Wednesday, August 10, 2022

DAB Español, Jueves 11 de Agosto

Día 223, DAB Español, Jueves 11 de Agosto


Nehemías 1:1-3:14; 1 Corintios 7:1-24; Salmos 31:19-24; Proverbios 21:4 (Nueva Biblia Viva (NBV))









Nehemías 1:1-3:14

Nueva Biblia Viva

Nehemías ora por su pueblo

1 Autobiografía de Nehemías hijo de Jacalías:

En diciembre del año veinte del reinado de Artajerjes de Persia, cuando yo servía en el palacio de Susa, 2 uno de mis compatriotas, un judío llamado Jananí, vino a visitarme con algunos hombres que habían llegado de Judá. Aproveché la oportunidad para preguntarles:

―¿Cómo está la ciudad de Jerusalén y cómo están los judíos que escaparon de ir cautivos a Babilonia?

3 ―Pues te diremos que las cosas no andan muy bien —contestaron—. Los que regresaron del destierro sufren grandes males y humillaciones. Los muros de Jerusalén aún están medio derribados y las puertas están quemadas.

4 Cuando oí esto me senté y lloré. Durante varios días ayuné y oré así al Dios del cielo:

5 «Señor, Dios del cielo, Dios grande y temible, que cumples las promesas y que amas y tienes misericordia de los que te aman y te obedecen, escucha mi oración. 6-7 Escucha lo que yo te digo. Mírame y ve que noche y día oro por el pueblo de Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. Yo mismo y mi pueblo hemos pecado. No hemos obedecido los mandamientos, estatutos y preceptos que nos entregaste por medio de tu siervo Moisés.

8 »Recuerda que le dijiste a Moisés: “Si ustedes pecan, los esparciré entre las naciones. 9 Pero si se vuelven a mí y obedecen mis leyes, y las ponen en práctica, aun de los rincones más lejanos del universo, a donde hayan sido llevados, los haré regresar a Jerusalén. Porque Jerusalén es el lugar que he escogido como mi lugar de residencia”.

10 »Nosotros somos tus siervos, somos el pueblo que rescataste con tu gran poder. 11 Señor, escucha mi oración. Escucha la oración de quienes se deleitan en darte gloria y honra. Te ruego que me permitas tener éxito cuando me presente ante el rey con mi petición. Haz que el rey me atienda y me trate bien».

Yo era entonces copero del rey.

Nehemías vuelve a Jerusalén

2 Cuatro meses después, un día de abril, yo estaba sirviendo el vino al rey; 2 y él me preguntó:

―¿Por qué estás tan triste? ¿No estarás enfermo? Tu cara revela que tienes alguna preocupación.

Hasta entonces yo siempre me había mostrado alegre delante de él. Sentí un gran temor, 3 pero le respondí:

―¡Deseo larga vida a Su Majestad! Pero, ¿cómo no voy a estar triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis antepasados está en ruinas, y sus puertas están quemadas?

4 ―Bien, ¿qué podemos hacer? —preguntó el rey.

Elevé una oración al Dios del cielo pidiendo su ayuda, y le contesté al rey:

―Si agrada a Su Majestad, y si en verdad usted quiere ayudarme, envíeme a Judá, para reconstruir la ciudad de mis padres.

5-6 El rey, que tenía a la reina sentada a su lado, me preguntó cuánto tiempo duraría mi viaje y cuándo pensaba regresar. Entonces fijé una fecha para mi partida, y el rey estuvo de acuerdo. 7 Luego añadí:

―Si Su Majestad está de acuerdo, le pido el favor de que envíe cartas para los gobernadores del otro lado del río Éufrates, para que me dejen pasar por sus países en el viaje a Judá. 8 Y otra carta para Asaf, administrador de los bosques del rey, para que me dé madera para reparar las puertas de la fortaleza que está junto al templo, para las murallas de la ciudad, y para mi propia casa.

El rey me concedió todas estas peticiones, porque Dios me estaba prestando su benigna ayuda.

9 Cuando llegué a las provincias que estaban al occidente del río Éufrates, entregué las cartas del rey a los gobernadores (el rey, debo añadir, había enviado conmigo oficiales y soldados de caballería para que me protegieran). 10 Pero cuando Sambalat el horonita, y Tobías el funcionario amonita, oyeron que había alguien interesado en ayudar a los israelitas, se enojaron mucho.

Nehemías inspecciona la muralla

11-12 Tres días después de mi llegada a Jerusalén, me levanté durante la noche y salí acompañado de unos cuantos hombres. Yo no le había contado a nadie los planes que Dios había puesto en mi corazón acerca de Jerusalén. Yo iba montado en mi burro y mis acompañantes iban a pie. 13 Salimos por la puerta del Valle rumbo a la fuente del Dragón y luego a la puerta del Basurero. Inspeccioné las murallas que habían sido destruidas y las puertas que habían sido quemadas. 14-15 Seguimos hasta la puerta de la Fuente y al estanque del Rey, pero mi burro no pudo pasar a través de las ruinas. Entonces, todavía de noche, subí por el arroyo e inspeccioné la muralla; luego volví a entrar por la puerta del Valle.

16 Los funcionarios de la ciudad no supieron a dónde había ido ni qué había hecho, porque a nadie le había hablado de mis planes, ni a los jefes políticos ni a los jefes religiosos, ni a los que habían estado haciendo el trabajo.

17 Entonces les dije:

―Ustedes conocen bien el estado calamitoso de nuestra ciudad. Saben muy bien que las murallas están en ruinas y las puertas están quemadas. ¡Vamos! ¡Reedifiquemos los muros de Jerusalén y no permitamos que se sigan burlando de nosotros!

18 Entonces les hablé del deseo que Dios había puesto en mi corazón y de la conversación que había tenido con el rey, para presentarle mi plan, el cual él había aceptado. Ellos respondieron inmediatamente:

―¡Muy bien! ¡Pongámonos a reconstruir la muralla!

Y comenzaron a trabajar.

19 Pero cuando Sambalat el horonita, Tobías el funcionario amonita y Guesén el árabe se enteraron de nuestro plan, se burlaron y dijeron:

―¿Qué es lo que están haciendo? ¿Se están rebelando acaso contra el rey?

20 Pero yo les contesté:

―El Dios del cielo nos ayudará, y nosotros, sus siervos, reedificaremos los muros. Ustedes no tienen autoridad sobre nosotros, pues no tienen ninguna herencia en Jerusalén, ni hacen parte de su historia.

Se inicia la reconstrucción

3 El sumo sacerdote Eliasib y los otros sacerdotes se encargaron de reconstruir la entrada de las Ovejas. Le colocaron la puerta, y reedificaron la muralla desde la torre de los Cien hasta la torre de Jananel. 2 Los de Jericó trabajaron en el tramo siguiente de la muralla, y en el sector siguiente trabajó la cuadrilla de Zacur hijo de Imrí.

3 Los hijos de Sená reconstruyeron la puerta de los Pescados. Ellos lo hicieron todo: cortaron las vigas, colocaron las puertas e hicieron los cerrojos y las barras. 4 Meremot hijo de Urías y nieto de Cos, reparó la sección siguiente de la muralla. El tramo siguiente lo reparó Mesulán hijo de Berequías y nieto de Mesezabel. El tramo siguiente lo reparó Sadoc hijo de Baná. 5 A continuación de ellos estaban los hombres de Tecoa, pero sus jefes no quisieron colaborar con los que dirigían la obra.

6 La puerta Vieja fue reparada por Joyadá hijo de Paseaj, y Mesulán hijo de Besodías. Ellos colocaron las vigas, pusieron las puertas e instalaron los cerrojos y barras. 7 A continuación de ellos estaban Melatías de Gabaón, Jadón de Meronot y los hombres de Gabaón y Mizpa. (Las regiones de Gabaón y Mizpa estaban bajo la dirección del gobernador de la provincia que está al oeste del río Éufrates).

8 Uziel hijo de Jaraías, que tenía el oficio de orfebre, y Jananías, que era un fabricante de perfumes, reconstruyeron el tramo de la muralla que va hasta la muralla Ancha. 9 Refaías hijo de Jur, gobernador de la mitad del distrito de Jerusalén, reparó el tramo siguiente de la muralla. 10 Jedaías hijo de Jarumaf, reparó el tramo siguiente, que quedaba al frente de su propia casa. El sector siguiente lo reparó Jatús hijo de Jasabnías.

11 Después estaban Malquías hijo de Jarín, y Jasub hijo de Pajat Moab, quienes restauraron la torre de los Hornos, además de una sección de la muralla. 12 Salún hijo de Halojés, y sus hijas repararon la sección siguiente. Halojés era el gobernador de la otra mitad del distrito de Jerusalén.

13 Janún y los habitantes de Zanoa reconstruyeron la puerta del Valle. Colocaron la puerta en su lugar, con las cerraduras y las barras. Además reconstruyeron cuatrocientos cincuenta metros de la muralla, hasta la puerta del Basurero.

14 La puerta del Basurero fue reconstruida por Malquías hijo de Recab, gobernador del distrito de Bet Haqueren. Colocó la puerta en su lugar e instaló las cerraduras y las barras.

1 Corintios 7:1-24

Nueva Biblia Viva

Consejos matrimoniales

7 En cuanto a lo que me preguntaron por carta, les contesto: es mejor que no se casen. 2 Pero por lo general es mejor que cada hombre tenga su propia mujer y que cada mujer tenga su propio marido, para evitar caer en pecado.

3 El hombre debe satisfacer los derechos conyugales de su esposa; y lo mismo la esposa respecto de su esposo. 4 La mujer no tiene derecho sobre su cuerpo, porque este le pertenece a su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su cuerpo; pues le pertenece a su esposa. 5 Por lo tanto, no se nieguen el uno al otro, a menos que se pongan de acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. Pero luego, únanse de nuevo, para evitar que Satanás los tiente, por no tener dominio propio.

6 Esto que les digo es un consejo, no una orden. 7 Me gustaría que se quedaran solteros, como yo; pero a cada uno Dios le ha concedido su propio don: este posee uno, y aquel, otro.

8 Pero a los solteros y a las viudas les digo que deberían quedarse como yo. 9 Y si no pueden dominarse, cásense. Mejor es casarse que quemarse de pasión.

10 Para los casados tengo una orden, y la orden no es mía, sino del Señor: La esposa no debe separarse del esposo, 11 y si se separa, quédese sin casar o reconcíliese con su esposo. El esposo, por su parte, no debe divorciarse de su esposa.

12 A los demás les digo yo, ya que esto no lo ha ordenado el Señor: Si un cristiano tiene una esposa que no es creyente, y ella desea continuar con él, él no debe divorciarse de ella. 13 Y si una cristiana tiene un esposo que no es creyente, y él desea vivir con ella, que ella no se divorcie de él. 14 El esposo incrédulo queda santificado por la unión con su esposa creyente. Y la esposa no creyente queda santificada por la unión con su esposo creyente. Si así no fuera, sus hijos serían impuros, pero en realidad son parte del pueblo santo.

15 Pero si el cónyuge incrédulo desea irse, dejen que se vaya. El cónyuge cristiano queda sin obligación, porque Dios nos ha llamado a vivir en paz. 16 A fin de cuentas, no sabes, mujer, si tu esposo va a convertirse si se queda; y lo mismo digo al esposo en cuanto a la esposa.

17 Pero al tomar cualquier decisión, traten de vivir de acuerdo con la condición que el Señor les asignó y a la cual Dios los ha llamado. Esto ordeno en todas las iglesias. 18 El que pasó por la ceremonia de la circuncisión antes de hacerse cristiano, no debe hacer nada al respecto; y si no estaba circuncidado, no se circuncide. 19 Que el cristiano se haya circuncidado o no, no tiene importancia. Lo verdaderamente importante es guardar los mandamientos divinos.

20 En general, las personas deben continuar siendo lo que eran cuando Dios las llamó. 21 ¿Que eres esclavo?, no te preocupes; aunque si tienes la oportunidad de obtener la libertad, procúrala. 22 Si eras esclavo y el Señor te llamó, recuerda que Cristo te libertó; si eras libre cuando te llamó, recuerda que eres ahora esclavo de Cristo. 23 Ustedes han sido comprados por un gran precio; no se vuelvan esclavos de nadie. 24 Cada uno de ustedes, hermanos, permanezca en el estado en que se encontraba cuando Dios lo llamó.

Salmos 31:19-24

Nueva Biblia Viva

19 ¡Cuán grande es tu bondad para los que a la vista de la gente declaran que tú los rescatarás! Porque guardas grandes bendiciones para quienes en ti confían y te reverencian.

20 Oculta a tus amados en el refugio de tu presencia, a salvo bajo tu mano, a salvo de las lenguas acusadoras. 21 ¡Bendito el Señor, porque me ha demostrado que su infaltable amor me protege como cuando me hallaba en una ciudad a la que iban a atacar! 22 Hablé a la ligera cuando dije: «El Señor me ha abandonado», pues tú escuchaste mi plegaria y me respondiste.

23 ¡Amen al Señor, ustedes los que le son fieles. El Señor protege a quienes le son leales; pero castiga duramente a cuantos lo rechazan altivos. 24 Anímense y sean fuertes todos ustedes que confían en el Señor.

Proverbios 21:4

Nueva Biblia Viva

4 Los ojos altivos, el corazón orgulloso y las malas acciones son pecado.

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