Sunday, April 25, 2021

DAB Español, Lunes 26 de Abril

Día 116, DAB Español, Lunes 26 de Abril

Jueces 6:1-40; Lucas 22:55-23:10; Salmos 95-96; Proverbios 14:5-6 (Traducción en lenguaje actual (TLA))









Jueces 6

Traducción en lenguaje actual

Gedeón

 

6 Después los israelitas volvieron a pecar contra Dios, así que durante siete años Dios permitió que los madianitas los dominaran. 2 Como los madianitas los maltrataban, los israelitas se escondían en los cerros, entre cuevas y escondites. 3 Cada vez que los israelitas tenían algo sembrado, venían los madianitas, los amalecitas y la gente del este, y los atacaban; 4-6 acampaban en los territorios de los israelitas y destruían sus cosechas, y además se llevaban sus ovejas, sus bueyes y sus burros. No les dejaban nada que comer. Eran tantos los que venían con sus camellos, que no se podían contar. Parecían una plaga de saltamontes, pues todo lo destruían y hacían sufrir mucho a los israelitas. Esto mismo pasaba en la región de la costa cercana a Gaza.

 

7 Entonces los israelitas le suplicaron a Dios que los salvara del poder de los madianitas, 8 y Dios les envió un profeta para que les dijera:

 

«El Dios de Israel los sacó de Egipto, donde eran esclavos. 9 No sólo los libró de los egipcios sino también de todas las otras naciones que los maltrataban y robaban. A medida que ustedes avanzaban, él iba echando fuera a esas naciones para darles a ustedes esos territorios. 10 Dios les dijo que él es el único Dios verdadero, y que ustedes no debían adorar a los dioses de los amorreos, en cuyo territorio ahora viven. Pero no le hicieron caso».

 

11 Luego vino el ángel de Dios y se sentó bajo el roble que está en Ofrá. Ese árbol pertenecía a Joás, que era descendiente de Abiézer. En ese momento, Gedeón hijo de Joás, estaba limpiando trigo, a escondidas de los madianitas, en el lugar donde se pisaban las uvas para hacer vino. 12 El ángel de Dios se le apareció a Gedeón y le dijo:

 

—¡Qué fuerte y valiente eres! ¡Por eso Dios está contigo!

 

13 Gedeón le respondió:

 

—Perdón, señor, pero si Dios está con nosotros, ¿por qué nos pasa todo esto? ¿Por qué no hace milagros como cuando nos libró de Egipto? Nuestros antepasados nos han contado las maravillas que Dios hizo antes; pero ahora nos ha abandonado, nos ha dejado caer en manos de los madianitas.

 

14 Entonces Dios mismo miró a Gedeón y le dijo:

 

—Pues eres tú quien va a salvar a Israel del poder de los madianitas. Además de tus propias fuerzas, cuentas con mi apoyo.

 

15 Gedeón le preguntó a Dios:

 

—Pero mi Dios, ¿cómo podré librar a los israelitas? Mi grupo familiar es el más pobre de la tribu de Manasés, y yo soy el menos importante de toda mi familia.

 

16 Y Dios le contestó:

 

—Podrás hacerlo porque yo estaré contigo para ayudarte. Derrotarás a los madianitas como si derrotaras a un solo hombre.

 

17 Entonces Gedeón se dirigió al ángel y le dijo:

 

—Si cuento con la aprobación de Dios, dame una señal de que realmente es él quien me ha hablado. 18 Por favor, no te vayas de aquí hasta que yo vuelva. Quiero ofrecerte de comer.

 

El ángel de Dios le aseguró:

 

—Esperaré aquí hasta que regreses.

 

19 Gedeón se fue a su casa. Preparó un cabrito, y con diez kilogramos de harina hizo panes sin levadura. Luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla. Lo llevó todo hasta el roble y se lo ofrendó a Dios. 20 El ángel le ordenó que pusiera la carne y los panes sobre una piedra, y que echara el caldo encima. Y Gedeón obedeció. 21 Por su parte, el ángel, con la punta del bastón que tenía en la mano, tocó la carne y los panes sin levadura. Enseguida salió fuego de la piedra y quemó toda la carne y los panes; luego el ángel de Dios desapareció. 22 En ese momento Gedeón se dio cuenta de que se trataba del ángel de Dios, y lleno de miedo exclamó:

 

—Dios mío, de seguro moriré, pues he visto a tu ángel cara a cara.

 

23 Pero Dios le dijo:

 

—No tengas miedo, no te vas a morir. Al contrario, he venido a darte paz.

 

24 Entonces Gedeón edificó allí un altar a Dios, y le puso por nombre «Dios es paz». Hasta el momento en que este relato se escribe, este altar todavía está en Ofrá, ciudad del grupo familiar de Abiézer.

 

25 Esa misma noche, Dios le dijo a Gedeón:

 

«Ve al ganado de tu padre y toma el mejor toro. Derriba el altar de Baal que tiene tu padre, y destruye la estatua de la diosa Aserá, que está junto al altar de Baal. 26 Luego, con piedras labradas, edifica un altar en mi honor en la parte alta de la colina. Toma el toro y ofrécemelo como sacrificio, usando como leña la estatua que destruiste».

 

27 Así que esa noche Gedeón se llevó a diez de sus sirvientes e hizo lo que Dios le había ordenado. No se atrevió a hacerlo de día por miedo a su familia y a gente de la ciudad.

 

28 A la mañana siguiente, cuando los habitantes de la ciudad se levantaron, vieron que el altar de Baal había sido derribado, y que habían destruido la estatua de Aserá. Vieron, además, que el mejor toro había sido sacrificado sobre el nuevo altar. 29 Unos a otros se preguntaban: «¿Quién habrá hecho esto?»

 

Después de buscar y averiguar, se enteraron de que Gedeón lo había hecho. 30 Entonces buscaron al padre de Gedeón y le dijeron:

 

—¡Trae aquí a tu hijo! Lo vamos a matar, porque ha derribado el altar de Baal y destruido la estatua de la diosa Aserá.

 

31 Pero Joás les dijo a todos:

 

—¡Ahora resulta que ustedes están de parte de Baal, y lo quieren defender! ¡Pues cualquiera que lo defienda, que muera antes del amanecer! Si Baal es dios, que se defienda a sí mismo. Después de todo, el altar derribado era suyo.

 

32 Desde entonces le cambiaron el nombre a Gedeón y lo llamaron Jerubaal, porque Joás había dicho: «¡Que Baal se defienda a sí mismo![a] El altar derribado era suyo».

 

33 Después de esto, todos los madianitas se unieron a los amalecitas y a los pueblos del este. Cruzaron el río Jordán y acamparon en el valle de Jezreel. 34 Pero Gedeón, guiado por el espíritu de Dios, tocó la trompeta para que se le uniera la gente de Abiézer. 35 Mandó mensajeros por todo el territorio de la tribu de Manasés, para que también esta tribu se les uniera. Además, envió mensajeros a las tribus de Aser, Zabulón y Neftalí, y todos se le unieron.

 

36 Y Gedeón le dijo a Dios:

 

«Quiero saber si de veras me vas a usar para liberar a los israelitas, tal y como me dijiste. 37 Voy a poner esta lana de oveja en el lugar donde se limpia el trigo. Si por la mañana la lana está mojada de rocío, pero el suelo alrededor está seco, sabré que de veras me vas a usar para salvar a los israelitas».

 

38 Y eso fue lo que ocurrió. Al día siguiente muy temprano, cuando Gedeón se levantó, exprimió la lana y sacó tanta agua que llenó un tazón. 39 Después Gedeón le dijo a Dios: «¿No te enojas si te digo algo? Déjame, por favor, hacer una prueba más. Que esta vez la lana quede seca y el rocío caiga sólo sobre el suelo».

 

40 Y eso fue lo que Dios hizo aquella noche. A la mañana siguiente la lana estaba seca, pero el suelo estaba todo mojado.

Footnotes

 

    Jueces 6:32 El nombre Jerubaal y la frase Que Baal se defienda tienen un sonido parecido.

 

Lucas 22:55-23:10

Traducción en lenguaje actual

 

55 Allí, en medio del patio del palacio, habían encendido una fogata, y se sentaron alrededor de ella. Pedro también se sentó con ellos. 56 En eso, una sirvienta vio a Pedro sentado junto al fuego, y mirándolo fijamente dijo:

 

—Éste también andaba con Jesús.

 

57 Pedro lo negó:

 

—¡Mujer, yo ni siquiera lo conozco!

 

58 Al poco rato, un hombre lo vio y dijo:

 

—¡Tú también eres uno de los seguidores de Jesús!

 

Pedro contestó:

 

—¡No, hombre! ¡No lo soy!

 

59 Como una hora después, otro hombre insistió y dijo:

 

—Estoy seguro de que éste era uno de sus seguidores, pues también es de Galilea.

 

60 Pedro contestó:

 

—¡Hombre, ni siquiera sé de qué me hablas!

 

No había terminado Pedro de hablar cuando de inmediato el gallo cantó. 61 En ese momento, Jesús se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Hoy, antes de que el gallo cante, vas a decir tres veces que no me conoces.» 62 Pedro salió de aquel lugar y se puso a llorar con mucha tristeza.

 

63 Los guardias que vigilaban a Jesús se burlaban de él; 64 le tapaban los ojos, le pegaban, y luego le decían: «¡Profeta, adivina quién te pegó!»

 

65 Luego, lo insultaron diciéndole muchas otras cosas.

El juicio contra Jesús

 

66 Cuando amaneció, los líderes del pueblo, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se reunieron y llevaron a Jesús ante la Junta Suprema. Allí le preguntaron:

 

67 —Dinos, ¿eres tú el Mesías?

 

Él les contestó:

 

—Si les dijera que sí, ustedes no me creerían. 68 Si les hiciera una pregunta, ustedes no me contestarían. 69 Pero de ahora en adelante yo, el Hijo del hombre, tendré el poder y la autoridad que me da Dios todopoderoso.

 

70 Entonces todos le preguntaron:

 

—¿Así que tú eres el Hijo de Dios?

 

Jesús les dijo:

 

—Ustedes mismos lo han dicho.

 

71 Ellos dijeron:

 

—Ya no necesitamos más testigos. Nosotros lo hemos oído de sus propios labios.

Jesús y Pilato

 

23 Luego, todos los de la Junta Suprema se pusieron de pie y llevaron a Jesús ante Pilato, el gobernador romano. 2 Cuando llegaron, comenzaron a acusar a Jesús y dijeron:

 

—Señor gobernador, encontramos a este hombre alborotando al pueblo para que se rebele contra Roma. Dice que no debemos pagar impuestos al emperador, y que él es el Mesías. Es decir, se cree rey.

 

3 Pilato le preguntó a Jesús:

 

—¿De verdad eres el rey de los judíos?

 

Jesús respondió:

 

—Tú lo dices.

 

4 Entonces Pilato les dijo a los sacerdotes principales y a la gente que se había reunido:

 

—No hay ninguna razón para condenar a este hombre.

 

5 Pero los acusadores insistieron:

 

—Con sus enseñanzas está alborotando al pueblo. Lo ha hecho en toda la región de Judea. Comenzó en la región de Galilea y ahora ha llegado aquí.

 

6 Cuando Pilato oyó eso, les preguntó si Jesús era de Galilea. 7 Ellos dijeron que sí, por lo que Pilato se dio cuenta de que Jesús debía ser juzgado por Herodes Antipas, el rey de esa región. Por eso envió a Jesús ante Herodes, que en ese momento estaba en Jerusalén.

Jesús y Herodes

 

8 Cuando Herodes vio a Jesús, se puso muy contento, porque hacía tiempo que quería conocerlo. Había oído hablar mucho de él, y esperaba verlo hacer un milagro. 9 Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no respondió nada.

 

10 Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley estaban allí, y lo acusaban con insistencia.

Salmos 95-96

Traducción en lenguaje actual

Cantemos a Dios con alegría

SALMO 95 (94)

 

95 ¡Vamos, cantemos con alegría!

¡Alabemos a nuestro Dios!

¡Él nos salva y nos protege!

2

¡Vayamos a darle gracias!

¡Cantémosle himnos de alabanza!

3

Nuestro Dios es poderoso,

¡es el rey de todos los dioses!

4

Nuestro Dios tiene en sus manos

lo más profundo de la tierra;

suyas son las montañas más altas.

5

Suyos son el mar y la tierra,

pues él mismo los creó.

 

6

¡Vamos, adoremos de rodillas

a nuestro Dios y creador!

7

Pertenecemos a Dios;

nosotros somos su pueblo.

Él es nuestro pastor,

y nosotros somos su rebaño;

¡estamos bajo su cuidado!

Si hoy escuchamos su voz,

8

no seamos tercos,

como cuando nos rebelamos

en el desierto, cerca de Masá.

 

9

Dios dice:

«En aquella ocasión,

sus antepasados me pusieron a prueba,

a pesar de que vieron lo que hice.

10

Durante cuarenta años

estuve muy enojado contra ellos,

y al fin les hice ver

que vivían en el error,

pues no obedecían mis mandamientos.

11

Por eso, ya enojado decidí:

“No voy a permitirles

entrar en la tierra prometida,

donde los habría hecho descansar”».

Dios es nuestro rey

SALMO 96 (95)

 

96 ¡Vamos, habitantes de este mundo!

¡Cantemos a Dios un nuevo himno!

2

¡Cantemos alabanzas a nuestro Dios!

¡Celebremos día tras día sus victorias!

3

¡Anunciemos su grandeza y maravillas

entre todas las naciones!

 

4

¡Grande y digno de alabanza

es nuestro Dios,

y más temible que todos los dioses!

5

Los dioses de otras naciones

son dioses falsos,

pero Dios hizo los cielos.

6

Lleno está su santuario

de majestad y esplendor,

de poder y belleza.

 

7

Pueblos todos,

¡reconozcan el poder de nuestro Dios

y ríndanle homenaje!

8

¡Vengan a los patios de su templo

y traigan sus ofrendas!

¡Adórenlo como él se merece!

9

¡Inclínense ante él

en su santuario majestuoso!

¡Que toda la tierra le rinda homenaje!

10

Que digan las naciones:

«¡Dios es nuestro rey!»

 

Él estableció el mundo con firmeza,

y el mundo jamás se moverá.

¡Él gobierna las naciones con justicia!

 

11

¡Que se alegren los cielos!

¡Que grite la tierra de alegría!

¡Que ruja el mar,

con todo lo que contiene!

12

¡Que canten alegres los campos,

con todo lo que hay en ellos!

¡Que griten de alegría

todos los árboles del bosque!

13

¡Que canten en presencia de Dios,

que viene ya para gobernar al mundo!

¡Dios gobernará con verdadera justicia

a todos los pueblos de la tierra!

Proverbios 14:5-6

Traducción en lenguaje actual

 

5

El testigo verdadero dice la verdad;

el testigo falso siempre dice mentiras.

 

6

El malcriado quisiera ser sabio,

pero jamás llegará a serlo;

en cambio, el entendido

muy pronto gana conocimientos.

Traducción en lenguaje actual (TLA)

 

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