Monday, September 15, 2025

DAB Español, Martes 16 de Septiembre

Día 260, DAB Español, Martes 16 de Septiembre


Isaías 22:1-24:23; Gálatas 2:17-3:9; Salmos 60; Proverbios 23:15-16 (Traducción en lenguaje actual (TLA))










    

Isaías 22-24

Traducción en lenguaje actual

Mensaje contra Jerusalén


22 Dios le mostró a Isaías lo que iba a hacer en el Valle de la Visión:


«¿Qué pasa en Jerusalén?

¿Por qué todos suben a las azoteas

y gritan de alegría?


»Es verdad que los enemigos se han retirado,

2

pero esta ciudad, que antes vivía alegre,

ahora está llena de muertos;

ninguno presentó pelea,

ninguno murió en batalla.

3

Nuestros jefes y soldados huyeron;

salieron corriendo,

pero fueron atrapados.


4

»¡Déjenme solo!,

no traten de consolarme.

Mi pueblo está en ruinas,

y quiero llorar y apagar mi tristeza.


5

»El Dios todopoderoso

nos ha enviado este terrible castigo.

En el Valle de la Visión

sólo veo destrucción y terror.

¡El enemigo derribó nuestras murallas,

y se oyen gritos de dolor en las montañas!


6

»Los soldados de Elam y de Quir

llegaron en sus carros de guerra,

armados con escudos y flechas.

7

Sus carros de guerra llenaron

los hermosos valles de Jerusalén.

Los soldados y sus caballos

rodearon la ciudad.

8

¡Judá quedó indefensa!»


Ese día nuestra gente se dio cuenta de que había armas en el Palacio del Bosque. 9-10 También se dieron cuenta de que los muros de Jerusalén estaban dañados; entonces revisaron las casas de la ciudad y derribaron algunas de ellas. Así tuvieron suficientes piedras para reparar los muros. Luego tomaron el agua del tanque viejo, 11 y llenaron un tanque que construyeron entre las dos murallas. Pero no se dieron cuenta de que fue Dios quien había planeado ese ataque desde hacía mucho tiempo.

No hay perdón para Jerusalén


12 Isaías dijo:


«El Dios todopoderoso les aconsejó

que debían ponerse a llorar

y vestirse de luto en señal de dolor.

13

Pero ustedes hicieron fiesta

y se llenaron de alegría;

comieron carne y tomaron vino,

y dijeron:

“Comamos y bebamos

que mañana moriremos”.


14

»Por eso Dios me dijo al oído:

“Yo soy el Dios todopoderoso,

y nunca les perdonaré este pecado”».

Cambio de funcionarios


15 El Dios todopoderoso le dijo a Isaías:


«Busca a Sená, el mayordomo del palacio, y dile:


16

“Y tú, ¿quién te crees?

¿Quién te dio permiso

para construirte una tumba

en el cementerio de los reyes?


17-19

”Dios te quitará de tu puesto,

y serás la vergüenza de tu jefe.

Dios hará que te lleven como esclavo

a un país muy lejano.

Él te pateará con fuerza

y te arrojará a campo abierto,

como si fueras una pelota.

Allí morirás,

y de nada te servirán

tus famosos carros de guerra.


20

”Escucha bien, Sená:

Dios llamará a Eliaquim, su leal servidor,

21

le dará tu puesto y tu misma autoridad.

Eliaquim será como un padre

para los habitantes de Jerusalén

y para la familia del rey de Judá.

22

Dios le entregará

el poder que tuvo el rey David.

Lo que Eliaquim ordene se cumplirá,

y nadie podrá contradecirlo.

23

Él será un orgullo para su familia,

y Dios lo protegerá de todo enemigo.

24

Toda su familia se sentirá orgullosa

y contará con su apoyo.


25

”Pero llegará un día

en el que también Eliaquim pecará

junto con toda su familia

y todos los que en él confiaron.

El Dios todopoderoso

jura que así será”».

Mensaje contra Tiro y Sidón


23 Dios le mostró a Isaías lo que haría contra la ciudad de Tiro:


«Los marineros de Tarsis están tristes:

desde la isla de Chipre

les ha llegado una terrible noticia;

la ciudad de Tiro ha sido destruida

y el puerto ha quedado en ruinas.


2

»Los habitantes de Tiro

y los comerciantes de Sidón

se han quedado en silencio.

Sus barcos iban y venían

con ricas mercancías.

3

Comerciaban con muchas naciones,

y con el trigo de Egipto

ganaban mucho dinero.


4

»Pero ahora los de Sidón

se llenarán de vergüenza;

han sido los amos y señores del mar,

pero el mar ya no les dará riquezas,

y sus hijos no prosperarán.


5

»Cuando la noticia llegue a Egipto,

todos llorarán de tristeza por Tiro,

6

y dirán a los habitantes de la costa:

“Vayan al lugar más lejano del mundo,

y al llegar pónganse a llorar”.


7

»Tiro era la ciudad más antigua

y la más alegre que conocíamos.

Su gente podía viajar a lugares lejanos,

y allí se quedaba a vivir.

8

Sus comerciantes eran gente importante;

todo el mundo los recibía con honores.


»¿Quién decidió destruir tan importante ciudad?

9

¡Lo decidió el Dios todopoderoso,

para humillar a todos los orgullosos

y derribar a los poderosos de la tierra!


10

»¡Habitantes de Tiro,

mejor dedíquense a la agricultura,

porque el puerto está destruido

y los barcos de Tarsis ya no vendrán!


11

»Dios mostró su poder en el mar

y atacó a las naciones.

Dios mandó destruir

las fuertes ciudades de Canaán,

12

y le dijo a Sidón:

“Tu fiesta se acabó;

tu ciudad capital ha sido destruida.

Aunque huyas a la isla de Chipre,

no encontrarás paz allí”.


13

»Gente de Tiro y de Sidón,

miren lo que pasó con Babilonia.

Ese pueblo ya no existe,

porque el ejército de Asiria lo destruyó.

Los soldados levantaron torres de asalto,

y destruyeron los palacios.

Ahora los animales del desierto

viven entre sus ruinas.


14

»¡Los marineros de Tarsis están tristes,

porque su puerto ha sido destruido!»


15 Todos se olvidarán de la ciudad de Tiro por unos setenta años, que es lo que llega a vivir un rey. Al cabo de ese tiempo, a Tiro le pasará lo que dice la canción de la prostituta:


16

«Prostituta olvidada,

toma tu arpa y recorre la ciudad;

toca buena música,

entona muchos cantos,

a ver si se acuerdan de ti».


17 Cuando esos setenta años terminen, Dios dejará que Tiro vuelva a tener su actividad comercial, y volverá a tener relaciones comerciales con todos los países de la tierra. 18 Pero Tiro no disfrutará de sus ganancias, sino que se las dará a Dios, y con ellas se comprarán abundantes alimentos y ropas finas para los que adoran a Dios.

Dios castiga la tierra


24 Isaías dijo:


«¡Dios va a convertir la tierra en un desierto!

¡Todos sus habitantes se dispersarán!

2

A todos les pasará lo mismo:

al sacerdote y al pueblo,

a los amos y a los esclavos,

al que compra y al que vende,

al que presta y al que pide prestado,

al rico y al pobre.

3

¡La tierra quedará totalmente arruinada!

El Dios de Israel ha jurado que así lo hará.


4

»La tierra se ha secado y marchitado;

la gente más poderosa

se ha quedado sin fuerzas.

5

La tierra se ha llenado de maldad,

porque sus habitantes

no han cumplido las leyes de Dios.

Se habían comprometido

a obedecerlo por siempre,

pero ninguno cumplió con ese pacto.

6

Todos han pecado;

por eso la tierra está bajo maldición

y muy pocos han quedado con vida.

La ciudad está desierta.


7

»Los viñedos se han secado;

ya casi no hay vino.

Los que antes cantaban de alegría

ahora mueren de tristeza.

8

Ya no suenan los alegres tambores

y el arpa ha quedado en silencio;

¡se acabó la fiesta!


9

»El vino se ha vuelto vinagre

y nadie entona una canción.

10

La ciudad está en ruinas,

todo es un desorden,

y las casas se han cerrado.

11

Por las calles la gente

pide a gritos un poco de vino.


»¡La alegría abandonó la tierra!

12

La ciudad quedó destruida,

y sus portones, hechos pedazos.

13

Las naciones quedaron vacías,

como un árbol de olivo

después de la cosecha.

Algunos se salvarán


14-16

»Los pocos que se salven

gritarán y saltarán de alegría.

¡Por todos los rincones del mundo

se oirán cantos de alabanza

para el Dios que ama la justicia!»

El triunfo de Dios


Isaías continuó diciendo:


«Mi ánimo está por los suelos;

¡siento que me muero de tristeza!


»No se puede confiar en los traidores,

porque engañan y no tienen compasión.

17

Y a ti, habitante de la tierra,

te esperan el terror y las trampas:

18

si te libras del terror,

te hundirás en una trampa,

y si sales de ella con vida,

caerás en otra trampa.


»Lloverá muy fuerte;

un diluvio hará temblar

los cimientos de la tierra.

19

Un gran terremoto sacudirá la tierra

hasta dejarla hecha pedazos.

20

La tierra temblará como un borracho,

y se vendrá abajo como frágil choza.

¡Pesa tanto el pecado de la gente

que la tierra caerá

y no volverá a levantarse!


21

»Ese día, Dios castigará

a los que gobiernan con maldad

en el cielo y en la tierra.

22

Los meterá en un calabozo,

los tendrá encarcelados,

y al final los castigará.

23

El sol y la luna se oscurecerán,

porque el Dios todopoderoso

reinará desde Jerusalén,

y los jefes de su pueblo

serán testigos del poder de Dios».



Gálatas 2:17-3:9

Traducción en lenguaje actual


17 Nosotros queremos que Dios nos acepte por medio de Cristo. Pero si al hacer esto descubrimos que también nosotros somos pecadores como la gente de otros países, ¿vamos a pensar por eso que Cristo nos hizo pecar? ¡Claro que no! 18 Si yo digo que la ley no sirve, pero luego vuelvo a obedecerla, demuestro que estoy totalmente equivocado. 19 Para la ley estoy muerto, y lo estoy por causa de la ley misma. Sin embargo, ¡ahora vivo para Dios!


20 En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme. 21 No rechazo el amor de Dios. Porque si él nos aceptara sólo porque obedecemos la ley, entonces de nada serviría que Cristo haya muerto.

Obedecer la ley o confiar en Jesucristo


3 ¡Ay, gálatas, qué tontos son ustedes! ¡Hasta parece que estuvieran embrujados! Yo mismo les di una explicación clara de cómo murió Jesucristo en la cruz. 2 Sólo quiero que me digan una cosa: Cuando recibieron el Espíritu de Dios ¿fue por obedecer la ley, o por aceptar la buena noticia? ¡Claro que fue por aceptar la buena noticia! 3 Y si esto fue así, ¿por qué no quieren entender? Si para comenzar esta nueva vida necesitaron la ayuda del Espíritu de Dios, ¿por qué ahora quieren terminarla mediante sus propios esfuerzos? 4 ¿Tantos sufrimientos, para nada? ¡Aunque no creo que no hayan servido de nada! 5 Dios no les ha dado el Espíritu, ni ha hecho milagros entre ustedes, sólo porque ustedes obedecen la ley. ¡No! Lo hace porque ustedes aceptaron el mensaje de la buena noticia.

El ejemplo de Abraham


6 Dios aceptó a Abraham porque él confió en Dios. 7 Sepan, entonces, que los verdaderos descendientes de Abraham son todos los que confían en Dios. 8 Desde mucho antes, la Biblia decía que Dios también iba a aceptar a los que no son judíos, siempre y cuando pusieran su confianza en Jesucristo. Por eso Dios le dio a Abraham esta buena noticia: «Gracias a ti, bendeciré a todas las naciones.» 9 Así que Dios bendecirá, por medio de Abraham, a todos los que confían en él como Abraham lo hizo.



Salmos 60

Traducción en lenguaje actual

¡Danos la victoria!

SALMO 60 (59)

David compuso este himno para que sirviera de enseñanza. Lo compuso cuando luchó contra los arameos que vivían en la región noroeste de Mesopotamia y en la parte central de Siria. En esa ocasión Joab regresó y venció a doce mil edomitas en el Valle de la Sal. Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse con la melodía «El lirio del pacto».


60 Dios mío,

tú te enojaste,

te alejaste de nosotros

y nos destruiste.

¡Ahora vuelve a ayudarnos!

2

Sacudiste la tierra,

y se llenó de grietas;

¡sánala, porque se desmorona!

3

Nos has dado

pruebas muy duras;

nos has dado a beber un vino

que nos hace tropezar.

4-5

Nosotros te somos fieles:

¡respóndenos!

¡Sálvanos con tu poder!

¡Dinos qué debemos hacer

para escapar de las flechas!

Así este pueblo que amas

quedará a salvo.

6

Desde tu templo has declarado:


«Cuando yo triunfe

repartiré entre mi pueblo

las tierras de Siquem

y las del valle de Sucot.

7

Las tierras de Galaad son mías;

al norte están las tribus de José[a]

para proteger a mi pueblo,

y en Judá he puesto al rey.

8

Los de Moab son mis esclavos,

Edom es mi propiedad,

y en territorio filisteo

lanzo gritos de victoria».


9

¿Quién quiere llevarme

hasta la ciudad con muros?

¿Quién quiere enseñarme

el camino que lleva a Edom?

10

¡Tú, Dios mío,

te has alejado de nosotros

y ya no sales a pelear

al frente de nuestros ejércitos!

11

La ayuda humana resulta inútil;

¡ayúdanos a vencer al enemigo!

12

Dios nuestro, tú los vencerás;

¡con tu ayuda saldremos victoriosos!

Footnotes


Salmos 60:7 Las tribus de José: El texto hace referencia a las tribus de Efraín y de Manasés, que son las tribus de José.



Proverbios 23:15-16

Traducción en lenguaje actual

-13-


15

Querido jovencito,

cuando alcances la sabiduría,

seré muy feliz.

16

Muy grande será mi alegría

cuando hables como se debe.

Traducción en lenguaje actual (TLA)


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