Día 230, DAB Español, Domingo 18 de Agosto
Ester 1:1-3:15; 1 Corintios 11:17-34; Salmos 35:17-28; Proverbios 21:19-20 (Nueva Biblia Viva (NBV))
Ester 1-3 Nueva Biblia Viva (NBV)
Destitución de la
reina Vasti
1 Era el tercer año
del reinado del rey Asuero, emperador del extenso imperio medo-persa, que
estaba formado por ciento veintisiete provincias y se extendía desde la India
hasta Etiopía. 2-3 Este era el año de la gran celebración en el palacio de
Susa, capital del reino, a la que el emperador había invitado a todos los
gobernadores, cortesanos, y jefes del ejército de todas partes de Media y
Persia. 4 La fiesta duró seis meses, con un despliegue enorme de las riquezas y
las glorias del imperio.
5 Cuando todo
terminó, el rey dio una fiesta especial para los funcionarios y sirvientes del
palacio. Esta fiesta duró siete días y se celebró en los jardines del palacio,
6 el cual se adornó con cortinas verdes, blancas y azules, y estaban atadas con
cordones de lino y púrpura que pasaban por anillos de plata y columnas de
mármol. Los reclinatorios eran de oro y plata, y estaban sobre un piso de
mármol blanco y negro, con incrustaciones de alabastro y jacinto. 7 Las bebidas
se servían en vasos de oro de diversos diseños, y había gran abundancia de vino
real, porque el rey era generoso. 8 Los invitados podían beber cuanto
quisieran, ya que el rey había ordenado a sus sirvientes servir a cada uno todo
el vino que deseara. Sin embargo, ninguno debía ser obligado a tomar más de lo
que deseara.
9 La reina Vasti, por
su parte, dio un banquete a las mujeres, en el palacio del rey Asuero. 10 Al
séptimo día, el último de la fiesta, el rey, medio embriagado con el vino, se
sentía alegre y llamó a Meumán, Biztá, Jarboná, Bigtá, Abagtá, Zetar y Carcás,
que eran siete servidores de su entera confianza, y les ordenó 11 que fueran
por la reina Vasti y la llevaran hasta donde él estaba. La reina debía
presentarse luciendo la corona real en su cabeza, pues el rey quería que todos
contemplaran su belleza, pues en realidad era una mujer muy hermosa. 12 Pero la
reina Vasti se negó a cumplir la orden que el rey le envió por medio de
aquellos hombres. Esto disgustó tanto al rey que se enfureció. 13-15 Entonces
consultó a hombres expertos en las leyes y la justicia del imperio en cuanto a
lo que debía hacer, pues siempre acostumbraba tratar con ellos todos los
asuntos que tenían que ver con su reino. Estos hombres eran Carcena, Setar,
Admata, Tarsis, Meres, Marsená y Memucán. Estos siete hombres eran jefes de
Persia y Media, y tenían puestos muy importantes en el reino, pues formaban
parte del consejo real.
―¿Qué debo hacer?
—les preguntó—. ¿Qué castigo contempla la ley para una reina que se niega a
obedecer la orden del rey, enviada por medio de sus servidores?
16 Memucán tomó la
palabra y les dijo al rey y a sus compañeros:
―La reina Vasti no
solamente ha ofendido a Su Majestad, sino a todos los funcionarios y a todos
los varones del imperio. 17 Porque las mujeres, en todos los lugares del
imperio, cuando se enteren de lo que la reina Vasti le ha hecho a Su Majestad,
seguirán su ejemplo, y le perderán el respeto a sus maridos, pues les dirán:
“Estamos enteradas de que la reina Vasti no quiso obedecer al rey, así que
nosotras podemos hacer lo mismo con ustedes”. 18 Tan pronto nuestras esposas,
las princesas de Persia y Media, se enteren de lo que hizo la reina Vasti nos
van a tratar de la misma manera. Eso hará que seamos irrespetados, lo cual
causará muchos problemas y desprecios.
19 »Por eso,
recomiendo que, si a Su Majestad le parece bien, promulgue un edicto real, una
ley de Media y Persia que no pueda ser revocada, en el que declare que la reina
Vasti no podrá jamás volver a presentarse ante usted. Y Su Majestad podrá
escoger a otra mujer que sea más digna de llevar el título de reina. 20 Cuando
este decreto sea publicado a través de todo el reino, no habrá esposa que no
respete a su marido, cualquiera que sea su rango.
21 Al rey y a los
gobernadores les pareció bien el consejo de Mamucán. Entonces el rey 22 envió
cartas a todas las provincias, en todos los idiomas locales, en las que se
declaraba que los hombres debían gobernar el hogar, y que debían hacer sentir
su autoridad como jefes de la familia.
Elección de Ester
como reina
2 Después de algún
tiempo, cuando ya se le había pasado la ira, el rey Asuero se puso a pensar en
Vasti, en lo que había hecho, y en el decreto que había publicado para
reemplazarla. 2-3 Entonces sus consejeros le recomendaron: «Su Majestad, nombre
en cada provincia del reino a ciertos hombres para que se encarguen de
seleccionar a las más hermosas jóvenes solteras de todo el imperio. Luego, esas
jóvenes deberán ser traídas aquí a Susa, a la casa donde están todas las
mujeres que le pertenecen a Su Majestad, para que sean sometidas a un
tratamiento de belleza, bajo la responsabilidad de Jegay, que es el encargado
de cuidar a las mujeres de Su Majestad. 4 Después, usted podrá escoger a la
joven que más le guste, para que reemplace a Vasti en su puesto de reina». Esta
idea agradó mucho al rey, y puso inmediatamente el plan en ejecución.
5 Allí en Susa vivía
un judío llamado Mardoqueo, que pertenecía a la tribu de Benjamín. Mardoqueo
era hijo de Yaír, nieto de Simí y bisnieto de Quis. 6 Cuando Jerusalén fue
destruida por Nabucodonosor, lo llevaron cautivo a Babilonia, junto con el rey
Jeconías de Judá, y muchos otros. 7 Mardoqueo tenía bajo su tutela a una prima
hermana, ya que había quedado huérfana de padre y madre. Esta muchacha era
joven y muy hermosa, y se llamaba Jadasá, es decir, Ester.
8 Cuando se publicó
el decreto del rey, muchas jóvenes fueron llevadas a Susa, a la casa de las
mujeres del rey, que estaba bajo el cuidado de Jegay. Entre esas jóvenes estaba
también Ester. 9 Jegay, que era el encargado de la casa de las mujeres del rey,
quedó muy bien impresionado con ella, e hizo todo lo posible por hacerla feliz.
Ordenó que le sirvieran comidas especiales, y la favoreció en los tratamientos
de belleza, y puso a su servicio a siete esclavas selectas del palacio, y le
dio el aposento más lujoso de la casa.
10 Ester no le había
dicho a nadie que era judía, porque Mardoqueo le había aconsejado que no lo
hiciera. 11 Todos los días, Mardoqueo se paseaba por el frente de la casa donde
estaban las mujeres, para averiguar cómo estaba Ester y cómo la trataban.
12-14 Antes de ser
llevadas a la presencia del rey, cada muchacha debía recibir seis meses de
tratamiento de belleza con aceite de mirra, seguido por otros seis meses de
tratamiento con perfumes y cosméticos femeninos. Cuando a una muchacha le
tocaba ir a pasar la noche con el rey Asuero, se le daban a elegir los vestidos
y joyas que deseara, para realzar su belleza. La llevaban entonces a los
aposentos del rey en la tarde y a la mañana siguiente regresaba a una segunda
casa, donde vivían las concubinas del rey. Allí quedaba por el resto de su vida
al cuidado de Sasgaz, que era otro de los hombres de confianza del rey. Tan
sólo podía regresar al palacio si el rey la deseaba y la mandaba a llamar.
15 Cuando le
correspondió a Ester el turno de presentarse ante el rey, aceptó el consejo de
Jegay, el funcionario que estaba a cargo de las mujeres del rey, de modo que se
vistió y adornó de acuerdo a sus instrucciones. Ya para ese momento, Ester se
había ganado el aprecio de todos los que la conocían. Recordemos que Ester
había sido adoptada por Mardoqueo, cuando murió Abijaíl, padre de Ester y tío
de Mardoqueo. 16 En el décimo mes, que es el mes de Tébet, en el séptimo año
del reinado de Asuero, Ester fue llevada al palacio del rey.
17 Y sucedió que el
rey amó a Ester más que a cualquiera de sus otras mujeres. Se sintió tan
complacido con ella que le puso la corona real en la cabeza y la proclamó reina
en lugar de Vasti. 18 Para celebrar la ocasión, celebró otra gran fiesta para
todos sus altos funcionarios y cortesanos, repartió muchos regalos, como es
digno de un rey, y rebajó los impuestos en todas las provincias.
Conspiración contra
Asuero
19 Después de esto,
el rey pidió el segundo grupo de mujeres. En ese tiempo Mardoqueo era portero
del palacio. 20 Ester no le había dicho a nadie a qué familia y nación
pertenecía, tal como Mardoqueo le había ordenado, pues Ester lo obedecía como
cuando estaba bajo su cuidado.
21 Un día en que
Mardoqueo cumplía sus funciones en el palacio, dos oficiales del rey, Bigtán y
Teres, que eran guardias de la puerta del palacio, estaban hablando muy
enojados contra el rey y planeando la forma de matarlo. 22 Mardoqueo se enteró
y le dio la información a la reina Ester, la que a su vez la transmitió al rey,
en nombre de Mardoqueo. 23 Se investigó el asunto, y se halló que los dos
hombres eran culpables, así que los colgaron en la horca. Todo esto fue
debidamente registrado en el libro de las crónicas del rey Asuero.
Conspiración de Amán
contra los judíos
3 Poco después, el
rey Asuero honró a Amán hijo de Hamedata, descendiente de Agag, con el cargo de
ministro. Amán pasó a ser el funcionario más poderoso del imperio, después del
rey. 2 Todos los que trabajaban cuidando el palacio real se inclinaban delante
de él con gran reverencia cuando pasaba, porque así lo había ordenado el rey.
Pero Mardoqueo se negaba a arrodillarse y a inclinarse delante de Amán.
3-4 Por eso, sus
compañeros de trabajo, le preguntaron, una y otra vez, «¿Por qué desobedeces la
orden del rey?». Como Mardoqueo no les hacía caso, lo denunciaron ante Amán,
para ver si Mardoqueo se atrevía a decirle que era judío, tal como se los había
dicho a ellos.
5 Cuando Amán se
enteró de que Mardoqueo no se arrodillaba ni inclinaba ante él, se enfureció. 6
Y cuando se enteró de que Mardoqueo era judío, decidió acabar, no sólo con
este, sino con todos los judíos que vivían en el reino de Asuero.
7 Para determinar el
momento más propicio para la acción, echó suertes. Lo hizo en el mes primero,
es decir, en el mes de Nisán, del año doce del reinado de Asuero, y se decidió,
según las suertes, que la matanza debía llevarse a cabo en el mes doce, que es
el mes de Adar.
8 Amán se presentó
ante el rey para hablarle del asunto, y le dijo:
―Hay un pueblo
esparcido por todas las provincias del reino, cuyas leyes son diferentes a las
de todas las naciones y, por eso, ese pueblo se niega a obedecer las leyes del
rey. ¡Su Majestad no puede permitir que sigan viviendo! 9 Si le agrada, dicte
un decreto para que sean destruidos, y yo pagaré trescientos treinta mil kilos
de plata, para que sean incorporados a la tesorería real, a fin de sufragar los
gastos que esto demande.
10 El rey estuvo de
acuerdo, y quitándose el anillo del dedo, se lo entregó a Amán hijo de
Hamedata, descendiente de Agag, acérrimo enemigo de los judíos.
11 ―Guárdate el
dinero —le dijo el rey—. Te entrego ese pueblo. Haz con él lo que bien te
parezca.
12 Entonces se acordó
que el día trece del mes de Abib todos los secretarios del rey se reunieran,
para escribir las órdenes de Amán. Estas órdenes fueron escritas en el idioma
de cada pueblo, en nombre del rey Asuero y selladas con el anillo real. Luego
se enviaron a los gobernadores y autoridades de cada región y provincia del
reino. 13 Fueron, pues, enviadas por medio de mensajeros a todas las provincias
del imperio, decretando que todos los judíos, jóvenes y viejos, mujeres y
niños, debían morir el día trece del mes doce, que es el mes de Adar, y que se
les quitaran todas sus propiedades. 14 En las cartas se decía que este edicto
debía ser proclamado como ley en todas las provincias y debía hacerse conocer a
todo el pueblo, para que todos estuvieran preparados para cumplir su deber en
el día señalado.
15 El edicto fue
enviado por medio de los mensajeros más rápidos del rey, después de haber sido
proclamado en la ciudad de Susa. El rey y Amán se sentaron a beber, mientras
que la ciudad se llenó de confusión y pánico.
Nueva Biblia Viva
(NBV)
Nueva Biblia Viva, ©
2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados
todos los derechos en todo el mundo.
1 Corintios 11:17-34 Nueva Biblia Viva (NBV)
La Cena del Señor
17 En esto que ahora
les voy a escribir no puedo felicitarlos: me han dicho que cuando se congregan,
resulta más para mal que para bien. 18 Me han informado que se arman grandes
discusiones en dichas reuniones, y en parte lo creo. 19 Sin duda, debe haber grupos
sectarios entre ustedes, para que se vea quiénes cuentan con la aprobación de
Dios.
20 Cuando ustedes se
juntan a comer, no comen la Cena del Señor 21 sino la de ustedes. Me dicen que,
al comer, cada uno come su propia comida y, como resultado, algunos se quedan
con hambre, mientras que otros se emborrachan. 22 ¿Es que no pueden comer y
beber en casa, para así no dañar a la iglesia ni avergonzar a los que, por ser
pobres, no pueden llevar alimentos? ¿Qué debo decirles en cuanto a esto? ¿Debo
alabarlos? ¡Pues no señor!
23 Esto es lo que el
Señor me enseñó, y que ya les transmití antes:
La noche en que Judas
lo traicionó, el Señor Jesús tomó pan 24 y, después de dar gracias a Dios, lo
partió y dijo: «Esto es mi cuerpo que por ustedes es entregado. Hagan esto en
memoria de mí». 25 De la misma manera, tomó la copa después de haber cenado y
dijo: «Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre. Cada vez que la
beban, háganlo en memoria de mí». 26 Cada vez que comen este pan y beben de
esta copa, están anunciando que Cristo murió por ustedes. Háganlo hasta que él
venga.
27 Así que si alguien
come de este pan y bebe de esta copa del Señor indignamente, está pecando
contra el cuerpo y la sangre del Señor. 28 Por eso cada uno debe examinarse
antes de comer el pan y beber la copa, 29 porque si come de este pan y bebe de
esta copa sin pensar en el cuerpo de Cristo, come y bebe para su propio juicio.
30 Esa es la razón por la que tantos de ustedes están débiles y enfermos, y
varios han muerto. 31 Si nos examinamos cuidadosamente antes de comer, no
tenemos por qué ser juzgados. 32 Pero el Señor nos juzga y disciplina para que
no seamos condenados con el resto del mundo.
33 En fin, hermanos
míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros. 34 El que tenga
hambre, coma en su casa, para que Dios no los castigue por lo que hacen en sus
reuniones.
Las demás cuestiones
las hablaremos cuando vaya a verlos.
Nueva Biblia Viva
(NBV)
Nueva Biblia Viva, ©
2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados
todos los derechos en todo el mundo.
Salmos 35:17-28 Nueva Biblia Viva (NBV)
17 Señor, ¿hasta
cuándo te vas a quedar allí, sin hacer nada? Intervén ahora y líbrame, porque
sólo tengo una vida, y estos leones están prontos a devorarla. 18 Sálvame, y
manifestaré mi gratitud ante toda la congregación, ante la multitud te alabaré.
19 ¡No permitas a mis
enemigos gozarse sobre mi derrota! No dejes que se sonrían burlonamente los que
me odian sin motivo, 20 pues no hablan de paz ni de hacer el bien, sino de
tramar contra los inocentes que no se meten con los demás. 21 A gritos afirman
haberme visto hacer el mal. «¡Ajá!», dicen, «con nuestros propios ojos te vimos
hacerlo». 22 Señor, tú lo sabes todo. ¡No te calles! ¡No me abandones ahora!
23 ¡Despierta, Señor,
Dios mío! ¡Vindícame! 24 Declárame inocente, porque tú eres justo. No dejes que
mis enemigos se regocijen por mi tribulación. 25 No permitas que digan: «¡Ajá!
¡Nuestro mayor deseo contra él pronto será realidad! ¡Nos lo hemos tragado vivo!».
26 Avergüénzalos; haz que quienes alardean a costa mía y se gozan de mis
tribulaciones sean agobiados por la desgracia. Despoja hasta la deshonra a
todos los que se creen más que yo. 27 Pero concede gran gozo a los que me
desean el bien. Que clamen ellos con júbilo: «¡Grande es el Señor que se
deleita en auxiliar a su siervo!». 28 Y yo proclamaré ante todos cuán grande y
bueno eres tú; te alabaré todo el día.
Nueva Biblia Viva
(NBV)
Nueva Biblia Viva, ©
2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados
todos los derechos en todo el mundo.
Proverbios 21:19-20 Nueva Biblia Viva (NBV)
19 Es mejor vivir en
el desierto que con una mujer pendenciera y de mal carácter.
20 En la casa del
sabio hay riquezas y perfumes en abundancia, pero el necio derrocha todo lo que
tiene.
Nueva Biblia Viva
(NBV)
Nueva Biblia Viva, ©
2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.
No comments:
Post a Comment