Isaías 25:1-28:13; Gálatas 3:10-22; Salmos 61; Proverbios 23:17-18 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Isaías 25:1-28:13 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Cántico
de gratitud al Señor
25
Tú, Señor, eres mi Dios;
yo
te exaltaré y alabaré tu nombre
porque
has hecho maravillas;
tus
consejos siempre han sido
verdaderos
y firmes.
2
Redujiste
a escombros la ciudad extraña;
dejaste
en ruinas la ciudad fortificada,
la
que era baluarte de los extraños.
¡Ya
no volverá a ser ciudad,
ni
nunca más será reedificada!
3
Por
eso te honra el pueblo fuerte,
y
te teme la ciudad de los violentos.
4
Porque
eres la fortaleza del pobre,
del
necesitado y del afligido;
eres
nuestro refugio contra la tormenta
y
nuestra sombra contra el calor
(pues
como tormenta nos azota
el
ímpetu de los violentos;
5
como
el calor en lugar seco,
como
el calor debajo de una nube,
es
el orgullo de los extranjeros,
pero
tú haces que se apaguen
los
cantos de los robustos).
6
En este monte el Señor de los ejércitos ofrecerá un banquete a todos los
pueblos. Habrá los manjares más suculentos y los vinos más refinados. 7 En este
monte rasgará el velo con que se cubren todos los pueblos, el velo que envuelve
a todas las naciones. 8 Dios el Señor destruirá a la muerte para siempre,
enjugará de todos los rostros toda lágrima, y borrará de toda la tierra la
afrenta de su pueblo. El Señor lo ha dicho.
9
En aquel día se dirá:
«¡Éste
es nuestro Dios! ¡Éste es el Señor, a quien hemos esperado! ¡Él nos salvará!
¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación!»
10
Ciertamente, la mano del Señor reposará en este monte. Pero Moab será pisoteado
en su mismo sitio, como se pisotea la paja en el muladar. 11 Allí en el muladar
Moab extenderá los brazos, como los extiende el nadador para nadar; pero el
Señor doblegará su soberbia y la destreza de sus manos. 12 Y abatirá la
fortaleza de sus altos muros; ¡la humillará y la arrojará hasta el polvo de la
tierra!
Cántico
de confianza en el Señor
26
En ese día se cantará en Judá este cántico:
¡Fuerte
es nuestra ciudad!
¡Por
muros y antemuros Dios le puso salvación!
2
¡Abran
las puertas, y que entren los justos,
los
guardianes de la verdad!
3
Tú
guardas en completa paz
a
quien siempre piensa en ti
y
pone en ti su confianza.
4
Confíen
siempre en el Señor,
porque
él es la Roca eterna.
5
Él
hizo caer por tierra
a
los que habitan en las alturas;
humilló
a la ciudad exaltada,
¡la
derribó hasta el polvo,
6
y
hoy la aplastan con el pie
los
afligidos y los menesterosos!
7
Recto
es el camino del hombre justo,
y
tú, que también eres recto,
le
despejas el camino.
8
Señor,
nuestra esperanza reposa
en
el camino de tu justicia;
son
tu nombre y tu memoria
el
mayor deseo de nuestra alma.
9
Por
las noches te desea mi alma,
y
mientras haya en mí un hálito de vida,
te
buscaré por la mañana
porque,
cuando tú emites un juicio,
los
que habitan este mundo
aprenden
a hacer justicia.
10
Pero
no se aprende a hacer justicia
cuando
se muestra piedad al malvado.
Surge
la maldad en el país de la rectitud,
y
deja de verse la majestad del Señor.
11
Señor,
tú has levantado la mano,
pero
tus enemigos no la ven;
¡haz
que la vean y que se avergüencen
los
que envidian a tu pueblo!
¡haz
que el fuego los consuma!
12
Tú,
Señor, nos harás vivir en paz,
porque
tú nos has ayudado
a
realizar todas nuestras obras.
13
Dios
y Señor nuestro,
otros
señores han querido dominarnos,
pero
nosotros sólo invocamos tu nombre.
14
Ellos
están muertos; no tienen vida.
Murieron,
y no volverán a vivir,
porque
tú los castigaste y borraste su recuerdo;
15
pero
a tu pueblo, Señor, lo aumentaste,
y
te cubriste de gloria al ensanchar
todos
los confines de la tierra.
16
Señor,
en nuestra angustia te buscamos,
y
clamamos a ti cuando nos castigaste.
17
Señor,
ante ti hemos clamado con dolor,
con
los gemidos de una parturienta
cuando
está a punto de dar a luz.
18
Concebimos,
tuvimos dolores de parto,
¡pero
no dimos a luz más que viento!
No
dimos a la tierra ninguna liberación,
ni
le nacieron habitantes al mundo.
19
Pero
tus muertos vivirán;
sus
cadáveres volverán a la vida.
Los
que ahora habitan en el polvo
se
despertarán y cantarán de alegría,
porque
tú eres como un rocío de luces,
y
la tierra dará a luz a sus muertos.
20
¡Vamos, pueblo mío, entra en tu aposento y cierra tras de ti la puerta!
¡Escóndete por un breve instante, hasta que haya pasado la indignación! 21
Porque el Señor sale ya de su santuario, para castigar a los que habitan la
tierra por su maldad contra él. La tierra mostrará la sangre que ha sido
derramada sobre ella, y no volverá a ocultar a los que en ella han sido
asesinados.
Liberación
y retorno de Israel
27
Cuando llegue ese día, el Señor castigará con su grande y poderosa espada al
leviatán esa serpiente escurridiza y tortuosa; ¡matará a ese dragón que está en
el mar!
2
Cuando llegue ese día, ustedes le cantarán a la viña hermosa, 3 a la que yo, el
Señor, cuido y riego a cada momento; a la que noche y día cuido para que nadie
la dañe. 4 Ya no estoy enojado. Si me da espinos y cardos, éstos no podrán
luchar contra mí, pues yo los aplastaré y los quemaré del todo. 5 ¿Quién querrá
desafiar mi fuerza? ¡Que haga la paz conmigo! ¡Sí, que haga la paz conmigo!
6
Viene el día en que Jacob echará raíces; Israel florecerá y echará renuevos, y
todo el mundo se llenará con sus frutos. 7 ¿Acaso Dios ha herido a Israel como
hirió a quienes lo hirieron? ¿Acaso le ha hecho sufrir la misma muerte de
quienes lo mataron? 8 Dios lo castigará en sus vástagos; lo expulsará con un
viento recio, como cuando sopla el viento solano. 9 Así será perdonada la
maldad de Jacob. Con esto será removido su pecado: con desmenuzar como cal
todas las piedras del altar, y con no volver a levantar los símbolos de Asera
ni las imágenes del sol. 10 Ciertamente la ciudad fortificada quedará en
ruinas; la ciudad ahora habitada quedará abandonada y solitaria como un
desierto; allí pastarán los becerros, allí se comerán todo el follaje. 11
Cuando sus ramas se queden secas, las mujeres vendrán a quebrarlas y prenderles
fuego. Porque éste no es un pueblo con entendimiento. Por eso no le tendrá
compasión su Hacedor; ¡no le tendrá misericordia el que lo formó!
12
Cuando llegue ese día, el Señor trillará desde el río Éufrates hasta el río Nilo,
y ustedes los israelitas serán reunidos uno a uno.
13
Cuando llegue ese día, se dará un fuerte toque de trompeta, y tanto los que
fueron esparcidos en Asiria como los que fueron desterrados en Egipto vendrán a
Jerusalén y adorarán al Señor en el monte santo.
Condenación
de Efraín
28
¡Ay de los ebrios de Efraín y de su corona de soberbia! ¡Ay de su espléndida
hermosura! Para esos aturdidos por el vino no es sino una flor caduca sobre la
cumbre del fértil valle! 2 ¡Pero miren! El Señor tiene a uno que es fuerte y
poderoso como tormenta de granizo, como un torbellino trastornador, con el
ímpetu de recias aguas que todo lo inundan y lo derriban por tierra. 3 La
corona de soberbia de los ebrios de Efraín será pisoteada; 4 su espléndida
hermosura, que no es sino una flor caduca sobre la cumbre del fértil valle,
será como la fruta temprana, la primera del verano, que en cuanto alguien la
ve, la corta y se la traga.
5
Cuando llegue ese día, el Señor de los ejércitos será una corona de gloria para
su pueblo remanente; ¡será una diadema de hermosura! 6 Infundirá en los jueces
espíritu de justicia, y dará fuerzas a los que defienden la entrada de la
ciudad.
7
Aunque también sacerdotes y profetas erraron al embriagarse con sidra y con
vino; fallaron en la visión y tropezaron en el juicio; actuaron tontamente,
aturdidos por el vino y por la sidra. 8 Todas sus mesas quedaron llenas de
vómito y de suciedad; ¡no quedó un solo lugar limpio! 9 ¿A quién quieren
enseñar? ¿A quién le imparten revelaciones? ¿Acaso a los destetados, a los que
han dejado el pecho? 10 Pues salen con su ta-ta-ta, bla-bla-bla, pe-pe-pe,
to-to-to. 11 ¡Le hablan a este pueblo en lengua extraña, en lengua de
tartamudos!
12
Dios les había dicho: «Éste es el reposo; hagan reposar a los cansados. Éste es
el descanso.»
Pero
ellos no quisieron oír. 13 Por eso el Señor también les dirá: ta-ta-ta,
bla-bla-bla, pe-pe-pe, to-to-to, hasta que vayan y caigan de espaldas, y se
rompan los huesos, y sean atrapados y llevados prisioneros.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Gálatas 3:10-22 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
10
Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues
está escrito: «Maldito sea todo aquel que no se mantenga firme en todas las
cosas escritas en el libro de la ley, y las haga.» 11 Y es evidente que por la
ley ninguno se justifica para con Dios, porque «El justo por la fe vivirá»; 12
y la ley no es de fe, sino que dice: «El que haga estas cosas vivirá por ellas.»
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, y por nosotros se hizo
maldición (porque está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»),
14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abrahán alcanzara a los no judíos,
a fin de que por la fe recibiéramos la promesa del Espíritu.
15
Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto nadie puede invalidarlo, ni
tampoco se le puede añadir nada, aunque sea un pacto humano. 16 Ahora bien, las
promesas fueron hechas a Abrahán y a su simiente. No dice: «Y a las simientes»,
como si hablara de muchos, sino: «Y a tu simiente», como de uno, que es Cristo.
17 Digo, pues, que el pacto previamente ratificado por Dios no puede ser
anulado por la ley, que vino cuatrocientos treinta años después, pues
invalidaría la promesa. 18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la
promesa; pero Dios la concedió a Abrahán mediante la promesa.
El
propósito de la ley
19
Entonces, ¿para qué sirve la ley? Pues fue añadida por causa de las
transgresiones, hasta que viniera la simiente, a quien fue hecha la promesa; y
fue ordenada por medio de ángeles en manos de un mediador. 20 Y el mediador no
lo es de uno solo; pero Dios sí es uno.
21
¿Contradice la ley a las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Porque, si la
ley dada pudiera dar vida, la justicia sería verdaderamente por la ley. 22 Pero
la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe
en Jesucristo fuera dada a los creyentes.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos 61 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Confianza
en la protección de Dios
Al
músico principal. Sobre Neginot. Salmo de David.
61
Dios mío, ¡escucha mi clamor!
¡Atiende
mi oración!
2
¡Clamo
a ti desde los confines de la tierra,
pues
ya mi corazón desfallece!
Llévame
a una roca más alta que yo,
3
porque
tú eres mi refugio,
¡eres
fuerte torre que me protege del enemigo!
4
Yo
habitaré en tu templo para siempre;
bajo
la sombra de tus alas estaré seguro.
5
Tú,
Dios mío, has escuchado mis votos,
y
has dado a los que temen tu nombre
la
tierra que les prometiste.
6
Al
rey le has concedido más días de vida,
y
vivirá sus años de una a otra generación.
7
Siempre
reinará delante de ti, Dios nuestro,
protegido
por tu misericordia y tu verdad.
8
Y
yo, siempre cantaré salmos a tu nombre,
y
todos los días te cumpliré mis votos.
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Proverbios 23:17-18 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
17
No
abrigues en ti envidia por los pecadores,
sino
manténte siempre en el temor del Señor.
18
Lo
cierto es que hay un futuro,
y
tu esperanza no se verá frustrada.
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