Isaías 12:1-14:32; 2 Corintios 13:1-14; Salmos 57; Proverbios 23:9-11 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Isaías 12-14 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Cántico
de acción de gracias
12
Cuando llegue ese día, dirás:
«A
ti, Señor, cantaré; aunque te enojaste contra mí, tu indignación cesó y me has
dado consuelo. 2 ¡Vean a Dios, mi salvador! Puedo estar confiado y sin temor
alguno, porque el Señor es mi fortaleza y mi canción; ¡él es mi salvador!»
3
Y con gran gozo sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación.
4
Cuando llegue ese día, dirán ustedes:
«¡Alaben
al Señor! ¡Aclamen su nombre!
¡Alaben
sus acciones entre los pueblos!
¡Recuerden
que su nombre es incomparable!
5
¡Canten
salmos al Señor,
porque
sus obras son magníficas!
¡Que
toda la tierra lo sepa!
6
Tú,
que habitas en Sión,
¡canta
y regocíjate, que en medio de ti
grande
es el Santo de Israel!»
Profecía
sobre Babilonia
13
Profecía sobre Babilonia, que fue revelada a Isaías hijo de Amoz.
2
¡Levanten la bandera sobre un alto monte! ¡Levanten la voz contra ellos!
¡Levanten la mano, para que entren por las puertas de los príncipes! 3 Yo di
órdenes a mis consagrados; convoqué también a mis valientes, a los que se
alegran con mi triunfo, para que ejecuten mi castigo.
4
Hay gran estruendo en los montes, como de mucha gente; ruidoso estruendo de
reinos, de naciones que se reúnen. El Señor de los ejércitos pasa revista a las
tropas para la batalla. 5 El Señor y los instrumentos de su ira vienen de
lejanas tierras, desde los confines de los cielos, para destruir toda la
tierra.
6
¡Griten de dolor, que cercano está el día del Señor! ¡Viene como asolamiento
del Todopoderoso! 7 Por eso pierde su fuerza toda mano; por eso desfallece todo
corazón. 8 Se llenan de terror; la angustia y el dolor los domina; tienen
dolores como de parturienta; con el rostro encendido, unos a otros se miran con
asombro.
9
¡Viene ya el terrible día del Señor! ¡Día de ardiente ira e indignación, que
hará de la tierra un páramo, y que raerá de ella a los pecadores! 10 Ese día
las estrellas y los luceros de los cielos no darán su luz; el sol se oscurecerá
al amanecer, y la luna no dará su resplandor. 11 Yo castigaré al mundo por su
maldad, y a los impíos por su iniquidad; acabaré con la arrogancia de los
soberbios y abatiré la altivez de los fuertes. 12 Haré que los hombres sean más
escasos que el fino oro de Ofir. 13 Por la indignación del Señor de los
ejércitos, en el día de su ardiente ira haré que se estremezcan los cielos, y que
la tierra se mueva de su lugar. 14 Cada uno mirará hacia su pueblo, como oveja
sin pastor; cada uno huirá a su tierra, como gacela perseguida. 15 Todo el que
sea hallado, caerá atravesado por una lanza; todo el que caiga preso, morirá a
filo de espada. 16 Ante sus propios ojos, sus niños serán estrellados contra el
suelo, sus casas serán saqueadas, y sus mujeres serán violadas. 17 Voy a
incitar contra ellos a los medos, para quienes el oro y la plata no es lo más
importante. 18 Con sus flechas despedazarán a los niños, y de los hijos no
tendrán compasión; ¡no perdonarán a nadie en quien pongan sus ojos! 19 El
hermoso reino de Babilonia, joya de la grandeza caldea, vendrá a ser como
Sodoma y Gomorra, ciudades a las que Dios destruyó. 20 Jamás volverá a ser
habitado. Para siempre quedará deshabitado. Ningún nómada volverá a plantar
allí su tienda, ni pastor alguno apacentará allí su rebaño. 21 Allí dormirán
sólo las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de chacales; allí sólo
vivirán los avestruces, y retozarán las cabras salvajes. 22 En sus palacios y
en sus casas veraniegas aullarán las hienas y los chacales. Ya se acerca su
tiempo; sus días están contados.
Escarnio
contra el rey de Babilonia
14
Ciertamente el Señor tendrá piedad de Jacob. Todavía Israel será su elegido. Y
lo hará reposar en su tierra, y en torno a la familia de Jacob se reunirán los
extranjeros. 2 Habrá pueblos que tomarán a los israelitas y los devolverán a su
lugar, y en la tierra del Señor les servirán como esclavos y esclavas; los
israelitas dominarán a quienes antes los dominaron, y serán los amos de quienes
los oprimieron.
3
Y cuando el Señor te haga descansar de tus trabajos y temores, y de la dura
servidumbre a la que fuiste sometido, 4 pronunciarás este proverbio contra el
rey de Babilonia:
«¡Vaya
fin que tuvo el tirano! ¡Vaya fin que tuvo su arrogancia! 5 El Señor hizo
pedazos el cetro de los impíos, el cetro de los grandes señores; 6 de los que
castigaban a los pueblos con furor y constantemente los herían; de los que iracundos
dominaban a las naciones y las perseguían con crueldad. 7 Toda la tierra se
halla tranquila y en paz; se cantan alabanzas. 8 ¡Hasta los cipreses se alegran
de ti! Los cedros del Líbano dicen: “Desde tu caída, ya nadie viene a
talarnos.” 9 Allá en lo profundo, el sepulcro está conmocionado; ante tu
llegada, ha despertado a los muertos para que salgan a recibirte; ha hecho que
se levanten de sus tronos todos los príncipes de la tierra y todos los reyes de
las naciones. 10 Todos ellos te aclamarán, y te dirán: “¿También tú perdiste tu
poder? ¡Ya eres uno de nosotros!” 11 Tu soberbia bajó a la tumba, junto con el
sonido de tus arpas; los gusanos son ahora tu cama y tu cobertor.
12
»¡Cómo caíste del cielo, lucero de la mañana! ¡Cómo caíste por tierra, tú que
derrotabas a las naciones! 13 Tú, que en tu corazón decías: “Subiré al cielo,
por encima de las estrellas de Dios, y allí pondré mi trono. En el monte del
concilio me sentaré, en lo más remoto del norte; 14 subiré hasta las altas
nubes, y seré semejante al Altísimo.” 15 Pero ¡ay!, has caído a lo más profundo
del sepulcro, a lo más remoto del abismo. 16 Los que te vean, se agacharán para
contemplarte, y dirán: “¿No es éste el que hacía temblar la tierra y
trastornaba los reinos; 17 el que hizo del mundo un desierto, el que asolaba
las ciudades y jamás liberaba a sus presos?” 18 Todos los reyes de las naciones
murieron con honra, y ahora yacen en su última morada; 19 pero a ti te arrojan
del sepulcro como a una rama despreciable; como a la ropa de un muerto
atravesado por la espada; has bajado al fondo del sepulcro como un cadáver
pisoteado. 20 No serás contado entre los muertos, porque tú destruiste a tu
país y mataste a tu pueblo. ¡Y jamás se recuerda a la descendencia de los
malvados! 21 ¡Preparen a sus hijos para la matanza, por causa de la maldad de
sus padres! No se levanten, ni tomen posesión de la tierra, ni llenen de
ciudades la superficie del mundo. 22 Porque yo me levantaré contra ellos y
borraré de Babilonia a los hijos y a los nietos, y su nombre y lo que de él
quede.
—Palabra
del Señor de los ejércitos.
23
»Yo la convertiré en terreno de erizos y en lagunas de agua, y la barreré con
la escoba de la destrucción.»
—Palabra
del Señor de los ejércitos.
Asiria
será destruida
24
El Señor de los ejércitos hizo este juramento:
«Todo
se hará tal y como lo he pensado; todo se confirmará tal y como lo he decidido.
25 Yo destruiré al asirio en mi tierra; lo pisotearé en mis montes. Libraré a
mi pueblo de su yugo, y le quitaré esa carga de sus hombros.»
26
Éste es el acuerdo que se ha tomado en toda la tierra, y ésta es la mano que se
ha extendido sobre todas las naciones. 27 El Señor de los ejércitos lo ha
decidido; ¿quién podrá impedirlo? Él ha extendido su mano; ¿quién la hará
retroceder?
Profecía
sobre Filistea
28
El año en que murió el rey Ajaz tuvo lugar esta profecía:
29
«Filistea, no te alegres del todo por haberse quebrado la vara del que te
hería; porque de la raíz de la culebra saldrá un áspid, y de su fruto una
serpiente voladora. 30 Los primogénitos de los pobres tendrán pastos para sus
rebaños, y la gente pobre dormirá tranquila; pero a tu raíz la haré morir de
hambre, y acabaré con lo poco que de ti quede. 31 Ustedes, puertas, ¡griten de
dolor! Y tú, ciudad, ¡grita y pide ayuda! Y tú, Filistea, ¡has quedado
totalmente deshecha! Del norte viene humo, y en tus asambleas no quedará uno
solo. 32 ¿Y qué se dirá a los mensajeros de las naciones? Pues que el Señor
puso los fundamentos de Sión, y que allí encontrarán refugio los afligidos de su
pueblo.»
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
2 Corintios 13 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
13
Ésta será la tercera vez que los visite. Todo asunto se resolverá por el
testimonio de dos o tres testigos. 2 Ya lo he dicho antes y, como si estuviera
presente, vuelvo a decirlo: aunque ahora me encuentre lejos, les digo a los que
antes pecaron, y a todos los demás, que en caso de volver, esta vez no seré
indulgente. 3 Ustedes buscan una prueba de que Cristo, quien no es débil para
con ustedes, sino que es poderoso en ustedes, actúa por medio de mí. 4 Él,
aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Y nosotros,
aunque también somos débiles en él, viviremos con él por el poder de Dios para
el bien de ustedes.
5
Examínense ustedes mismos y vean si permanecen en la fe; pónganse a prueba
ustedes mismos. ¿O acaso ustedes mismos no se conocen? ¿Acaso no saben que
Jesucristo está en ustedes? ¡A menos que no hayan pasado la prueba! 6 Yo espero
que ustedes se den cuenta de que nosotros sí pasamos la prueba; 7 y si pedimos
a Dios que ustedes no hagan nada malo, no es para demostrar que nosotros
pasamos la prueba, sino para que ustedes hagan lo bueno, aun cuando parezca que
nosotros no pasamos la prueba. 8 Nosotros nada podemos hacer contra la verdad,
sino a favor de la verdad. 9 Por eso nos alegramos de que nosotros seamos
débiles y ustedes fuertes, y hasta oramos para que ustedes sean perfectos. 10
Por eso les escribo ahora que estoy lejos, para no ser severo cuando esté entre
ustedes, ciñéndome a la autoridad que el Señor me ha dado, que es para edificar
y no para destruir.
Saludos
y doxología final
11
Por lo demás, hermanos, regocíjense, perfecciónense, consuélense; sean de un
mismo sentir, y vivan en paz. Y el Dios de la paz y del amor estará con
ustedes. 12 Salúdense unos a otros con un beso santo. 13 Todos los santos les
mandan saludos. 14 Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la
comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes. Amén.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos 57 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Confianza
en la ayuda de Dios
Al
músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando huyó de delante
de Saúl a la cueva.
57
¡Ten misericordia de mí, Dios mío;
ten
misericordia de mí!
Yo
he puesto en ti mi confianza,
y
bajo la sombra de tus alas me refugiaré
hasta
que haya pasado el peligro.
2
Clamo
a ti, Dios Altísimo, pues tú me favoreces;
3
desde
los cielos vendrás en mi ayuda,
enviarás
tu misericordia y tu verdad,
y
me librarás de mis infames opresores.
4
Me
encuentro en medio de gente agresiva;
entre
gente semejante a leones feroces.
Sus
colmillos parecen lanzas y saetas;
su
lengua es una espada aguda.
5
Tú,
mi Dios, estás por encima de los cielos;
¡tu
gloria domina toda la tierra!
6
Ante
mí han tendido una trampa,
y
me siento totalmente abatido.
Han
cavado una fosa delante de mí,
pero
serán ellos los que en ella caigan.
7
Mi
corazón está dispuesto, Dios mío;
mi
corazón está dispuesto a cantarte salmos.
8
¡Despierta,
alma mía!
¡Despierten,
salterio y arpa,
que
voy a despertar al nuevo día!
9
Yo,
Señor, te alabaré entre los pueblos;
te
cantaré salmos entre las naciones,
10
pues
tu bondad es grande como los cielos;
¡hasta
las nubes llega tu verdad!
11
Tú,
mi Dios, estás por encima de los cielos;
¡tu
gloria domina toda la tierra!
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Proverbios 23:9-11 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
9
No
trates de hacerte oír por un necio,
porque
éste no apreciará tus sabias razones.
10
No
traspases los linderos de antaño
ni
invadas la propiedad de los huérfanos;
11
ellos
cuentan con un poderoso defensor,
que
saldrá en su defensa y contra ti.
Reina
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