sobrevivientes de la tierra!
16
Envíen un cordero al gobernante de la tierra, desde Sela del desierto hasta el
monte de la hija de Sión. 2 En los vados de Arnón las hijas de Moab parecerán
aves espantadas que huyen de su nido. 3 Reúne al consejo y toma una decisión.
Extiende tu sombra y convierte en noche el mediodía; esconde a los desterrados,
no entregues a los que huyen. 4 Permite que mis desterrados vivan en Moab; sé
para ellos un refugio ante la destrucción. Porque la opresión llegará a su fin,
y el que ahora ultraja desaparecerá de la tierra. 5 El trono se afirmará en la
misericordia, y sobre él reinará con la verdad, en la casa de David, el juez
que busque hacer justicia y dar prioridad al derecho.
6
Sabemos ya que Moab es soberbia; que son muy grandes su soberbia, su arrogancia
y su altivez; ¡pero sus mentiras no prevalecerán! 7 Por eso Moab aullará; todo
Moab gemirá y será en gran manera abatida por causa de las tortas de uvas pasas
de Quir Jaréset.
8
¡Los campos de Jesbón fueron arrasados! ¡Los grandes señores de las naciones
pisotearon los generosos sarmientos de las vides de Sibemá! Sus ramas se habían
extendido hasta Jazer, llegaron hasta el desierto y cruzaron el mar. 9 Por eso,
junto con Jazer lloraré por la viña de Sibemá; por ustedes, Jesbón y Eleale,
derramaré mis lágrimas, porque sobre sus cosechas ha caído el grito de guerra;
10 el gozo y la alegría se han ido del campo fértil; ya no cantan en las viñas,
ya no hay alegría; en los lagares ya no se pisan uvas para hacer vino; soy yo
quien ha acallado los gritos del lagarero. 11 Por eso mis entrañas vibran como
arpa por Moab, y mi corazón por Quir Jeres. 12 De nada le valdrá a Moab
presentarse en los lugares altos, ni llegar a orar en su santuario.
13
Éstas son las palabras que desde hace mucho tiempo pronunció el Señor acerca de
Moab, 14 pero esto lo que el Señor ha dicho ahora:
«Dentro
de tres años, ni un día más ni un día menos, será destruido Moab, con toda su
gloria y su riqueza, y los que sobrevivan serán pocos, pequeños y débiles.»
Profecía
acerca de Damasco
17
Profecía acerca de Damasco.
Es
un hecho: Damasco dejará de ser ciudad, para convertirse en un montón de
ruinas. 2 Las ciudades de Aroer han quedado abandonadas, convertidas en
pastizales; allí pacen los rebaños sin que nadie los moleste. 3 La fortaleza de
Efraín llegó a su fin; Damasco ha dejado de ser reino. Lo que aún quede de
Siria se convertirá en riqueza para los israelitas.
—Palabra
del Señor de los ejércitos.
Juicio
sobre Israel
4
Cuando llegue ese día, disminuirá la gloria de Jacob y se enjutará su carne. 5
Será como cuando se siega el trigo, que con su brazo el segador recoge las
espigas. Será también como cuando se recogen espigas en el valle de Refayin. 6
Quedarán en él ripios, como cuando se sacuden los olivos, que en la punta de la
rama quedan dos o tres aceitunas, y hasta cuatro o cinco en las ramas más
fructíferas.
—Palabra
del Señor, el Dios de Israel.
7
Cuando llegue ese día, el hombre mirará a su Hacedor; sus ojos contemplarán al
Santo de Israel. 8 Ya no volverá la mirada a los altares de incienso que hizo
con sus manos, ni a los troncos de Asera que hizo con sus dedos.
9
Cuando llegue ese día, sus ciudades amuralladas serán como los frutos que
quedan en los renuevos y en las ramas, que se dejaron por causa de los
israelitas. Y habrá desolación. 10 Y es que tú te olvidaste del Dios de tu
salvación; no te acordaste de la roca de tu refugio. Por eso sembrarás plantas
hermosas, y plantarás sarmientos extraños. 11 Cuando las plantes, harás que
crezcan y que su simiente brote en la mañana; pero en el día de la angustia se
perderá la cosecha, y el dolor será incurable.
12
¡Ay de esa vasta muchedumbre, que brama como mar embravecido! ¡Ay de las
naciones que se alborotan como aguas tempestuosas! 13 Podrán los pueblos
alborotarse como aguas tempestuosas, pero Dios los reprenderá y huirán muy
lejos; serán arrebatados como el polvo de los montes ante el viento, ¡como el
polvo ante el torbellino! 14 Al caer la tarde, habrá desconcierto; pero antes
del amanecer el enemigo dejará de existir. ¡Eso es lo que les espera a nuestros
opresores! ¡Esa suerte correrán los que nos saquean!
Profecía
acerca de Etiopía
18
¡Ay del país de amenazantes alas, que está al otro lado de los ríos de Etiopía!
2 ¡País que por el mar, y en naves de junco, envía mensajeros sobre las aguas!
¡Vayan, mensajeros veloces, a esa gente de gran estatura y de brillante piel!
¡Vayan al pueblo siempre temible! ¡Vayan a esa gente fuerte y conquistadora,
cuya tierra es surcada por los ríos! 3 Y ustedes todos, habitantes de la
tierra, ¡fíjense bien cuando se agite la bandera en los montes! ¡presten
atención cuando se toque la trompeta!
4
Porque así me ha dicho el Señor:
«Voy
a mantenerme quieto, pero desde mi mansión estaré observando; como el sol
brillante después de la lluvia, como una nube de rocío en el calor del verano.»
5
Pero antes de la siega, cuando caída la flor el grano esté maduro y el fruto
esté en su punto, él cortará las ramas y podará las ramitas. 6 Entonces todos
serán dejados para comida de las aves silvestres y de las bestias salvajes;
sobre ellos pasarán las aves el verano, e invernarán todas las bestias
salvajes.
7
Cuando llegue el momento, ese pueblo de gran estatura y de piel brillante, ese
pueblo siempre temible, fuerte y conquistador, cuya tierra es surcada por los
ríos, traerá ofrenda al Señor de los ejércitos; ¡la traerá hasta el monte Sión,
hasta el santuario del nombre del Señor de los ejércitos!
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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Gálatas 1 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Saludo
1
Yo, Pablo, apóstol (y no de los hombres ni por medio de los hombres, sino por
Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), 2 y todos los
hermanos que están conmigo, deseamos a las iglesias de Galacia 3 que tengan
gracia y paz de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, 4 el cual se dio a
sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme
a la voluntad de nuestro Dios y Padre, 5 a quien sea dada la gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
No
hay otro evangelio
6
Me asombra que tan pronto se hayan alejado ustedes del que los llamó por la
gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7 No que haya otro
evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el
evangelio de Cristo. 8 Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia
otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición. 9
Como antes lo hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno les predica un
evangelio diferente del que han recibido, quede bajo maldición.
10
¿Busco acaso el favor de la gente, o el favor de Dios? ¿O trato acaso de
agradar a la gente? ¡Si todavía buscara yo agradar a la gente, no sería siervo
de Cristo!
El
ministerio de Pablo
11
Pero les hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí no sigue
criterios humanos, 12 pues yo no lo recibí ni lo aprendí de nadie, sino que
Jesucristo me lo reveló. 13 Porque ya han oído ustedes hablar de cuál era mi
conducta antes, en el judaísmo, cuando perseguía y asolaba sobremanera a la
iglesia de Dios. 14 En el judaísmo, yo aventajaba en mi nación a muchos de mis
contemporáneos, y era mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. 15
Pero Dios me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, y
cuando a él le agradó 16 revelar a su Hijo en mí para que yo lo anunciara entre
los no judíos, no me apresuré a consultar a nadie, 17 ni subí a Jerusalén para
hablar con los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví
de nuevo a Damasco.
18
Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con
él quince días; 19 pero no vi a ningún otro apóstol, sino a Jacobo el hermano
del Señor. 20 En esto que les escribo, pueden ver delante de Dios que no
miento. 21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, 22 y las iglesias
de Judea, que eran en Cristo, no me conocían ni me habían visto; 23 solamente
habían oído decir: «Aquel que antes nos perseguía, ahora predica la fe que en
otro tiempo buscaba destruir.» 24 Y glorificaban a Dios en mí.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos 58 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
¡Hay
un Dios que juzga!
Al
músico principal. Sobre «No destruyas». Mictam de David.
58
Ustedes los jueces ¿en verdad hacen justicia?
Ustedes,
simples mortales, ¿juzgan con rectitud?
2
Más
bien, en su corazón urden hacer el mal,
y
luego actúan con violencia en la tierra.
3
Los
impíos se desencaminan desde la matriz;
se
descarrían y mienten desde que nacen.
4
Son
venenosos como serpientes;
se
tapan los oídos; son como un áspid sordo
5
que
no escucha la voz de los magos,
de
los hábiles encantadores.
6
Dios
mío, ¡rómpeles los dientes!
Señor,
¡rómpeles a esos leones los colmillos!
7
¡Que
se diluyan, como el agua que corre!
¡Que
sus saetas se hagan pedazos al dispararlas!
8
¡Que
se disuelvan como los caracoles!
¡Que
sean como abortivos y jamás vean el sol!
9
¡Que
antes de darse cuenta ardan como espinos!
¡Que
aun con vida el viento los arrebate!
10
Al
verse vengados, los justos se alegrarán
y
se empaparán los pies en la sangre del impío.
11
Entonces
se dirá:
«Ciertamente,
los justos serán recompensados;
ciertamente,
hay un Dios que juzga en la tierra.»
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Proverbios 23:12 Reina Valera
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12
Abre
tu corazón a la enseñanza,
y
tus oídos a las palabras del saber.
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