Isaías 37:1-38:22; Gálatas 6:1-18; Salmos 65; Proverbios 23:24 (Dios Habla Hoy (DHH))
Isaías 37:1-38:20 Dios Habla Hoy (DHH)
El
Señor libra a Judá del invasor
37
Cuando el rey Ezequías oyó esto, se rasgó sus vestiduras, se puso ropas ásperas
en señal de dolor y se fue al templo del Señor. 2 Y envió a Eliaquim, mayordomo
de palacio, al cronista Sebná y a los sacerdotes más ancianos, con ropas
ásperas en señal de dolor, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, 3 y a decirle
de parte del rey: «Hoy estamos en una situación de angustia, castigo y
humillación; como una mujer que, a punto de dar a luz, se quedara sin fuerzas.
4 Ojalá el Señor tu Dios haya oído las palabras del oficial enviado por su amo,
el rey de Asiria, para insultar al Dios viviente, y ojalá lo castigue por las
cosas que el Señor mismo, tu Dios, habrá oído. Ofrece, pues, una oración por
los que aún quedan.»
5
Los funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, 6 e Isaías les encargó
que respondieran a su amo: «El Señor dice: “No tengas miedo de esas palabras
ofensivas que dijeron contra mí los criados del rey de Asiria. 7 Mira, yo voy a
hacer que llegue a él un rumor que lo obligue a volver a su país, y allí lo
haré morir asesinado.”»
8
El oficial asirio se enteró de que el rey de Asiria se había ido de la ciudad
de Laquis. Entonces se fue de Jerusalén, y encontró al rey de Asiria atacando a
Libná. 9 Allí el rey de Asiria oyó decir que el rey Tirhaca de Etiopía había
emprendido una campaña militar contra él. Una vez más, el rey de Asiria envió
embajadores al rey Ezequías de Judá, a decirle: 10 «Tu Dios, en el que tú
confías, te asegura que Jerusalén no caerá en mi poder; pero no te dejes
engañar por él. 11 Tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria con todos
los países que han querido destruir. ¿Y te vas a salvar tú? 12 ¿Acaso los
dioses salvaron a los otros pueblos que mis antepasados destruyeron: a Gozán, a
Harán, a Résef, y a la gente de Bet-edén que vivía en Telasar? 13 ¿Dónde están
los reyes de Hamat, de Arpad, de Sefarvaim, de Hená y de Ivá?»
14
Ezequías tomó la carta que le entregaron los embajadores, y la leyó. Luego se
fue al templo y, extendiendo la carta delante del Señor, 15 oró así: 16 «Señor
todopoderoso, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines, tú solo
eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú creaste el cielo y la tierra. 17
Pon atención, Señor, y escucha. Abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha las
palabras que Senaquerib mandó decirme, palabras todas ellas ofensivas contra
ti, el Dios viviente. 18 Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han
destruido todas las naciones y sus tierras, 19 y que han echado al fuego sus
dioses, porque en realidad no eran dioses, sino objetos de madera o de piedra
hechos por el hombre. Por eso los destruyeron. 20 Ahora pues, Señor y Dios
nuestro, sálvanos de su poder, para que todas las naciones de la tierra sepan
que tú, Señor, eres el único Dios.»
21
Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías: «Esto dice el Señor, Dios de Israel:
“Yo he escuchado la oración que me hiciste acerca de Senaquerib, rey de
Asiria.”»
22
Éstas son las palabras que dijo el Señor acerca del rey de Asiria:
«La
ciudad de Sión, como una muchacha,
se
ríe de ti, Senaquerib.
Jerusalén
mueve burlonamente la cabeza
cuando
tú te retiras.
23
¿A
quién has ofendido e insultado?
¿Contra
quién alzaste la voz
y
levantaste los ojos altaneramente?
¡Contra
el Dios Santo de Israel!
24
Por
medio de tus funcionarios insultaste al Señor.
Dijiste:
“Con
mis innumerables carros de guerra
subí
a las cumbres de los montes,
a
lo más empinado del Líbano.
Corté
sus cedros más altos,
sus
pinos más bellos.
Alcancé
sus cumbres más altas,
y
sus bosques, que parecen jardines.
25
En
tierras extrañas
cavé
pozos y bebí de esa agua,
y
con las plantas de mis pies
sequé
todos los ríos de Egipto.”
26
¿Pero
no sabías que soy yo, el Señor,
quien
ha dispuesto todas estas cosas?
Desde
tiempos antiguos lo había planeado,
y
ahora lo he realizado;
por
eso tú destruyes ciudades fortificadas
y
las conviertes en montones de ruinas.
27
Sus
habitantes, impotentes,
llenos
de miedo y vergüenza,
han
sido como hierba del campo,
como
pasto verde,
como
hierba que crece en los tejados
y
que es quemada por el viento del este.
28
Yo
conozco todos tus movimientos
y
todas tus acciones;
yo
sé que te has enfurecido contra mí.
29
Y
como conozco tu furia y tu arrogancia,
voy
a ponerte una argolla en la nariz,
un
freno en la boca,
y
te haré volver por el camino
por
donde viniste.»
30
Isaías
dijo entonces a Ezequías:
«Ésta
será una señal de lo que va a suceder:
este
año y el siguiente comerán ustedes
el
trigo que nace por sí solo,
pero
al tercer año podrán sembrar y cosechar,
plantar
viñedos y comer de sus frutos.
31
Los
sobrevivientes de Judá serán como plantas:
echarán
raíces y producirán fruto,
32
porque
un resto quedará en Jerusalén;
en
el monte Sión habrá sobrevivientes.
Esto
lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.
33
»Acerca
del rey de Asiria dice el Señor:
“No
entrará en Jerusalén,
no
le disparará ni una flecha,
no
la atacará con escudos
ni
construirá una rampa a su alrededor.
34
Por
el mismo camino por donde vino, se volverá;
no
entrará en esta ciudad.
Yo,
el Señor, doy mi palabra.
35
Yo
protegeré esta ciudad
y
la salvaré,
por
consideración a mi siervo David
y
a mí mismo.”»
36
Y el ángel del Señor fue y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del
campamento asirio; al día siguiente, todos amanecieron muertos. 37 Entonces
Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y regresó a Nínive. 38 Y un
día, cuando estaba adorando en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos
Adramélec y Sarézer fueron y lo asesinaron, y huyeron a la región de Ararat.
Después reinó en su lugar su hijo Esarhadón.
Enfermedad
y curación de Ezequías
38
Por aquel tiempo Ezequías cayó gravemente enfermo, y el profeta Isaías, hijo de
Amós, fue a verlo y le dijo:
—El
Señor dice: “Da tus últimas instrucciones a tu familia, porque vas a morir. No
te curarás.”
2
Ezequías volvió la cara hacia la pared y oró así al Señor:
3
«Yo te suplico, Señor, que te acuerdes de cómo te he servido fiel y
sinceramente, haciendo lo que te agrada.» Y lloró amargamente.
4
El Señor ordenó a Isaías 5 que fuera y le dijera a Ezequías: «El Señor, Dios de
tu antepasado David, dice: “Yo he escuchado tu oración y he visto tus lágrimas.
Voy a darte quince años más de vida. 6 A ti y a Jerusalén los libraré del rey
de Asiria. Yo protegeré esta ciudad.”»
21
Isaías mandó hacer una pasta de higos para que se la aplicaran al rey en la
parte enferma, y el rey se curó. 22 Entonces Ezequías preguntó a Isaías:
—¿Por
medio de qué señal voy a darme cuenta de que puedo ir al templo del Señor?
7
Isaías respondió:
—Ésta
es la señal que el Señor te dará en prueba de que te cumplirá su promesa: 8 En
el reloj de sol de Ahaz voy a hacer que la sombra del sol retroceda las diez
gradas que ya ha bajado.
Y
la sombra del sol retrocedió las diez gradas que ya había bajado.
9
Cuando el rey Ezequías de Judá sanó de su enfermedad, compuso este salmo:
10
Yo
había pensado:
En
lo mejor de mi vida tendré que irme;
se
me ordena ir al reino de la muerte
por
el resto de mis días.
11
Yo
pensé: Ya no veré más al Señor en esta tierra,
no
volveré a mirar a nadie
de
los que viven en el mundo.
12
Deshacen
mi habitación, me la quitan,
como
tienda de pastores.
Mi
vida era cual la tela de un tejedor,
que
es cortada del telar.
De
día y de noche me haces sufrir.
13
Grito
de dolor toda la noche,
como
si un león estuviera quebrándome los huesos.
De
día y de noche me haces sufrir.
14
Me
quejo suavemente como las golondrinas,
gimo
como las palomas.
Mis
ojos se cansan de mirar al cielo.
¡Señor,
estoy oprimido, responde tú por mí!
15
¿Pero
qué podré yo decirle,
si
él fue quien lo hizo?
El
sueño se me ha ido
por
la amargura de mi alma.
16
Aquellos
a quienes el Señor protege, vivirán,
y
con todos ellos viviré yo.
Tú
me has dado la salud, me has devuelto la vida.
17
Mira,
en vez de amargura, ahora tengo paz.
Tú
has preservado mi vida
de
la fosa destructora,
porque
has perdonado todos mis pecados.
18
Quienes
están en el sepulcro no pueden alabarte,
los
muertos no pueden darte gloria,
los
que bajan a la fosa
no
pueden esperar tu fidelidad.
19
Sólo
los que viven pueden alabarte,
como
hoy lo hago yo.
Los
padres hablan a sus hijos
de
tu fidelidad.
20
El
Señor está aquí para salvarme.
Toquemos
nuestras arpas y cantemos
todos
los días de nuestra vida
en
el templo del Señor.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Gálatas 6 Dios Habla Hoy (DHH)
Aplicaciones
particulares
6
Hermanos, si ven que alguien ha caído en algún pecado, ustedes que son
espirituales deben ayudarlo a corregirse. Pero háganlo amablemente; y que cada
cual tenga mucho cuidado, no suceda que él también sea puesto a prueba. 2
Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de
Cristo.
3
Si alguien se cree ser algo, cuando no es nada, a sí mismo se engaña. 4 Cada
uno debe juzgar su propia conducta, y si ha de sentirse orgulloso, que lo sea
respecto de sí mismo y no respecto de los demás. 5 Pues cada uno tiene que
llevar su propia carga.
6
El que recibe instrucción en el mensaje del evangelio, debe compartir con su
maestro toda clase de bienes.
7
No se engañen ustedes: nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, se
cosecha. 8 El que siembra en los malos deseos, de sus malos deseos recogerá una
cosecha de muerte. El que siembra en el Espíritu, del Espíritu recogerá una
cosecha de vida eterna. 9 Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque
si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. 10 Por eso, siempre que
podamos, hagamos bien a todos, y especialmente a nuestros hermanos en la fe.
Advertencias
y despedida
11
¡Miren ustedes con qué letras tan grandes les estoy escribiendo ahora con mi
propia mano! 12 Esos que quieren obligarlos a circuncidarse, lo hacen solamente
para quedar bien con la gente y no ser perseguidos por causa de la cruz de Cristo.
13 Pero ni siquiera los que se circuncidan cumplen todo lo que la ley dice. En
cambio quieren que ustedes se circunciden, para gloriarse de haberlos obligado
a ustedes a llevar esa marca en el cuerpo. 14 En cuanto a mí, de nada quiero
gloriarme sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Pues por medio de la
cruz de Cristo, el mundo ha muerto para mí y yo he muerto para el mundo. 15 De
nada vale estar o no estar circuncidados; lo que sí vale es el haber sido
creados de nuevo. 16 Reciban paz y misericordia todos los que viven según esta
regla, y todos los del Israel de Dios.
17
De ahora en adelante no quiero que nadie me cause más dificultades; pues llevo
marcadas en mi cuerpo las señales de lo que he sufrido en unión con Jesús.
18
Hermanos, que nuestro Señor Jesucristo derrame su gracia sobre todos ustedes.
Amén.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Salmos 65 Dios Habla Hoy (DHH)
Dios
es digno de alabanza
(1)
Del maestro de coro. Salmo y cántico de David.
65
(2) Oh Dios de Sión,
¡tú
eres digno de alabanza!,
¡tú
mereces que te cumplan lo prometido,
2
(3)
pues escuchas la oración!
Todo
el mundo viene a ti.
3
(4)
Nuestras maldades nos dominan,
pero
tú perdonas nuestros pecados.
4
(5)
Feliz el hombre a quien escoges
y
lo llevas a vivir cerca de ti,
en
las habitaciones de tu templo.
¡Que
seamos colmados con lo mejor de tu casa,
con
la santidad de tu templo!
5
(6)
Dios y Salvador nuestro,
tú
nos respondes
con
maravillosos actos de justicia;
la
tierra entera confía en ti,
y
también el mar lejano;
6
(7)
tú mantienes firmes las montañas
con
tu poder y tu fuerza.
7
(8)
Tú calmas el estruendo de las olas
y
el alboroto de los pueblos;
8
(9)
aun los que habitan en lejanas tierras
tiemblan
ante tus maravillas;
por
ti hay gritos de alegría
del
oriente al occidente.
9
(10)
Tú tienes cuidado de la tierra;
le
envías lluvia y la haces producir;
tú,
con arroyos caudalosos,
haces
crecer los trigales.
¡Así
preparas el campo!
10
(11)
Tú empapas los surcos de la tierra
y
nivelas sus terrones;
ablandas
la tierra con lluvias abundantes
y
bendices sus productos.
11
(12)
Tú colmas el año de bendiciones,
tus
nubes derraman abundancia;
12
(13)
los pastos del desierto están verdes
y
los montes se visten de gala;
13
(14)
los llanos se cubren de rebaños,
los
valles se revisten de trigales;
¡todos
cantan y gritan de alegría!
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Proverbios 23:24 Dios Habla Hoy (DHH)
24
El
padre del hijo bueno y sabio
tiene
razón para estar feliz y orgulloso;
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
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