Isaías 30:12-33:13; Gálatas 5:1-12; Salmos 63; Proverbios 23:22 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Isaías 30:12-33:13 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
12
Por eso el Santo de Israel dice así:
«Ya
que ustedes han rechazado esta palabra, y confían en la violencia y en la
iniquidad, y se apoyan en ellas, 13 este pecado será para ustedes como una
grieta que se extiende por un alto muro, hasta resquebrajarlo y hacer que se
derrumbe en cualquier momento. 14 Y éste se resquebrajará como una vasija de
alfarero, que sin misericordia la hacen pedazos; a tal grado que, de entre los
añicos, no se encuentra un solo tiesto para sacar fuego del hogar ni agua del
pozo.»
15
Así ha dicho Dios el Señor, el Santo de Israel:
«La
salvación de ustedes depende de que mantengan la calma. Su fuerza radica en
mantener la calma y en confiar en mí.»
Pero
ustedes no quisieron obedecer, 16 sino que dijeron:
«De
ninguna manera. Preferimos huir a galope. ¡Cabalgaremos sobre veloces
corceles!»
Por
lo tanto, tendrán que huir, y sus perseguidores serán más veloces que ustedes.
17 Un millar de ustedes huirá ante la amenaza de un solo hombre; y ante la
amenaza de cinco huirán todos ustedes, hasta quedar solitarios como un mástil en
la cumbre de un monte; ¡como bandera sobre una colina!
Dios
se compadecerá de Israel
18
Por lo tanto, el Señor esperará un poco y tendrá piedad de ustedes, y por eso
será exaltado por la misericordia que tendrá de ustedes. Ciertamente el Señor
es un Dios justo; ¡dichosos todos los que confían en él! 19 Ustedes, los que
habitan en el monte de Sión, en Jerusalén, nunca más volverán a llorar; porque
el Dios misericordioso se apiadará de ustedes, y les responderá cuando oiga la
voz de su clamor.
20
Aunque el Señor les hará comer un pan de congoja y les dará a beber agua de
angustia, nunca más se les quitarán sus maestros, sino que los verán con sus
propios ojos.
21
Entonces oirán ustedes decir a sus espaldas estas palabras: «Éste es el camino;
vayan por él. No se desvíen a la derecha ni a la izquierda.»
22
Entonces rasparán la cubierta de sus esculturas de plata y la vestidura de sus
imágenes de oro fundido; las harán a un lado, como a un trapo asqueroso, y
dirán: «¡Fuera de aquí!»
23
Cuando siembres la tierra, el Señor enviará lluvia sobre tu siembra, y del
fruto de la tierra te dará abundante comida.
Entonces
tus ganados pastarán en terrenos espaciosos; 24 tus bueyes y tus asnos, con los
que labras la tierra, comerán grano limpio, sacudido con pala y criba; 25 y el
día de la gran matanza, cuando caigan las torres, sobre todo monte alto y sobre
toda colina elevada habrá muchos ríos y arroyos. 26 El día que el Señor ponga
una venda en la herida de su pueblo, y cure la llaga que le causó, la luz de la
luna alumbrará como la luz del sol, y la luz del sol alumbrará siete veces más,
como la luz de siete días.
Juicio
del Señor contra Asiria
27
¡Miren! ¡El nombre del Señor viene de lejos! Viene con el rostro encendido y
con llamas de fuego devorador; sus labios están llenos de ira, y su lengua
parece un fuego abrasador; 28 su aliento es como un torrente que llega hasta el
cuello y que todo lo inunda; va a zarandear a las naciones con una criba
destructora; va a poner un freno en la quijada de los pueblos, para hacerlos
errar.
29
Pero ustedes cantarán con un corazón alegre, como en la noche en que se celebra
la pascua; como el flautista que va al monte del Señor para honrar al Fuerte de
Israel. 30 Y el Señor hará oír su potente voz, y dejará ver cómo descarga su
brazo: ¡con rostro enfurecido y con la llama de un fuego abrasador!, ¡con un
torbellino, y tempestad y piedras de granizo! 31 Ciertamente Asiria, que hirió
con vara, será quebrantada con la voz del Señor. 32 Y cada golpe de la vara justiciera
que el Señor descargue sobre ella, irá acompañado de música de arpas y
panderos; ¡él librará contra ella una batalla estruendosa! 33 Desde hace mucho
tiempo está ya dispuesta y preparada para el rey una pira con mucha leña. Es
ancha y profunda, y sólo espera el soplo del Señor para prenderse como un río
de azufre.
Los
egipcios son hombres, no dioses
31
¡Ay de los que van a Egipto en busca de ayuda! ¡Ay de los que ponen su
esperanza en la multitud de sus caballos y carros, y en la fuerza de sus jinetes,
y no vuelven los ojos al Santo de Israel, ni buscan al Señor! 2 Pero Dios
también es sabio, y les traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará
contra la casa de los malvados, y contra la ayuda de los malhechores. 3 Los
egipcios son simples hombres, y no dioses; sus caballos son carne, y no
espíritu; cuando el Señor extienda su mano, juntos caerán el que ayuda y el
ayudado, y todos ellos rodarán por el suelo.
4
Así me dijo el Señor:
«El
Señor de los ejércitos bajará a pelear sobre el monte de Sión; sobre su colina.
Será como cuando el león y su cachorro rugen sobre su presa, que no se espantan
por los gritos de la cuadrilla de pastores que se junta para atacarlos, ni se
acobardan ante su alboroto.»
5
El Señor de los ejércitos protegerá a Jerusalén como protegen las aves a sus
polluelos: la librará, la preservará y la salvará.
6
Ustedes, israelitas: ¡vuélvanse a aquel contra quien tanto se han rebelado! 7
Ciertamente, cuando llegue ese día, todos ustedes arrojarán los ídolos de oro y
plata que se hicieron con sus manos pecadoras. 8 Asiria caerá a filo de espada,
pero no de espada humana; delante de esa espada huirá, y sus jóvenes serán
obligados a pagar tributo. 9 De miedo sucumbirá su fortaleza, y llenos de pavor
sus príncipes abandonarán sus banderas.
—Palabra
del Señor, cuyo fuego está en Sión y cuyo horno está en Jerusalén.
El
Rey justo
32
¡Miren! Va a surgir un rey que hará justicia, y los príncipes presidirán en el
juicio. 2 Ese hombre será como un refugio contra el viento, como un albergue
contra el turbión; como los arroyos en tierras áridas; como la sombra de un
gran peñasco en tierra calurosa. 3 No se ofuscarán los ojos de los que ven; los
oídos de los que oyen escucharán con atención. 4 El corazón de los necios
captará el conocimiento, y la lengua de los tartamudos hablará con claridad y
rapidez. 5 Nunca más el ruin será llamado generoso, ni el tramposo será llamado
espléndido. 6 Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón maquinará
iniquidades, para cometer impiedad y para proferir blasfemias contra el Señor;
a los hambrientos los dejará ir con hambre, y a los sedientos no les calma la
sed. 7 El tramposo usa armas de maldad; trama planes inicuos, enreda a los
ingenuos con palabras mentirosas, y en el juicio habla en contra del pobre. 8
Pero el generoso piensa en ser generoso, y por su generosidad será exaltado.
Advertencia
a las mujeres de Jerusalén
9
¡Levántense, mujeres indolentes! ¡Escuchen mi voz y mis razones, mujeres
confiadas! 10 Ustedes, que ahora están tranquilas, dentro de poco más de un año
se llenarán de pánico, porque las viñas no darán uvas ni habrá trigo en los
trigales. 11 ¡Comiencen a temblar y a preocuparse, mujeres indolentes y
confiadas! ¡Despójense de su ropa, y vístanse con cilicio! 12 ¡Golpéense el
pecho y lloren por la belleza de los campos y por la fertilidad de las viñas!
13 En la tierra de mi pueblo crecerán espinos y cardos, y se acabará la alegría
en todas las casas de la ciudad feliz. 14 Los palacios quedarán desiertos; no
habrá más tanta gente en la ciudad; las torres y las fortalezas serán para
siempre cuevas para los asnos del monte y pastizales para los ganados, 15 hasta
que venga sobre nosotros el espíritu de lo alto. Entonces el desierto se
convertirá en campo fértil, y el campo fértil será visto como bosque. 16
Entonces se impartirá justicia en el desierto, y reinará el derecho en el campo
fértil. 17 La justicia hará posible la paz; la justicia redundará en reposo y
seguridad para siempre. 18 Entonces mi pueblo vivirá en lugares de paz, en poblaciones
seguras, en sitios de reposo. 19 El granizo que caiga, caerá en los montes, y
la ciudad será abatida por completo. 20 ¡Dichosos ustedes, los que siembran
junto a los ríos y arroyos, y dejan que anden libres sus bueyes y sus asnos!
El
Señor traerá salvación
33
¡Ay de ti, que saqueas, aunque nunca fuiste saqueado! ¡Ay de ti, que eres
desleal, aunque nunca nadie fue desleal contigo! Cuando acabes de saquear, el
saqueado serás tú; cuando acabes de ser desleal, tú serás víctima de la
deslealtad.
2
Señor,
ten misericordia de nosotros,
pues
nosotros esperamos en ti.
Tú,
que de mañana eres brazo de otros,
¡sálvanos
también en momentos de angustia!
3
Al escuchar el estruendo, los pueblos huyen; al levantarte tú, las naciones se
esparcen. 4 Sus despojos serán recogidos como cuando se recogen orugas; sobre
ellos se correrá y se saltará, como corren y saltan las langostas. 5 Pero tú,
Señor, que habitas en las alturas y que has saturado a Sión con la justicia y
el derecho, serás exaltado. 6 En tus tiempos reinarán la sabiduría y la
ciencia, y mucha salvación; el temor a ti, Señor, será el tesoro de tu pueblo.
7
Afuera de la ciudad los embajadores darán voces, y los mensajeros de paz
llorarán amargamente. 8 Las calzadas están deshechas; ya no hay caminantes; el
pacto ha quedado anulado. El enemigo aborreció las ciudades y menospreció a sus
habitantes. 9 La tierra se enfermó y enlutó; el Líbano quedó marchito y en
vergüenza; Sarón se ha vuelto un desierto, y Basán y el Carmelo han sido
sacudidos.
10
Pero el Señor dice:
«Ahora
mismo voy a levantarme; ahora mismo voy a ser exaltado; ¡ahora mismo voy a ser
engrandecido! 11 Puesto que ustedes han concebido hojarascas, sólo producirán
rastrojo; su propio aliento será un fuego que los consumirá. 12 Los pueblos
parecerán cal quemada, y como espinos arrancados serán echados al fuego. 13
Ustedes, los que están lejos, escuchen lo que he hecho; y ustedes, los que
están cerca, reconozcan mi poder.»
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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Gálatas 5:1-12 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Firmes
en la libertad
5
Manténganse, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no
se sometan otra vez al yugo de la esclavitud. 2 Miren que yo, Pablo, les digo
que si se circuncidan, de nada les aprovechará Cristo. 3 Y otra vez testifico a
todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley. 4
Ustedes, los que por la ley se justifican, se han desligado de Cristo; han
caído de la gracia. 5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos, por fe, la
esperanza de la justicia. 6 Porque en Cristo Jesús nada valen la circuncisión
ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. 7 Ustedes corrían bien;
¿quién les impidió el no obedecer a la verdad? 8 Esta persuasión no procede de
aquel que los llama. 9 Un poco de levadura fermenta toda la masa. 10 Yo confío
respecto de ustedes, en el Señor, que no pensarán de otro modo; pero el que los
perturba, quienquiera que sea, llevará la sentencia. 11 Y yo, hermanos, si aún
predicara la circuncisión, ¿por qué habría de padecer todavía persecución? En
tal caso, se habría quitado el tropiezo de la cruz. 12 ¡Cómo quisiera yo que se
mutilaran quienes los perturban!
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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Salmos 63 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Sólo
Dios satisface al alma
Salmo
de David, cuando estaba en el desierto de Judá.
63
Dios mío, ¡tú eres mi Dios!
Yo
te buscaré de madrugada.
Mi
alma desfallece de sed por ti;
mi
ser entero te busca con ansias,
en
terrenos secos e inhóspitos, sin agua,
2
con
deseos de ver tu poder y tu gloria,
como
los he mirado en el santuario.
3
Tu
misericordia es mejor que la vida;
por
eso mis labios te alaban.
4
¡Yo
te bendeciré mientras tenga vida,
y
en tu nombre levantaré mis manos!
5
Mi
alma quedará del todo satisfecha,
como
si comiera los mejores platillos,
y
mis labios te aclamarán jubilosos
6
al
pensar en ti recostado en mi lecho,
al
meditar en ti durante mis desvelos.
7
Porque
tú has sido mi socorro,
alegré
viviré bajo la sombra de tus alas.
8
Mi
alma está apegada a ti;
tu
mano derecha me brinda apoyo.
9
Los
que buscan matarme y acabar conmigo
caerán
a lo más profundo de la tierra.
10
Los
matarán a filo de espada;
servirán
de alimento a los chacales.
11
Pero
el rey se regocijará en Dios,
y
todos los que juran por él serán alabados,
pero
la boca de los mentirosos será acallada.
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Proverbios 23:22 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
22
Escucha
al padre que te dio la vida,
y
no menosprecies a tu anciana madre.
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Valera Contemporánea (RVC)
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